El domingo 20 de octubre de 2024, cuando el reloj marcaba las 7:45 de la mañana, en la ciudad de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, asesinaron con ocho tiros de bala al sacerdote indígena Tzotzil de nombre Marcelo Pérez Pérez. Él salía de oficiar una misa en la iglesia de Guadalupe, que actualmente venía pastoreando. La muerte del sacerdote; o Tatik como los pueblos indígenas Tzeltales, Tzotziles, Choles y Tojolabales lo conocen; es una evidencia de que en Chiapas no hay seguridad.
Las autoridades competentes como el gobierno y los presidentes municipales, no han hecho nada ante esta situación lamentable que hoy se vive en Chiapas. Hay una gran contradicción cuando el gobierno de la cuarta transformación implementa la reforma en materia de seguridad que consistió en la integración de la Guardia Nacional a la Secretaría de Defensa Nacional, se dijo que el “objetivo de esta corporación era la defensa de todos los mexicanos” (Periódico de LIS, sep-2022, p. 2). Entendida como una garantía para todo el pueblo de México. Sin embargo, desde la aprobación de esta reforma, las cosas nunca cambiaron, siguieron en lo mismo.
El asesinato de Tatik (padre) Marcelo, representa también una crisis del sistema. Los pueblos indígenas de Chiapas, principalmente los que profesan la fe católica, se preguntan ¿Cuál fue el pecado de Tatik Marcelo Pérez para que le hayan asesinado? Entre sus discusiones concluyen que no hay ninguna causa.
Marcelo, originario del Municipio de San Andrés Larrainzar, campesino Tsotsil, creció dentro de una familia humilde, sus padres no saben leer y escribir, esto motivó a Marcelo a superarse. Fue entonces que empezó sus estudios de seminario en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
No solo pensó en su carrera de seminarista, sino que Tatik Marcelo pensó en liberar a los pueblos indígenas en manos de la dominación. Su larga carrera como apóstol de la verdad la inició en la región de los Altos de Chiapas, en la comunidad de Acteal, Municipio de Chenalho (lugar donde se llevó a cabo la masacre de 45 indígenas el 22 de diciembre de 1997 por grupos paramilitares del PRI, las máscaras rojas). El mismo Marcelo señaló que en Acteal fue donde encontró la semilla de los mártires y que esto lo llevó a transformarse. Estuvo también en la parroquia de Simojovel de Allende; después pasó a la parroquia de Pantelhó, donde él estuvo a lado de los indígenas Tsotsiles en la lucha contra el grupo de los Herreras (grupo armado de sicarios), posteriormente tuvo que trasladarse a la ciudad de San Cristóbal de las Casas, para seguir la labor pastoral, llevando la buena nueva al pueblo católico.
Tatik Marcelo, tenía bien claro su misión, apoyar y caminar con los pueblos indígenas, su trabajo no se limitó solo en la región de los altos de Chiapas, sino que también visitó varias regiones y comunidades, enarbolando la bandera de lucha por la paz. El cristianismo en su origen nació como un movimiento revolucionario contra el imperio Romano. Recordando ese origen, en el 2021, al término de una peregrinación en el municipio de Chilón, el padre Marcelo dio su discurso en medio de una multitud donde él mencionó, “un cristiano debe ser revolucionario, pacíficamente, pero revolucionario, si un cristiano no es revolucionario no está haciendo nada como cristiano”.
El padre Marcelo tenía bien identificado la raíz de los problemas en Chiapas. Denunció al crimen organizado en Frontera Comalapa, Motozintla, Chicomuselo, Tila por mencionar algunas, y exhortó a que los gobiernos hicieran cumplir sus promesas de campaña, el de proteger a la ciudadanía porque para eso la gente votó en el proceso electoral.
De igual manera, junto con otros sacerdotes jesuitas, hicieron campañas en contra del alcoholismo, la drogadicción, los maltratos familiares, asesinatos y secuestros. Los campesinos indígenas vieron en Tatik Marcelo la solución de los problemas, porque con las autoridades no encontraban solución. Fue allí que Marcelo inicia la labor fuerte de denuncias; lo que encontró el sacerdote como respuesta a las denuncias fueron amenazas de muerte; allí logra descubrir que los grupos delincuenciales son cómplices con las autoridades. Quienes empezaron a amenazar primero fue personal de los ayuntamientos municipales. La pregunta que Tatik Marcelo hizo en el momento fue ¿Qué tiene que ver el ayuntamiento con las cantinas? La respuesta fue tan sencilla, pues en las cantinas es el espacio donde venden drogas. Ante estas amenazas, Marcelo inicia una labor desde la iglesia todo un proceso de concientización mediante la palabra de Dios, el evangelio y a llevar ayunos y peregrinaciones.
Nosotros no creemos que haya un paraíso después de esta vida. Podremos tener diferencias filosóficas con nuestros hermanos de clase que profesan una religión, las cuales podemos debatir respetuosa y amistosamente. Pero estamos de acuerdo en estrecharnos las manos y luchar junto contra la explotación, contra la violencia y la igualdad en esta tierra.
El padre Marcelo fue señalado de ser guerrillero, desestabilizador del pueblo, en los lugares donde él estuvo pastoreando grupos de choque le exigían su expulsión en comparsa con el ayuntamiento. Sin embargo, Tatik Marcelo siempre confío que la fuerza está en el pueblo. Apoyó a los desplazados de Pantelhó y Chenalhó, también fue fundador de la organización: Movimiento en defensa de la vida y el territorio (Modevite).
El pueblo creyente católico como también el grupo las abejas de Acteal, pero también quienes no profesamos una religión, pero estamos comprometidos con un cambio social refrendan el compromiso de seguir luchando para que haya vida. La muerte de Tatik Marcelo no significa terminar la lucha, callarnos la voz, o dejarnos que nos aplasten los ricos, ¡no! La muerte de nuestro Tatik nos endureció el corazón, y a la vez nos dio coraje, porque como pueblos indígenas solo existimos en los procesos electorales, “los lobos rapaces del sistema nos abrazan hasta nos besan porque quieren nuestros votos, pero una vez que triunfen, se dan la vuelta y a partir de allí ya no existimos”. El capitalismo y su Estado significan muerte y hay que acabar con ellos para que haya vida.
Los gobiernos solo existen en los medios de comunicación, allá abajo con los pueblos es otra cosa. El padre Marcelo mencionó varias veces que este sistema que gobierna en México ya no sirve y debe ser cambiado. Lenin decía: El capitalismo es horror sin fin. Por lo tanto, como pueblos indígenas y no indígenas, como trabajadores del campo y la ciudad, hay una gran necesidad de lucha, luchar organizados, siguiendo las teorías del marxismo, buscando la conformación de un partido revolucionario de los trabajadores para la toma del poder político. Ya lo vimos y estamos viviendo lo que pasa en nuestro país, en Chiapas: en el capitalismo no hay salida, este sistema solo trae muertes, pobreza y marginación.
¡La Organización Comunista Revolucionaría condena el asesinato de Tatik Marcelo y exige justicia!
¡Contra la violencia criminal, la organización de masas de proletarios, campesinos y estudiantes!
Las autoridades del Instituto Politécnico Nacional pretenden sancionar y separar del empleo a tres trabajadores, integrantes del Bloque de Delegaciones Democráticas, Sección 11, SNTE-CNTE; debido a su lucha permanente que se ubica en la vertiente del sindicalismo combativo y democrático; hacemos un llamado a las organizaciones de la clase trabajadora y de los estudiantes a copiar, firmar y enviar a los correos electrónicos que se indican la siguiente resolución en solidaridad.
Alto a la represión contra los trabajadores integrantes del Bloque de Delegaciones Democráticas del IPN, Sección 11 SNTE – CNTE
Tres trabajadores del Instituto Politécnico Nacional, representantes sindicales e integrantes del Bloque de Delegaciones Democráticas, Sección 11, SNTE-CNTE; que es la expresión democrática y combativa de la Sección 11 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE); han sido llamados por el Órgano Interno de Control de la institución, que es la instancia que se encarga de detectar algún tipo de irregularidad cometida por algún funcionario público, iniciar una investigación y en su caso sancionar a los imputados; pero en este caso no existe ninguna falta por investigar y mucho menos sancionar.
Pretenden instrumentarles un proceso para argumentar que han cometido una falta grave, llevarlos ante los tribunales, levantarles un acta administrativa y separarlos del empleo; bajo premisas falsas y partiendo de una supuesta denuncia anónima se les ha generado un expediente que supera las 500 páginas.
Se trata de Samuel Sotelo Crespo, Víctor Antonio Torres Flores y Leticia Mascota Bañuelos, trabajadores de la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía, con 37, 35 y 41 años laborando en el IPN, respectivamente, y los dos primeros integrantes del Comité Ejecutivo Seccional de la Sección 11 del SNTE dichos espacios obtenidos debido a la lucha sindical democrática de los trabajadores del Instituto Politécnico Nacional.
Su condición laboral y su situación es similar a decenas de representantes sindicales de la Sección 11 y la Sección 60 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación en el IPN, pero sólo a ellos tres se les ha citado y se les pretende sancionar, lo cual se interpreta como una represalia de las autoridades debido al constante activismo sindical, las movilizaciones y procesos organizativos que ha generado el Bloque de Delegaciones Democráticas a lo interno de la institución, en defensa de las conquistas y derechos laborales de los trabajadores, contra el autoritarismo, a su solidaridad con otros sectores que luchan en la comunidad politécnica, a sus batallas por la democracia sindical y por la democratización de la educación en el IPN.
Es reprobable que se utilice al Órgano Interno de Control y recursos del Instituto Politécnico Nacional para acallar voces disidentes e incómodas para algunas autoridades y funcionarios.
No es la primera vez que las actuales autoridades actúan con actos de represión en contra los miembros de la comunidad politécnica organizada; el acoso y la amenaza hacia los sectores que se organizan y luchan ha sido una constante de esta administración. Previamente, a otros trabajadores pertenecientes a los centros de trabajo organizados en las sindicales del Bloque de Delegaciones Democráticas, las autoridades les han instrumentado actas administrativas y han pedido que se investiguen sus expedientes laborales.
Exigimos a a las autoridades correspondientes, al Director General del IPN, Arturo Reyes Sandoval y al Secretario de Administración, Javier Tapia Santoyo, el cese de la represión a la comunidad del Instituto Politécnico Nacional y en particular hacia los integrantes del Bloque de Delegaciones Democráticas del IPN, Sección 11 SNTE-CNTE.
