De manera oportunista el candidato del partido llamado Movimiento Ciudadano (MC), Álvarez Maynez, y hasta el coordinador del PRI en la cámara de diputados, el corruptazo Humberto Moreira, se han montado en la propuesta de modificación constitucional de la jornada semanal de 40 horas, como parte de la campaña presidencial y aprovechando la torpeza y burocratismo de la dirigencia de Morena, que dejó dicha iniciativa en el congelador.
En realidad la propuesta provino originalmente de la abogada y activista sindical Susana Prieto, dirigente del movimiento sindical en Matamoros y la frontera norte que marcó el inició del sexenio de López Obrador. Dicha iniciativa puede verse como un subproducto de ese movimiento sindical en el que el gobierno reformista jugó de árbitro, sin ponerse de lado de los trabajadores, e incluso personajes como Ricardo Monreal actuaron, de la manera traidora que caracteriza a este personaje, para desactivar ese movimiento.
Por supuesto que la derecha se manifestó inicialmente en contra. La candidata del PRIANPRD rechazó dicha iniciativa –incluso en el 2º debate presidencial condicionó su apoyo a que le quiten carga fiscal a los empresarios– y magnates como Carlos Slim la descartaron afirmando que es preferible trabajar más horas y ganar más que trabajar 40 horas y ganar menos.
Sin embargo, el reformismo de izquierdas lleva en sus postulados de conciliación de clases el germen de la traición. En lugar de apoyar sin reservas dicha iniciativa la coordinación parlamentaria abrió mesas donde, por supuesto, se coló el sector empresarial y sus representantes directos del PAN e incluso se aprobó una comisión que recogiera fundamentalmente las observaciones de las representaciones patronales. Con ello la propuesta comenzó a diluirse en la maraña parlamentaria con la “gradualidad” y “escalonamiento” que propusieron los empresarios para convertirla en letra muerta.
Por si fuera poco, por cálculos estrechamente parlamentarios el propio presidente AMLO llamó a la bancada de Morena y sus aliados a posponer la aprobación de dicha iniciativa, presumiblemente para concentrarse en la aprobación del paquete de reformas entre las que se encuentra la modificación al régimen de pensiones. Seguramente la intención fue la de no “recargar” demasiado la mano al sector empresarial, en un gesto típicamente bonapartista y de árbitro entre las clases sociales como es habitual en AMLO.
Con el virtual bloqueo de la burocracia de Morena, Susana Prieto –que hasta entonces formaba parte de la bancada de Morena– renunció a la misma con lágrimas en los ojos y llamó a los trabajadores a movilizarse para “sensibilizar” a los legisladores para que se aprobara dicha reforma. Susana Prieto también señaló entre los motivos de su renuncia la postulación de personajes recién venidos del PAN como Javier Corral. La infiltración de Morena de personajes de derecha –ya hasta Eruviel Ávila es “compañero de izquierda”–. El repudio natural de activistas del movimiento es un indicador del grado de degeneración acelerada de Morena y su burocracia. La torpeza y estupidez burocrática de Morena, por supuesto, está siendo aprovechada por personajes tan corruptos como Moreira que llaman de manera demagógica a la mayoría de Morena para aprobar la iniciativa de ley.
Hay que señalar, sin embargo, que la reducción de la jornada laboral, como bandera histórica del movimiento obrero, se impuso sólo como un producto y subproducto de las movilizaciones, organización de los trabajadores y de las revoluciones sociales. Tan sólo hay que recordar la lucha de los Flores Magón, históricas huelgas como las de Cananea y la huelga general de 1916 que dio impulso a la constitución de 1917. A nivel mundial la jornada de 8 horas es una conquista del movimiento obrero, no del cretinismo parlamentario o de la sola voluntad de los legisladores o gobiernos reformistas. La única manera de llevar a buen puerto dicha iniciativa es la organización independiente y combativa de la clase obrera, que rompa con las limitaciones del reformismo que sólo intenta administrar el sistema capitalista de forma diferente.
Incluso si logra aprobarse dicha reforma la clase dominante tendrá mil y un medios para recargar el costo de dicha reducción sobre la espalda de los trabajadores. Ya lo dijo Slim de forma implícita: si se aprueba será a costa de una reducción salarial. Los empresarios podrían recurrir al recorte de personal, a la sobrecarga de trabajo u otros medios para evadirla o escamotearla.
Bajo el capitalismo las reformas a favor de los trabajadores son precarias o sencillamente una tomada de pelo. La escala móvil de salarios, aumentos salariales dignos para toda la clase obrera –no sólo para los 6 millones que ganan el salario mínimo–, vacaciones y pensiones dignas –entre muchas otras demandas– sólo pueden asegurarse dentro de una economía planificada, es decir, derrocando al capitalismo e imponiendo –mediante el control democrático de los trabajadores y el pueblo– el socialismo.
El candidato cercano al exsecretario general, Carlos Romero Deschamps, del Sindicato Nacional de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) ha sido electo como dirigente con un 70%, no habrá cambios en lo fundamental dentro del sindicato, al cual lo han dominado grupos cercanos al PRI con la finalidad de mantener el control férreo de los trabajadores de una de las industrias estratégicas del país.
La oposición se presentó dividida y atomizada y el método de votación electrónica, propuesto por el gobierno federal mediante la Secretaria de Trabajo y Previsión Social no impidió el acarreo, la compra de votos y el uso de recursos del sindicato para favorecer al candidato oficial. El 30% de los trabajadores acudieron a votar, manifestaron su preferencia por otra opción, en un sindicato que ha sido controlado durante décadas por una mafia sindical corrupta y servil al poder político y económico.
El charrismo sindical y el saqueo a Petróleos de México
Definimos al charrismo sindical como el fenómeno de la fusión de la burocracia sindical con los intereses de la patronal y el Estado, con la finalidad de mantener un control férreo de los trabajadores y evitar que los sindicatos se conviertan en un organismo de organización y lucha por las reivindicaciones de la clase obrera.
