La empresa TELEFONOS DE MÉXICO NO ATIENDE OPORTUNAMENTE LAS QUEJAS, restándole calidad al servicio porque se niega a cubrir más de 15 MIL VACANTES que nos debe al gremio.
Se acerca una nueva revisión salarial en Teléfonos de México, momento que aprovechan los directivos de la empresa y sindicato para ajustar condiciones de trabajo, además de acordar el aumento al salario que los empleados recibiremos para este año.
Hay una multitud de asuntos que han quedado pendientes de resolución desde que se declaró a Telmex empresa preponderante en su ramo y se decidió hacer en ella una separación funcional. De esos aspectos, los trabajadores pertenecientes a la Corriente Sindical Telefonistas Construyendo Democracia queremos destacar tres:
La empresa, rehuyendo el compromiso adquirido en el título de concesión, NO ATIENDE OPORTUNAMENTE LAS QUEJAS, restándole calidad al servicio porque se niega a cubrir más de 15 MIL VACANTES que nos debe al gremio. En consecuencia, usuarios que se quedan sin servicio por cortes de su cable o por descompostura de su aparato, tienen que esperar dos o tres semanas para recuperar su servicio.
La empresa ha solicitado al sindicato pagar una parte sustancial de la jubilación conACCIONES de TELMEX, que ellos mismos declaran, NO TIENE GANANCIAS. No solamente es un mal negocio sino que además está expresamente prohibido por la ley hacer este tipo de pagos.
3. La separación funcional decretada por las autoridades del IFT es un robo de nuestra materia de trabajo, al quitar equipo y redes de Telmex para dárselo a otra empresa del mismo Holding (Grupo Carso), sin quitarle el carácter de preponderante a la empresa.
¿Cuál fue entonces el objetivo de decretar la mutilación de la empresa? Creemos que el único efecto puede ser abaratar la mano de obra en beneficio del empresario.
Es por eso que los Telefonistas Construyendo Democracia reclamamos:
CUBRIMIENTO DE LAS 15 MIL VACANTES QUE NOS DEBEN Y LA REINTEGRACIÓN DE LOS 13 MIL TELEFONISTAS QUE EMIGRARON A RNUM, REGRESEN A TELMEX para otorgar un mejor servicio.
RESPETO IRRESTRICTO A NUESTRAS JUBILACIONES que se paguen en pesos y no sean diferentes las de los nuevos trabajadores de las de los más antiguos.
RECHAZO TOTAL A LA SEPARACIÓN FUNCIONAL. Que la autoridad proponga medidas que no afecten nuestra materia de trabajo.
Es por ello que Telefonistas Construyendo Democracia convocan a un mitin frente a las instalaciones de Telmex en Parque Vía #190, el próximo lunes 22 de marzo a las 10:30 horas.
Por iniciativa del Partido Comunista de Venezuela (PCV), recientemente se conformó y lanzó a la luz pública la Plataforma Unitaria en Defensa de los Derechos del Pueblo Trabajador, que reune a sindicatos clasistas, organizaciones campesinas, agrupaciones comunitarias, mujeres, personas con discapacidad, adultos mayores, entre otras. Desde Lucha de Clases saludamos la conformación de esta nueva instancia de articulación de luchas amplias y nos sumarnos a la misma para aportar con nuestras ideas, métodos, programa y propuestas.
Dicha plataforma se concentró el día jueves 31 de octubre, a partir de las 9:00 AM, en la sede de la Fiscalía General de la República para exigir el cese de la impunidad ante los desalojos, persecuciones y el sicariato contra el movimiento campesino (que suma más de 300 bajas); el cumplimiento del debido proceso de los nueve comuneros del Eje Socialista de Barinas, apresados injustamente y que cuentan con 14 audiencias diferidas; y denunciar la obcena criminalización de las luchas obreras y populares de diversa índole. En la actividad hicieron presencia sindicatos que se agrupan en el Frente Nacional de Lucha de la Clase Trabajadora (FNLCT), trabajadores de la Misión Barrio Adentro, miembros de la Corriente Clasista Campesina Nicomedes Abreu (CCCNA), militantes del PCV y de la Juventud Comunista (JCV), el partido Patria Para Todos (PPT), el movimiento Jóvenes Por la Patria (JPP), entre otros factores de los cuales Lucha de Clases/CMI hizo parte.
En la concentración las organizaciones presentes también agitaron en torno a la necesidad de que el salario se fije en torno al valor de la canasta básica, tal y como lo consagra el artículo 91 de la Constitución, y también la derogatoria del nefasto memorando 2792, con el cual el gobierno emprende una política antiobrera donde se desconocen las convenciones colectivas y se ordena su revisión y degradación sistemática, se suprimen bonos y prestaciones, y se igualan los salarios a la baja al nivel del mínimo, entre otras.
Desde antes que comenzara la concentración, se hallaba en el lugar un gran contingente de la Policía Nacional Bolivariana con equipos antimotines. Inicialmente la actividad tenía como propósito consignar un documento de denuncia en la sede de la Fiscalía General, para luego marchar hasta la sede de la Vicepresidencia de la República. Claramente, la presencia policial estaba allí para impedir que la concentración se transformara en marcha, con posibilidad de que los manifestantes trancaran la Avenida Universidad como toda acción de protesta contundente a los fines de hacer escuchar legítimas demandas. Asimismo, funcionarios de vicepresidencia se trasladaron hasta la Fiscalía General para parar la iniciativa marchista. En lugar de llamar a intentar efectuar la marcha, la dirección reconocida de la plataforma, fundamentalmente del PCV, optó por limitar la actividad a una simple concentración en el lugar inicial, conformación de una comisión para entrar a la institución judicial, entrega del documento de denuncia, espera de la salida de la comisión designada, agitación y cierre. A nuestro juicio, se debió por lo menos intentar cumplir con el objetivo de la convocatoria, que trascendía el simple hecho de consignar un papel y se planteaba el dar a conocer la plataforma unitaria recién creada en una movilización por el centro de Caracas.
Desde Lucha de Clases consideramos que el intento de erigir una nueva referencia orgánica que se plantee aglutinar las diversas luchas obreras y populares, debe mostrarse dispuesta a posicionar las legítimas e impostergables demandas de la clase obrera y el pueblo con suma combatividad. La envergadura de la crisis estructural del capitalismo venezolano, la arremetida imperialista, la podredumbre del Estado burgués y el carácter antipopular y antiobrero que claramente evidencia el gobierno con su política de ajuste burgués y de conciliación de clases, amerita la adopción de métodos y formas de lucha más audaces (lo que no quiere decir aventureros e irresponsables) lo suficientemente capaces de llamar a todos los sectores que esperan emerja la organización revolucionaria que los represente y pueda llevar sus luchas hasta el final. Aunque en este caso hablamos de una simple protesta pacífica que derivaría en marcha (igualmente pacífica), el solo hecho de tratar de materializarla hubiese dado un mensaje contundente de que la Plataforma en Defensa de los Derechos del Pueblo está dispuesta luchar de manera consecuente y decidida. El respeto, en ocasiones excesivo, del civismo burgués y los restringidos marcos oficiales en nuestras acciones no generarán el efecto que la nueva agrupación quiere producir en el actual contexto social nacional, para abrir la perspectiva futura de una salida revolucionaria a la crisis.
Pedro Eusse, secretario del FNLCT y miembro del buró político del PCV, señaló en la agitación de cierre de la actividad que con esta acción ya suman cuatro los documentos consignados en la Fiscalía General de la República para exigir el cese a la impunidad en múltiples luchas y el cercenamiento del derecho a la protesta. Esta declaración, ante la clara omisión y nula aplicación de correctivos oficiales, evidencia la ineficacia de constreñir las iniciativas de calle a la sola entrega de documentos. Es necesario dar un salto hacia adelante en la intención de mostrar una mayor disposición de luchar en las calles, fábricas y comunidades urbanas y rurales por la defensa de los intereses del pueblo trabajador y oprimido.
La actividad concluyó a las 2:00 PM con la certeza de que vendrán más iniciativas de este tipo en el futuro próximo. La clase obrera, a la cabeza de los sectores populares y oprimidos, debe seguir escalando en sus niveles de organización y articulación para proporcionar una necesaria alternativa revolucionaria capaz de disputar el poder y llevar a cabo una revolución completa. Esta nueva referencia orgánica obrera y popular, partiendo de las luchas inmediatas de los sectores oprimidos (salarios, servicios públicos, justicia y respeto a los derechos civiles), debe asumir que la superación de todas las lacras legadas por el capitalismo en decadencia pasa por la toma de las palancas fundamentales de la economía (industria, banca, latifundios y comercio exterior) bajo control obrero y a los fines de planificar racionalmente la producción y los recursos en beneficio de las grandes mayoría.
*Corriente Marxista Lucha de Clases es la Sección Venezolana de la Corriente Marxista Internacional
La reforma laboral aprobada por el gobierno de la IV República en abril pasado representa un ejemplo de las contradicciones de un gobierno reformista que manifiesta buenas intenciones pero termina actuando, intentando quedar bien con dios y con el diablo, en contra de sus propias declaraciones. Al propio tiempo, las bonitas palabras han desatado una efervescencia sindical muy interesante y tal vez sin precedentes desde la insurgencia sindical de los años setenta.
Un ejemplo de la nueva coyuntura es la lucha de la CNTE. El gobierno de AMLO podrá estar lleno de contradicciones insolubles y terribles decisiones- mismas que no hay que dejar de criticar y señalar desde un punto de vista de clase-, pero ningún sectario puede ocultar que ni con el PRI, PAN o PRD se podría haber aprobado una ley reglamentaria de educación que diera pase directo a los normalistas, ni que otorgara la intervención sindical en la asignación de plazas; parte de la lucha justa e histórica de la CNTE. Sin duda un triunfo de la organización de los maestros democráticos.
Más contradicciones entre las medias tintas del reformismo y el ánimo de lucha de los trabajadores las encontramos en la reforma laboral. Por una parte –según el análisis de abogados de izquierda como Manuel Fuentes– se supone que la reforma (en su artículo 358) tuvo la intención de asegurar la libertad y la democracia sindicales al promover el voto libre, directo y secreto de los trabajadores, además de prohibir la creación de sindicatos de protección o blancos. Pero al mismo tiempo (artículo 371 bis) la verificación gubernamental de esas votaciones es voluntaria -por lo que una dirección charra puede simplemente no acceder a ella- y la autoridad sólo está obligada a verificar dichas votaciones cuando “haya duda razonable”, con lo que deja en letra muerta dicha obligación. Con respecto a la existencia de sindicatos blancos pone una serie de obstáculos administrativos (artículo 390 bis) como el contar con al menos el 30% de la plantilla laboral para crear sindicatos democráticos que desplacen a los sindicatos patronales que imperan actualmente.
Además de ello, se dificulta el estallido de huelgas al obligar al sindicato emplazante a contar con un acuerdo previo del patrón (artículo 390), mismo que puede no darse por voluntad de este último y contar, para estallar la huelga, con más del 50% de votos favorables de todos los trabajadores afiliados. Se permite el outsourcing, esa forma moderna d esclavitud y precarización extrema, elimina la sanción al patrón en caso de falta de aviso de despido; en caso de demanda al patrón pone la carga de la prueba en el trabajador, lo que sitúa en desventaja a éste frente a un patrón que bien puede retener documentos de prueba, entre otros muchos puntos señalados por Manuel Fuentes y otros abogados como Juan de Dios Hernández Monge. Esos puntos regresivos representan los intereses de la burguesía y no de los trabajadores para quienes supuestamente se legisló.
Pero los trabajadores no suelen leer la letra pequeña de las leyes. La declaración de intenciones del gobierno ha bastado para abrir las compuertas de un movimiento sindical inusitado. Así sucedió, por ejemplo, con el decreto de aumento salarial del 16% y en teoría del 100% en la frontera desató una histórica lucha sindical en Matamoros y en otras regiones del país. Y si bien es cierto que ese aumento sólo se dio donde los trabajadores lo arrancaron mediante huelgas y paros, en la mayoría de los otros casos los empresarios simplemente no subieron el salario o lo compensaron con despidos. En realidad bajo el capitalismo el dinero y las empresas pertenecen al patrón y nadie -salvo la movilización de los trabajadores- les puede obligar a no hacer con su capital lo que les plazca.