Pedimos el retiro de las falsas acusaciones en contra de los tres trabajadores antes mencionados, por las cuales pretenden sancionarlos indebidamente.
Somos conscientes que esto es una acción de represión focalizada hacia los trabajadores que militan y simpatizan con el Bloque de Delegaciones Democráticas del IPN, Sección 11, SNTE-CNTE, la cual es instrumentada por los funcionarios del Instituto Politécnico Nacional.
Estaremos atentos a lo que suceda a lo interno del IPN y en particular con este caso, para hacer valer de manera organizada la lucha por la libertad sindical, por la libertad de organización y la libre manifestación de ideas de la clase trabajadora.
Copiar la resolución y firmar con nombre completo del representante y nombre de la organización.
Enviar a:
Mtra. Raquel Buenrostro Sánchez, Secretaria de la Función Pública
portal-transparencia@funcionpublica.gob.mx
Dr. Arturo Reyes Sandoval, Director General del Instituto Politécnico Nacional
cgestion@ipn.mx
Mtro. Alfonso Cepeda Salas, Secretario General del SNTE
alfonso.cepeda@senado.gob.mx
Emilio Ortiz Amaro, Secretario General de la Sección 11 del SNTE
eortiz@ipn.mx
contactoseccion11@snte.org.mx
M. en C. Javier Tapia Santoyo, Secretario de Administración del Instituto Politécnico Nacional
jtapias@ipn.mx
Bloque de Delegaciones Democráticas del IPN, Sección 11, SNTE – CNTE
El gobierno de transición de Sudán ha sido derrocado por un golpe militar. Este golpe, largamente temido, fue la consecuencia inevitable del intento de reconciliación entre los líderes del levantamiento de 2019 y las fuerzas de la contrarrevolución. Las masas enfurecidas han vuelto a las calles de forma multitudinaria, demostrando que las reservas de la revolución sudanesa no se han agotado.
Lo que se requiere ahora es una lucha implacable para derrotar, de una vez por todas, a los líderes militares reaccionarios. También pueden leer nuestro artículo de 2019, que predecía estos acontecimientos.
En las primeras horas de la mañana del 25 de octubre, miembros de las fuerzas armadas, dirigidos por el general Abdel Fattah al-Burhan, secuestraron en su casa al primer ministro liberal Abdalla Hamdok y a su esposa, mientras que varias otras figuras políticas importantes fueron puestas bajo arresto. También se detuvo al director de noticias de la cadena de televisión estatal, se suspendieron los vuelos de entrada y salida del país y se inició un corte de Internet. A continuación, Burhan pronunció por televisión un discurso en el que declaraba el estado de emergencia, la disolución del gobierno de transición y la instauración de un régimen militar hasta la celebración de nuevas elecciones en julio de 2023.
Inmediatamente después de la detención de Hamdok, la Asociación de Profesionales de Sudán (SPA: el organismo líder durante la revolución de 2018-9) emitió una declaración, llamando a “las masas del pueblo sudanés, sus fuerzas revolucionarias y los comités de resistencia de los barrios de todas las ciudades y pueblos a tomar las calles y ocuparlas completamente…” El Partido Comunista hizo un llamamiento por separado a la huelga para repeler el “golpe militar total”.
La respuesta de las masas fue instantánea. Enormes columnas de manifestantes -hombres y mujeres, adultos y niños, todos coreando y ondeando banderas, muchos de ellos armados con palos, herramientas y otros objetos comunes- marcharon por miles hacia el cuartel general del ejército en Jartum. Se ha informado de que más de un millón de personas han participado en las manifestaciones por toda la ciudad. Las masas también han establecido barricadas para bloquear las principales carreteras y puentes, y han quemado neumáticos para que las columnas de humo puedan servir de cobertura contra las fuerzas de seguridad.
Organizaciones de trabajadores y profesionales como el Sindicato de Profesores de la Universidad de Jartum y el Comité Ejecutivo del Sindicato de Pilotos de Sudán han llamado a sus miembros a unirse a las protestas callejeras. Este último declaró una “huelga general y desobediencia civil” y llamó a “todos los pilotos y trabajadores del aeropuerto a salir a la calle y proteger la revolución del pueblo sudanés”. En respuesta, Burhan ha disuelto los comités que gestionan los sindicatos de Sudán.
Las fuerzas armadas, presuntamente compuestas tanto por el ejército regular como por las temidas milicias tribales Janjawid Rapid Support Forces (RSF), se desplazaron para dispersar a la multitud. Las masas han demostrado un inmenso valor bajo el fuego. Hasta ahora han muerto al menos 10 personas y hay decenas de heridos. Sin embargo, la gente sigue hoy en las calles, cantando en señal de desafío: “Los revolucionarios y el pueblo libre continuarán el camino… los revolucionarios no tienen miedo a las balas”. Las imágenes en Internet muestran a las fuerzas de seguridad intentando dispersar a grandes multitudes de manifestantes con gases lacrimógenos, mientras la gente canta: “El pueblo es más fuerte” y “¡La retirada no es una opción!”
Esta provocación ha despertado a la revolución sudanesa de su letargo. A pesar de la decepción y la desmoralización de los últimos dos años, las masas comprenden las implicancias del retorno del gobierno militar. Sus aspiraciones revolucionarias de democracia y existencia digna siguen intactas y no están dispuestas a rendirse a la barbarie y la dictadura sin una lucha a vida o muerte.
Impasse de la revolución de 2019
En abril de 2019, una ola revolucionaria derrocó al dictador y antiguo jefe militar de Sudán, Omar al-Bashir. Sin embargo, como las masas no lograron tomar el poder en sus manos, un autodenominado Consejo Militar de Transición (CMT), formado por la cúpula de las fuerzas armadas, ocupó el lugar en un intento de apropiarse de la revolución. Esto condujo a un punto muerto, con las masas movilizándose en las calles, y la élite gobernante maniobrando por medio de la negociación y las falsas promesas, tratando de esperar el tiempo para volver a consolidar su poder.
Con el estancamiento de las negociaciones para un gobierno civil y el aumento del movimiento por abajo, el SPA convocó una poderosa huelga general en mayo que paralizó el país. El poder estaba en manos de la revolución. De hecho, los informes sugerían que el 98% de los funcionarios del Estado estaban en huelga, lo que indicaba que se adherían a la autoridad del comité de huelga del SPA, y no al gobierno. Lo único que hacía falta era un llamamiento a los soldados para que se unieran a la revolución y derrocaran a todo el viejo y podrido régimen, que intentaba desesperadamente seguir vivo.
Sin embargo, al cabo de dos días, la SPA suspendió la huelga en favor de la continuación de la “desobediencia civil”. El impacto desmoralizador de esta decisión dio lugar a un giro hacia la contrarrevolución que entonces encabezaba el archirreaccionario general Mohamed Hamdan Dagalo (alias Hemeti), comandante de la milicia tribal de la RSF. Bajo el mando de Hemeti, la RSF atacó las concentraciones el 3 de junio y desató una ola de terror en Jartum, matando a más de 100 personas y agrediendo a cientos más.
En lugar de acallar a las masas, esta atrocidad las estimuló. Presionaron al SPA para que convocara una nueva huelga general el 9 de junio, lo que obligó al TMC a retroceder. Pero luego el SPA volvió a desconvocar esta huelga en señal de “buena voluntad” hacia el TMC, y reanudó las conversaciones, que finalmente culminaron con un acuerdo de reparto del poder el 4 de julio. Se creó un gobierno de transición militar-civil para supervisar la “transición a la democracia” de Sudán. A su cabeza había un Consejo Soberano, con un equilibrio entre los líderes militares y los representantes civiles de la revolución.
Este acuerdo de “compromiso” se consideró, con razón, una traición, que equivalía a invitar a los carniceros de la revolución a formar parte del gobierno, en lugar de confiar en la fuerza de las masas para derrocar al antiguo régimen. El actual líder golpista, Burhan, era de hecho el presidente del mismo Consejo Soberano que acaba de disolver. Forma parte del viejo y podrido régimen de Bashir por cuya derrota las masas sudanesas derramaron su sangre. Lo mismo ocurre con Hemeti, que también fue invitado a participar en este gobierno de transición.
Al participar en este gobierno junto con estos reaccionarios, los líderes del SPA prepararon el camino para la situación que vemos desarrollarse hoy. En cada etapa, en lugar de confiar en la fuerza de las masas, los líderes de la Revolución Sudanesa han tratado de acomodarse y encontrar un terreno común con las fuerzas de la reacción.
El golpe
Sobre esta base, este último golpe no fue una sorpresa para nadie. Fue preparado por una crisis creciente. El país estaba asolado por graves dificultades económicas incluso antes de la pandemia de COVID-19. A principios de 2020, la ONU estimó que 9,3 millones de personas del país, el 23% de la población, necesitarían ayuda humanitaria inmediata ese año. Esta cifra seguramente ha aumentado mucho desde entonces, dado el impacto combinado de la pandemia, un grave ciclo de inundaciones y sequías, y una oleada de nubes de langostas que destruyeron las cosechas.
El país tiene una carga de deuda de 60.000 millones de dólares: el equivalente al 200% de su PIB. Estados Unidos se ha comprometido a enviar 377 millones de dólares en ayuda sólo este año, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha acordado condonar más de 50.000 millones de dólares de la deuda externa de Sudán en tres años. Esta “ayuda” imperialista viene con condiciones. Se ha presionado al gobierno de transición para que aplique un programa de austeridad, el más reciente de los cuales ha sido el recorte de las subvenciones a los combustibles. Este fue uno de los principales factores detrás de la revolución en 2019, junto con la eliminación de los subsidios al pan (que ha vuelto a ser objeto de consideración), y la alta inflación – que alcanzó un máximo histórico de 363,10 por ciento en abril de 2021. En resumen, todos los viejos problemas permanecen, lo que lleva a un creciente resentimiento hacia el gobierno de transición.
Los liberales, como el primer ministro Hamdok, que desde el principio fueron arrojados a la vanguardia de la revolución, no sólo no han criticado estas medidas, sino que han asumido la responsabilidad de las mismas y han encabezado su promulgación participando en el gobierno. Quedaron hipnotizados por la “promesa” de las fuerzas armadas de entregar el poder a un gobierno elegido democráticamente, y avalaron los ataques contra los trabajadores y los pobres.