Durante décadas los principales sindicatos estuvieron absorbidos por el partido en el gobierno: el Partido Revolucionario Institucional (PRI), mediante la Confederación de Trabajadores de México (CTM), el Congreso del Trabajo (CT) o diversas federaciones sindicales; asegurando la inmovilidad en el mundo obrero, mediante la represión, la violencia y el reparto de algunas concesiones a los incondicionales de las dirigencias sindicales. A cambio, los dirigentes sindicales recibían una tajada en el reparto de los puestos públicos: en diputaciones, senadurías, gubernaturas, secretarias y las manos libres para utilizar los recursos de los sindicatos y de los trabajadores.
Carlos Romero Deschamps, ex dirigente del sindicato petrolero, gran ejemplo de lo que representa el charrismo sindical. Foto: Twitter.
En la década de los 20´s del siglo pasado, un dirigente de la Central Regional Obrera de México, Luis N. Morones, excéntrico, le gustaba presumir anillos valiosos y trajes caros; cuando le cuestionaron por su estilo de vida, mencionó que un obrero no tenía por qué vivir en la pobreza, eso mientras miles de trabajadores ganaban salarios de miseria. El cinismo y corrupción de este dirigente sindical de la década de los 20s queda opacado ante las prácticas de Carlos Romero Deschamps: fue senador por parte del PRI, el comité sindical que encabezaba recibió montos millonarios equivalentes a 100 millones de pesos por concepto del 2% de todos los contratos privados que firmó Pemex en los últimos 30 años; es dueño de empresas contratistas e inversionista en la bolsa; manejó durante décadas de manera discrecional las cuotas sindicales y la caja de ahorro de los trabajadores petroleros y es dueño de propiedades inmobiliarias en Cancún y Miami.
En el año 2001, desde la dirigencia del sindicato petrolero se operó un desfalco millonario a favor del candidato presidencial del PRI, Francisco Labastida Ochoa por 1,500 millones de pesos, en lo que se conoció como el Pemexgate.
La burocracia sindical ha asegurado el control férreo dentro de una de las industrias más importantes del país. 89,000 trabajadores sindicalizados y aquellos contratados por otro régimen sostienen a Petroleros Mexicanos, la cual genera ingresos anuales por 350 mil millones de pesos, cual compite como la principal empresa del país con América Móvil, del ramo de telecomunicaciones, y cuyo dueño es el hombre más rico de México, Carlos Slim; el sindicato petrolero, que cuenta con 89,000 afiliados, es uno de los más poderosos del país. Lo que suceda a lo interno debe despertar el interés de los trabajadores y jóvenes conscientes.
El 31 de enero se llevaron acabo las elecciones sindicales para elegir nuevo secretario general, mediante votación universal y electrónica. Existen denuncias de acarreo, compra de votos, uso de recursos públicos para favorecer al candidato oficial, incluso del control y manipulación por parte de los dirigentes sindicales de las 36 secciones del país de la aplicación mediante la cual los trabajadores debían ejercer su voto.
El tesorero del saliente comité ejecutivo, participe del Pemexgate, Luis Ricardo Aldana, obtuvo 44,983 votos, o que representa el 70% de la votación, asegurando así la continuidad del grupo que ha dominado al sindicato petrolero durante las últimas décadas.
La 4T y la democracia sindical
La votación universal en lo sindicatos es un requisito tras la ratificación de la firma del tratado comercial entre México, Canadá, Estados Unidos. Los dirigentes sindicales de estos países exigieron una cláusula de protección a los empleos de sus respectivos países, argumentando que la mano de obra de la clase obrera mexicana es muy barata y está precarizada, lo cual los ponía en desventaja ante los capitalistas que luchan cotidianamente por que el costo de la fuerza de trabajo sea de bajo; adjudicando que una de las causas de esta situación es el control que los dirigentes sindicales charros ejercen sobre los trabajadores
Esto obligó a realizar reformas a la Ley Federal de Trabajo, en las cuales quedó plasmado que las directivas sindicales tendrían que ser electas mediante la votación universal y no mediante las convenciones o congresos nacionales y los convenios de revisión del contrato colectivo deberá someterse a la aprobación de la mayoría de los trabajadores.
En el caso concreto del sindicato petrolero, se llevaron acabo elecciones seccionales en noviembre de 2021 y para la elección del dirigente nacional, el gobierno federal, vía la Secretaria de Trabajo y Previsión Social propuso utilizar una aplicación para que la votación se llevara mediante una plataforma electrónica.
Tras la ratificació del T-MEC, las elecciones en los sindicatos deben realizarse mediante la votación universal, sin embargo la lucha porla democracia sindical continúa. Imagen: Conferencia mañanera.
Los aspirantes a dirigir el sindicato tuvieron algunos minutos para expresarse durante la conferencia mañanera del presidente, entre lo que podemos destacar lo siguiente:
La aspirante María Cristina Alonso expresó:
Son unos traidores. Esos proyectos están camuflajeados para darle continuidad a la corrupción de Carlos Romero Deschamps, intentan embaucar a los trabajadores para después continuar con el sometimiento a las bases, traidores que destruyeron el pilar principal de la Revolución Mexicana que es nuestro petróleo.
Por su parte, Esbayde Villaverde Acevedo, también aspirante, acusó a la secretaria de Trabajo, Luisa María Alcalde de ser un estorbo para los procesos sindicales y los trabajadores:
Consideramos, licenciada, que usted ha sido un estorbo para la justicia, consideramos desde el momento que usted no ha permitido seguir lo que tenemos que hacer ¿sí, licenciada? Desde el momento que usted les ha dado participación a esas personas, desde el momento que iniciaron las elecciones locales cuando debieron ser las de nacional, entre muchas otras cosas que tenemos. Licenciada, pido que de verdad no sea una traidora para la 4T.
Existe un sentimiento entre un sector de trabajadores, que desde las propias instituciones de gobierno se ha hecho poco para limitar el uso de recursos públicos y sindicales para apuntalar a los candidatos oficiales, combatir la corrupción de los dirigentes sindicales y limitar su participación en las elecciones.