Algo similar está sucediendo con la promesa de democracia sindical, no importa tanto que en la letra pequeña de la ley se dificulte la formación de nuevos sindicatos, en la vía de los hechos nuevos sindicatos están surgiendo y varios de ellos están obteniendo su toma de nota. Recientemente se ha conformado el sindicato del Conalep (Sinadoco) o el Petromex de Pemex; después de 30 años de lucha los trabajadores democráticos del Instituto Mora lograron, el 11 de junio pasado, el registro de su sindicato quienes al propio tiempo que han sido animados por la coyuntura luchan contra el recorte presupuestal a ciencia y tecnología; en la UNAM el Sitaunam -sindicato democrático de profesores- obtuvo su toma de nota en junio pasado; en la INHA también está surgiendo sindicatos opositores a los charros, en el Seguro Social está el caso del Sindicato Nacional Democrático de Trabajadores del Seguro Social (SNDTSS); en Puebla, el histórico SUNTUAP, que había recibido charrazos, está hoy dando la lucha por ganar nuevamente la titularidad y mayoría de los trabajadores y administrativos de la Universidad Autónoma de Puebla o el sindicato que pretende crear la abogada Susana Prieto con los trabajadores del norte del país, etcétera. Lo anterior muestra que más importante que la letra pequeña de la ley es el ánimo de lucha de los trabajadores que ha sido catapultado, sin duda, por el triunfo electoral del 2018. Dentro de los sindicatos existentes también se está desarrollando un proceso de lucha contra las viejas direcciones burocráticas.
En medio de estas contradicciones desconcertantes los trabajadores debemos encontrar nuestro propio camino, con independencia política del gobierno y con una política de clase propia. De la misma forma que en la revolución de 1910 el pueblo encontró su camino al margen de las vacilaciones de Madero, la clase obrera mexicana está obligada a maniobrar en la turbulencia política de la 4ª Transformación para organizarnos, crear un frente único de trabajadores y luchar por un verdadero cambio que sólo vendrá erradicando el capitalismo de raíz. Estamos en una etapa muy interesante de la lucha sindical.
Tras la revolución, cuando el Estado mexicano nacionalizó algunos sectores claves de la economía, fue que se consiguió un desarrollo significativo en el país que llevó a un crecimiento de la clase obrera, dejando México de ser un país fundamentalmente agrario. Eso coincidió con condiciones externas favorables, primero bajo la guerra mundial y luego con el boom internacional que favorecieron a la economía mexicana. Sin embargo, el régimen burgués que se fue consolidando tras la revolución estableció un férreo mecanismo de control obrero basándose en un discurso de conciliación de clase y el establecimiento de organizaciones sindicales corporativas ligadas al Estado, que cumplían el fin de controlar al movimiento obrero con represión y a cambio de algunas pequeñas concesiones. En todo ese periodo vimos a la clase obrera luchando por auténtica democracia (consolidando y manteniendo sindicatos combativos y democráticos en oposición a los charros), por mejorar sus niveles de vida y por cambiar de raíz la sociedad. Durante las década del 40 hasta los años 70 el desarrollo económico fue acompañado de luchas obreras que permitieron mejoras en los niveles de vida de los trabajadores.
El modelo económico keynesiano se agotó y la economía mexicana se estancó. Eso fue una expresión de la entrada del capitalismo a una era de decadencia donde dejó, desde entonces, de bridar concesiones a las masas trabajadoras como en el pasado. Esa tendencia continúa a nivel internacional, ya sea con partidos de derecha o de izquierda con muy diversos matices, que en el mejor de los casos, logran dar concesiones temporales que al final no logran mantener y tarde o temprano se recurren a ataques
Bajo el neoliberalismo, paulatinamente se fueron arrebatando las conquistas obtenidas en el periodo pasado (iniciando con la privatización de la mayoría de las industrias estatales). Un sector de la burguesía nacional creció abruptamente arropada por el Estado que les dio a precio de regalo industrias estatales, los rescató económicamente destinando millonarios recursos públicos, les consiguió préstamos del imperialismo que luego trasladaron a deuda pública y les ha perdonado el pago de impuestos. La burguesía nacional ha sido un parasito que se alimenta del estado y la explotación obrera. Todo este proceso, a su vez, fue representando una mayor ligazón y con eso subordinación a la economía imperialista norteamericana. En ese tiempo vimos también la ruina del campo, el deterioro de los niveles de vida de la clase obrera y el aumento del desempleo, subempleo, pobreza, migración y violencia.
Llevamos 4 décadas de deterioro constante de los niveles de vida de la clase obrera. De reformas pasamos a contrarreformas. El propio régimen fue minando las bases de su estabilidad, los propios sindicatos corporativos fueron golpeados y debilitados.
Durante el panismo se fomentó una modalidad de control mayor que fue el desarrollo del sindicalismo blanco, existente sólo en el papel pero no en la realidad, que impedía que cuando los trabajadores de un sector quisieran organizarse se hiciera.
Ante la reacción de los trabajadores frente a los ataques el Estado a su vez se fue perfeccionando, estableciendo leyes para combatir la lucha social y las huelgas, sofisticando los cuerpos represivos del estado y lanzando una ofensiva cada vez mayor. Eso se puede constatar con la represión a las huelgas minero-metalúrgicas, con el golpe al SME en 2009 o la lucha magisterial, que durante el sexenio de Peña Nieto maestros fueron golpeados, encarcelados y hasta asesinados durante las protestas.
Durante la última presidencia priista las huelgas fueron en la práctica prohibidas, por eso lanzaron datos alegres que querían mostrar como señal de estabilidad. Eso no evitó enormes luchas siendo la más destacada la de los trabajadores de la educación que desde el 2013, hasta terminar el sexenio, no dejaron de luchar. Ante la enorme presión en los centros laborales y el freno objetivo de la mayoría delos líderes sindicales y las estructuras burocráticas de las organizaciones obreras, la lucha se expresó en gran medida fuera de los sindicatos, también sacando a nuevas generaciones a la acción. El país se sacudió con Ayotzinapa, presenciamos la huelga politécnica (la más grande desde 1968), la lucha en contra del gasolinazo, la masiva organización popular en solidaridad con las víctimas del terremoto, etc. Frente a cualquier problemática el movimiento se desbordaba.
El Estado no solo se tenía que basar en un control férreo para impedir las luchas, cuando estas inevitablemente surgían tenía que recurrir a una represión mayor que no era más que el reflejo de que el consenso social hacia el régimen estaba agotado. Sin embargo, el Estado no tenía la fuerza de aplastar represivamente al movimiento obrero y juvenil. El ejemplo más significativo fue el intento de aplastar la lucha magisterial en 2016, encarcelando a dirigentes, reprimiendo las protestas y realizando una masacre en Nochixtlán. El látigo de la represión solo alentó al movimiento de masas y se respondió con una marcha de medio millón de personas que hizo retroceder al Estado.
Peña Nieto fue el presidente más impopular desde el usurpador Victoriano Huerta. El conjunto de las instituciones del régimen y su Estado se desacreditaron. La gente no creía no solo en el presidente, sino tampoco en el poder judicial, en el parlamento, en los partidos políticos, en los cuerpos armados del estado, etc. Sin un escape ante toda esta presión, el movimiento se encaminaba a una salida revolucionaria. El punto de escape fueron las elecciones del 1º de julio de 2018. No hubo fuerza que evitara que las masas barrieran con los partidos del viejo régimen y se materializara el triunfo de AMLO. Esas elecciones no fueron más que la continuación de la lucha de las masas. AMLO podría apoyarse en las masas e impulsar un cambio radical pero por el contrario ha decidido regenerar al Estado.
La burguesía necesita un gobierno fuerte y firme que aplique su programa radical de ataques, pero al hacerlo ha polarizado a la sociedad y se ha desacreditado frente a las masas a sus instituciones y partidos. Ahora se tiene como resultado a un gobierno que plantea cambios y reformas, que en realidad está reestructurando el Estado burgués, no plantea un rompimiento con el capitalismo y hace concesiones a la clase empresarial, pero que plantea una mejor redistribución del ingreso y ha hecho algunas pequeñas concesiones a los trabajadores como eliminar el examen punitivo de la reforma educativa y aumentar el salario un poco más arriba que la inflación. Después de décadas de ataques los trabajadores miran con ilusión y esperanza al nuevo gobierno. Tendrán paciencia y pueden esperar un poco porque piensan que los cambios no se darán de un día a otro. Por su parte, la mayoría de la burguesía mira con desconfianza al actual gobierno y no le gustan sus reformas. De tal forma que las boicotea.
AMLO ha declarado que aspira a restablecer un Estado de bienestar, que la riqueza se distribuya más equitativamente. El problema es la naturaleza de la época, donde el sistema ha agotado su potencial progresista y no puede subsistir más que atacando a las masas trabajadoras. Incluso en la economía más grande del mundo, la estadounidense, tiene un pobre crecimiento y las masas no están mejorando sus niveles de vida. El imperialismo busca exportar la crisis a otros países, sus medidas proteccionistas hacia México se podrían endurecer con resultados catastróficos. El gran capital tiene como programa sacar el mayor beneficio exprimiendo lo más posible a la clase trabajadora.
Es posible que AMLO tenga buenas intenciones y espere fomentar la inversión empresarial y que con ello los trabajadores mejoremos nuestros niveles de vida, pero los capitalistas lo que quieren es trabajadores baratos y mal pagados. El tiempo del Estado de bienestar es historia, y no sólo en México. Se necesita una economía estable en crecimiento que no se sustente en la sobreexplotación y para conseguirlo se necesita más que suerte. La mejor forma de distribuir equitativamente la riqueza es eliminando la alta concentración de capital que se encuentra en pocas manos poniéndola en manos del conjunto de la sociedad. El ejemplo de Cárdenas, que nacionalizó el petróleo, habrá que seguirlo pero abarcando al conjunto de las palancas centrales de la economía y administrándolas bajo control obrero, con el objetivo no de desarrollar el capitalismo sino de crear una economía al servicio de los que generamos la riqueza. Se necesita un programa auténticamente socialista.
Este gobierno llegó a la presidencia por un apoyo masivo de la clase obrera. Al verse con fuerza y confianza y al reducirse la presión contra los trabajadores las contradicciones acumuladas han encontrado los primeros puntos de escape. El primer gran episodio lo vimos con la oleada huelguística en Matamoros, que abarcó a miles de trabajadores. Otro episodio que ha sido un terremoto, es el cambio de la dirección en el sindicato petrolero, siendo destituido Carlos Romero Deschamps. En ambos casos vemos como el actuar colectivo ha permitido romper las estructuras burocráticas que hace poco parecían impenetrables. Veremos más acontecimientos de este tipo. Claro que estos pasos al frente no son suficientes, se requiere organización democrática bajo una política y un programa en defensa firme de los interese inmediatos y generales de nuestra clase, requerimos de cuadros obreros capaces de canalizar y orientar la lucha.
Algo queda claro, hoy tenemos mejores condiciones que ayer para luchar. Una segunda lección es que nadie nos regalará nada. En el caso de Matamoros, las conquistas económicas conseguidas no tienen precedentes en el periodo reciente, fueron producto de la actuar decisivo de los obreros unidos en la lucha. En el SITUAM, el conflicto se prolongó por tres meses y había una clara intención de la patronal de derrotar la huelga. No porque exista un nuevo gobierno las luchas están ganadas de ante mano ni serán fáciles, sobre todo porque el contexto material general no ha cambiado ni los planes de la clase dominante.
Las recientes reformas laborales han abierto la puerta a la libre sindicalización, pudiendo tener en un centro de trabajo más de 3 sindicatos. Esta medida puede ser una herramienta a usar en la lucha por la democracia sindical, aunque no se descarta la lucha por el rescate de los viejos sindicatos. Existe con esto una tendencia a la dispersión de la clase obrera, mientras que lo que debemos luchar es por la mayor unidad en defensa de nuestros intereses.
