La lucha contra el narco en la 4T
Por: Evert Beltrán y Rubén Rivera
El viernes 26 de junio, en una espectacular movilización del narco, decenas de sicarios atentaron contra la vida de Omar García Harfuch, el jefe de la policía de la Ciudad de México, dicho acontecimiento no se puede analizar de manera aislada de la lucha contra el narco especialmente desde hace dos años, en la época de la llamada 4T.
García Luna
La detención de Genaro García Luna el año pasado, ex secretario de seguridad pública durante el sexenio del espurio Calderón, ha causado gran revuelo en nuestro país, porque de algún modo, las sospechas sobre la relación y vínculos del narcotráfico con los gobiernos pasados se materializaron, no solo en los niveles bajos, policías municipales, estatales o soldados rasos, sino en las esferas altas, Edgar Valdez Villarreal, conocido como “La Barbie” (detenido en 2010) y supuesto agente encubierto de la DEA de 2008 a 2010, ha dicho que Calderón presidía reuniones con narcotraficantes del calibre del Chapo.
Si damos eso por cierto (que hay ejemplos al por mayor) tenemos que reconocer que la lucha que ha desatado la 4T sobre la corrupción y el despilfarro ha tocado los intereses de los grupos criminales, por ejemplo, en la lucha contra el robo de combustible salió a la luz no solo el robo en los ductos, sino que de las mismas plantas de Pemex y con el aval de los elementos del ejército, asimismo, algunos gobiernos tanto municipales como estatales están coludidos con algún grupo criminal o con más de uno, como en Jalisco que el líder del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) acusa al gobernador Enrique Alfaro, de romper los acuerdos ya establecidos con ellos, para favorecer al Cártel del Golfo o al Cártel de Sinaloa.
El “Marro”
Recientemente hemos visto acontecimientos en Guanajuato en donde el estado se ha sumido en una violencia sin precedentes, asesinatos en varios de los principales municipios, hasta mayo de este año —y pese a la pandemia y las medidas de confinamiento— se han registrado 2.089 asesinatos, casi 14 al día, la ciudad de Irapuato ha sido considerada una de las más violentas del mundo, León, Celaya, Salamanca, y Pénjamo, son los municipios que más asesinatos acumulan.
Por si fuera poco, en una operación para capturar a José Antonio Yépez Ortiz, alias “El Marro”, líder del Cártel Santa Rosa de Lima, fueron supuestamente detenidos algunos de sus familiares cercanos, al parecer su madre (su padre ya había sido detenido con anterioridad), así como otros parientes, todos operadores financieros del grupo delictivo, lo que provocó una gran movilización porque se difundió el rumor de la detención del “Marro”.
La detención provocó que, en los municipios de Celaya, Salamanca, Villagrán, Cortazar y Juventino Rosas se realizaran bloqueos en avenidas y carreteras, y en Celaya también se incendiaron vehículos, además de realizar daños a negocios, el saldo fue de 26 detenidos –entre hombres y mujeres–, así como el aseguramiento de armas, vehículos y municiones, además de la incautación de aproximadamente 2 millones de pesos derivados de las actividades delictivas a las que se dedican, entre ellas el tráfico de cocaína y al robo de combustibles o “huachicoleo”. Otro aspecto importante sobre el cartel que dirige el “Marro” es que está en una guerra abierta contra el CJNG, éstos quieren entrar a Guanajuato, pero sin llegar a un acuerdo, estos grupos se enfrentan y cobran un elevado número de muertes en toda la región.
Ante la detención, principalmente de su madre, el “Marro” salió en algunos vídeos, agradeciendo a quiénes lo ayudaron (no especifica si se refiere solo a sus integrantes o a la ayuda que él obtuvo para escapar, pensando en que fue avisado por alguien desde dentro de la policía), además de que amenazó de incrementar la violencia.
Sobre la detención de la madre del líder del Cártel Santa Rosa de Lima, trascendió que fue liberada por falta de pruebas, así como otros detenidos, porque la jueza encontró indicios de tortura. En cuanto a su padre, fue liberado al pagar una multa de 10,000 pesos y la reparación del daño, que ascendió a unos 20,000 pesos. Ante lo ocurrido, AMLO, salió de decir que se iba a abrir una investigación para conocer porqué de la liberación, ya que todo indicaba su participación en actos ilícitos, lo que trae a colación los posibles vínculos entre el cartel y el poder judicial en Guanajuato, hay que recordar que hace poco fue asesinado un juez federal en Colima, lo que también podría significar que amenazaron a la jueza para que dejara libre a la madre del “Marro”, en cualquier caso, es importante que se esclarezcan los hechos.