Las modificaciones de la Ley Federal de Trabajo, la implementación de las elecciones universales y de la votación electrónica no limitó al charrismo sindical. Si bien los trabajadores debemos aprovechar cualquier oportunidad para deshacernos del corporativismo y los dirigentes sindicales corruptos, no podemos basar nuestra confianza en las instituciones o funcionarios de gobierno, los charros, cuya naturaleza es la del servilismo al poder económico y político en turno siempre encontrarán la manera de evadir las leyes y las reglamentaciones y las instituciones del Estado y sus representantes en aras de manifestar neutralidad optarán para no inclinarse a favor de los intereses colectivos de la clase obrera.
La democracia sindical mediante la acción de la clase obrera mediante la organización y la lucha; se obtendrá confiando en nuestras propias fuerzas, superando las dificultades que nos imponen dentro de la estructura sindical, organizando corrientes democráticas y revolucionarias sólidas, con un programa político-sindical correcto, comenzando un trabajo paciente de acercamiento y explicación entre la clase obrera.
La oposición y la necesidad de un sindicalismo democrático y combativo
La oposición al candidato oficial se presentó dividida y atomizada con 24 candidatos, juntos obtuvieron 18,343 votos, además cerca de 25,000 trabajadores petroleros no se presentaron a las elecciones, algunos de ellos sin duda no sentían la necesidad de votar debido a que no se sintieron representados en ninguno de los proyectos.
Sin duda décadas de control corporativo, no se difuminarán por obra de un solo acto, el control férreo que las dirigencias seccionales y la dirigencia nacional mantiene sobre las plazas de trabajo y algunas prestaciones plasmadas en el Contrato Colectivo de Trabajo es un factor importante que no se debe soslayar; se necesita de mayor organización, unidad y un programa claro que convenza a miles de trabajadores petroleros de deshacerse de los dirigentes sindicales corruptos.
Los más de 18 mil votos son una buena base para comenzar la constitución de una corriente sindical democrática nacional, que supere los limites de las secciones o regiones donde está presente el sindicato petrolero, además se tiene a 25 mil trabajadores en espera de ser convencidos que las cosas pueden cambiar radicalmente.
La voluntad para democratizar el sindicato es importante, pero a esto se le debe agregar un programa político – sindical y métodos correctos de construcción y organización.
A la consigna de democracia sindical se le debe dar contenido: se debe explicar que implica la realización de asambleas periódicas donde los trabajadores no solamente ratifiquen los lineamientos de los dirigentes, sino dónde se debata de manera fraterna y democrática, se escuchen todos los puntos de vista y opiniones de los trabajadores y se consideren para tomar una determinación. Implica la rendición de cuentas claras y periódicas del uso de los recursos del sindicato. E implica que los dirigentes sindicales deben someterse al escrutinio de todos los trabajadores, se debe abandonar la idea de que los actos de las directivas sindicales no tienen consecuencias y pueden permanecer impunes, cualquier dirigente sindical que cometa actos de corrupción o que atenten contra los intereses de los trabajadores deben ser removidos de manera inmediata, sin contemplaciones.
El sindicato debe ser una herramienta de unidad, organización, de lucha y concientización colectiva de la clase obrera, no una instancia de enriquecimiento y de negocios turbios de una casta de delegados y representantes sindicales.
Se debe confiar en la capacidad de la clase obrera, somos nosotros lo que creamos la riqueza y los que movemos la industria y la economía en este país, y en todos los rincones del mundo, la principal herramienta que tenemos para defender nuestros intereses colectivos es la unidad, la organización y la movilización, en el caso concreto de los trabajadores petroleros, tienen en sus manos una industria nacional estratégica. Cualquier petición, negociación con la patronal debe acompañarse de la movilización y la acción colectiva.
Resultados de las elecciones en el Sindicato de Trabaajdores Petroleros de la República Mexicana. Imagen: STPRM
La defensa del salario, las prestaciones y derechos adquiridos son fundamentales para la lucha sindical, no se debe permitir que se vulneren los Contratos Colectivos de Trabajo, pero debemos ser conscientes que cualquier concesión realizada hacia los trabajadores bajo el actual sistema, la clase dominante y los patrones, intentarán arrebatarla cuando la correlación de fuerza este a su favor. Por lo que, se debe plasmar en el programa de la lucha sindical, la necesidad de superar el sistema capitalista, origen de toda desigualdad y explotación; vinculando la lucha de nuestras necesidades básicas y el programa mínimo a la necesidad por la transformación radical de la sociedad, sin explotados, ni explotadores, es decir una sociedad socialista.
La educación política, la formación de cuadros político sindicales, es fundamental para mantener una estructura de las corrientes sindicales democráticas, cuando hablamos de cuadros sindicales no nos referimos solamente a la gestión honesta que todos representante debe realizar, o del conocimientos profundo de las leyes que regulan las relaciones laborales, lo cual también es importante; nos referimos a que los cuadros deben tener una visión íntegra de la lucha de clases, la sociedad, la economía y las coyunturas sindicales y políticas, por lo que necesitamos una herramienta que nos ayude a comprender íntegramente el mundo como clase trabajadora, consideramos que esta la podemos encontrar en las ideas del marxismo revolucionario.
El trabajo sindical, dentro de agrupaciones que han estado bajo el control del charrismo sindical durante décadas, es un hueso duro de roer, sin embargo no es algo imposible, capas completas de trabajadores están hartos de la corrupción y cinismo de los dirigentes, la organización debe comenzar por los sectores de vanguardia y más conscientes que han sacado conclusiones producto de los acontecimientos en la lucha de clases a nivel nacional, e incluso internacional, desean saber no solamente de la situación sindical concreta, sino tener una perspectiva más amplia en el conjunto de la clase obrera, organizando a este sector podemos comenzar un trabajo permanente y periódico mediante la propaganda y explicación paciente, persistente pero audaz entre las otras capas de trabajadores.