Sería un error garrafal esperar a que el gobierno de AMLO solucione nuestros problemas, eso solo lo conseguiremos con la lucha. El actual gobierno está presionado por distintas fuerzas, en ese sentido puede ceder ante las presiones de la oligarquía y el imperialismo pero también podemos hacerlo girar a la izquierda y obtener concesiones, pero solo organizados. Aquellos que quieran seguir un esquema prestablecido actuando frente a AMLO como con los viejos gobiernos pueden correr el riesgo del aislamiento frente a miles de trabajadores que le apoyan y confían en él. Como clase no debemos renunciar a nuestro programa, debemos defenderlo explicando su justeza al pueblo trabajador, mientas que se presiona a las instancias gubernamentales pero se actúa con firmeza en la lucha.
La contradicción central del gobierno de AMLO es que quiere dar reformas bajo un capitalismo decadente, al borde de la crisis, incapaz de dar concesiones serias. Su programa se está poniendo a prueba, en medio de su gobierno las clases en pugna no han abandonado sus intereses. Aunque habrá paciencia los trabajadores exigirán que sus demandas sean satisfechas, mientras la clase empresarial continuará con su paciente boicot al gobierno de AMLO. Este tiempo de aparente paz y reconciliación social solo es la antesala de futuras convulsiones. Lo más importante del proceso es que educará a millones de trabajadores y traerá grandes lecciones. Estamos convencidos que este sistema es irreformable y necesitamos acabar con él, en las actuales batallas debemos seguir defendiendo nuestro programa, avanzando en la construcción de sindicatos democráticos y combativos, en una perspectiva de fortalecer las fuerzas de la clase obrera en pos de la revolución socialista, que es la única forma en que la IV transformación puede triunfar.
El ambiente político se transformó en la ciudad de Matamoros con la oleada de huelgas. Todo el actuar de los patrones y el Estado busca el restablecimiento de la vieja normalidad. Matamoros en su historia tiene acontecimientos de gran importancia como la derrota de tropas invasoras que le han dado el mote a la ciudad de heroica. Hay obreros que dicen que esta lucha convierte a Matamoros nuevamente en heroica. No es para menos, así como la biblia dice que los últimos serán los primeros vemos como esta clase obrera sobrexplotada que parecía agachona, se ha puesto a la vanguardia del movimiento obrero nacional.
El impulso viene desde abajo
El impulso de esta lucha no viene de arriba, sino de muy abajo. Son los obreros de las fábricas que se han hartado. Los obreros de la siderúrgica Castlight nos platicaban que en noviembre ya habían hecho un paro en una línea de producción, antes de estallar la lucha actual. En una y otra fábrica había cansancio y se gestaba aquí y allá un pequeño conflicto y otro, de forma casi imperceptible en la mente de miles de obreros algo estaban cambiando. La derrota a la derecha en las elecciones de julio fue a la vez reflejo del malestar acumulado e impulso. El detonante lo dio el decreto de aumento al salario dado por AMLO.
Al estallar de forma espontánea esta insurgencia obrera, asistió a Matamoros la abogada laboral Susana Prieto Terrazas, quien ya había estado presente en las luchas de las maquilas en Ciudad Juárez. La abogada es de un carácter duro, lo cual puede tener un doble filo. En una ciudad donde el trabajo y la vida son duras, incluso sus arrebatos han sido vistos como positivos por el movimiento obrero. Ella les habla fuerte también a los patrones, a sus representantes, a los jefes de la policía, etc. Susana se ha convertido en una especie de héroe local, una dirigente de masas. Algún obrero me decía que además de Rigo Tovar, el histórico cantante popular matamorence, sólo Susana había logrado abarrotar la plaza central de Matamoros.
La fuerza no viene de arriba sino de abajo, pero se ha dado una interrelación y la presencia de la abogada, en la etapa actual, es motivo de ánimo y unidad. Lo cual no significa que los obreros la esperen para actuar, pues incluso estando fuera de la ciudad los estallidos de paros no se detienen. También es claro que Susana no es capaz de resolver sola los problemas de la lucha en cada fábrica, les corresponde a los obreros organizarse en cada centro de trabajo y a nivel general para concretar la democracia sindical.
Para tener un mejor panorama del ambiente entre los proletarios podremos algunos ejemplos. Los guardias de seguridad de las empresas comenzaron a organizarse e iniciaban un paro porque a todos les estaban aumentando el salario menos a ellos. Para evitar un paro de este sector accedieron de inmediato a sus peticiones. Las obreras de SCG Moños se quejaron porque no le estaban respetando sus pagos y amenazaron con hacer un nuevo paro, mágicamente en sus nuevos recibos aparecían sus adeudos pendientes.
En la planta 3 de la fábrica INTEVA una maquina se sobrecalentó y comenzó a echar humo. El protocolo de seguridad es claro y en un caso así de inmediato se tenía que sacar a los trabajadores a la calle. Ésta empresa tiene como slogan: “Salud y seguridad son lo más importante, todos los accidentes se pueden prevenir”. El encargado de sacar al personal es el delegado junto con los guardias de seguridad. El delegado del segundo turno es Rodolfo Morado pero en vez de sacar al personal sólo les dio mascarillas, poniendo en riesgo sus vidas. Una obrera se desmayó por el miedo y el terror a morir calcinada si las cosas se agravaban, los compañeros obreros fueron a sindicato SJOIIM a quejarse con el secretario Juan Villafuerte quien como siempre les dio por su lado diciendo que no pasó nada. Ese incidente es motivo para una denuncia por atentado con alevosía y ventaja contra los cientos de obreros que laboran en INTEVA planta 3. La verdadera causa por la que no sacaron a los obreros es porque, frente al ambiente que existe, eso se podría haber convertido en un nuevo paro en demanda de verdadera seguridad laboral.
Es más que el 20-32, el obrero tiene dignidad
La primer oleada de la lucha se dio en una rebelión de 48 fábricas del Sindicato de Obreros y Jornaleros Industriales de la Industria Maquiladora (SOJIIM) pero las ondas expansivas sacudieron a los demás gremios burocráticos, como el Sindicato Industrial de Plantas Maquiladoras y Ensambladoras y el Sindicato de la Industria Química y Petroquímica de Matamoros, controlados por Jesús Mendoza y Alfredo Bazán Serrata, respectivamente.
Los obreros luchan por sus demandas económicas como son el 20% de aumento al salario y el bono especial de 32 mil pesos, pero es más que dinero lo que impulsó este movimiento. Son años de estar pisoteados; de agachar la cabeza; de, en el mejor de los casos, pelear tus derechos individualmente y limitadamente con tu jefe inmediato. Pero ahora se había logrado la unidad, quizás no de todos, pero sí de muchos que estaban dispuestos a incluso sacrificar su seguridad y estabilidad laboral. La lucha dotó de dignidad a la clase obrera. Nos comentaron de un caso de un trabajador que ganaba más de 700 pesos al día, lo cual es casi el triple que otros trabajadores, él se sumó al movimiento y decía que si bien no tenía la misma necesidad económica, quería estar con sus compañeros en ese movimiento histórico aunque perdiera su empleo y su buen salario. Los obreros se atrevieron a luchar, asentir la libertad que te da la unidad, a hablarle de iguales a jefes y burócratas sindicales. Aun cuando han despedidos obreros, el conseguir el 20-32 es cosa de orgullo y de callar la boca incluso a esos mismos compañeros que criticaron el movimiento y decían que no se podía conseguir nada.
Los obreros han mostrado su fortaleza, su unidad llevó a que la correlación de fuerzas les favoreciera. Los patrones no han tenido opción, por mucho que lloriqueen que sacarán las empresas de la ciudad, han tenido que ceder a las demandas económicas de los obreros.
Sobre los despidos
La secretaria del Trabajo, Luisa Alcalde, ha dicho que sabe que ha habido represalias contra los obreros de las Maquilas y que hay decenas de despedidos, sin embargo no toma ninguna acción más allá de su declaración. Pero no son decenas, son cientos de compañeros despedidos. Esta medida de los patrones busca mermar la organización, dar un escarmiento y regresar a la vieja normalidad. El movimiento adquirió un carácter de masas, que sean cientos de despedidos es un reflejo de esa masividad de la lucha.
¿Por qué los obreros están aceptando los despidos? En un sentido es falta de experiencia en la lucha, por otro se debe considerar que los bajos salarios hacen muy difícil que un obrero tenga capacidad de ahorro, el recibir un dinero extra permite dar un respiro, resolver problemas o aumentar el patrimonio. A esto hay que sumar que se considera que hay mucho trabajo en la ciudad y seria relativamente fácil emplearse en un nuevo trabajo. En condiciones normales así sería pero los patrones no quieren contratar problemas y boletinan a los trabajadores para que se les niegue el trabajo en caso de lo busquen en otra empresa. Esas problemáticas no se visualizan del todo a la hora de aceptar un despido, pero también un obrero consciente puede pensar más de dos veces defenderse primero porque eso es una lucha de resistencia que pude llevar a que por un tiempo largo no tenga un ingreso estable. En segundo lugar porque expondría al compañero dificultando encontrar otro trabajo futuro.
Incluso a esos golpes, que significan los despidos, los obreros pueden responder con gran dignidad. En la fábrica Polytech no se hicieron los despidos de golpe, continúan paulatinamente cada semana. A un obrero lo han despedido por tomar una foto favorable a la lucha de los obreros de la Coca Cola. Otros despedidos son por participar destacadamente en el 20-32. Cuando un compañero es despedido pasa en medio de la planta de producción y cuando da sus primeros pasos rumbo a la calle empieza una rechifla masiva, una ovación. Algunos de los despedidos levantan las manos con júbilo o caminan lentamente para que la ovación se prolongue bajo el enojo de sus jefes. Es una venganza obrera hacia los jefes, una acción de dignidad al reconocer a los compañeros golpeados como héroes de la lucha de clases.
El caso de TPI
Otro caso lo vemos en la fábrica TPI, que entró en acción en la segunda ola de la lucha. Ahí los obreros habían aceptado que no les dieran el 20-32, habían aceptado ya un aumento de alrededor del 18% a condición de que no hubiera represalias ni despidos. Los patrones incumplieron y empezaron las represalias, así que primero un grupo numeroso no entró a trabajar y después pusieron las banderas rojinegras con una huelga legal. El movimiento se prolongó por un mes.
Nos tocó ver como los trabajadores fueron a otra empresa a buscar apoyo y tenían los botes llenos con varios billetes de a 20 pesos, otros trabajadores de una empresa en activo organizaron por su cuenta una colecta y entregaron el bote a los compañeros de TPI. En la huelga llegaba gente con víveres en apoyo, en el quiosco de la ciudad se juntan también víveres y algunas despensas se entregaron a los compañeros huelguistas de TPI. Esa es otra conquista del movimiento 20-32.
Obreros de TPI en asamblea
Pero el cansancio se notaba, la relación con los patrones se había roto y a los obreros les pareció bien aceptar un despido masivo con buenas indemnizaciones. Fueron 240 obreros despedidos en TPI. Mientras se leía la propuesta de acuerdo los obreros nombrados en la lista de despedidos se alegraban en su inmensa mayoría. Nadie les quitará el gusto de haber encarado a la empresa y a sus capataces.
Susana Prieto llamó, en la última asamblea masiva, el pasado 23 de febrero, a no aceptar los despidos ni sus finiquitos y luchar contra ellos. Ya comienzan a verse casos de trabajadores que se a defienden y luchar contra los despidos. La única forma es actuar contra los despidos es de forma organizada en la defensa de nuestros compañeros: si tocan a uno tocan a todos.
La bandera de huelga en TPI
Castlight
La segunda oleada de paros y huelgas, animada por las primeras 48 fábricas que entraron en acción, aún continúa. Tienen la desventaja de no estar en el punto cúspide del movimiento pero no significa que el ambiente general sea desfavorable. Hay un sentimiento de fuerza, donde se ve la importancia de los trabajadores de la sociedad y cada lucha es parte de un movimiento conjunto de la clase obrera. Hay trabajadores que ya regresaron a laborar, pero en cada fábrica en paro o huelga estos obreros llevan víveres, organizan dentro de las fábricas bateos, etc. Hay muchas muestras de apoyo que se notan en el ambiente como el ver pasar autos pitando con júbilo frente a las fábricas en huelga.