Pero los militares nunca tuvieron intención de ceder el control. Las tensiones en el seno del gobierno de transición han ido aumentando desde 2019, lo que ha provocado repetidos fracasos a la hora de acordar leyes. Un reciente intento de reducir el gasto en seguridad provocó una reacción de los líderes militares, que dejaron de participar en las reuniones conjuntas con los líderes civiles. Las negociaciones también se han dilatado en torno a una investigación prevista sobre la sangrienta represión de 2019 -¡lo que no es de extrañar, ya que los responsables están sentados en el Palacio Presidencial desde entonces!
Debido a este bloqueo, el gobierno de transición ya había retrasado las prometidas elecciones de un gobierno civil hasta 2023. A lo largo de 2020 se organizaron una serie de manifestaciones por parte de los comités de resistencia de base, que pretendían presionar al gobierno para que acelerara el ritmo de las reformas económicas y políticas. Y en septiembre se frustró otro intento de golpe de Estado, en el que los líderes civiles y militares se acusaron mutuamente de estar detrás.
Era evidente que los militares estaban provocando la crisis económica y política, esperando que los políticos civiles se volvieran lo suficientemente impopulares como para poder tomar el poder. Fuera de los centros urbanos, los generales han estado tratando de ganarse el favor de las élites tribales que antes se beneficiaban del patrocinio del régimen de al-Bashir. Estos parásitos corruptos y retrógrados ven, con razón, que las aspiraciones de la revolución sudanesa en materia de derechos democráticos, derechos de las mujeres, etc., son una amenaza para sus privilegios. Uno de estos jefes tribales dirigió un bloqueo del mayor puerto de Sudán en el Mar Rojo, con apoyo militar tácito, estrangulando el acceso de Sudán a las divisas, los alimentos y el combustible.
En las semanas previas al golpe, se produjeron plantones ante el Palacio Presidencial de Jartum por parte de multitudes que pedían el relevo militar del “gobierno del hambre”. Era evidente que estos manifestantes habían sido organizados, y muchos de ellos traídos directamente en autobús, por los militares. Pero se encontraron con movilizaciones mucho más amplias de elementos pro-democracia, que revelaron el verdadero estado de ánimo. A pesar de la frustración por el estancamiento del gobierno de transición, las masas no tolerarán la vuelta a la dictadura militar.
La amenaza de la reacción de las masas revolucionarias ha sido lo único que ha impedido hasta ahora que los militares tomaran el poder por completo. Pero los generales pensaron que el tiempo se estaba acabando para hacer su jugada. Al ver que crecen las protestas prodemocráticas, parece que han decidido que es “ahora o nunca”.
La llamada “comunidad internacional” (es decir, los diversos actores imperialistas con intereses en Sudán) también pudo ver hacia dónde soplaba el viento. Un enviado especial de EEUU visitó Sudán tres días antes del golpe en un intento fallido de suavizar las cosas, instando a una transición pacífica hacia un gobierno civil. Por supuesto, los imperialistas han emitido condenas hipócritas contra un golpe que todos veían venir. Lo último que quieren es revitalizar el movimiento revolucionario que vimos hace dos años. Pero ahora los militares han hecho su movimiento, y las masas han respondido.
El camino a seguir
Pero hay que decir que, tras la primera huelga general de mayo de 2019, las masas ya tenían efectivamente el poder en sus manos. Fue sólo la estrategia conciliadora del SPA la que permitió a los militares, los restos del viejo orden, mantener el control del poder.
En julio de 2019, escribimos lo siguiente:
“El TMC es un descendiente directo del antiguo régimen. En cada giro de los acontecimientos, ha demostrado sin lugar a dudas que no se comprometerá con las masas revolucionarias a quienes considera una amenaza para la posición de la clase dominante. Encabezado por sus tropas de choque Janjawid, han estado aterrorizando a las masas durante toda la revolución. En cada paso, su objetivo ha sido alargar el tiempo para desorientar y cansar el movimiento, con el fin de lanzar nuevos contraataques. El presente acuerdo es una continuación de los mismos métodos. El acuerdo no hace nada para tocar el poder del TMC y el resto del antiguo régimen que queda completamente intacto. Pero bajo su disfraz, el TMC intentará desmovilizar a las masas y crear las condiciones para restaurar el “orden”, es decir la sumisión total de las masas al régimen“. (Sudán: ¡No a un compromiso traicionero. Finalizar la revolución!).
Estas palabras de advertencia se han confirmado al pie de la letra. A partir de aquí, no puede haber más compromisos. El llamamiento a la acción del SPA ha suscitado una gran respuesta de las masas, pero ninguna protesta sin sentido convencerá a los jefes del ejército de que se retiren. De hecho, fue la falta de un plan claro durante el levantamiento de 2019 lo que contribuyó a su estancamiento.
El Partido Comunista ha hecho un llamamiento a la huelga general. Este es el camino a seguir y debe ser asumido, coordinado adecuadamente y generalizado en todo el país por el SPA. Los comités de barrio formados en el levantamiento de 2019 ya se están reconstituyendo. Estos organismos deben convertirse en la base de una lucha revolucionaria coordinada para derrotar definitivamente a la junta militar. Los comités de barrio y de huelga deben confraternizar con los soldados, romper las fuerzas armadas en líneas de clase y fortalecer la revolución para un enfrentamiento final con Burhan y los generales.
El TMC ha demostrado una y otra vez que es un agente irreconciliable de la contrarrevolución. No se puede negociar con él, sólo derribarlo, lo que sólo pueden lograr las masas sudanesas, confiando en su propia fuerza. Una vez repelido el golpe y derrotada la junta, hay que convocar una Asamblea Constituyente para establecer una auténtica democracia, sin ninguna participación de los mandos militares reaccionarios, cuyas riquezas y propiedades deben ser expropiadas para ayudar a reconstruir el país.
Está claro que el capitalismo es incapaz de resolver los graves problemas que afectan a las masas sudanesas. En última instancia, sólo un gobierno socialista de trabajadores y campesinos será capaz de dar los pasos necesarios para rechazar toda la deuda externa, romper con el imperialismo y gestionar la economía sobre una base democrática. El pueblo de Sudán ha demostrado un valor y una tenacidad notables en el pasado; debe hacerlo de nuevo y completar las tareas iniciadas por la revolución de 2019.
El indulto a los presos políticos catalanes del Procés ha provocado una airada reacción de la derecha, que trata de agitar a sus bases sociales para desgastar a Sánchez. Sin embargo, sectores clave de la clase dominante han apoyado la medida más o menos explícitamente, seguros de que sus intereses se defienden mejor haciendo esta pequeña concesión al independentismo catalán ¿Cuál debe ser la posición de la izquierda?
Nuestra posición
Primero, queremos dejar claro que defendemos incondicionalmente el derecho de autodeterminación del pueblo catalán, que es apoyado por el 75,1% de la población catalana, según el último sondeo del Centre d’Estudis d’Opinió de la Generalitat (CEO). Debe ser el pueblo catalán quien decida si quiere formar un Estado propio o permanecer dentro del Estado español. La unión “forzosa” sólo consigue incrementar las suspicacias y odios nacionales, lo que va en contra de la hermandad y la unidad de las clases obreras catalana y española. Sólo el reaccionario aparato de Estado español, con sus jefes del Ejército, de la policía, la Guardia Civil, la judicatura, y su monarca al frente, y los grandes capitalistas que lo sustentan, están interesados en imponer la unidad “forzada” del Estado español por los enormes privilegios e intereses económicos y de prestigio que les provee.
Ante la oposición feroz del Estado español y su Constitución al ejercicio de este derecho ansiado por la mayoría del pueblo catalán, consideramos legítimo todo intento que trate de ejercerlo por la acción directa de masas, como fue el referéndum del 1 de octubre de 2017. Por tanto, consideramos a los 12 presos del Procés como presos políticos, y exigimos su liberación incondicional y la anulación de sus condenas. Igualmente, exigimos la anulación de todos los cargos a los 3.000 republicanos catalanes encausados por diferentes denuncias y a los representantes políticos catalanes exiliados. Desde el punto de vista legal, siempre hemos defendido su amnistía; pero en la medida que desde el gobierno central se les otorga el indulto sin obligatoriedad de arrepentimiento ni disculpa, también lo apoyamos.
Nuestra posición nada tiene que ver con los cálculos cínicos de la política burguesa –que están presentes en el PSOE, la Generalitat y los sectores decisivos de las burguesías española y catalana– para “encauzar” la vuelta de los partidos independentistas mayoritarios, ERC y Junts, a la vía de la autonomía constitucional, a cambio de estos indultos; defendemos la libertad incondicional de los presos por consideraciones elementales de justicia y democracia.
La reacción contraataca
Por supuesto, la reacción no ha perdido el tiempo para lanzar gritos de espanto y poner en marcha todos sus resortes para movilizar a su base en la pequeña burguesía reaccionaria. El aparato del Estado no les va a la zaga, sobre todo la casta judicial. Así, un informe del Tribunal Supremo, consideraba el indulto como “una solución inaceptable”. El rechazo del Supremo a los indultos obligaba legalmente al gobierno a otorgar un indulto parcial. Al final, el gobierno ha decidido eliminar la pena de cárcel, sin anular la condena, y mantener la inhabilitación de los indultados a ocupar cargos públicos.
También tuvimos la concentración en Madrid el 13 de junio, con el apoyo de PP, Vox y Ciudadanos, para mostrar su rechazo a los indultos que congregó apenas a 25.000 personas, según la Policía nacional, que muestra el cansancio de la población a la manipulación del tema catalán por parte de la derecha. A esto se añade el fracaso de la campaña de recogida de firmas contra los indultos: unas 300.000 hasta la fecha. En un arrebato histérico, la presidente de Madrid Díaz Ayuso, conminó al Rey a no humillarse firmando los indultos, condición legal para que sean efectivos. Eso fue el colmo de la estupidez, ya que hará pasar a Felipe VI como un “traidor a España” y un “cobarde” ante los suyos. Y además, ha destapado algo importante: el peligro reaccionario de los poderes constitucionales de Felipe VI quien, legalmente, tiene la última palabra para sancionar (o rechazar) cualquier Decreto o Ley de un gobierno elegido democráticamente.