Los resultados en las elecciones del sindicato petrolero no debe llevar al desánimo, se deben sacar las lecciones necesarias para el futuro, potenciar los aciertos, reconocer y corregir los errores y deficiencias, implementar lo que nos hace falta; el charrismo sindical no es invencible, grandes acontecimientos y ventarrones de cambio recorrerán los centros de trabajo, incluso a aquellos que han permanecido durante décadas bajo la sobra del corporativismo; hasta el metal más resistente es maleable, si estudiamos a conciencia sus características y sabemos aplicar la fuerza adecuada en el lugar adecuado.
La reforma laboral aprobada por el gobierno de la IV República en abril pasado representa un ejemplo de las contradicciones de un gobierno reformista que manifiesta buenas intenciones pero termina actuando, intentando quedar bien con dios y con el diablo, en contra de sus propias declaraciones. Al propio tiempo, las bonitas palabras han desatado una efervescencia sindical muy interesante y tal vez sin precedentes desde la insurgencia sindical de los años setenta.
Un ejemplo de la nueva coyuntura es la lucha de la CNTE. El gobierno de AMLO podrá estar lleno de contradicciones insolubles y terribles decisiones- mismas que no hay que dejar de criticar y señalar desde un punto de vista de clase-, pero ningún sectario puede ocultar que ni con el PRI, PAN o PRD se podría haber aprobado una ley reglamentaria de educación que diera pase directo a los normalistas, ni que otorgara la intervención sindical en la asignación de plazas; parte de la lucha justa e histórica de la CNTE. Sin duda un triunfo de la organización de los maestros democráticos.
Más contradicciones entre las medias tintas del reformismo y el ánimo de lucha de los trabajadores las encontramos en la reforma laboral. Por una parte –según el análisis de abogados de izquierda como Manuel Fuentes– se supone que la reforma (en su artículo 358) tuvo la intención de asegurar la libertad y la democracia sindicales al promover el voto libre, directo y secreto de los trabajadores, además de prohibir la creación de sindicatos de protección o blancos. Pero al mismo tiempo (artículo 371 bis) la verificación gubernamental de esas votaciones es voluntaria -por lo que una dirección charra puede simplemente no acceder a ella- y la autoridad sólo está obligada a verificar dichas votaciones cuando “haya duda razonable”, con lo que deja en letra muerta dicha obligación. Con respecto a la existencia de sindicatos blancos pone una serie de obstáculos administrativos (artículo 390 bis) como el contar con al menos el 30% de la plantilla laboral para crear sindicatos democráticos que desplacen a los sindicatos patronales que imperan actualmente.
Además de ello, se dificulta el estallido de huelgas al obligar al sindicato emplazante a contar con un acuerdo previo del patrón (artículo 390), mismo que puede no darse por voluntad de este último y contar, para estallar la huelga, con más del 50% de votos favorables de todos los trabajadores afiliados. Se permite el outsourcing, esa forma moderna d esclavitud y precarización extrema, elimina la sanción al patrón en caso de falta de aviso de despido; en caso de demanda al patrón pone la carga de la prueba en el trabajador, lo que sitúa en desventaja a éste frente a un patrón que bien puede retener documentos de prueba, entre otros muchos puntos señalados por Manuel Fuentes y otros abogados como Juan de Dios Hernández Monge. Esos puntos regresivos representan los intereses de la burguesía y no de los trabajadores para quienes supuestamente se legisló.
Pero los trabajadores no suelen leer la letra pequeña de las leyes. La declaración de intenciones del gobierno ha bastado para abrir las compuertas de un movimiento sindical inusitado. Así sucedió, por ejemplo, con el decreto de aumento salarial del 16% y en teoría del 100% en la frontera desató una histórica lucha sindical en Matamoros y en otras regiones del país. Y si bien es cierto que ese aumento sólo se dio donde los trabajadores lo arrancaron mediante huelgas y paros, en la mayoría de los otros casos los empresarios simplemente no subieron el salario o lo compensaron con despidos. En realidad bajo el capitalismo el dinero y las empresas pertenecen al patrón y nadie -salvo la movilización de los trabajadores- les puede obligar a no hacer con su capital lo que les plazca.
Algo similar está sucediendo con la promesa de democracia sindical, no importa tanto que en la letra pequeña de la ley se dificulte la formación de nuevos sindicatos, en la vía de los hechos nuevos sindicatos están surgiendo y varios de ellos están obteniendo su toma de nota. Recientemente se ha conformado el sindicato del Conalep (Sinadoco) o el Petromex de Pemex; después de 30 años de lucha los trabajadores democráticos del Instituto Mora lograron, el 11 de junio pasado, el registro de su sindicato quienes al propio tiempo que han sido animados por la coyuntura luchan contra el recorte presupuestal a ciencia y tecnología; en la UNAM el Sitaunam -sindicato democrático de profesores- obtuvo su toma de nota en junio pasado; en la INHA también está surgiendo sindicatos opositores a los charros, en el Seguro Social está el caso del Sindicato Nacional Democrático de Trabajadores del Seguro Social (SNDTSS); en Puebla, el histórico SUNTUAP, que había recibido charrazos, está hoy dando la lucha por ganar nuevamente la titularidad y mayoría de los trabajadores y administrativos de la Universidad Autónoma de Puebla o el sindicato que pretende crear la abogada Susana Prieto con los trabajadores del norte del país, etcétera. Lo anterior muestra que más importante que la letra pequeña de la ley es el ánimo de lucha de los trabajadores que ha sido catapultado, sin duda, por el triunfo electoral del 2018. Dentro de los sindicatos existentes también se está desarrollando un proceso de lucha contra las viejas direcciones burocráticas.
En medio de estas contradicciones desconcertantes los trabajadores debemos encontrar nuestro propio camino, con independencia política del gobierno y con una política de clase propia. De la misma forma que en la revolución de 1910 el pueblo encontró su camino al margen de las vacilaciones de Madero, la clase obrera mexicana está obligada a maniobrar en la turbulencia política de la 4ª Transformación para organizarnos, crear un frente único de trabajadores y luchar por un verdadero cambio que sólo vendrá erradicando el capitalismo de raíz. Estamos en una etapa muy interesante de la lucha sindical.