Arriba hemos mencionado el caso de TPI, además vemos otras empresas como Castlight que cuando los visitamos aun no conseguían colocar las banderas rojinegras de huelga pero su movimiento había conseguido sacar a todos los trabajadores de la empresa y extenderse por un mes. Ellos nos narraban las condiciones difíciles de su trabajo, son obreros metalúrgicos y tienen que trabajar en temperaturas muy altas, lo que hace que el trabajo sea complicado. Algunos compañeros no soportan tener todo el tiempo los cubre bocas en esas altas temperaturas, pero aun con ellos es imposible no inhalar distintos gases. Se trabaja con altas temperaturas, fundiendo metales a temperaturas mayores a 800ºC. Eso vuelve al trabajo en uno de alto riesgo.
Obrero de Castlight en lucha
Los compañeros no pudieron poner las banderas rojinegras, pues la estructura sindical no los apoyó. Pero poco a poco fueron consiguiendo que todos los obreros pararan y se paralizara la producción totalmente, adentro solo estaban un par de vigilantes de la empresa. La unidad y persistencia permitió que los compañeros consiguieran el acuerdo 20-32.
Flux Metals
Flux Metals es una pequeña fábrica siderúrgica de 45 obreros. Ahí los trabajadores no cuentan siquiera con sindicato. La situación es complicada pues los patrones no han querido establecer negociaciones, no han querido dar la cara, como medida de presión pusieron un letrero en la nave industrial diciendo que se rentaba. Cuando los visitamos tenían una buena cantidad de víveres, es una de las fábricas que más apoyo material requiere, pero también político para mantener su resistencia.
Los obreros se mantienen unidos, realizan asambleas y mantienen sus guardias organizadamente. Para mantener la huelga han vendido pollos y salchichas asadas y así obtener un poco de recursos. Desde estas líneas hacemos un llamado a apoyar esta huelga que llevan los trabajadores de Flux Metals desde el 6 de febrero.
Agroquímicas y Equipos
Esta es otra empresa pequeña, los obreros trabajan con condiciones de gran inseguridad pese a trabajar con químicos muy peligrosos. A esto hay que sumar que la mayoría no cuenta con contratos base y tiene que firmar un nuevo contrato cada semana, algunos llevan años y años así. Las plazas las llega a vender el dirigente sindical en 10 mil pesos. Los salarios son precarios, se inicia percibiendo 1200 pesos semanales. Los obreros rebasaron a sus dirigentes y un importante sector inició un paro laboral. Este es un paro reciente, iniciado el 27 de febrero. Esta lucha nos muestra que en otras fábricas donde los obreros aún no entran en acción se subterráneamente se siguen desarrollando procesos que van a salir a la superficie. Para conocer más sobre la lucha en Agroquímicas invitamos a leer este artículo: (https://goo.gl/94vuuq).
Fachada de la empresa Agroquímicos
Coca-Cola, los obreros paralizan Arca Continental
La Coca-Cola tiene un gran simbolismo, que los obreros hayan entrado en acción y parado la producción tiene, además de una presión económica, un enorme peso político. Las banderas rojinegras están en las puertas de la Coca-Cola de Matamoros, a las afueras hay camiones que los obreros alcanzaron a recuperar para impedir su circulación en medio de la huelga. Uno de esos camiones tiene una bandera rojinegra con las siglas 20-32.
El ambiente es de buena moral, la fábrica está ubicada en un lugar de buena circulación. Los autos pasan pitando en señal de apoyo. Los compañeros lavan autos, venden elotes, esquites, pollo y salchicha azada para tener un pequeño recurso y resistir. Se respira un ambiente de unidad. Los compañeros son muy abiertos a la solidaridad.
El dirigente de la lucha imprime moral y ánimo. El compañero nos comentaba que han seguido todos los pasos legales de la lucha y ya estaban en instancias federales. También que cuidaban mucho dar una buena imagen del movimiento para no restar apoyo.
La empresa hizo una campaña #YoSiQuieroTrabajar para contrarrestar la huelga, sacaron algún video de trabajadores de la Coca e incluso convocaron a una marcha a la que solo asistieron los pocos que salen en el video. Fue un fracaso.
Obreros de Coca-Cola con el periódico impreso de La Izquierda Socialista
La huelga ha generado escases de refresco, hay tiendas donde no se encuentra el producto y donde existe se presta a especulación y se vende más caro. La empresa hizo una acción de boicot al movimiento. Los trabajadores retuvieron los camiones, en algunos casos la población llegó a saquear alguno. No se dejó descargar en la mayoría de los casos y se escoltaron los camiones hasta abandonar la ciudad. La empresa interpuso demandas y eso hizo que en los siguientes días logaran entrar algunos camiones. Aun así no hay el abasto suficiente de Coca-Cola. Existen también tiendas con dueños consientes, hay casos donde se han puesto carteles con leyendas como esta: “No se vende Coca Cola hasta que les paguen a los obreros el 20-32”.
Cabría hacer un paréntesis sobre la legalidad, en nuestra sociedad, esta ha defendido a los patrones, a la alta burocracia Estatal. Si existen derechos laborales es producto de la lucha, de la revolución, aunque también se establecieron leyes laborales con el objeto de controlar al movimiento obrero. Las huelgas en su origen se hacían de hecho, para contener al movimiento obrero, el estado legisló las huelgas y estableció procedimientos legales, donde el Estado se convierte en juez que dictamina si una huelga es legal o no. En Matamoros los obreros despertaron y salieron a la lucha y en el camino presionaron al sindicato para dar legalidad a la huelga. Los patrones han usado argumentos como paros ilegales y faltas injustificadas para despedir a obreros en lucha.
Es correcto, como lo han hecho los compañeros de la Coca, agotar los recursos legales pero más allá de la legalidad está la legitimidad del movimiento. Los empresarios de la Coca han buscado derrotar al movimiento desde el inicio. La junta local, ante la presión se declaró incompetente. Recientemente la empresa ha circulado una resolución que ilegaliza la huelga de la Coca. Los empresarios someten a una enorme presión.
El gobierno de AMLO y su secretaría del trabajo están entre dos ruedas de molino. El Estado en México tiene un carácter burgués porque defiende los intereses de la clase en el poder. Llegó a un extremo de corrupción insostenible. Entre la población se imponía autoridad. AMLO lucha por que el régimen de corrupción caiga, pero las viejas instituciones del Estado siguen intactas. Si desde el gobierno federal surgen medidas contra la huelga de Coca Cola en Matamoros es porque estas instituciones están actuando bajo la presión del gran capital. Este gobierno, sin embargo, entró por un apoyo masivo de los trabajadores que también lo someten a presión. Así que el gobierno puede ceder a una u otra clase.
Es inadmisible que se declare ilegal la huelga de la Coca-Cola por parte de las juntas de la secretaría de trabajo del gobierno federal. Los obreros interpondrán recursos legales como los amparos y seguirán actuando en la defensa de su demanda del 20-32. La huelga de la Coca-Cola es el punto central de la lucha y los empresarios quieren derrotarla, no se los debemos permitir y con unidad debemos doblegarlos.
El Sindicato Minero en Matamoros
Estallado el conflicto vimos al dirigente Nacional del Sindicato Minero, Javier Zuñiga, asistir a Matamoros, su ciudad de origen, a brindar apoyo a las luchas de las maquiladoras que se levantaban a la lucha. Le vimos participar en las manifestaciones y al sindicato dando víveres para los obreros en huelga y dar asesoría legal, por ejemplo calculando finiquitos para trabajadores despedidos. La presencia de dirigentes mineros llevó a empresarios y a algunos de sus medios de comunicación a señalar que el conflicto era provocado por Napoleón Gómez Urrutia para adherirlos a su nueva central sindical que días después anunciaría su constitución.
En Matamoros el Sindicato Minero tiene presencia en la siderúrgica SIGOSA. Desde el 2004 esta fábrica ha participado en huelgas, incluyendo la histórica del 2006 iniciada tras el accidente de Pasta de Conchos. Esto ha dado experiencia y cohesión.
El Sindicato Minero en Matamoros se suma a la lucha
En esta coyuntura algunos compañeros de base se empezaron a inquietar porque en medio de esta no se estuviera actuando en defensa de los propios agremiados, incluso un grupo fue a buscar a la licenciada Susana. La dirección actuó convocando a reunión a sus agremiados y acordaron unificadamente adelantar su estallido de huelga.
Ha habido una lucha de declaraciones entre Susana Prieto y el dirigente Minero Metalúrgico Javier Zuñiga. Susana los ninguneó en un mitin público en la plaza diciendo que por unos cuantos lonches (refiriéndose a los apoyos en víveres dados durante la huelga), no se iban a dejar comprar y que la decisión sería adherirse a un sindicato en Monterrey.
Cuando estalló la huelga del SIGOSA se presentó Susana frente a la fábrica pero no tuvo mayor eco entre la base de este sindicato. Javier Zuñiga hizo declaraciones públicas de que ahí no necesitaban el apoyo de la licenciada. Esto puede verse como una lucha de personalidades y egos pero en realidad también tiene que ver con el futuro del movimiento sindical en Matamoros.
Con esto el movimiento de SIGOSA queda “fuera” del 20-32. Sus demandas de hecho no son estas, ellos pelean 20% de aumento al salario y un bono de 48 mil. Zuñiga nos dijo que su ayuda al movimiento obrero fue desinteresada y ellos no actuarían oportunistamente en este movimiento jalando agua para su molino pero que las puertas de su sindicato estaban abiertas.
En las puertas de la fábrica el movimiento se ve más sólido que en la mayoría de las empresas. Los obreros de base del 20-32 llegan y dan muestras de solidaridad y víveres. El ambiente general es de unidad. La moral de los trabajadores es alta, Zuñiga suele subir videos de sus compañeros haciendo chistes y bailes, así como organizándose. Zuñiga no es un dirigente de escritorio, se pone al pie de la fábrica para estar al lado de sus compañeros de base y tiene gran experiencia.
Lo que preocupa primeramente a los líderes del sindicato minero, en nuestra opinión, es salir con una base cohesionada y un acuerdo mejor que en las otras empresas. Y con esto ponerse como ejemplo, como una organización atractiva para otros sectores de los trabajadores.
Guardias de los obreros en la huelga impulsada por el Sindicato Minero
La lucha por la democracia sindical
Los sindicatos pueden tener estructuras muy conservadoras y sostenerse incluso cuando la consciencia ha avanzado mucho más. Los actuales sindicatos, al ser estructuras corporativas que han defendido ante todo los intereses de los patrones, no son vistos como alternativa de lucha para los obreros en Matamoros y hay un rechazo hacia ellos, se quiere que se vayan. Susana Prieto llamó a formar sindicatos democráticos planteando que se afilien a una confederación sindical ya existente en Monterrey. Esta idea no ha convencido a todos los obreros pues se ve como una cosa ajena al proceso de lucha local y no se conoce esta confederación que estuvo ausente en el proceso de la lucha. Lo ideal es establecer mecanismos democráticos de debate, eligiendo por ejemplo representantes de las diversas empresas, para decidir el futuro del movimiento sindical en matamoros.
Desde nuestro punto de vista se requiere establecer comités en cada fábrica, que se organicen con todas las medidas de seguridad para no ser descubiertos prematuramente por los patrones que actuaran con represalias y despidos. Estos comités deben organizar el que en cada fábrica se gane el 50% más uno de los afiliados para ganar la representatividad sindical y concretar su democratización. Los compañeros más conscientes de cada fábrica deben aprender no solo de leyes sino de la historia del movimiento obrero y establecer escuelas de discusión político sindical basadas en la experiencia del movimiento obrero representadas por el marxismo. Aquel que no aprende de la historia está condenado a repetirla, para evitar errores del pasado y contrarrestar una futura burocratización necesitamos dirigentes formados con clara consciencia de clase que de la completa firmeza en el actuar de la defensa de la base obrera.