La gran burguesía española a favor del indulto
Con todo, lo verdaderamente relevante es que los sectores clave de la clase dominante sí están a favor de la medida, incluyendo la patronal CEOE. Los burgueses inteligentes entienden que los indultos son el único instrumento para tratar de apaciguar la situación catalana y favorecer la integración de los dirigentes de ERC y Junts en la vía autonomista. Estos necesitan ofrecer algo a sus bases para justificar la congelación de la llamada vía unilateral a la independencia y volver al autonomismo anterior al Procés. El máximo dirigente de ERC, Oriol Junqueras, ya declaró que “la vía unilateral es indeseable e inviable”, para dejar clara la actitud del nuevo Govern de la Generalitat. Es interesante al respecto el Editorial de El País, el vocero principal de los bancos y de las grandes empresas españolas, del pasado 30 de mayo, donde afirmaba: “Las sentencias contribuyeron a superar la fase más aguda de la crisis, pero no han resuelto de forma definitiva el reto existencial para la democracia española que supone el independentismo” (Énfasis nuestro).
Y, más adelante:
“Sí hay bastantes pruebas de que el no a todo de gobiernos anteriores ha favorecido el crecimiento independentista en la última década. La situación es ya difícil. Pero se convertiría en una catástrofe inmanejable si un salto cualitativo convirtiese las posiciones en favor de la secesión en ampliamente mayoritarias.” (Énfasis nuestro)
Ellos comprenden lo mismo que nosotros. La cuestión catalana es un “reto existencial” para el régimen burgués español porque una eventual independencia de Catalunya sería un golpe demoledor para el aparato del Estado: al misticismo de su imbatibilidad, a sus prebendas y privilegios, a la ideología centralista sobre la que reposa el hipnotismo que ejerce sobre la pequeña burguesía, al prestigio de un ejército y un monarca incapaces de evitar la ruptura del Estado impuesta por el movimiento revolucionario de las masas catalanas. También atacaría al corazón de la clase dominante porque una eventual independencia de Catalunya, además de suprimir su control directo sobre un territorio que concentra el 20% de la riqueza del Estado, mercados e ingentes recursos industriales, debilitaría significativamente la autoridad del Estado y el miedo de las masas trabajadoras al aparato de represión que aquélla necesita. Este sector de la burguesía comprende mejor que sus obtusos y mediocres representantes en el aparato del Estado y los partidos de derechas que el arrinconamiento sin escapatoria del movimiento independentista, en un contexto de crisis de régimen y descontento social, podría convertir las posiciones independentistas “en ampliamente mayoritarias”, lo que “se convertiría en una catástrofe inmanejable”; esto es, en un movimiento revolucionario en Catalunya en toda regla y la obligación del ejército de intervenir con consecuencias imprevisibles.
Disputar la calle a la reacción españolista
En realidad, la rabieta de la derecha y de la ultraderecha tiene como único objetivo preservar el prestigio del aparato de represión del Estado (policías, jueces, ejército) y debilitar todo lo que puedan al gobierno. Al festín se han sumado “exdirigentes” del PSOE, como Felipe González, completamente degenerados política y personalmente, que actúan como agentes de la reacción y del aparato del Estado. No pueden ocultar su odio personal a Pedro Sánchez y desearían verlo caer y que fuera sustituido incluso por la derecha sin ningún remordimiento. Estos personajes han atravesado con creces el Rubicón, y sólo podemos calificarlos como enemigos de clase (Felipe González, Guerra, Corcuera, Leguina, Redondo Terreros, etc.). Aun así, no estamos en otoño de 2017, un sector amplio de la clase trabajadora que quedó confundido, desorientado, y cayó temporalmente preso de los cantos de sirena del nacionalismo español reaccionario, ya ha saldado cuentas con este pasado, y comprende el peligro que representa la derecha y cómo manipulan los sentimientos nacionales para sus sucios propósitos. Muchos trabajadores, de hecho, respirarán aliviados, en la creencia de que los indultos podrían distender la situación en Catalunya y volver a una situación de mayor estabilidad.
En este contexto, la izquierda no debería dejarse ganar la calle por las turbas de la derecha. En Catalunya y en el resto del Estado, sin dejar de exigir la amnistía, habría que organizar movilizaciones demandando la anulación de las condenas y cargos contra todos los procesados, y la vuelta de todos los exiliados sin represalias. Sería un error permanecer pasivos porque los indultos ya sean un hecho, aun con sus limitaciones antidemocráticas. Se trata de combatir frontalmente el nacionalismo españolista con su tufillo franquista y opresor, exigir la depuración del aparato del Estado de franquistas y reaccionarios, y de volver a levantar firmemente la bandera del derecho de Catalunya a su autodeterminación.
Las masas de Myanmar continúan oponiendo resistencia a la Junta Militar a pesar de las detenciones masivas y de las decenas de muertos en las calles. Ha pasado más de un mes desde que los militares tomaran el poder y aún no han logrado restablecer ninguna apariencia de estabilidad. Por el contrario, las tensiones de clase se están intensificando, como muestra la alianza de varios sindicatos para organizar una segunda huelga general en respuesta a la continua represión de los militares.
Las masas están decididas a deshacerse de la junta, como demostraron el pasado domingo en una jornada de nuevas protestas masivas, de las más grandes del movimiento hasta ahora. La única respuesta que tiene el régimen militar es intensificar la represión. En Mandalay, ese mismo domingo hubo al menos 70 detenidos cuando decenas de miles de personas inundaron las calles. Se produjeron escenas similares en Rangún, la ciudad principal, y en otras ciudades del país. Hasta ahora, cerca de 1800 manifestantes han sido arrestados y más de 60 asesinados.
Las tensiones también aumentaron el domingo cuando un líder local de la Liga Nacional para la Democracia (NLD) fue encontrado muerto en un hospital militar después de que las fuerzas de seguridad lo secuestraran en su casa. Al parecer, lo golpearon brutalmente.
Durante el fin de semana, la policía intensificó la campaña de terror. Rangún se convirtió en un coto de caza para la policía y el ejército, que llegaron a acordonar ciertos barrios de la ciudad. También ocuparon hospitales y universidades con la intención de detener a los manifestantes que habían resultado heridos durante los enfrentamientos en las calles. Las fuerzas de seguridad atacaron y arrestaron al personal médico, incluidas las ambulancias y su personal. Siguieron disparando incluso después de que las calles quedaran vacías, con la clara intención de aterrorizar a la gente.
Las fuerzas de la policía militar están intensificando su sangrienta represión contra los manifestantes a lo largo y ancho del país a medida que pasan los días. En estos momentos, más de 300 estudiantes y jóvenes están detenidos arbitrariamente en la infame prisión de Insein, cerca de Rangún. Anoche, se acusó en los medios de comunicación estatales a algunos destacados activistas estudiantiles en virtud del artículo 505.a del Código Penal, que prohíbe difundir declaraciones e informes “con intención de causar, o que sea probable que causen, el amotinamiento, descuido o incumplimiento del deber de cualquier oficial, soldado, marinero o aviador del Ejército de Tierra, la Marina o el Ejército del Aire”.
El joven líder estudiantil que aparece en este video, por ejemplo, fue arrestado el 3 de marzo y está siendo torturado por parte de las autoridades estatales en prisión. Es un destacado activista estudiantil y el vicepresidente de la Federación de Sindicatos de Estudiantes de Myanmar (ABFSU). La prisión de Insein es conocida por sus condiciones terriblemente inhumanas, por el abuso y la tortura mental y física de los detenidos.
Sin embargo, todo este terror aún no está teniendo los efectos deseados. En lugar de intimidar al pueblo, la represión lo empuja a emprender acciones aún más decididas. Como hemos visto, los principales sindicatos de Myanmar, sintiendo claramente la presión desde abajo, convocaron una huelga nacional prolongada el pasado lunes 8 de marzo, con el objetivo de efectuar un “cierre completo y prolongado de la economía de Myanmar” hasta que se restablezca la democracia.
En respuesta a la convocatoria de huelga se cerraron los principales centros comerciales, así como pequeñas tiendas y muchas fábricas. Secundaron la huelga trabajadores de la construcción, la agricultura y la industria, la sanidad y del gobierno. Se llevaron a cabo grandes concentraciones en varias ciudades del país.
En la ciudad norteña de Myitkyina, uno de los principales centros de las protestas en curso, dos manifestantes murieron el lunes tras recibir disparos en la cabeza. Mientras tanto, en el municipio del norte de Okkalapa, las protestas continuaron a pesar de los disparos y las detenciones por parte de las fuerzas de seguridad.
La huelga continúa, pero después del fin de semana, las marchas se han visto limitadas en algunas áreas por la fuerte presencia de las fuerzas de seguridad en las calles, particularmente en Rangún, donde los manifestantes construyeron barricadas para defender sus vecindarios. En otras partes del país ha habido importantes marchas, como en Mandalay, Monywa y Magway, entre otras.
Sin embargo, también habría que señalar que la declaración sindical conjunta emitida el 7 de marzo, aunque fue un acontecimiento positivo, llegó algo tarde. La convocatoria debería haberse hecho inmediatamente después del golpe, y debería haberse convocado una huelga general indefinida, no solo acción de un día que convocaron para el 22 de febrero, tres semanas después del golpe.
Esta última convocatoria ha atraído a un gran número de trabajadores, pero debido al retraso, también ha hallado a muchos con signos de agotamiento. Seguir haciendo huelga después de semanas de acción militante, especialmente en el sector privado, significa la pérdida de salarios y un mayor riesgo de perder el trabajo. Los trabajadores no reciben ningún apoyo financiero significativo.
Al mismo tiempo, el régimen sube la apuesta con su sangrienta represión. En tal situación, es fundamental que los trabajadores puedan vislumbrar la perspectiva de lograr una victoria pronto. De lo contrario, a pesar de su total oposición al régimen, podrían llegar al punto de no ser capaces de llevar a cabo una acción unida contundente.
Con todo, es un mérito para los trabajadores de Myanmar que, a pesar de la difícil situación, todavía luchan en las calles de Hlaingtharyar, un municipio industrial de Rangún. La mayoría de las industrias están ubicadas en esta zona de barrios marginales, y aunque la presencia militar en las calles ha impedido a los trabajadores manifestarse en el centro de Rangún, están protestando en sus áreas locales.
Otro ejemplo son los intentos del régimen de obligar a los trabajadores de los bancos privados a seguir trabajando como de costumbre. Hasta ahora, solo han logrado reabrir los bancos propiedad de la camarilla militar. El resto sigue paralizado por la huelga, lo que demuestra una vez más la fuerza de la oposición.
Estos acontecimientos, a pesar de la determinación de los trabajadores, confirman que las condiciones revolucionarias no pueden durar para siempre. Las ondiciones más favorables pueden echarse a perder por culpa de un liderazgo débil e indeciso.