El gobierno nacional avanza a toda velocidad intentando imponer el ajuste disfrazado de reforma. Así el combo de la reforma tributaria, previsional y laboral es de vital importancia para el empresariado en el gobierno para profundizar la transferencia de la crisis capitalista mundial sobre las espaldas de los trabajadores y el pueblo pobre.
En el marco de la crisis económica mundial empresarios, terratenientes y banqueros están en un disputa interna por ver quien ajusta más a la clase obrera como manera de intentar sostener una tasa de ganancia que les permita hacer pie en el mercado mundial. Es por eso que en un país tras otro vemos ataques, ajustes y contrarreformas sin excepción. Mauricio Macri es la expresión local de este fenómeno mundial.
Los economistas más lúcidos del establishment hablan de décadas de ajustes, producto de una crisis que no solo no tiene salida a la vista, sino que se encuentra ante la perspectiva de un recrudecimiento de la mano de una nueva recesión mundial.
Es por eso que la clase trabajadora solo puede confiar en sus propias fuerzas para derrotar y quebrar el ajuste de los ricachones y los patrones. En este marco saludamos, adherimos y participamos de la movilización y la jornada nacional de lucha contra la “Reforma” laboral, impositiva, previsional, educativa y de salud, del 6 de diciembre convocada por compañeros de ATE Nacional, la CTA Perón, la Corriente Clasista y Combativa, Barrios de Pie, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular, Aceiteros, Sipreba, Pepsico, Sutna, Conaduh, Ferroviarios del Sarmiento, Fesprosa, Cicop, Ademys, AGD UBA, el Sindicato de Ledesma, Sitraic, Suteba La Matanza y la adhesión de Amsafe, y la Comisión Gremial de La Toma de Rosario.
Ante la gravedad y magnitud del ataque que estamos recibiendo los trabajadores decimos que es necesario avanzar de manera concreta en la unidad de acción de todas las organizaciones sindicales que rechazan el actual programa económico de ajuste y miseria.
No podemos obviar la convocatoria que concentro a más de 300000 trabajadores realizada el 29 de noviembre por las corrientes que componen la Mesa de Unidad Sindical: la Corriente Federal de la CGT, la CTA Autónoma y la CTA de los trabajadores.
La convocatoria realizada para el día de hoy es un paso adelante en la constitución de un polo clasista, pero no alcanza ya que lo que debemos entender es que los batallones pesados de la clase obrera aún siguen en los grandes sindicatos manejados por los gordos e independientes de la CGT.
Es necesario dejar de lado los sectarismos y avanzar en la constitución de una corriente sindical clasista, antiburocrática y democrática que unifique a todo el activismo obrero que rechaza las contrarreformas en curso en la perspectiva de aglutinar a la mayor cantidad posible de sindicatos, comisiones internas y cuerpos de delegados para poder vencer. Dejar los sectarismos de lado supone en primer lugar llamar a la unidad en términos de programa, llamar a la unidad supone tener y expresar firmeza en los principios, y ser flexibles en lo organizativo. ¿Cuáles son los motivos para no marchar juntos a quienes convocaron a 300000 trabajadores el 29 de noviembre? ¿Cuál es el motivo de no hacer un llamamiento a la unidad de la Mesa de Unidad Sindical para conformar un plan de lucha que derrote los planes de ajuste y desocupación del gobierno de Cambiemos?
Debemos a su vez propiciar asambleas de base en los lugares de trabajo para que los trabajadores pertenecientes a los sindicatos en que la burocracia sindical y los Jefes pactan con el Gobierno, puedan sortear este escollo y salir a la lucha por encima de sus direcciones.
Si los dirigentes de la CGT se niegan a lanzar un paro nacional y un plan de lucha esta tarea debe ser tomada por los trabajadores en sus propias manos a través de la acción directa. Es por eso que sería de suma importancia que aquellos sindicatos que hoy se encuentran luchando hagan un llamado directo a los trabajadores a rebasar sus dirigencias traidoras y entreguistas.
La unidad del sindicalismo de base es la tarea para derrotar el ajuste, y una manera propicia de ir conformando una Corriente Sindical que no solo de la lucha reivindicativa sino que se plantee la necesidad de organizarse en pos de sus intereses históricos y de pasos adelante en poner en el centro del debate la necesidad de construir una herramienta político-sindical: Un Partido de Trabajadores.
A las organizaciones fraternas, sociales y de trabajadores
Al magisterio nacional
Al pueblo de México
El día de ayer, en un acto más de arbitrariedad, las fuerzas coercitivas del Estado reprimieron y desalojaron con lujo de violencia el plantón que mantenían los compañeros de la Sección XXII de la CNTE en Oaxaca, durante la noche de ayer y la madrugada de hoy fueron aprehendidos los profesores Rubén Núñez Guines y Francisco Villalobos Ricardez, Secretario General y Secretario de Organización, de igual forma con violencia y con cargos absurdos como robo agravado.
A este acto frontal en contra de los trabajadores de la educación, se suma la brutal golpiza propinada a los maestros y pobladores de Tamulte, Tabasco y de Chiapas, que de igual manera se manifestaban en contra de la mal llamada “Reforma Educativa”. Ante este panorama es evidente que el Gobierno Federal, con Aurelio Nuño al frente, le ha declarado la guerra al magisterio nacional, independiente y democrático encabezado por la CNTE.
Por lo anterior el Sindicato de la Unión de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior de Distrito Federal (SUTIEMS) manifiesta su profundo rechazo a estas medidas de represión y violencia que vulneran los derechos fundamentales del magisterio nacional y de la sociedad civil, tales como el derecho a la libertad de tránsito, a la manifestación y libre expresión de las ideas, a la salud, a la educación, al trabajo, a la seguridad jurídica y a los derechos laborales colectivos, así como a la libertad en toda sus expresiones y al derecho de acceder a una mejor condición de vida para ellos y sus familias.
Exigimos la liberación inmediata de los compañeros Rubén Núñez Guines, Francisco Villalobos y de todos aquellos presos que por defender el derecho al trabajo y a la educación, en este momento se encuentren aprehendidos por los gobiernos federal y estatal, asimismo levantamos la voz por la persecución a los líderes sindicales que cumplen con sus obligaciones estatutarias, es decir, que han emprendido la difícil tarea de defender los derechos de su gremio y no rendirse ante las amenazas de los que ostentan el poder.