No han podido acabar con la lucha obrera
Lo que busca la clase capitalista en Matamoros y el gobierno del Estado, apoyándose en sus cuerpos represivos y en sus medios de comunicación, es acabar con la lucha en Matamoros. A Susana Prieto la han amenazado de muerte y presionado para que abandone la ciudad, la respuesta fue una masiva asamblea (la más grande de la lucha) el 26 de febrero. La plaza quedó abarrotada y no todos los obreros pudieron entrar. Ahí Susana llamó a la democratización de los sindicatos y a afiliarse a una central sindical con sede en Monterrey. Ante las amenazas el movimiento respondió de manera masiva.
Acompañado de las amenazas se hicieron notas difamatorias contra Susana en Televisa y otros medios de comunicación. En medio de ese ambiente de amenazas y ataques mediáticos Susana no se apareció por varios días en la ciudad, varios obreros organizaron una marcha contra Televisa, que partiría de la plaza a dicha televisora.
Un día antes fue cuando entraron los camiones de la Coca-Cola con el objeto de boicotear la huelga y hubo ofrecimientos de solución para algunas fábricas. También hubo balaceras en la ciudad y bajo ese pretexto se suspendió el transporte público en la mañana (reestableciéndose en la tarde porque estaba el desfile tradicional anual de la charrería dentro de las Fiestas Mexicanas), además hubo un operativo contra taxis piratas de tal forma que en la mañana del sábado 2 no había forma de transportarse rumbo a la marcha a Televisa. Esto mermó la asistencia pero no impidió la realización de la marcha, hubo compañeros que marcharon desde sus fábricas para llegar a la plaza. Con carteles y consignas contra los sindicatos charros y contra televisa se realizó la marcha y Susana finalmente se presentó y dio un discurso agradeciendo a los trabajadores. Mientras crece el odio a Televisa la reportera Rocy, de un medio local que ha cubierto a la abogada y las huelgas, crece en popularidad.
En las empresas de TPI y Castlight se llega a acuerdos y pocos días después la junta federal declara ilegal la huelga de la Coca- Cola. Quieren asestar una derrota a esta lucha para dar un ejemplo, los trabajadores debemos responder con la mayor solidaridad local, nacional e internacionalmente con las huelgas obreras en Matamoros y con la de la Coca-Cola en particular.
Susana es un medio de expresión del movimiento, ha sido un incentivo para que mujeres obreras y amas de casa despierten a la vida política. El 8 de marzo hizo un llamado a la movilización, llevaba una playera que decía: “Por la mujer y la clase obrera daré la Guerra”. Llevó mariachis a las obreras aunque recordó que el día de la mujer se debe a que las obreras dieron su vida por la jornada de 8 horas.
La lucha obrera ha transformado la mentalidad y el panorama político de la Ciudad de Matamoros. La lucha no se puede medir solo en las huelgas, los obreros que están en fábricas laborando, los despedidos y sus familias han adquirido consciencia de su fuerza. Se han ganado algunas batallas pero debemos prepararnos para ganar la guerra lo que implica mejorar nuestros niveles de vida, ganar más derechos laborales, democratizar los sindicatos estableciendo medias de control de la base y dirigentes con clara consciencia de clase y conseguir a futuro una sociedad para los trabajadores donde eliminemos definitivamente la explotación y permee una verdadera igualdad entre todos los miembros de la sociedad.
Los obreros de 45 maquiladoras de Matamoros, Tamaulipas, rebasaron el control burocrático de su sindicato y las presiones del Estado y la patronal y estallaron la huelga. Este ejemplo fue seguido por trabajadores de centros comerciales, de fábricas, maquiladoras e incluso de la misma Coca Cola en Matamoros. Pero esta lucha es un ejemplo nacional. Baste mencionar que al otro extremo del país, en la empresa de ropa deportiva Alabama México, ubicada en Yucatán, también fueron los obreros a huelga, inspirados por sus hermanos de la frontera norte. A esto hay que sumar que más de 5 mil trabajadores de la UAM, en la ciudad de México, al igual que los de la UABJO, en Oaxaca, estallaron en huelga el 1 de febrero. Hay que añadir a la lista el conflicto magisterial en Michoacán, que además de paralizar las clases ha implicado la toma de las vías de ferrocarril y el paro de los trabajadores de la Semarnat. Nuevos conflictos se desarrollan y seguramente habrá nuevos estallidos.
Durante los dos primeros meses del actual gobierno han estallado más huelgas que en todo el sexenio de Enrique Peña Nieto. Es como si se hubiera quitado de nuestras espaldas una pesada loza; hay un ambiente de liberación y confianza.
Las huelgas no son el único indicador del desarrollo de la conciencia y confianza de los trabajadores. Un sector de los obreros petroleros está luchando por la creación de un nuevo sindicato, en oposición a Romero Deschamps, llamado Petromex. En este contexto, Napoleón Gómez Urrutia, dirigente del sindicato minero metalúrgico, ha anunciado a su vez la creación de una nueva central sindical que podría partir al pesado sindicalismo charríl de la industria. Estos ejemplos son sólo una muestra de lo que en muchísimos centros de trabajo se está viviendo y nos habla que hemos entrado en un nuevo y distinto periodo en la lucha sindical.
La presión acumulada sale a la superficie
Hay diez mil problemas acumulados en esta sociedad y la entrada del gobierno de AMLO está animando a distintos sectores y a la clase obrera a entrar en acción. La derrota humillante del PRI y el PAN en las elecciones fue la continuación de una serie de luchas contra el viejo régimen, el Estado y su sistema. Las grandes masas votamos por millones contra el PRI y el PAN, por AMLO y sobre todo por un cambio necesario. Con este nuevo gobierno ahora la exigencia es que se concrete dicho cambio y es 100% correcto actuar. Los marxistas señalamos con claridad que un triunfo de AMLO daría mejores condiciones para la lucha de los trabajadores y no nos equivocamos.
Lenin solía decir que las masas suelen estar mil veces a la izquierda que sus direcciones políticas y sindicales. AMLO no plantea acabar con el capitalismo y la explotación, pero sí ha emprendido una lucha contra el neoliberalismo, por un gobierno austero que limite los privilegios de la alta burocracia y que acabe con la corrupción. Ha dicho que su gobierno no reprimirá al pueblo y en muchas ocasiones ha dicho que primero son los pobres. Claro que hay limitantes importantes en su programa. Pese a todo ello, los trabajadores han entendido bien que al viejo régimen se le combate acabando con la corrupción en las dependencias estatales y combatiendo a los charros sindicales. Los trabajadores han visto que si primero son los pobres y este gobierno no es neoliberal, entonces hay que buscar restituir el salario perdido exigiendo incrementos sustanciales. La lucha de Matamoros es muy significativa, AMLO dio en la frontera norte concesiones a los empresarios, pero los obreros no leen las letras chiquitas del contrato y salieron a la batalla amparados por el decreto de aumento salarial del nuevo gobierno.
El viejo régimen, que lucha por mantenerse y no morir, tiene en su haber un control sindical corporativo y gansteril. La lucha por la caída del viejo régimen significa la lucha contra el corporativismo sindical, que debe traducirse en sindicatos clasistas con auténtica democracia obrera.
El Gobierno de AMLO entre dos fuegos
AMLO llegó a la presidencia por el apoyo masivo de los trabajadores. Él ha dicho que en su proyecto los empresarios son muy necesarios y busca el fomento de la inversión privada. Durante décadas los gobiernos en turno, del PRI y el PAN, habían socavado los derechos laborales y con ello el poder adquisitivo de la clase obrera. Hoy la clase obrera quiere restituir sus derechos perdidos, pero los patrones no quieren ver disminuidas sus ganancias.
Las primeras conquistas en la lucha de Matamoros hablan de que la correlación de fuerzas está a favor de la clase obrera. Pero los trabajadores no pueden estar en lucha permanente y los empresarios lo saben, también buscan que cuando la marea baje todo regrese a la normalidad. Están haciendo una campaña de presión al nuevo gobierno a la vez que realizan una represión selectiva para desarticular el movimiento y buscar mantener el corporativismo de los charros sindicales.
Sin embargo, en este contexto, los empresarios amenazaron con el cierre de empresas mientras que los periodistas vendidos, los periodistas fifís, hacen una campaña contra las huelgas y las luchas obreras “porque ahuyentan la inversión”.
El caso de Pemex
AMLO ha emprendido una lucha contra el escandaloso robo de combustible, que en su mayoría se organiza desde dentro de la propia empresa, con la participación directa del sindicato. Este no es en realidad un auténtico sindicato, sino una mafia involucrada en el huachicoleo, y que tiene a la clase obrera bajo control, siendo los trabajadores eventuales (sin base) los más perjudicados, pues tienen que estar haciendo regalos, favores, e ir de acarreados a sus eventos de los dirigentes para conseguir contratos temporales.
La lucha contra la corrupción en una empresa como Pemex puede ser efectiva si hay un control de abajo hacia arriba. Desde la época de la expropiación petrolera, León Trotsky, que entonces vivía en México, señaló la necesidad del control obrero de esa industria. Ése es el único camino efectivo en la lucha contra la corrupción y el robo del combustible. Un primer paso debería ser la existencia de un verdadero sindicato que defienda los intereses de los trabajadores.
Un grupo de trabajadores petroleros conformaron un nuevo sindicato, en el local de los Tranviarios, llamado Petromex. Estos han sido apoyados, algunos dicen que ‘apadrinados’, por Cuauhtémoc Cárdenas. Estos trabajadores fueron a la Secretaria de Trabajo a legalizar su sindicato y fueron recibidos de forma altanera y burocrática por sus funcionarios, diciendo que en esa instancia no se podía hacer ese trámite. A pesar de meter sus estatutos no habían recibido ningún tipo de respuesta, de tal forma que decidieron hacer un mitin, en Palacio Nacional, el viernes 22 de febrero. Representantes de la Presidencia les recibieron con un trato distinto y les dijeron que no hay ningún acuerdo ni interés de soportar a la antigua burocracia de Romero Deschamps.
El sindicato petrolero charro cuenta, según información de su dirección, con 193 mil trabajadores afiliados. Un parte del grupo de compañeros, autodenominados ‘morenos’, iniciaron la tarea de construir la nueva organización sindical y han recorrido el país hablando con los obreros petroleros. Petromex, aún sin iniciar una campaña de afiliación ni contar con la toma de nota y registro, dice tener 25 mil preafiliados. Si consiguen los requisitos legales podrían tener una afiliación masiva y entrar en una batalla franca contra el aparato burocrático sindical de Romero Deschamps.
El sindicato de los trabajadores de la educación
El año pasado, la situación llegó a un punto casi de parálisis en el Estado de Michoacán, con una gran cantidad de trabajadores estatales que no recibían salario. A los maestros se les ha retenido el salario también en este año y al iniciar el nuevo comenzaron las protestas. Un 90% de las escuelas están en paro. Con un acuerdo unificado, mantuvieron durante 17 días tomadas las vías ferroviarias, generando un verdadero conflicto en el transporte de mercancías.
AMLO acordó liberar recursos, que se dan como adelanto al gobierno Estatal de Michoacán, para que éste cubriera los pagos pendientes a los maestros. AMLO dijo que los salarios son sagrados y es inconstitucional dejar de pagarlos. Pero el corrupto gobernador, Silvano Aurioles, actuó como provocador y aun así se negaba a pagar sus salarios.
La sección XVIII de la CNTE tuvo una asamblea y decidió liberar las vías ferroviarias. Sin embargo, un sector de la misma rompió el acuerdo y reanudó la toma. AMLO dijo que no reprimiría, fue a la Comisión de Derechos Humanos a meter una queja, pero le respondieron que el gobierno no puede delegar y debería asumir su responsabilidad. Hizo una gira en zonas michoacanas y la presión política mermó al grupo disidente de la CNTE.