En Rangún, en el distrito de Sanchaung, cientos de jóvenes manifestantes quedaron atrapados por las fuerzas de seguridad durante la noche del lunes entre disparos de la policía y controles domiciliarios para encontrar a aquellos de fuera del distrito que hubieran sido protegidos por residentes locales. Finalmente, los jóvenes pudieron salir el martes por la mañana. Miles de manifestantes se habían presentado, desafiando el toque de queda nocturno, en apoyo a la juventud. El apoyo generalizado hacia los manifestantes se pudo ver cuando los residentes locales, arriesgándose a un severo castigo por parte de las fuerzas de seguridad, albergaron a los jóvenes en sus hogares. Además, muchos llevaron con sus coches a los jóvenes a un lugar seguro.
La convocatoria de una acción de huelga prolongada por parte de nueve sindicatos fue algo positivo. Aún así, como hemos visto, lo que hace falta es una huelga general indefinida, cuyo objetivo debe ser paralizar el país entero.
Pero esta es la segunda vez que se hace un llamamiento a la huelga general, y hasta ahora los militares no se han movido. Los jefes del ejército son plenamente conscientes de que ahora tienen mucho que perder si se ven obligados a devolver el gobierno a los políticos civiles. Las masas no se conformarán con que el ejército “regrese al cuartel”, sino que exigirán justicia por las matanzas perpetradas por el ejército y la policía.
Malestar entre las filas de la policía
Esto nos lleva a la cuestión de los “cuerpos de hombres armados”: el ejército y la policía, que están al servicio de las clases privilegiadas y propietarias. La gente está acostumbrada a la idea de que el propósito de un ejército es defender su país, y eso también se refiere a las personas que viven en él. Los oficiales militares de Myanmar no tienen un buen historial en lo que respecta a defender a su propio pueblo. Por el contrario, en más de una ocasión han matado a cientos e incluso a miles, como en 1988. También tienen un historial brutal en el trato a las minorías étnicas, como por ejemplo los rohinyá.
Una de las tareas más importantes de una dirección revolucionaria genuina en Myanmar sería dividir las filas del ejército en líneas de clase. Para que esto suceda, hace falta un movimiento que muestre a las filas del ejército y la policía que está trabajando para derrocar todo el sistema podrido, y no solo para traer de vuelta a la NLD.
No olvidemos que el programa económico de la NLD incluye más privatizaciones, lo que significa enriquecer a unos pocos a costa de muchos. Tampoco olvidemos que el gobierno de la NLD participó en la opresión de las minorías étnicas. Si bien las masas desean el fin inmediato del gobierno militar y el regreso a un gobierno civil, eso en sí mismo no eliminaría el peligro de un regreso de los jefes militares. La NLD, cuando estuvo en el cargo, hizo poco o nada para eliminar el poder de los militares y, por lo tanto, cualquier insubordinación entre las filas de los militares y la policía todavía supone el riesgo de sufrir un severo castigo.
A pesar de todo esto, es sorprendente ver cómo algunos policías se han negado a ser utilizados contra las masas. El célebre poeta comunista Berthold Brecht escribió en uno de sus poemas: “General, el hombre es muy útil; puede volar y puede matar; pero tiene un defecto: puede pensar”.
Mientras que el grueso de la policía sigue cumpliendo órdenes, hay un malestar creciente entre al menos una sección de la policía, ya que se ven obligados a reprimir a su propia gente día tras día. Pero la determinación de las masas está mostrando lo que podría ser posible si tuvieran una dirección revolucionaria clara.
Las imágenes de una monja católica pidiendo a la policía que no dispare a un grupo de jóvenes muestran, aunque de manera distorsionada, el impacto que podría tener un llamamiento a las filas de las fuerzas de seguridad:
Para los agentes de policía no es fácil manifestarse en contra de sus superiores. Saben que arriesgan mucho si lo hacen. Para que se produzca una insubordinación generalizada, las bases de la policía tendrían que estar convencidas de que el movimiento de masas va a derrocar a la actual Junta Militar y que quienes los reemplacen los protegerán contra cualquier medida disciplinaria.
Desafortunadamente, los líderes de la NLD no brindan el tipo de liderazgo que hace falta. Es por eso por lo que los informes recientes de policías rompiendo filas son aún más significativos y dan una idea de lo que sería posible con una genuina dirección revolucionaria de la clase trabajadora
“Algunos policías se han negado a cumplir las órdenes de disparar contra manifestantes desarmados y han huido a India, según una entrevista con un agente y unos documentos clasificados de la policía india.
“’A medida que el movimiento de desobediencia civil gana impulso y se dan protestas antigolpistas en diferentes lugares, recibimos instrucciones de disparar contra los manifestantes’, dijeron cuatro agentes en un comunicado conjunto a la policía en la ciudad india de Mizoram. ‘En esta situación, no tenemos agallas para disparar contra nuestra propia gente, que son manifestantes pacíficos’, dijeron”.
Según France 24
El Irrawaddy informó el 5 de marzo de 2021 de que más de 600 agentes de policía se habían unido al movimiento de desobediencia civil (MDL) de Myanmar contra el régimen militar. El mismo informe agrega que “el número de renuncias policiales ha aumentado drásticamente desde la violenta represión a finales de febrero”. De hecho, varios cientos de policías se han unido al movimiento de protesta.
Lo más significativo es el hecho de que “la policía que participa en el MDL dijo que solo aceptaría un gobierno electo. Algunos dijeron que ofrecerían su servicio si el Comité Representante del Pyidaungsu Hluttaw, que representa a los miembros electos del Parlamento de la Unión de la Liga Nacional para la Democracia, formase un ejército para luchar contra el régimen militar”.
El potencial de semejante ejército está presente en todas partes. Si se hiciera un llamamiento abierto a la rebelión a los policías de base y a los soldados, las fuerzas de seguridad podrían comenzar a resquebrajarse, y una parte significativa se pasaría al movimiento revolucionario contra el golpe.
No obstante, para que esto suceda, el movimiento tendría que dotarse de una estructura —como explicamos en artículos anteriores— de comités de acción coordinados elegidos en los lugares de trabajo, los barrios, los pueblos, hasta formar un comité nacional que podría presentarse como la voz de las masas. Un organismo así tendría la autoridad para apelar a las filas de la policía y el ejército y dividirlos en líneas de clase.
Pero no se trataría solo de dividir las fuerzas militares, sino también de organizar grupos de autodefensa de los trabajadores que podrían convertirse en la columna vertebral de una fuerza de defensa armada obrera. Tal fuerza, respaldada por las masas en los lugares de trabajo, en las áreas rurales, en los barrios de la ciudad, en escuelas y universidades, sería invencible.
El hecho de que las convocatorias de piquetes de autodefensa hayan tenido un eco generalizado entre la gente, especialmente entre la juventud, y que incluso se hayan hecho llamamientos a las organizaciones étnicas armadas para formar un ejército federal con el fin de contrarrestar a los militares estatales subraya el hecho que esta es una situación revolucionaria extremadamente favorable. Pero la falta de liderazgo es el factor clave que falta.
La autodefensa no es algo que los líderes de la NLD vayan a organizar. Representan los intereses del capital y, por tanto, no actuarán para socavar los instrumentos del Estado burgués. Hace falta un partido independiente de la clase obrera, un partido que haga un llamamiento revolucionario a los trabajadores para que tomen el poder y, en el proceso, dividir las fuerzas armadas en líneas de clase.
¿Pueden las Naciones Unidas y los Estados Unidos detener la contrarrevolución?
La verdadera tragedia es que las masas responderían con entusiasmo a tal llamamiento, pero debido a que no hay un liderazgo que esté preparado para emprender el camino de la revolución, se hacen llamamientos a organismos como las Naciones Unidas e incluso a países como EE.UU. Se les han hecho peticiones para que intervengan en Myanmar y destituyan a los militares del poder. La declaración de la Federación de Sindicatos de Myanmar el pasado 4 de marzo de 2021 es un ejemplo de ello:
Petición de ayuda a las Naciones Unidas, al gobierno de EE.UU. y al resto de naciones del mundo hacia ell pueblo birmano
La Federación de Sindicatos de Myanmar (ABFTU) está luchando contra la Junta Militar golpista desde el 8 de febrero. Es por ello por lo que varias organizaciones sindicales, incluida la ABFTU, fueron declaradas ilegales el 26 de febrero. La ABFTU forma parte del Comité de Huelga General (GSC). El 3 de marzo, 200 manifestantes, entre ellos 10 miembros de la ABFTU, fueron detenidos durante la marcha organizada por el GSC en la ciudad de Tamwe, cerca de Kyauk Myaung Traffic. Ese mismo día, la junta golpista reprimió las protestas en todo el país y asesinó a casi 40 manifestantes e hirió a cientos.
El Ejército, cuya función es la de defender al pueblo, está asesinando y torturando a sus ciudadanos como si fueran enemigos. La gente se encuentra desamparada. Por ello, la ABFTU pide a las Naciones Unidas, al gobierno de EE.UU. y a todos los países del mundo lo siguiente:
La paralización temporal de las inversiones en Myanmar.
La intervención inmediata de las Naciones Unidas o de sus ejércitos, incluido el de EE.UU., para poner paz en Myanmar.
El apoyo y reconocimiento del gobierno provisional, que incluye a la NLD, los líderes de los partidos étnicos y fuerzas democráticas.
La ayuda para redactar una constitución basada en la democracia federal.
Comité Central Organizativo Federación de Sindicatos de Myanmar
Las Naciones Unidas están debatiendo actualmente los términos de las resoluciones, ya que algunas de las potencias se niegan a usar la palabra “golpe” para describir la toma militar. China y Rusia, en particular, están en conflicto con Estados Unidos y la Unión Europea sobre cómo reaccionar ante el golpe, y eso se debe a que tienen diferentes intereses en el país.
Para EE.UU. y la UE, Aung San Suu Kyi (ASSK) y la NLD son los que mejor representan sus intereses en el país. Estos bloques imperialistas quieren abrir aún más la economía de Myanmar, como expusimos en un artículo anterior. Eso explica por qué están tan entusiasmados con la “democracia” en Myanmar.
Por desgracia, para quienes redactaron la carta anterior, el historial tanto de Estados Unidos como de la UE en la promoción de la “democracia” es, cuando menos, irregular. Reclaman la democracia cuando les conviene. Cuando no es así, hacen la vista gorda y siguen como si nada. Tal es el caso de Arabia Saudí, donde hay un régimen brutal, pero como a Occidente le interesa tener relaciones de trabajo con los saudíes, ya que tienen una enorme reserva de petróleo, no se les ocurre condenar al régimen.