Amenazas
Para finalizar de abordar lo que ha ocurrido recientemente en Guanajuato y que no queremos pasar por alto, es que el “Marro” ha amenazado en dos ocasiones a AMLO, la primera fue cuando se decidió combatir el robo de combustible, pues como ya mencionamos es una de las actividades a la que se dedica dicho grupo delictivo, en una manta, exigía la retirada de los elementos de Sedena, la Marina, de lo contrario empezaría a matar gente inocente, además presumió de un posible atentado a la refinería ubicada en Salamanca, en donde supuestamente mando una camioneta con explosivos. La segunda amenaza se refiere a los enfrentamientos en la Comandancia Norte de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Celaya, y que dejó un saldo de cuatro personas muertas, entre ellos dos policías municipales y un juez calificador, y menciona que, de continuar la presencia de elementos de la policía, enviará una camioneta con explosivos a la casa de AMLO en la Ciudad de México.
La nueva generación
En política muchas veces las cosas no son lo que parecen, ello especialmente cuando se trata de la manera en que el gobierno enfrenta a unos grupos y trata a otros. Durante el sexenio de peña Nieto, especialmente en su ultima fase, el llamado Cártel Jalisco Nueva Generación (CJGN) parecía ir desplazando de una manera incluso descarada a los grupos rivales, especialmente los zetas en la zona central del país, daba la impresión que eran los nuevos “consentidos” del gobierno, los videos mostrando caravanas interminables de camionetas con gente armada, decenas de sicarios uniformados de manera casi militar, entre otras cosas, mostraban un despliegue inexplicable para un grupo delincuencia par el cual lo más conveniente debería ser el sigilo y la clandestinidad.
Solo una cosa podía explicar esta espectacularidad y esa era la complacencia del gobierno federal de Peña Nieto.
Anabel Hernández sostiene, por ejemplo, que el móvil del montaje efectuado en la “verdad histórica”, en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa fue en realidad el ocultamiento de un cargamento de heroína que las propias autoridades federales -policía y ejército-, pretendían rescatar. Explicar la verdad de lo que sucedió implicaba decir que para proteger el tráfico de droga el ejército y la policía prefirieron desaparecer a los estudiantes, testigos inocentes e incómodos, una explicación imposible a no ser que el propio Peña Nieto se echara la soga al cuello.
Una de las claves del cambio de la relación con el narcotráfico ha sido la actitud intolerante de los funcionarios de la 4T hacia el CJGN que se manifiesta en la persecución de sus socios en la Ciudad de México: el Cártel de Tláhuac y la Unión Tepito, principalmente el desmantelamiento de las redes de lavado de dinero y congelamiento de cuentas bancarias extradición de uno de los hijos y posible sucesor del “Mencho”, el “Menchito”.
Por supuesto, muy lamentablemente en este tema al parecer el gobierno mexicano no actúa por iniciativa propia, la DEA desde el mes de marzo a señalado a Nemesio Oseguera Cervantes “El Mencho” como el más buscado, fijando una recompensa de 10 millones de dólares por su captura. En esos mismos días se desató una ola de detenciones en Estados Unidos:
“El 11 de marzo pasado, la DEA informó que había realizado un operativo —conocido como Proyecto Python— tras seis meses de investigación, que permitió el arresto de 600 personas vinculadas al Cártel Jalisco Nueva Generación; el inicio de 350 procesos judiciales y la incautación de dinero y drogas.” (https://www.animalpolitico.com/2020/06/cartel-jalisco-cdmx-crecimiento-alianzas-atentado/)
Dicho operativo fue anterior a la “Operación Agave Azul” que corrió a cargo del gobierno mexicano, por lo que podemos decir, casi sin lugar a dudas que la ofensiva contra el CGNJ constituye una iniciativa norteamericana y que las autoridades en México, por este mismo motivo se han dedicado con especial atención a cumplir con su parte, por encima de las acciones contra otros grupos, es decir, no se trata de un acuerdo entre el gobierno de México con el cartel de Sinaloa o el del Golfo (como se presume si ocurrió durante el sexenio de Calderón), sino que para los Estados Unidos la prioridad es el CJNG, y México “colabora”.