Manifestamos nuestro apoyo y solidaridad al magisterio democrático y rechazamos de manera contundente la instrumentación de la “Reforma Educativa” en cualquier nivel de enseñanza y porque se resuelvan de manera inmediata las demandas de la CNTE con mesas de trabajo y diálogo donde se consideren los puntos de vista del magisterio.
¡Abajo la “Reforma Educativa”!
¡Libertad inmediata a los presos políticos!
¡Por el respeto a los derechos sindicales y sus representantes!
“On lache rien!” ¡No nos rendimos! Este lema resume bastante bien el estado de ánimo y de determinación combativa del movimiento de los trabajadores y de la juventud franceses contra la contra-reforma laboral propuesta por la ministra El Khomri, que ahora ha entrado en su tercer mes. La última semana ha visto el cierre por huelga de refinerías de petróleo, puertos, centrales nucleares, y el bloqueo de depósitos de combustible por los trabajadores en huelga ¿En qué etapa está este movimiento y cuáles son sus perspectivas?
La semana del 23 de mayo marcó un importante punto de inflexión en el desarrollo del movimiento. Una tras otra, las ocho refinerías de petróleo votaron ponerse en huelga permanente. Esto fue la consecuencia a la decisión del gobierno de utilizar la policía antidisturbios (CRS) para romper los bloqueos de los depósitos de combustible, que los trabajadores en huelga habían organizado la semana anterior. La represión del gobierno sólo sirvió para impulsar el movimiento. Es obviamente más fácil para el gobierno enviar a la policía para retirar neumáticos ardiendo, que obligar a los trabajadores en huelga de la refinería a que vuelvan al trabajo.
La gran huelga de trabajadores de las refinerías, que también bloquearon las dos terminales petroleras marítimas más importantes del país en Le Havre (donde el apoyo a la huelga llegó a un 95%) y Marsella (Fos-sur-Mer), se convirtió en el nuevo punto focal del movimiento. En la última fase de la huelga de los trabajadores petroleros, el día nacional de lucha del 26 de mayo también vio unirse a los trabajadores de las principales centrales nucleares, generando la paralización de los puertos del país y manifestaciones importantes en las principales ciudades.
Incluso los trabajadores de la prestigiosa fábrica de submarinos nucleares DCNS en Cherburgo se declararon en huelga estableciendo el bloqueo del puerto, “también hemos bloqueado el puerto militar” dijo Alexis Padet, CGT sindicalista de DCNS.
La poderosa CGT Syndicat du Livre [sindicato de prensa] se declaró en huelga, impidiendo la publicación de todos los diarios nacionales el 26 de mayo para tratar de remediar parcialmente la tendenciosidad de toda la prensa. El sindicato exigió, además, que todos los periódicos debían publicar un artículo de opinión del secretario de la CGT. Todos los propietarios de los grandes medios lo denunciaron por estar en contra de la “libertad de prensa”. Por lo tanto, el único periódico nacional que apareció aquel día fue el comunista L’Humanité, que sí estuvo de acuerdo para llevar el artículo del secretario de la CGT.
El conjunto del noroeste del país se ha convertido en un bastión del movimiento. En Le Havre, 30.000 personas marcharon, incluyendo una fuerte columna de 2.500 estibadores (ver video más abajo). El movimiento se ha desarrollado allí aún más que en otros lugares. Se celebran asambleas generales diarias de militantes sindicalistas de los principales centros de trabajo para decidir qué áreas industriales, puentes o carreteras principales van a bloquear, para ofrecer apoyo a los trabajadores en huelga, etc. Los patrones se quejan públicamente: “¡no hay barcos, ni transporte ni bienes, esto es un estado de sitio!”
De hecho, esta ola de huelgas ha mostrado con claridad el enorme poder de la clase obrera en un país capitalista moderno. No hay una rueda que gire ni una bombilla que brille sin el amable permiso de los trabajadores (en este caso, literalmente, ya que las centrales nucleares, refinerías de petróleo, subestaciones de electricidad, el transporte por carretera, etc. todos se declararon en huelga), incluso los periódicos nacionales tienen que pedir el permiso del sindicato de la energía y de prensa para salir.
Esta es una respuesta a los cínicos y escépticos que dijeron que la clase obrera ya no existía, que se ha atomizado y que no puede actuar como clase. Esto no minimiza el impacto de la precarización generalizada del trabajo, a través de la subcontratación, el trabajo temporal, y otros medios. Sin embargo, cuando los batallones pesados ??de la clase comienzan a moverse, se le unen otras capas de la misma. En este movimiento hemos visto cómo los jóvenes juegan un papel importante como precursor de la huelga de los trabajadores, y que ambos se unifican en las manifestaciones y bloqueos de carreteras.
La refinería de Fos-sur-Mer, cerca de Marsella, también se ha convertido en otro punto focal del movimiento. El 24 de mayo, por la mañana temprano, el gobierno “socialista” utilizó la policía antidisturbios [CRS], con cañones de agua y gas lacrimógeno para romper el bloqueo de esta importante refinería (ver video más abajo). El lenguaje utilizado por el gobierno fue de guerra: “La refinería ha sido liberada, con otras pasará lo mismo”. Los representantes de la CGT también describieron la escena como de una guerra: “un ataque sin provocación previa contra manifestantes pacíficos. Después, la policía nos persiguió con helicópteros por la ciudad y entró en nuestra sede sindical“. Otro explicó: “El CRS intervino de una manera muy contundente. Ellos usaron balas de goma, porras, gases lacrimógenos de manera directa, varios compañeros presentes fueron alcanzados especialmente en la cara y la parte posterior de la cabeza. Nos han perseguido hasta la Unión local y ahora ellos están haciendo guardia de manera permanente en la puerta. Nadie puede entrar, nadie puede salir“.