Además, más allá de unas pocas palabras de condena y de algunas sanciones contra unos pocos individuos de la cúspide del régimen militar, Estados Unidos no va a enviar ninguna fuerza militar a Myanmar, pues ello supondría un enfrentamiento directo con China, algo que no puede permitirse en este momento.
El papel de China
La única potencia que tiene peso real en Myanmar, mucho más que Estados Unidos, es precisamente China, cuya política oficial es la “no injerencia”. “China no cambiará su política conciliadora y de cooperación, sea cual sea la evolución de la situación”, declaró recientemente el ministro de Relaciones Exteriores de China. Agregó que China busca la reconciliación comprometiéndose tanto con el gobierno civil derrocado como con la actual Junta Militar.
El régimen chino desea más que cualquier otra cosa la estabilidad en Myanmar, ya que tiene muchos intereses económicos en el país, al que considera dentro de su esfera de influencia. Myanmar tiene abundantes recursos naturales; su proximidad con China, una frontera compartida de 2.129 km de largo, y la imposición de sanciones por parte de Occidente en 1990, hicieron que el país se convirtiera en uno de los socios económicos estratégicos de China en la región. Después del año 2000, el dominio de China sobre la economía de Myanmar aumentó significativamente.
Xi Jinping visitó Myanmar en enero de 2020 y firmó junto con ASSK “33 acuerdos que apuntalan proyectos clave que forman parte de la emblemática Belt and Road Initiative, la visión de China de nuevas rutas comerciales vistas como nueva ruta de la seda del siglo XXI”. Acordaron acelerar la implementación del Corredor Económico China-Myanmar, una gigantesca infraestructura por valor de miles de millones de dólares, [100 mil millones de dólares según algunas fuentes] que incluye acuerdos sobre ferrocarriles, que uniría el suroeste de China con el Océano Índico, un puerto de aguas profundas en el conflictivo estado de Rajine, una zona económica especial en la frontera y un nuevo proyecto de ciudad en la capital comercial de Rangún”. (Reuters, 18 de enero de 2020)
China, como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, con su derecho de veto, no respalda las sanciones de la ONU y descarta totalmente cualquier intervención externa. Entonces, ¿qué espera lograr China en Myanmar? ¿Está apoyando activamente a los militares? La verdad es que China respaldará a cualquiera que pueda garantizar la calma, la estabilidad y un buen entorno empresarial.
Antes del golpe, habían establecido una buena relación de trabajo con ASSK y su partido, la NLD, ya que esta última entendía perfectamente que también les interesaba mantener buenas relaciones con su mayor socio comercial y también uno de los mayores proveedores de inversión extranjera directa -en su frontera norte. De hecho, las relaciones de China con Myanmar mejoraron después de que la Liga Nacional para la Democracia (NLD) formara gobierno. Los chinos consideraban a ASSK como alguien que podía garantizar la estabilidad.
El embajador chino en Myanmar, Chen Hai, declaró recientemente que “tanto la Liga Nacional para la Democracia como el Tatmadaw mantienen relaciones amistosas con China”.
Entonces, ¿a quién respaldará China? El régimen de Pekín ve la actual agitación en Myanmar como una amenaza para las enormes inversiones que ha acumulado en el país durante la última década. Por lo tanto, respaldarán a quien pueda garantizar un entorno que proteja sus intereses comerciales. Si la junta puede demostrar que puede proporcionar esa estabilidad, China establecerá relaciones de trabajo con ellos. Si, por otro lado, la junta no logra estabilizar el país y poner las cosas bajo control, podemos estar seguros de que, a pesar de su política de “no interferencia”, utilizarán el músculo económico de China para empujar a los generales hacia algún tipo de acuerdo con la NLD y ASSK.
El papel clave de China y la relativa debilidad del imperialismo estadounidense en el país explican las declaraciones del portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, tras el golpe: “Hemos instado a China a desempeñar un papel constructivo y a utilizar su influencia en el ejército birmano para poner fin a este golpe”.
La ironía de la situación es que es precisamente la postura moderada de la NLD la que está facilitando el régimen militar. Incluso desde su propio punto de vista liberal burgués limitado, llevar el movimiento a un nivel superior y hacer imposible que los militares consoliden su régimen, empujaría a los burócratas chinos a apoyarse en los jefes militares para llegar a un acuerdo y prepararse para la retirada a favor del retorno de la democracia burguesa formal.
Solidaridad internacional de la clase trabajadora
Los llamamientos a Naciones Unidas, a Estados Unidos o a la UE no valen el papel en el que están escritos. En Myanmar hay un conflicto de intereses entre las principales potencias y, por lo tanto, ninguna apelación a la ONU proporcionará la ayuda que necesitan las masas de Myanmar. Los dirigentes sindicales no deberían hacerse ilusiones en que tales llamamientos realmente puedan lograr algo. Lo que deberían hacer es atraer a los trabajadores del mundo.
Deberían comenzar con un llamamiento a los trabajadores del sudeste asiático, donde ya tenemos movimientos en curso, como en Tailandia y Malasia. En Corea del Sur, ya ha habido protestas de solidaridad con las masas de Myanmar. Tales llamamientos podrían tener un impacto significativo. Hemos visto cómo el saludo de tres dedos, adoptado por primera vez en Tailandia después del golpe de Estado en 2014, ha cruzado las fronteras nacionales y se ha utilizado en muchas de las protestas en Myanmar. Esto resalta el hecho de que los manifestantes se ven a sí mismos como parte de un movimiento internacional.
Si los líderes sindicales de Myanmar hicieran un llamamiento no solo para manifestarse en las calles, sino también para convocar acciones concretas de los trabajadores en los países vecinos, esto también ejercería una gran presión sobre los respectivos regímenes. El problema que tenemos es que los líderes sindicales en todas partes están totalmente comprometidos con el sistema capitalista en sus respectivos países y no piensan en términos de acción independiente de la clase trabajadora.
Pero no es en absoluto utópico pensar en términos de solidaridad internacional de la clase trabajadora. En el pasado, se han dado iniciativas a nivel local y de base. En mayo de 2019, tuvimos el ejemplo de los sindicatos italianos en Génova que se negaron a cargar generadores de electricidad en un barco de Arabia Saudita que transportaba armas. El barco había cargado armas anteriormente en Bélgica, y en su camino se había detenido en Le Havre, Francia, para cargar más armas, pero fue detenido por los estibadores franceses. Esta fue una protesta de los trabajadores franceses e italianos contra el continuo apoyo de Arabia Saudita a la guerra en Yemen.
Otro barco saudí también se vio obligado a abandonar el puerto francés de Fos-sur-Mer sin poder cargar armas con destino a Arabia Saudí. En 2008, tuvimos el ejemplo de un cargamento chino de armas para Zimbabwe, que tuvo que ser retirado después de que los estibadores sudafricanos, en solidaridad con sus compañeros trabajadores en Zimbabwe, se negaran a descargarlo.
Cuando tuvo lugar el infame golpe de Pinochet en Chile, en 1973, vimos muchos ejemplos de boicots de trabajadores al régimen. Un ejemplo fue el boicot de los trabajadores escoceses cuando se enviaron motores a reacción de la fuerza aérea chilena a la planta de Rolls-Royce en Escocia un año después del golpe, pero los trabajadores se negaron a trabajar en ellos.
Se trata principalmente de iniciativas de base tomadas por trabajadores de un país en solidaridad con trabajadores de otros países. Hoy, si los líderes sindicales de Myanmar, en lugar de dirigirse a Naciones Unidas y Estados Unidos, hicieran un llamamiento a acciones concretas por parte de los trabajadores de todo el mundo, indudablemente habría una respuesta.
Por lo tanto, se requiere una acción independiente de la clase trabajadora tanto dentro de Myanmar como en la arena internacional. Con una iniciativa audaz y revolucionaria por parte de los líderes obreros en Myanmar, combinada con acciones de solidaridad internacional de la clase trabajadora, este régimen sangriento podría ser derrocado.
Sin embargo, sin la dirección revolucionaria requerida, la Junta Militar podría sobrevivir, al menos por un breve período. Cuentan con la falta de dirección y esperan que, al seguir presionando, aumentar la represión violenta y perseguir a los activistas, puedan terminar logrando algún tipo de estabilidad.
¿Qué posibilidades tienen de lograrlo? Actualmente se encuentran en un punto muerto. Pero cuando las masas estén exhaustas, con la falta de dirección revolucionaria, la junta podría conseguirlo, lo que significaría una estabilización temporal bajo el régimen militar. Sin embargo, incluso si esto sucediera, sería un régimen sin base social y, por lo tanto, no podría sobrevivir tanto tiempo como los regímenes militares anteriores.
Sin una base social, solo podría gobernar a base de represión y eso significa que sería un régimen débil e inestable. Ahora hay toda una nueva generación de trabajadores que se ha acostumbrado a tener sindicatos, el derecho de huelga, etc. Sumado a esto, estarán las presiones de la crisis mundial del capitalismo. Las condiciones sociales y económicas empeorarán y, por tanto, el régimen militar no tendrá legitimidad alguna a los ojos de las masas. Por tanto, no sería un régimen duradero.
Existen todas las condiciones para la revolución, pero se requiere una dirección socialista revolucionaria decidida para transformar el potencial de la revolución en un derrocamiento exitoso del régimen y la transformación de la sociedad.
1.- El día de ayer comienzó a circular vía redes sociales la noticia de que un grupo de activistas fueron agredidas por un comando armado en las instalaciones de la Facultad de Estudios Superiores, Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México, la facultad está ubicada en el municipio de Naucalpan Estado de México.
2.- De acuerdo al comunicado de las activistas, un comando de 7 a 10 hombres portando chalecos, armas cortas y bates agredieron física y sexualmente a las mujeres que en ese momento se encontraban en el edificio A9. Realizando dos detonaciones al aire e hiriendo a algunas personas de gravedad.
3.- En un comunicado oficial de la Facultad no mencionan nada de la agresión, denuncian la destrucción de inmobiliario, de las oficinas del área jurídica y una parte de la Dirección.
4.- Tenemos que mencionar que la administración de la FES Acatlán tiene un historial de represión hacia los estudiantes que se han intentado organizar en cada una de las coyunturas, en la lucha contra la violencia hacia las mujeres, en contra del acoso, y las coyunturas de las luchas estudiantiles como el 2 de octubre u otras fechas emblemáticas.
5.- Aunado a esa situación la autoridad de la Universidad Nacional Autónoma de México, encabezada por Enrique Graue ha sido incapaz de resolver los conflictos que se han presentado en una serie de escuelas y facultades en torno al acoso sexual que existe. Lo que ha llevado a la extensión de diversos paros estudiantiles.