Los grupos delincuenciales no tienen un “departamento de geopolítica”, pagan a las autoridades locales y federales porque les dejen la vía libre y si no lo hacen toman represalias, es solo cuestión de tiempo para que se sepan los acuerdos que tuvieron con el gobierno de Miguel Ángel Mancera y que ahora sin duda están rotos.
En suma, la Ciudad de México fue entregada a diferentes bandas delincuenciales con relaciones con el CJNG durante la administración anterior y ahora, es una necesidad política, incluso de los Estados Unidos, romper esa hegemonía. Esa es la batalla en la que está implicada la policía y el gobierno de México, por ello era natural que, si el jefe de policía recibe en su carro blindado cerca de 500 disparos de arma de fuego, se afirme sin lugar a dudas que fue el CJNG, ¿Quién más?
Los tres García
Omar García Harfuch es el policía en jefe de la CDMX, no obstante, en sí mismo representa otra historia que se entrelaza constantemente con la delincuencia y la represión, al menos así ha sido desde hace décadas.
La dinastía comienza con su abuelo Marcelino García Barragán, secretario de Defensa bajo el gobierno de Díaz Ordaz, durante los sesentas y setentas todo lo que pasaba por la policía y el ejército era permitido o tolerado por este viejo general, su papel en la masacre del 68 es todo un tema.
La historia continua con Javier García Paniagua, jefe de la temible Dirección Federal de Seguridad (DFS), durante los setentas, y en los ochentas tuvo gran poder en la policía en todos los niveles. También se podría escribir un libro sobre la relación de García Paniagua con las desapariciones de luchadores sociales en los setentas, sobre los vínculos de la DFS con el narcotráfico e incluso con la creación de lo que seria el Cártel de Sinaloa por medio de el “Azul”, un subordinado de García Paniagua, sin embargo, la estrella de García Paniagua fue menguando durante los noventas.
Un hijo de García Paniagua, Javier García Morales, fue ejecutado en la Ciudad de Guadalajara en 2011, se presume que, por sus vínculos con el Cártel de Juárez, tres años antes, su hermano Omar García Harfuch, con tan solo 26 años (2008) tomaba su primer empleo, milagrosamente como jefe en la Policía Federal Preventiva (PFP) de México.
Omar García es la cabeza visible de una familia de militares, policías y narcotraficantes, esto no significa que él lo sea, pero incluso esa misma historia se empleara en su contra en cualquier momento. Lo que sí es un hecho es que forma parte de una de las grandes familias de la política mexicana, heredando cargos de padres a hijos entre la corrupción del poder político, la represión y la delincuencia organizada.
Nuestra actitud
En lo que se refiere al conflicto que se ha desatado contra el CJNG no le queda más que seguir adelante o rendirse, a la larga sin el aval de los gobiernos norteamericano y mexicano su poder ira menguando, pero no pocos pagaran este proceso con su vida. En lo que se refiere a la ciudad de México esta es una herencia maldita de Miguel Ángel Mancera.
Sobre Guanajuato queda decir que, el gobernador, de perfil panista, se niega a colaborar con la política de seguridad del gobierno de la 4T, y aunque durante algún tiempo dijo no estar en contra de AMLO, ya se ha sumado al frente de gobernadores opositores al gobierno. No quiere que la 4T intervenga en el estado, Los panistas están defendiendo los pocos espacios que les quedan como un perro hambriento defiende a su hueso. El proceso de descomposición seguirá con la intervención del gobierno federal o sin él, los carteles están en la disposición de llevar la guerra hasta el final y el gobierno está implicado apoyando a una de las partes, aunque quiera parecer imparcial, hay muchas cosas que lo ligan a la delincuencia organizada.
Los trabajadores mexicanos debemos ver los conflictos entre el narcotráfico, la policía y los gobiernos norteamericano y mexicano como parte de una lucha de poderes entre las clases dominantes, la caída de unos y el aparente control de otros es temporal, depende de factores que ni ellos mismos controlan, lo que si es real es que su poder como clase y sus métodos de represión, violencia y terror se mantendrán mientras exista el capitalismo.
Desde la organización del barrio, de la colonia, del trabajo debemos preparar nuestra autodefensa, debemos luchar contra la violencia y el terror capitalista, ello incluye la droga y la actual institución policial.