La brutalidad policial sólo sirvió para aumentar la resolución de los huelguistas. El 26 de mayo 7.000 personas marcharon desde la refinería en la ciudad de Fos-sur-Mer, que tiene una población de 15.000 (ver vídeos a continuación).
Es interesante observar que Fos-sur-Mer eligió a un alcalde del Partido Socialista en 2014 por una gran mayoría, pero votó más del 50% por el Frente Nacional en la primera vuelta de las elecciones regionales en diciembre de 2015. A continuación, sólo algunos meses más tarde, la ciudad vio un enorme levantamiento obrero. Hay muchas conclusiones que pueden extraerse de esto: la desilusión con los partidos de izquierda que llevan a cabo las políticas de la derecha conduce a un aumento de la abstención y a un voto de castigo que se expresa en los partidos de extrema derecha, pero al mismo tiempo, el voto de la extrema derecha se puede cortar a través de lucha combativa de clase (y sólo por la lucha de clases combativa).
La brutalidad policial se ha convertido en un hilo conductor a través de todo el movimiento. El decretado estado de emergencia aprobado (con el apoyo de todos los parlamentarios del partido comunista, PCF) después de los ataques terroristas de París está siendo utilizado de manera contundente contra los trabajadores y los jóvenes. En un asalto sin precedentes contra los derechos democráticos, algunas manifestaciones han sido prohibidas, individuos han sido seleccionados y se les ha prohibido asistir a manifestaciones, a los periodistas se les ha impedido que cubran las protestas, algunos se han visto obligados a borrar las imágenes, a otros se les ha disparado deliberadamente con gases lacrimógenos con el fin de evitar que continúen informando, los oficiales de policía vestidos de civil han arrestado a manifestantes de entre la multitud, otros han actuado como agentes provocadores.
En un incidente, muy revelador, en Burdeos, la policía antidisturbios agarró a un estudiante de 18 años del contingente principal en la parte posterior de la “mani” el 26 de mayo, y después crearon una línea para impedir que sus compañeros lo recuperaran. La totalidad de la manifestación se detuvo y se volvió para atrás. Militantes sindicales, en particular los estibadores, se enfrentaron a los CRS en un tenso enfrentamiento durante unos 30 minutos hasta que el estudiante en cuestión fue puesto en libertad con una multitud que lo vitoreaba.
Mediapart ha seleccionado 21 de los ejemplos más impactantes de la violencia policial contra manifestantes en el movimiento actual. Vale la pena observar: aquí
A estos ataques a las libertades democráticas básicas hay que añadir el hecho de que el gobierno se vio obligado a utilizar los poderes que otorga un decreto-ley (artículo 49.3) para evitar una votación sobre la reforma laboral en el Parlamento, ya que no tiene la mayoría necesaria.
La semana de luchas terminó el 27 de mayo con un día nacional de acción en solidaridad con los huelguistas de Air France que tomaron el pleno de la junta directiva en octubre de 2015. En aquella lucha los trabajadores persiguieron a un directivo y le arrancaron la camisa. Miles de trabajadores se reunieron en los aeropuertos de todo el país, enviando un poderoso mensaje de solidaridad obrera (ver la demo en el aeropuerto de Marsella a continuación).
Los ataques contra los trabajadores en huelga, los bloqueos de carreteras y las manifestaciones han ido acompañados de una importante campaña de demonización de los sindicatos y en particular de la CGT. “Francia está secuestrada por el terrorismo social de la CGT” gritan los titulares. El ex primer ministro Fillon denunció a la CGT por “haber colocado al país fuera del marco democrático y republicano“, las mismas palabras usadas para describir a los terroristas que atacaron París. El jefe de la organización patronal Medef, Gattaz, describe a los sindicalistas que se oponen a la contra-reforma laboral como “matones y terroristas“, acusándolos de actuar “como una dictadura estalinista“. “hay que hacer todo lo posible para no ceder al chantaje, la violencia, la intimidación, el terror,” dijo.
Los patrones y el gobierno también han contado con los servicios de la secretaria general del sindicato CFDT, Berger, que ha sido la más comprometida y partidaria de la nueva ley, después de haber recibido unas migajas al comienzo del movimiento. Berger ha pasado todo el tiempo en los estudios de televisión y entrevistas de periódicos que defienden la ley y exigiendo que el gobierno no debe dar marchas atrás, en particular sobre el artículo 2, y que es uno de los más polémicos.
La Unión Europea también está preocupada por Francia. La troika ve claramente que esta reforma “no es suficiente”, pero sigue siendo “un paso en la dirección correcta” que debe ser aplicado a toda costa. El 31 de mayo, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ofreció su opinión: “Esta no es una reforma monstruosa, no es un ataque contra el derecho laboral francés Estos son los ajustes que eliminan algunas rigideces. Sería bueno si Francia lo hiciera… “. Por supuesto, conocemos a Juncker y hemos visto sus “ajustes” antes – en Grecia. Lo que está diciendo es “sólo os sacaremos la espina dorsal, ¿sabes?, para que puedas ser más flexible”…
Juncker también está preocupado por el potencial de ejemplo, que el movimiento francés está fijando para los trabajadores de otros países europeos. Muchos en Italia, Bélgica, España, Gran Bretaña y más allá están siguiendo de cerca los acontecimientos franceses. La militancia del movimiento es vista por muchos como una fuente de inspiración. Los trabajadores de toda Europa pueden ver que si esta contrarreforma pasa en Francia ellos pueden ser los siguientes. En algunos países, ya se han introducido las mismas medidas. El movimiento en Francia ha tenido claramente el efecto de proporcionar estímulo al movimiento en Bélgica contra ataques similares a la legislación laboral. La semana pasada hubo una huelga espontánea de los trabajadores ferroviarios que se extendió como la pólvora. El 31 de mayo convocaron una huelga oficial. Una huelga general está siendo preparada para el 24 de junio, una victoria del movimiento francés tendría consecuencias explosivas para el movimiento obrero en toda Europa.