6.- Desde las Juventudes Marxistas y la Liga de Mujeres Revolucionarias nos manifestamos en contra de la represión y la actitud indolente de las autoridades universitarias para solucionar los conflictos estudiantiles y con las estudiantes en lucha contra el acoso.
7.- A su vez reiteramos que la única manera de derrotar la política represiva e indolente de la rectoría y las autoridades locales es mediante la acción organizada, unitaria y masiva de los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México. Involucrando a los estudiantes en la toma de decisiones en cada una de las acciones que pretendamos realizar para luchar contra la represión y el acoso sexual.
8.- La fortaleza del movimiento estudiantil y de las mujeres organizadas se encuentra en acciones masivas y contundentes contra la violencia de género, la represión y el acoso y mediante los métodos democráticos de decisiones en asambleas estudiantiles y de mujeres.
Por: Bloque Popular Juvenil (CMI-El Salvador) y La Izquierda Socialista (CMI-México)
Los militares han entrado en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) para de forma brutal reprimir a los estudiantes que protestaron contra el ilegitimo gobierno de Juan Orlando Hernández. Al menos 8 estudiantes han sido heridos. Este ataque se da a pocos días de que un grupo de Marines estadounidenses han ingresado al país centroamericano, evidenciando el apoyo del imperialismo estadounidense a este gobierno golpista. Las autoridades de la universidad, de igual forma, han sido cómplices del gobierno golpista, pero la represión se ha dado de forma tan bestial que incluso el Consejo Universitario ha tenido que condenarla.
En Honduras gobierna una camarilla ilegitima que el pueblo no ha elegido, ellos defienden los intereses de los oligarcas y son perros fieles de los imperialistas. La falta de apoyo entre el pueblo a los partidos oligarcas, sumado a su férrea oposición a los cambios democráticos, llevaron a hacerle un golpe de Estado al gobierno de Mel Zelaya. El gobienro de Mel puso una quinta urna donde consultaba al pueblo si estaba a favor de hacer una asamblea constituyente. Desde entonces las elecciones han sido una burla y en especial la del año 2017, donde se hizo un vergonzoso fraude, lo que provocó un levantamiento popular que puso en jaque al régimen.
En estos 10 años de gobiernos golpistas el pueblo ha vivido constantemente en carne propia la violencia, el aumento de la miseria y ha obligado a miles emigrar en condiciones penosas, esta es la causa fundamental de las caravanas migrantes. Los ataques contra el pueblo trabajador no se frenan, el último ejemplo son las recientes reformas privatizadoras a la salud y a la educación.
El pueblo de Honduras está agotado de esta vida a lo que se suma que cuando protestan se enfrentan a la represión. Los asesinatos del gobierno de JOH contra la población que protesta no se detienen. El pueblo ya no quiere más muertos, más golpeados, más baleados ni seguir oliendo a gas pimienta y lacrimógeno. El ataque a los universitarios del 24 de junio, es un reflejo de la falta de apoyo que tiene el gobierno, la única forma que tiene para sostenerse por la fuerza.
La propia universidad es un ejemplo claro del ambiente social. No hay semana en que haya clases regulares, pues de manera combativa, los universitarios salen una y otra vez a luchar. La dirección de Libre y el propio Mel Zelaya han llamado de forma correcta a protestar, aunque realmente han ido a la zaga del pueblo, quienes con su lucha siempre les llevan la delantera. No es suficiente con luchar, el pueblo de Honduras ya ha tomado las calles muchas veces, se necesita una estrategia y tácticas revolucionarias claras, algo que no ha ofrecido Libre ni Mel Zelaya.
Nosotros nos preguntamos ¿Los maestros y médicos no tienen razones para luchar? ¿Los transportistas no tienen razones para luchar? ¿Los estudiantes no tienen razones para luchar? ¿Los obreros y campesinos no tienen razones para luchar? ¿Las amas de casa y los desempleados no tienen razones para luchar? ¿Los hondureños que han emigrado no tienen razones para luchar? Por supuesto que sí y lo primero es echar abajo al régimen golpista. Debemos pegar todos unidos como un solo puño para acabar con el régimen y así tomar las riendas de la sociedad en beneficio de los oprimidos, necesitamos un cambio revolucionario estableciendo una auténtica democracia que emane del pueblo trabajador acabando con la farsa de democracia burguesa en la que hemos vivido y ha derivado en lo que tenemos ahora.
Salir a luchar de forma aislada sólo facilitará la represión del régimen. No basta bloquear carreteras, hay que parar la producción en su conjunto. Si el pueblo de Honduras es capaz de hacer una huelga general asfixiaría a este régimen golpista, dividiría a sus fuerzas represivas y les daría el último empujón que precipitaría su caída.
Pensamos que en cada centro de trabajo, en cada universidad, en cada barrio popular y en cada pueblo se deben hacer asambleas que preparen y organicen la lucha, eligiendo representantes que se reúnan regional y nacionalmente con el objetivo inmediato de organizar la huelga general acompañada de cierres de vías públicas y el llamado a una jornada mundial de solidaridad con el pueblo hondureño. Se deben rescatar las mejores tradiciones revolucionarias de Honduras como la de 1954. La combinación de la experiencia histórica con la audacia de la joven clase obrera es la clave principal para vencer el régimen de JOH.
El pueblo de Honduras tiene derecho a vivir dignamente, no bastará con echar a los golpistas. Ese hermoso país se ha convertido en un infierno bajo la dirección de los oligarcas e imperialistas. Es momento de que los obreros, los campesinos y el resto del pueblo pobre de Honduras, tome el poder en sus manos y también la producción para poner a la economía en beneficio del conjunto del pueblo y así erradicar la violencia, el desempleo y el hambre de forma definitiva.
El pueblo Hondureño pasaría de ser pisoteado a ser el gran ejemplo a seguir para los pobres del mundo, quienes les imitaríamos. El problema es que el capitalismo es un sistema decadente e irreformable, en Honduras se muestra la barbarie a la que conduce a la humanidad. A 10 años del golpe de Estado, es momento de enterrar a la dictadura y a su sistema capitalista. Así la represión y nuestros muertos no habrán sido en vano.
Desde México y El Salvador nos solidarizamos con nuestros hermanos universitarios reprimidos, rechazamos enérgicamente la represión en la UNAH. Enviamos nuestra solidaridad con la lucha del pueblo hondureño. Confiamos en que estarán a la altura de las tareas que la historia les ha puesto en su camino. Esta es una lucha literal de vida o muerte y sabemos que podrán vencer.
¡Alto a la represión del pueblo hondureño, fuera oligarcas del país!
¡Huelga general para botar a la dictadura de JOH!
¡Fuera los imperialistas de Centroamérica!
¡Por la confederación de repúblicas socialistas de Centroamérica!
El domingo 26 de mayo, miembros del Ejercito de Pakistán abrieron fuego contra una protesta pacífica en la zona de Jar Qamar al norte de Waziristán. Según informes, 13 personas han muerto y al menos 30 han resultado heridas. Muchos de los heridos se encuentran en estado critico.
Los medios de comunicación pakistaníes, tanto televisivos como impresos, siguiendo los dictados del Estado pakistaní, informan de esta brutalidad desnuda de una manera completamente hipócrita, reflejando la muerte de la llamada libertad de expresión. Los venenosos medios pakistaníes están fabricando la verdad por completo y afirman que estos manifestante atacaron el puesto de control del ejercito y el ejército abrió fuego en represalia. Un portavoz del Ejército pakistaní lo ha dicho en una declaración, que esta siendo explotada por sus prostitutas de los medios de comunicación, y todos los manifestantes están siendo etiquetados como traidores y agentes del enemigo.
Los manifestantes comprendían alrededor de 100 personas y estaban dirigidos por parlamentarios electos de la zona, incluido Ali Wazir. Iban a asistir a una sentada de la población local contra los secuestros en esa área. Cuando los manifestantes se acercaron a la sentada, la carretera fue bloqueada por el personal del ejército que intentó detenerlos. Se desató una feroz discusión entre el ejercito y los manifestantes, encabezados por los diputados, después de lo cual se permitió que los manifestantes pasaran. Cuando cruzaron las barricadas y avanzaron hacia la sentada, se dispararon ráfagas de metralleta con munición real y la gente empezó a caer en el camino. Muchos videos de esta brutalidad están circulando en redes sociales en este momento, pero ninguna autoridad gubernamental o fuente de medios les esté prestando atención. Ali Wazir fue arrestado inmediatamente mientras intentaba rescatar a una persona lesionada y fue puesto en custodia del ejército. El otro miembro del parlamento en la zona, Mohsin Dawar, fue declarado fugitivo y tuvo que reunir apoyo de la gente de su área en gran número para evitar ser arrestado por el ejército. El todavía esta dirigiendo una sentada en ese área.
Después del incidente, los servicios de teléfono y móviles fueron bloqueados en el área y un toque de queda fue impuesto. Ali Wazir fue presentado ante un tribunal antiterrorista al día siguiente y fue entregado a la policía por ocho días por orden del juez. En Pakistán, esto comúnmente significa un periodo de tortura brutal. El arresto de Ali Wazir fue ilegal, ya que, de acuerdo con la ley, un diputado no puede ser arrestado sin el permiso previo de la Asamblea Nacional y de su portavoz. Pero nadie se atreve a seguir esta ley en Pakistán.
Represión contra el PTM
Todos los manifestantes y dirigentes pertenecen al Movimiento Pastún Tahafuz (PTM), que esta levantando su voz contra las injusticias y la brutalidad del Estado pakistaní en las áreas tribales –llamadas comúnmente FATA en Pakistán– y para las pastunes en general. Debido a la presión del movimiento, estas áreas tribales se fusionaron a la provincia de Pashtunjwa el año pasado y se incorporaron al pliegue de la constitución y a las leyes pakistaníes. Esto acabó con el periodo de leyes negras, que negaba derechos básicos para la población del área, y que se impusieron bajo el Raj británico, el dominio colonial anterior a la independencia del país, y que continuó muchos después en la llamada independencia.
Este movimiento también demanda el fin de las operaciones militares en áreas pastunes y del patrocinio estatal del terrorismo en Pakistán. Solo unas semanas antes de este incidente, la Asamblea Nacional de Pakistán aprobó por unanimidad una enmienda constitucional, que fue aprobada por el diputado Mohsin Dawar. Pero ahora los mismos diputados estan siendo llamados traidores y enemigos del estado en televisión nacional y prensa.