A la par de esto, el gobierno mandó a representantes y se estableció una mesa tripartita con funcionarios del gobierno estatal y representantes de la CNTE. Finalmente, después de un mes de lucha, el paro se levantó obteniendo pagos, plazas para egresados normalistas y un plan para acabar con el rezago educativo y salarial y hacer una auditoria al gobierno; con una alerta de retomar la movilización si hay incumplimientos en los acuerdos.
Este triunfo se debió a la contundencia de la lucha, que fue masiva y realizó acciones contundentes de presión. Fue esto lo que llevó al gobierno de AMLO a actuar para destrabar el conflicto en beneficio de los trabajadores.
La huelga el SITUAM
Vemos, en otro sentido, las luchas de los sindicatos universitarios. En el caso del SITUAM, la dirección no ha actuado con firmeza ni una estrategia clara de lucha; fue la presión de la base la que llevó al estallido de la huelga. Ésta es una lucha importante, porque se mantiene un tope salarial de 3.25% de aumento y las autoridades no quieren ceder. Mientras escribimos este artículo, el tiempo corre, la presión con los estudiantes aumentará y las autoridades intentarán usarlos en contra de la huelga. La dirección del SITUAM no quiso asistir a un mitin con otros sindicatos universitarios y ha cambiado en varias ocasiones el plan de acción. Eso confunde, desorganiza y limita la solidaridad externa.
Desde el año 2008 no había estallado una huelga y en esa ocasión el movimiento fue derrotado. Hoy existen condiciones favorables para la lucha, pero el triunfo no está garantizado de antemano. Se requiere que los métodos democráticos del SITUAM avancen, y que la base y los sectores más combativos marquen una agenda de lucha que avance hacia el triunfo. Este sindicato tiene distintas corrientes, pero muchas veces el debate no se da de manera ideológica sino por cuestiones secundarias o incluso personales. Esos métodos desgastan y no ayudan. El debate debe ser sobre cuál es la estrategia y las acciones que lleven al movimiento a la victoria, y en la práctica, cómo contrarrestar a quienes desde lo interno pongan trabas para la unidad interna y externa, el fortalecimiento del SITUAM y el avance a la solución del pliego petitorio.
La central de Napoleón Gómez Urrutia
Los charros del sindicato minero fueron durante la insurgencia sindical de los años 70s el batallón de combate del sindicalismo democrático. Napoleón Gómez Urrutia heredó la dirección del sindicato de su padre. La lucha de clases no obedece a dictados desde arriba y la huelga minero-metalúrgica de 2006, surgida tras el accidente de Pasta de Conchos, hizo que este viejo aliado del régimen terminara enfrentándose a él. Esta huelga tuvo escenas como la de los enfrentamientos de los siderúrgicos en Michoacán con la policía, que quería levantar la huelga, o la prolongación de la lucha en Cananena, donde los mineros estaban dispuestos a inmolarse para defender la huelga.
La patronal, apoyada en el fraudulento gobierno panista de entonces, aplicó medidas salvajes contra la clase obrera y buscaba imponer un sindicalismo blanco, pues sus viejos aliados ya no les eran útiles. Con su política clara de intromisión en los sindicatos, quisieron destituir a Gómez Urrutia, acusándolo de fraude y él se exilió en Canadá, donde profundizó su relación con las confederaciones norteamericanas.
El viejo régimen ya había minado su propia base de apoyo. El sindicalismo charro le daba una base de apoyo corporativa y mantenía bajo control al movimiento obrero, pero para conseguirlo en el pasado fue capaz de dar algunas migajas: ofrecer mínimas concesiones. En este periodo de crisis orgánica del capitalismo, el programa de la burguesía busca socavar los niveles de vida. Los sindicatos charros no han quedado exentos de los ataques; la base comienza a despertar y se han dado rupturas y enfrentamientos con el viejo régimen.
En el actual momento, donde el régimen del PRI y el PAN están en agonía, Napoleón Gómez Urrutia, quien regresó a México siendo ya senador por Morena, ha conformado una nueva Confederación sindical llamada Confederación Internacional de Trabajadores (CIT) que en su asamblea constitutiva tiene 10 federaciones y 150 sindicatos.
Gómez Urrutia dijo que había que confiar en el nuevo proyecto de nación de AMLO y acabar con los viejos vicios y practicas charriles. AMLO dijo que él no está detrás de esta federación y que respeta la autonomía sindical y está a favor de la democracia sindical y de acabar con las viejas prácticas.
La formación de la CIT es un hecho y representa una ruptura del charrismo sindical. Son miles los trabajadores que pertenecen ya a ésta y se debe defender que realmente haya una práctica democrática y un programa de clase.
Se acusó a Napoleón de ser quien provocó el conflicto en Matamoros, algo falso, pero es verdad que en este caso la CIT puede presentarse como una alternativa para oponerse a los viejos charros. Pero éste no es el único camino posible. La Nueva Central Sindical debería plantearse como una alternativa firme buscando fortalecerse y crecer en esta favorable coyuntura.
Dentro de todo sindicato se debe pugnar por su democratización, eso implica métodos como elección directa de los dirigentes por la base, sin presión alguna, que puedan ser destituidos en cualquier momento y que tenga la base un férreo control de ellos, que se den informes regulares y transparentes del uso de las finanzas y que éstas sean usadas para el desarrollo de la lucha, para contener el surgimiento de nuevas burocracias. El sindicato no son los dirigentes, el sindicato somos todos y se debe buscar la participación colectiva de la base. Se debe construir un claro programa de clase que defienda desde los derechos inmediatos básicos y aspire a una transformación profunda de la sociedad para acabar con la explotación. Enarbolando demandas como:
Una paulatina lucha por la restitución del poder adquisitivo del salario, con escala móvil para que éste aumente si hay inflación.
La recuperación de las prestaciones, derechos laborales y sociales que fueron arrebatadas, mermadas o eliminadas durante los gobiernos del PRI y el PAN.
Fortalecer los Contratos Colectivos de Trabajo y las Condiciones Generales de Trabajo en beneficio de los trabajadores.
La sindicalización de trabajadores que no cuentan con ninguna organización que los defienda dentro de su centro de trabajo.
Abrir los libros de cuentas de las empresas y así transparentar los beneficios de los patrones. Esto es lo que se hizo en la industria petrolera cuando los obreros demandaron aumento salarial durante el gobierno de Lázaro Cárdenas.
Una nueva insurgencia sindical
Se ha abierto un nuevo periodo en la lucha sindical. Hay fisuras en la estructura burocrática y se impulsa la creación de nuevos sindicatos mientras en la base vemos un claro fermento de lucha. En este contexto se abren grandes posibilidades para luchar por nuestras reivindicaciones inmediatas y restituir derechos perdidos. El ambiente político es favorable, el triunfo de AMLO está abriendo las compuertas de la lucha de clases. En Matamoros los capitalistas han estado a la defensiva y miran impotentes y temerosos la fuerza que adquiere el movimiento: por eso han cedido en las demandas económicas. Pero ni allá ni en el resto del país se quedarán con los brazos cruzados viendo cómo bajan sus ganancias. La patronal, ya sea dentro de las instancias estatales o en la industria privada, querrá asestar golpes y derrotas que apacigüen el actual ambiente de lucha. La inexperiencia de una nueva capa que entra en la lucha, y la existencia de estructuras burocráticas con líderes que van desde los propatronales a los reformistas, pueden llevar a algunas luchas a la derrota.
Ante todo, este nuevo periodo abre la posibilidad de destruir o marginar al charrismo sindical. Es claro que el movimiento sindical se transformará en esta coyuntura, pero el camino que tome no está definido de ante mano; dependerá del actuar concreto de los actores involucrados. Nuevas formaciones, aun cuando sean impulsadas por líderes reformistas o provenientes del charrismo sindical, pueden adquirir un carácter masivo. Si no existe una alternativa verdaderamente de masas, más a la izquierda, con la cual disputar la dirección del movimiento obrero, es correcto participar en ellas. Se necesita un programa de clase claro y una defensa firme de la democracia sindical, pugnando por métodos democráticos que permitan el control de la base de estos nuevos sindicatos.
Es necesario fortalecer y defender las posiciones ganadas por el movimiento democrático. Eso requiere fortalecer las organizaciones internamente y, con ellas, vincularse con una estrategia clara al proceso de lucha general, con el objetivo de desarrollar el sindicalismo independiente y clasista. Es necesario tener una posición adecuada frente al actual proceso, que puede llevar a errores de carácter oportunista y sectario. Se requiere una posición de intransigencia de las demandas inmediatas y generales de la clase obrera y una clara política de independencia de clase, oponiéndonos en cada momento a la ilusión de creer que podemos conciliar los intereses de clase. Creer que son compatibles los intereses de los trabajadores con los de la clase empresarial es como pensar que podemos mezclar el agua y el aceite.
Hay que entender que este gobierno se creó por el apoyo masivo de los trabajadores y se le puede presionar, arrebatar concesiones e incluso hacerlo girar a la izquierda. Choques sectarios frontales con el nuevo gobierno pueden aislar las luchas y facilitar su derrota. El sectarismo puede aislar a corrientes o sindicatos democráticos y fraccionarlos, debilitándolos. Si los activistas sindicales no miran el estado de ánimo general pueden chocar no con Obrador sino con los trabajadores que creen en él. La lucha contra el aeropuerto en Texcoco nos mostró cómo se puede defender de manera firme nuestras demandas abriendo un dialogo con el resto de la población que junto con este gobierno lucha por un cambio.
El nuevo gobierno está llevando adelante una serie de medidas positivas, como la lucha contra la corrupción, el rescate de los energéticos y la limitación de los privilegios de la alta burocracia. Esta batalla se libra de arriba hacia abajo, apoyándose en la estructura de un Estado que se está reformando, pero que todavía tiene mucho del viejo régimen y no ha perdido su carácter de clase. El ejemplo de la dirección es importante, pero las medidas son más efectivas cuando se traducen en la organización de los trabajadores. Estamos de acuerdo en luchar por una sociedad sin corrupción, pero la forma más efectiva de combate es estableciendo el control obrero de la producción y la administración del Estado.
En la década de los 70s se abrió una lucha por la democracia sindical y la defensa de los derechos laborales. Se dieron avances importantes, pero no se pudo derrotar al charrismo sindical en su conjunto. Hay que aprender de los aciertos y errores de nuestras luchas. Hoy se abren nuevas posibilidades. Para vencer en esta batalla, un factor importante es la creación de cuadros políticos arraigados en el movimiento obrero que adquieran tanto la experiencia en la lucha de clases como la formación política que da la ciencia del proletariado: el marxismo. No aplicando éste dogmáticamente sino como una guía para la acción. No hay tiempo que perder, hoy tenemos una cita con la lucha de clases que debe de hacer historia.
El pasado 25 de enero, 48 empresas maquiladoras instaladas en Matamoros Tamaulipas estallaron la huelga. No es un movimiento menor, hablamos de alrededor de 45 mil trabajadores en huelga. En los pasados días las bases obreras se sublevaron contra sus líderes charros y sus patrones. Los obreros llegaron a paralizar parcialmente algunas fábricas. Bajo presión, entraron a trabajar varios, pero muchos otros se negaron a laborar. Se han realizado en la plaza pública asambleas masivas cotidianas. La base obligó a que el Sindicato de Jornaleros y Obreros Industriales y de La Industria Maquiladora (SJOIIM), afiliada a la corporativa Confederación de Trabajadores de México (CTM), emplazara a huelga. Los dirigentes burocráticos, siempre más preocupados por defender los intereses de los patrones que los de la base, trataron de intimidar y actuaron buscando confundir y desorganizar. La base obrera se mantuvo firme y el 25 de enero, en medio de enormes tensiones, la huelga estalló.
El estallido de la huelga
Había un ambiente de tensión antes del estallido de la huelga. En una fábrica llamada Cepillos de Matamoros, la patronal comenzó a sacar maquinaria y amenazar con abandonar la ciudad. Los obreros han denunciado que fue la propia patronal quien provocó un incendio en sus bodegas para justificar su salida.