Es evidente que la clase dominante está en pánico ante la posibilidad de que el gobierno pudiera verse obligado a retirar la propuesta ante un poderoso movimiento social. El gobierno es extremadamente débil. La oposición contra la ley El Khomri permanece sólida entre la población en general. La tasa de desaprobación para el presidente Hollande está en un máximo histórico de 83% y la del primer ministro Valls está en el 73%. Al mismo tiempo, una mayoría de la opinión pública (61%) culpa al gobierno si las protestas terminan alterando la EuroCopa de Francia, que tendrá lugar a partir de la próxima semana.
En estas condiciones, el gobierno ha comenzado a cambiar su rumbo. En primer lugar, se han intentado hacer concesiones parciales a diferentes sectores en lucha, con el fin de neutralizar y dividir el movimiento en su conjunto. Esto parece haber funcionado con los trabajadores del transporte por carretera que desconvocaron su huelga. No funcionó con los trabajadores ferroviarios de la SNCF que han iniciado una huelga general el 31 de mayo.
También se habla de una posible modificación del artículo 2 de la ley. En este artículo da a los convenios de empresa o sector, prioridad sobre los acuerdos nacionales, lo que socava el principio básico de la negociación colectiva. Así, el gobierno combina represión y amenazas, pero al mismo tiempo, hace alusión a posibles concesiones. Desde su punto de vista, quisiera cansar al movimiento creando confusión al hacer concesiones parciales. El artículo 2 es una parte sustancial de la contra-reforma laboral y si llegara a ser retirada significaría una victoria importante, aunque parcial, para el movimiento.
¿Cuál es la estrategia de la coordinación sindical (Intersindical)? Esta semana tenemos una huelga de los trabajadores ferroviarios de la SNCF a partir de la tarde del 31 de mayo convocada por la CGT, UNSA y Sud-Rail, tanto en oposición a la contra-reforma laboral como parte de las negociaciones con la empresa por los salarios. El transporte público de París también se verá afectado a fondo por un paro convocado por la CGT que comenzó hoy 2 de junio, con el sindicato Sud convocando su propia huelga separada a partir del 10 de junio. Todos los sindicatos de la aviación civil han convocado una huelga de 3 días a partir del viernes [3 de junio] en contra de la continua destrucción de puestos de trabajo en el sector. Mientras tanto, pilotos de Air France (sindicato SNPL) han consultado a sus miembros sobre una posible movilización. Un 78% ha participado en la votación con el 68% a favor de una huelga “prolongada” (más de 6 días) si fuese necesario.
Incluso, si dejamos a un lado estas huelgas que han sido convocadas oficialmente, se han producido –el martes 31 de mayo– bloqueos de carreteras en las zonas industriales más importantes de todo el país, organizadas principalmente por iniciativa de las estructuras de los sindicatos locales y regionales.
La dirección nacional de la CGT parece estar impulsando una jornada nacional de lucha para el 14 de junio, porque ese día comenzará a ser discutida la ley en el Senado, mientras que al mismo tiempo se ha resuelto a “ampliar y apoyar la acciones decididas por los trabajadores en las asambleas generales, incluyendo huelgas indefinidas renovables“. El problema con esta estrategia es la que se ha explicado antes. La interminable sucesión de jornadas nacionales de lucha, cada semana o cada quince días, tiene el riesgo de cansar al movimiento. En cualquier movimiento, si no se consigue mantener el ritmo, está el peligro del cansancio y de esfumarse. Los trabajadores de las refinerías han estado en huelga ya durante una semana o diez días. No se les puede pedir realmente que resistan durante dos semanas más por su cuenta. Lo mismo ocurre con los ferrocarriles y otros trabajadores del transporte que sólo están comenzando sus propias huelgas indefinidas, pero que ya han tenido varios días de huelga en los últimos dos meses.
Los líderes sindicales amablemente ofrecen apoyar las acciones “decididas por los trabajadores”, ¡pero no dan ninguna orientación real sobre lo que creen que estas acciones deben ser! Por supuesto, está muy bien que los trabajadores en cada centro de trabajo voten a favor o en contra de la huelga, en las asambleas generales. Esto es el ABC. Pero los trabajadores de una fábrica o de un sector industrial quieren saber si van a estar solos o si su huelga será parte de un movimiento general. Ese es el propósito de tener organizaciones sindicales nacionales que involucren a trabajadores de todas las regiones y de todos los sectores, porque si un problema les afecta a todos ellos (y el derecho al trabajo lo hace con claridad), todos ellos pueden moverse juntos.
En el ámbito local y en algunos sectores industriales, el estado de ánimo es claramente muy radical y decidido. Se quiere infligir una derrota política al gobierno, al que sienten débil.
Al mismo tiempo, el secretario general de la CGT también ha hecho movimientos hacia la conciliación. Destacó haber recibido una llamada telefónica de Valls; “Una primera llamada“, dijo, y se ofreció a sentarse para conversar con el gobierno sin condiciones previas. “Martínez da la bienvenida a la reanudación del diálogo con el gobierno“, anunciaron los titulares de prensa. “Diálogo” en sí mismo no significa nada si la otra parte insiste en que no hará concesiones. Sólo sirve para crear la impresión de que algo importante está sobre la mesa, que a su vez debilita la determinación de los que luchan. Además, Martínez ha dicho que está dispuesto a discutir el contenido del artículo 2 en lugar de exigir su retirada. Lejos de ofrecer “apoyo a las acciones decididas por los trabajadores”, esta actitud es la contraria.
El gobierno es débil. Este no es el momento de hablar por hablar sobre el diálogo, sino de ir a la ofensiva y exigir la retirada de la ley El Khomri. Lo que se requiere es un claro llamamiento a una huelga nacional. Deben articularse asambleas generales a nivel local, regional y, finalmente, a nivel nacional, a través de los delegados elegidos y revocables. Esto le daría a la huelga una estructura democrática. Esta es la única manera de garantizar que ningún acuerdo sea firmado a espaldas de los trabajadores y que los propios trabajadores tengan el control completo de todas las decisiones relativas a la huelga. Esta es la manera de dar un significado real a la consigna “on lache rien”. ¡No nos rendimos! ¡Hasta a la victoria!