El Estado pakistaní, siguiendo el dictamen del imperialismo estadounidense, usó estas áreas como plataforma de lanzamiento de la Jihad del dólar en Afganistán en los 80. Después de la invasión de Afganistán liderada por los Estados Unidos en 2001, y la llamada guerra contra el terrorismo, estas áreas se utilizaron nuevamente para imponer una guerra a favor de los beneficios del complejo industrial militar en los Estados Unidos. La gente de esta zona, junto con millones de personas que viven en Afganistán, se han enfrentado a las brutalidades de estas guerras imperialistas en las últimas décadas. Cientos de miles han sido asesinados, mientras que millones se han quedado sin hogar y se han visto obligados a vivir en la pobreza extrema. La guerra imperialista en Afganistán aún continua, estremeciendo la región de manera regular. El Estado pakistaní y su clase dominante se han beneficiado enormemente de estas guerras, se han llevado miles de millones de dólares, mientras que millones viven en la pobreza extrema y padecen el botín y el saqueo de la clase dominante en colaboración con las instituciones financieras imperialistas como el FMI y el Banco Mundial.
El PTM ha levantado su voz contra la brutalidad del Estado pakistaní, pero hasta ahora no se ha conectado con éxito con otras nacionalidades oprimidas que luchan contra esta brutalidad ni con la clase obrera del país en general. La dirección estaba apoyándose en los burgueses liberales y sus ideologías junto con otros partidos e instituciones corruptas del Estado, cuya bancarrota e impotencia han quedado expuestas en este incidente. El PTM tampoco pudo dar un programa detallado para reunir más apoyo en torno suyo. Ahora el Estado está explotando estas debilidades y ha caído fuertemente contra ellas, tratando de acabar con este movimiento de una vez por todas a través de la represión extrema y la brutalidad. Un portavoz del ejercito ya los había amenazado en una conferencia de prensa el mes pasado, diciendo que ‘se acabó el tiempo’.
Hay una furia y un arrebato en contra de toda esta brutalidad entre las masas, especialmente los pastunes, y se expresará de varias maneras en el próximo periodo. Ningún movimiento puede ser aplastado para siempre, se levantará una y otra vez hasta encontrar la manera de expresar sus quejas y la lava fundida del odio contra todas las instituciones estatales. Las masas regresarán de nuevo en grandes números, tarde o temprano, para ajustar cuentas con toda la sangre derramada por la clase dominante para proteger su lujoso estilo de vida y la riqueza saqueada. El tiempo de las masas oprimidas está lejos de terminar, aún no ha comenzado. Se ha demostrado una vez más que nada puede resolverse dentro de los limites de este sistema capitalista de clase y la única forma de avanzar es derrocándolo a través de una lucha revolucionaria de la clase obrera.
¡Por el fin de la represión estatal contra el PTM y la liberación inmediata de Ali Wazir y de todos los presos políticos!
¡Por la lucha irreconciliable contra el imperialismo y el fundamentalismo islámico!
Reproducimos a continuación un comunicado de los compañeros del Frente de Escuelas Democráticas Febrero 25 sobre una agresión que sufrieron en el estado de Chiapas, manifestamos nuestra plena solidaridad y repudio a la represión.
El día de hoy por la mañana un grupo de provocadores y golpeadores, encabezados por el Presidente Municipal del municipio de Chilón, Chiapas, Carlos Ildelfonso Jiménez Trujillo, así como de personal del Delegado Federal de Programas Integrales de Desarrollo en Chiapas José Antonio Aguilar Castillejos, entraron por la fuerza y con lujo de violencia (agrediendo física y verbalmente a los estudiantes y profesores que se encontraban en el lugar) a las instalaciones de la Universidad de Bachajón (UBACH), supuestamente a tomar medidas del terreno de nuestra Universidad ya que en ese mismo espacio se “construirá” la nueva Universidad para el Bienestar Benito Juárez García, impulsada por el Gobierno Federal para dicho municipio.
Nuestra UBACH lleva trabajando en ese espacio (predio donado legalmente por la comunidad) desde el año 2006 y ha sido, desde sus inicios un proyecto en beneficio de la comunidad, que ha beneficiado a miles de jóvenes estudiantes de bajos recursos del municipio de Chilón y de los municipios aledaños. No nos oponemos, al contrario, a que se funde la Universidad que forma parte del proyecto del Gobierno Federal, lo que no estamos de acuerdo es que se nos agreda y pretenda arrebatar un espacio que legalmente tenemos en posesión y que sirve para el sustento de la CCT y RVOE´s que hemos logrado gracias al trabajo de nuestra organización y la lucha de los pueblos que se suman a la consolidación de sus propios proyectos.
Por tal motivo repudiamos los actos de agresión y abuso de autoridad de Carlos Ildelfonso Jiménez Trujillo y José Antonio Aguilar Castillejos, exigimos respeto a la Universidad de Bachajón y a toda la comunidad escolar que forma parte de ella, hacemos responsable a los funcionarios y servidores públicos arriba citados, de cualquier agresión a nuestros compañeros estudiantes, padres de familia y maestros de la institución. Así mismo hacemos un llamado al Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador para que revise con detalle el proceder de sus funcionarios de gobierno y Delegados en las entidades federativas, tenemos el derecho y la obligación de defender lo que hemos ganado con la lucha social de los pueblos y sus organizaciones.
¡EXIGIMOS RESPETO A LA UNIVERSIDAD DE BACHAJÓN!
“MIENTRAS EXISTAN ESCUELAS DE PIE, NO HABRÁ PUEBLOS DE RODILLAS”
El 11 de febrero de 2019, la policía estatal pakistaní, conocida por sus arrestos ilegales, brutalidad y asesinatos de personas inocentes reprimió y arrestó a estudiantes y activistas de la Alianza de Jóvenes Progresistas de su oficina en Multan. Fueron cargos con numerosos casos incluyendo sedición. Otros lograron obtener una fianza previa al arresto, pero Rawal Asad todavía está en la cárcel y existe la amenaza de que la policía estatal lo torture en la cárcel y lo retenga para siempre. Su único delito es que él es un activista que está tratando de organizar a estudiantes y trabajadores contra las injusticias de los funcionarios universitarios, los empleadores y las instituciones estatales.
Los activistas fueron arrestados inmediatamente cuando se unieron a una protesta de solidaridad convocada por el Movimiento Pashtun Tahafuz (PTM) en Multan. Estaban protestando por el asesinato de uno de sus líderes, Arman Luni, quien era profesor universitario y fue torturado hace unos días por un oficial de policía. Arman murió a consecuencia de la tortura.
Rawal Asad es un estudiante universitario y activista político del Gobierno Emerson College en Multan. Desde los tiempos de la escuela secundaria, ha estado involucrado en protestas contra el aumento de los aranceles, por la restauración de los sindicatos de estudiantes y en muchos otros temas relacionados con los estudiantes. Actualmente, él está activo en el movimiento laboral y siempre está a la vanguardia de las luchas laborales y las protestas de los trabajadores por sus derechos, incluso contra la privatización de la asistencia médica, contra la falta de pago de salarios a los trabajadores y muchos más. En Pakistán, elevar la voz contra la injusticia se ha convertido en un delito tan grave que ahora los culpables están siendo juzgados por cargos de sedición.
La patronal y el estado pakistaníes han utilizado ampliamente las leyes de la era colonial para oprimir a los trabajadores, estudiantes y sindicalistas a través de la policía, que es una de las instituciones más corruptas y brutales de todas. Se llevaron a cabo numerosas protestas por Arman Luni, pero las personas arrestadas fueron liberadas de inmediato sin cargos graves. El estado está aterrorizado de que activistas como Rawal Asad puedan organizar esta ira y guiar a los estudiantes y trabajadores contra las brutalidades y la opresión del estado y las instituciones. Es por eso que está siendo victimizado y puede enfrentar largas penas de prisión. La Campaña de Solidaridad con los Sindicatos de Pakistán hace un llamamiento a los estudiantes, trabajadores y organizaciones para que se muestren solidarios con Rawal y su familia, ya que se enfrentan a lo peor, con su hijo en la cárcel y temen por su vida.
Envía un mensaje de solidaridad a su familia a través de esta campaña (contact@pakistansolidarity.org) y también mensajes que exijan la liberación inmediata al Embajador / Alto Comisionado de Pakistán, el Primer Ministro Imran Khan y al Tribunal Supremo de Pakistán (está disponible un borrador de texto para adaptarlo como lo prefieras ). Envía tus mensajes y correos a contact@pakistansolidarity.org
Para enviar mensajes:
Primer ministro de Pakistán Imran Khan Correo electrónico: info@pmo.gov.pkDirección: Secretaría de PM, Constitution Avenue, G-5/2, Islamabad, Pakistán Teléfonos: (+ 92-51) 9222666, 9225404, 9202759
Altos comisionados y embajadores de Pakistán en diferentes países: Consulte los correos electrónicos de contacto, los números de teléfono y las direcciones de su país en este enlace: https://www.embassypages.com/pakistan
Presidente del Tribunal Supremo de Pakistán: Asif Saeed Khan Khosa
Envía una moción a su sindicato de estudiantes y rama sindical para exigir la liberación inmediata de Rawal Asad y poner fin a los cargos en su contra. (descargue la moción modelo del enlace a continuación para enviarla a la secretaría / presidencia de su sucursal).
Descarga también el cartel de la campaña para distribuir a compañer@s y amig@s.
Me gustaría informarle de que la policía de la ciudad de Multan arrestó y presentó cargos falsos contra un líder estudiantil y activista social Rawal Asad el 11 de febrero de 2019. Su único delito es que asistió y mostró solidaridad con el mitin del movimiento Pashtun Tahaffuz. organizado contra el asesinato extrajudicial del profesor Arman Loni en Loralai Baluchistán. Rawal se encuentra recluido en prisión por un período indefinido con demoras innecesarias en los tribunales para otorgarle la libertad bajo fianza y liberarlo de la policía.
Nosotros en nuestra [… Unión de Estudiantes / Sindicato / Organización …] condenamos este acto de barbarie contra activistas sociales en Pakistán y exigimos la liberación de Rawal Asad de la cárcel y también que se retiren todos los cargos falsos, incluída la sedición.
Rawal Asad es un activista social comprometido y siempre está a la vanguardia, de pie, hombro con hombro con los estudiantes y trabajadores en el apoyo a sus luchas pacíficas. Esperamos que el estado proteja a tales activistas, ya que son la única esperanza para los pobres y oprimidos de Pakistán.