Algunos compañeros han sido agredidos físicamente, un ejemplo de ello es el caso de Juan José Rodríguez, conocido como el huelga man, quien después de una manifestación fue levantado en un auto y golpeado durante la noche. La abogada Susana Prieto, quien juega un rol dirigente en esta lucha, tiene amenazas de muerte. Eso es sumamente peligroso en una ciudad que ha estado sumida en la violencia. Unos 40 obreros se constituyeron en su comitiva de seguridad.
En algunas fábricas, horas antes del estallido, los empresarios comenzaban a ceder como en el caso de la fábrica CTS. En Polytech los obreros rechazaban el incremento de 15% y un bono de 18 mil. La demanda es incremento del 20% y un bono de 32 mil. En algunas empresas ofrecieron algunas concesiones a quien no se sumara a la huelga como el dar bonos. Hubo pocos trabajadores que titubearon pero al final la determinación de la mayoría rompió cualquier duda. Los obreros abandonaran las fábricas a la hora indicada. Los obreros que resistieron por dos semanas sin entrar al trabajo, siendo un elemento de moralización de la lucha, se alegraban al ver salir a sus compañeras y compañeros de las fábricas acatando el llamado a huelga. En algunos casos las empresas prácticamente secuestraron a los trabajadores impidiéndoles salir de las fábricas, pero adentro la producción estaba parada.
Un elemento importante que ha ayudado a elevar la moral es la campaña de solidaridad que ha incluido resoluciones de otros sindicatos y el envío de videos y fotos de estudiantes y trabajadores con mensajes de ánimo a la lucha. La Izquierda Socialista, la sección mexicana de la Corriente Marxista Internacional, hizo un llamado a la solidaridad nacional e internacional con este movimiento. Hemos recibido mensajes de muy diversos países como Canadá, EE. UU., El Salvador, Honduras, Costa Rica, Dinamarca, Suecia, Suiza, Gran Bretaña e Italia. Estos han circulado ampliamente en redes sociales e incluso, en algunos casos, han sido proyectados en pantallas frente a las puertas de las fábricas. En las horas y minutos previos al estallido, tanto la abogada Susana Prieto, como nuestro compañero Ubaldo Oropeza, recorrieron por su lado una serie de fábricas para dar discursos frente a las concentraciones de los trabajadores animando al estallido de la huelga.
En la Ciudad de México, el 22 de enero, La Izquierda Socialista realizó un mitin de solidaridad con los obreros de la maquila en Palacio Nacional. Entregamos un documento dirigido a AMLO y a la secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde Luján, exigiendo sean atendidas y cumplidas las demandas de los trabajadores de Matamoros. El 23 de enero, AMLO finalmente hizo una declaración en su conferencia matutina diciendo que estaba enterado de la huelga en Matamoros, que sabía que los obreros habían rebasado a sus líderes sindicales y que estaba a favor de la conciliación para llegar a un acuerdo. El día 25, el día del estallido de la huelga, hubo 2 mítines y una marcha en la Ciudad de México en apoyo a esta lucha.
Los dirigentes sindicales no dejaron de maniobrar contra la huelga, no movieron un dedo para que los trabajadores abandonaran las fábricas y por el contrario no se presentaban en las mismas a la hora indicada, pero nada les sirvió. Un obrero aislado poco puede hacer, pero cuando la clase obrera se une se convierte en un puño sólido. Hubo fábricas donde la organización era más débil pero el ambiente general ayudó para que al final las 48 empresas que tenían emplazamiento a huelga cerraran. Los obreros de Matamoros además de dar un ejemplo a los trabajadores del país, toman consciencia de su propia fuerza.
Los capitalistas, desesperados, empezaron a esparcir rumores, incluso hicieron un documento falso en nombre de la Secretaría del Trabajo estatal que declaraba ilegal la huelga. Otra acción ha sido el hostigamiento. Durante la noche había una cantidad muy grande de policías armados arriba de camionetas recorriendo las zonas industriales, al tiempo que algunos encapuchados sospechosos se presentaban a las guardias para mostrar “su apoyo a la lucha”. Los obreros han perdido todo, incluso el miedo y por ello ninguna de esas tácticas ha roto la unidad.
Hay que mantener la unidad
Los policías, también abogados e incluso el mismo dirigente del SJOIIM, Juan Villafuerte, se han parado frente a las fábricas, en los piquetes de huelga, a tratar de levantarla con el argumento de que es ilegal. Algo completamente falso. Hay mucha inexperiencia en la clase obrera, estas son las primeras experiencias de lucha para la mayoría, pero hay mucha firmeza e instinto de clase. La abogada Susana Prieto y los propios obreros han encarado a esas fuerzas de la reacción y evitado que rompan la huelga.
El 26 de enero Matamoros amaneció frio y lluvioso pero también con la producción parada en 48 empresas. Los obreros habían dado solo una pequeña muestra de lo que pueden hacer con la unidad y determinación de su lucha. Al momento de escribir estas líneas, en 14 fábricas los patrones han cedido a las exigencias de los trabajadores. Otras más están negociando. En las fábricas más pequeñas la situación es más complicada, los obreros tienen condiciones laborales más precarias (muchos con salarios menores al aumento decretado por el propio presidente) y los patrones, que quieren mantener grandes privilegios basados en la sobreexplotación, se resisten a ceder. La fuerza de esta lucha es la unidad, el peligro es que varias fábricas resuelvan pero en otras la solución se vaya rezagando. Con la táctica de negociar por separado la situación en cada fábrica, los patrones buscarán que se aíslen y desgasten los obreros en algunas empresas para que ahí no se cumplan al 100% las exigencias. La clase obrera debe responder manteniendo la unidad hasta que sean resueltas las demandas en todas las empresas.
El papel del nuevo gobierno
El gobierno de Peña Nieto presumía la poca cantidad de huelgas en su sexenio, de manera oficial sólo se reconocieron 22. Eso no se debía a que hicieran falta razones para la lucha, sino porque todo el aparato represivo estatal, las reformas contra la lucha obrera, el corporativismo charro y la existencia del sindicalismo blanco (que solo existe en papel pero que legalmente impide la creación de sindicatos reales), jugaron un rol de contención. Hoy la fuerza contenida sale a la superficie. Acabar con el viejo régimen significa acabar también con el sindicalismo charro y blanco. En el caso de Matamoros se ha dado un importante paso en romper estas estructuras, el siguiente paso será la lucha por la democratización de los sindicatos.
En 40 años el salario de la clase obrera ha caído en más del 80% en su poder de compra. Cada aumento salarial ha sido en realidad una reducción pues ha estado debajo de la inflación. AMLO, después de décadas, decreta un aumento que se estima arriba de la inflación y el doblar el salario mínimo en el norte del país. Esto es muy limitado si consideramos las necesidades básicas de una familia obrera y el retroceso histórico del salario, pero no deja de ser un pequeño paso adelante. Fue ese decreto de aumento salarial lo que animó a estos obreros, que en su mayoría se identifican con el nuevo gobierno, a salir a la lucha.
Luisa María Alcalde, la secretaria del Trabajo, declaró en Twitter: “Respecto al conflicto laboral en Matamoros, a pesar de tratarse de un asunto estatal la @STPS_mx está coadyuvando para que se llegue a un acuerdo. Hemos llamado a las partes a continuar con el diálogo para bien de los trabajadores y las fuentes de empleo”.
Al llegar a Matamoros, poco antes de la huelga, la joven Secretaria intentó frenar su estallido proponiendo que se aplazara su emplazamiento 10 días. Eso significaba conciliar con una correlación de fuerzas más favorable a los patrones, pues la huelga es el medio de presión que tiene la clase obrera para exigir sus derechos.
Este gobierno se ha planteado por objetivo hacer la 4ª transformación del país siguiendo el ejemplo de las tres revoluciones que ha habido en México. Este año incluso lo ha dedicado a conmemorar a Emiliano Zapata, el más grande dirigente, junto con Pancho Villa, de la revolución. El zapatismo debería ser verdadero ejemplo para Luisa Alcalde, la secretaria de Trabajo. Cuando Manuel Palafox, miembro del zapatismo, fue ministro de Agricultura, no lo hizo con una política de conciliación. Él, apoyándose en la organización de los trabajadores, eliminaba los privilegios de los terratenientes para favorecer a los campesinos.
Esperamos que la secretaria del Trabajo corrija su actuar y de manera firme defienda a los más desfavorecidos: a los trabajadores. Si hay empresas que dicen que no pueden pagar los salarios (en realidad que no quieren reducir la ganancia de los patrones) y se van de Matamoros, el nuevo gobierno debería adquirirlas para que, bajo propiedad estatal, se echen a funcionar bajo control democrático de los trabajadores. De esta forma se puede combatir efectivamente la corrupción en su funcionamiento.
Pese a las limitantes, es positivo el actuar del nuevo gobierno abriendo mesas para la solución en vez de la clásica actitud de represión frontal vivida con el PRI y el PAN.
Desde nuestra opinión, AMLO ha cometido algunos errores como el incluir a todo tipo de gente en su movimiento. Algunos funcionarios de Morena actúan como los viejos elementos de la derecha, guardianes de los privilegios de los capitalistas. El senador por Morena, Ricardo Monreal, llamó por teléfono a la abogada Susana Prieto Terrazas y de manera prepotente la presionó para que se levantara la huelga, sumándose al coro de los esquiroles. Esta abogada le preguntó si estaba hablando a su nombre o al de AMLO, a lo que Monreal nada dijo. Un obrero indignado nos envió una carta dirigida a AMLO, donde dice:
“El señor senador Ricardo Monreal hace unas horas realizó una llamada a la licenciada Susana Prieto Terrazas, para que se retiraran las banderas de huelga de 2 empresas de Matamoros y mencionó que usted Sr. Presidente, fue quien dio la orden de hacerlo… Quiero saber si usted fue quien dio esa orden. Ya que todos los trabajadores confiamos en usted. Y no es justo que esté sucediendo esto”
El gobierno de AMLO debería aclarar si Monreal actúa bajo sus órdenes al boicotear la huelga de los obreros o no.
El triunfo está en la unidad y en construir la organización
La clave está en mantener la unidad hasta conseguir una solución general. Los obreros de otras fábricas están viendo el desarrollo de esta lucha, se debe seguir su ejemplo. En la ciudad de México varios sindicatos están convocando a una movilización general para el 31 de enero. Los obreros de Matamoros deben llamar a la unidad y a que se exija en dicha movilización la solución de sus demandas. Un triunfo general de los obreros de Matamoros, sin duda que animará la lucha local y generalmente.
Esta es una primera batalla por la recuperación de nuestros salarios. Pero a futuro se requiere mantener una organización permanente y ganar la batalla por la democracia sindical. Los obreros más consientes deben aprender de las lecciones de la lucha de clases para sacar las mejores conclusiones de la lucha actual.
Vientos de cambio soplan en el país. La emancipación de los trabajadores solo puede ser obra de los trabajadores mismos. Estas primeras victorias, que debemos obtener, solo deben ser el incentivo para continuar la lucha por una sociedad sin explotación ni represión ni violencia. Esta lucha debe iniciar la batalla por la construcción de una nueva sociedad.
La Izquierda Socialista hace un llamado a los obreros dispuestos a formase políticamente en la historia de la lucha de clases y a organizarse permanentemente en la defensa de nuestros intereses inmediatos y generales, a integrarse a nuestra organización y luchar juntos por una sociedad de justicia y sin explotación para la clase obrera.
Publicamos a continuación una carta de un obrero de la maquila de Matamoros, Tamaulipas dirigida a Andrés Manuel López Obrador. En más de 40 empresas ha estallado una huelga en demanda de un incremento salarial de 20% y un bono anual que fortalezca los depreciados ingresos de los trabajadores. El día de ayer recibieron una llamada del senador por Morena Ricardo Monreal pidiendo que se levantara la huelga.
Señor presidente Andrés Manuel López Obrador. Con todo respeto le hago una pregunta que quisiera me pudiera contestar con honestidad.
El señor senador Ricardo Monreal hace unas horas realizó una llamada a la licenciada Susana Prieto Terrazas, para que se retiraran las banderas de huelga de 2 empresas de Matamoros y mencionó que usted Sr. Presidente, fue quien dio la orden de hacerlo. La licenciada hizo caso omiso.
El mismo mensaje fue transmitido en una llamada que fue realizada al secretario general del Sindicato de Jornaleros y Obreros Industriales y de la Industria Maquiladora, Juan Villafuerte quien asistió con un abogado a las plantas para quitar las banderas de huelga, a lo cual los obreros se negaron. El secretario dijo que habría problemas y podrían hacer el uso de la fuerza, con el venían elementos de la Policía Estatal para intimidar a los trabajadores.
Quiero saber si usted fue quien dio esa orden. Ya que todos los trabajadores confíamos en usted. Y no es justo que este sucediendo esto.
Mi gente tiene 2 semanas sin un solo peso y está sufriendo, esta lucha es por un mejor salario y no creo que sea justo que nos paguen de esta forma. Se me hace arbitrario, después de que todo Matamoros confiamos en usted. Inclusive mi familia que simpatizaban con otros partidos políticos terminaron votando por usted.
Sólo espero siga con su promesa en pie de quitar a los dirigentes de los sindicatos corruptos. Ya basta de tanta injusticia, ya basta de falsedades y basta de pisotear la clase obrera.
Por: Corresponsal en Matamoros de La Izquierda Socialista – CMI
Hemos tenido la oportunidad de escuchar, de la propia voz de los obreros y obreras de las maquilas de Matamoros, las condiciones en las que tienen que laborar, el salario miserable que ganan y la forma en que los dirigentes del sindicato que les “representa” se han aprovechado durante años. Nuestra intención era hacer una grabación para que de su propia voz los obreros nos hicieran una narración fidedigna. Por desgracia esto no ha sido por el miedo a la represión. Hacemos de cualquier forma un pequeño resumen de sus pláticas.
Las condiciones dentro de los centros de trabajo
Aunque hablamos aquí de una empresa, en término generales las condiciones laborales son similares en todas las maquiladoras de Matamoros y nos atrevemos a decir que en el país. Hablamos de empresas como INTEVA, TRICO, APTIV, Automóvil Componentes Universales, etc. Algunas de ellas arman interiores de autos las cuales se exportan a los EEUU.
La empresa INTEVA tiene, en la ciudad de Heroica de Matamoros, tres plantas en las que emplea en total a poco más de 5 mil obreros. Hace algunos meses se laboraba 6 días a la semana, 8 horas cada día y se tenía dos descansos de comida (el primero de 30 y segundo de 20 minutos). Recientemente estos horarios se modificaron para laborar solo 5 días, manteniendo los dos descansos pero extendiendo la jornada diaria a 10 horas. Se entra a laborar a las 6:30 de la mañana y se sale a las 4:36 de la tarde. A los trabajadores les va mejor, nos dicen, porque así pueden tener dos días de descanso. Pero quien salió ganando con este cambio fue la empresa porque se ahorró 50 minutos del descanso de comidas de los sábados que no se les repuso entre semana.
El régimen a lo interno de la maquila es prácticamente militar, todo está organizado para producir. Hay contabilidad de la producción por minuto por parte de los encargados, no puedes rebasar los 7 minutos en el baño, no puedes sacar tu teléfono porque detienes la producción. Hay una presión constante para diluir la personalidad del trabajador y convertirse en simple apéndice de la máquina. La jornada laboral de 10 horas de lunes a viernes termina agotando física y mentalmente a los trabajadores.
Es un régimen interno represivo donde sí llegas un minuto tarde pierdes tu bono de puntualidad y si faltas un día pierdes el de asistencia. Además, por 4 faltas te corren y que por 10 retardos al mes te mandan 3 días sin goce de sueldo a “descansar”. En términos generales podemos decir que tanto las leyes internas de la empresa como sus ritmos de trabajo y dinámica interna están hechos para producir más en menos tiempo. Esto es lo que Marx denominó la extracción de plusvalía absoluta.
Salarios miserables
Durante los últimos 30 años el salario mínimo ha sido golpeado brutalmente. Hasta antes de que iniciara el gobierno de AMLO el salario había perdido 80% de su poder de compra. Quienes salían más perjudicados con todo esto son los trabajadores. Al mismo tiempo México se convertía en una verdadera fábrica de multimillonarios.
Las políticas de los diferentes gobiernos de derecha fueron verdaderos ataques a la clase obrera arrebatándole casi todas sus antiguas prestaciones laborales. En INTEVA un obrero armador ganaba 164 pesos diarios. Tuvo que pasar algunos meses y presentar algunos exámenes para que este salario se pueda elevar 10 pesos al día, 174 que al final se redondeó a 176.
Nuevamente, con exámenes y evaluaciones un trabajador logró obtener un salario de 198 pesos.
Para estos trabajadores el aumento salarial que anunció el gobierno de AMLO no tiene un impacto directo, hablamos de todos aquellos trabajadores que pertenecen a alguna categoría como pintores, operadores de montacargas, operadores de máquinas de inyección de plásticos, etc. A los únicos que les benefició son a los que ganaban el salario inicial de 164 diarios, al pasar a 174.
Este salario que ganan los obreros (de 1300 a 1500 pesos semanales en promedio) no resuelve los problemas de una familia integrada por 4 miembros. La renta promedio de la vivienda es de 1200-1300 al mes. Contar con 800 pesos para el alimento de la semana solo permite comprar lo básico (no se incluye la carne pues un kilo de este producto puede costar hasta 120 pesos). El transporte colectivo es de 9 pesos y los taxis colectivos cuestan 15 pesos, este es el transporte más usado por su rapidez y ser un poco más seguros.
Los bonos que dan las empresas para compensar la miseria del salario ya están incluidos en las percepciones semanales (puntualidad, apoyo al salario, asistencia, etc.). Por supuesto que todo mundo tiene que meter horas extras. Hay ocasiones donde los trabajadores, para obtener 2500 pesos a la semana salen a las 11 de la noche. Más de 17 horas de trabajo en un día.
A una buena parte de los trabajadores, que ganaban más de 175 pesos, no tuvo ninguna implicación de forma directa el aumento que el gobierno anunció, por eso los trabajadores ahora están reclamando un aumento salarial del 20%, para aliviar un poco su situación tan angustiante.
Además, los trabajadores pelean un bono que se les venía dando año tras año, el cual constaba de 8.41 pesos al día, al final del año se daba la cantidad de 3,036 pesos. Con el incremento este bono se eleva a 32 mil pesos al año. Por eso se está peleando esto. Este bono se daba y a cambio no se aumentaba el salario, no se daba apoyo a vacaciones, etc.
La dirección sindical aliada de las empresas, no de los trabajadores
En el deterioro de los niveles de vida, de los salarios y de todas las prestaciones de los trabajadores, el factos de las dirigencias charras ha sido clave.
Estos supuestos dirigentes están al servicio de la patronal y atemorizan, desorganizan y confunden a los trabajadores. A cambios de estos servicios los empresarios les dan beneficios, son los perros de los dueños de la fábrica. Además se hacen millonarios robando, y en el mejor de los caso Jineteando las cuotas sindicales.
En Matamoros hay tres grandes sindicatos que concentran la gran mayoría de los contratos de las fábricas maquiladoras. El mayoritario es el Sindicato de Jornaleros y Obreros Industriales de la Industria Maquiladora que pertenece a la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
En la empresa INTEVA, este sindicato cobra una cuota del 4% de lo que percibe el trabajador. Si trabajaste horas extras la cuota sindical sube. Si en promedio cada obrero pagara 50 pesos de cuota semanal y la multiplicamos por 5 mil agremiados, el sindicato percibe por concepto de cuotas, solo de esta empresa, 250 mil pesos a la semana. Si esto lo multiplicamos por las 52 semanas del año nos da 13 millones de pesos. En palabras de su dirigente charro, Juan Villafuerte, el sindicato dice tener 35 mil afiliados en Matamoros. Sí estas cifras son ciertas, estamos hablando que el sindicato maneja 91 millones de pesos al año. Los dirigentes sindicales no rinden cuentas de estos fondos a nadie.
El sindicato, en palabras de un obrero, no sirve para nada. En lo único que apoya es en dar algo de dinero cuando te casas y fallece algún familiar cercano.
Estos dirigentes son una bola de parásitos que viven de las cuotas sindicales y del dinero que les paga los dueños de las empresas. Es por esto que no están interesados en soltar su cargo y encabezar alguna lucha. Ellos están bien como habían estado las cosas, no quieren que nada cambien, en ello van sus intereses. Con esto nos explicamos el por qué la primera batalla que ha dado el movimiento ha sido contra sus “dirigentes” charros que no hacen nada más que vivir de la corrupción.
Los obreros se han planteado, que después de ganar el bono y el aumento salarial, seguirá la lucha por la democratización de los sindicatos, dicen que van a echar a los charros y a convertir el sindicato en una herramienta de lucha en defensa de sus intereses.
Escrito por: M. Olvera, integrante del Sindicato Mexicano de Electricistas
Por fin ha llegado Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a la presidencia. Es el ejecutivo federal más votado de la historia de México. Las expresiones de afecto y cariño son muy visibles. Para muchos representa ver lo que por años se les había negado; la oportunidad de construir una vida democrática en el país.
El primero de diciembre en el palacio legislativo enmarcó las características políticas de lo que piensa ser su administración como presidente de la república. AMLO ha señalado que esto no es sólo un cambio de gobierno, sino un cambio de régimen; a la que ha bautizado como la CUARTA TRANSFORMACIÓN de la vida pública del país. 1
Es aún temprano para encontrar los significados concretos de la “cuarta transformación”. ¿Será capaz la cuarta transformación de cambiar las estructuras económicas, políticas y sociales del país? ¿Será capaz de revertir los 30 años de neoliberalismo? ¿Será capaz de cumplir las demandas más sentidas del pueblo mexicano? ¿Será capaz de empujar al pueblo trabajador para construir una nueva sociedad? Eso aún está por verse.
Yo propongo que observemos a la “cuarta transformación”, no como un hecho definido, sino que lo observemos como una posibilidad.
La “cuarta transformación” ha modificado los relieves políticos del país, es en todo caso, un nuevo contexto. Todas las posiciones políticas –de izquierda a derecha- se vienen definiendo entorno al proyecto de AMLO, ya sea como antagónicos, como críticos o como fieles simpatizantes.
El contexto está cambiando, sin ese nuevo contexto,¿hubiese sido posible cancelar el aeropuerto en Texcoco?¿Se hubiera permitido una comisión de la verdad en el caso Ayotzinapa? ¿Carmen Aristegui hubiera regresado a la radio abierta? ¿Los maestros hubieran escuchado la propuesta de cancelación de la mal llamada Reforma Educativa? ¿Hubieran salido ya varios presos políticos? Pienso que existen aires de posibilidad, que deben ser aprovechados para el fortalecimiento de la lucha de los trabajadores. Sin dejar de cuestionar, lo cuestionable. Y sin obviar, lo predecible.
Al movimiento social le corresponde incorporar, nutrir, determinar, criticar el sentido de la “cuarta transformación”. No puede verse como un hecho consumado, sino como un proceso abierto de disputa por su significado. ¿Qué rumbo tomará? El que le impriman sus participantes y lo que las condiciones permitan en el camino.
No puede ser un proceso que someta políticamente a los grupos sociales con una perspectiva política mucho más avanzada. Sino todo lo contrario, que el ánimo de “cuarta transformación” se contamine de las expresiones más claras, más justas y avanzadas del movimiento social en general. Rompiendo así, el pragmatismo reformista que nos propone AMLO como horizonte para concretar la trasformación del país. Para eso se requiere dialogo ycontraste; romper las barreras del sectarismo político –que nos propone el aislamiento y la amargura como proyecto político – pero también, barrer la lógica acrítica del fanatismo –que nos propone la subordinación ideológica y política al proyecto de AMLO sin haber pasado por un proceso de reflexión crítica- con el fin de encontrarnos en un proceso mucho más profundo de maduración política que haga avanzar la discusión de los trabajadores en su conjunto. Es por eso que propongo lo siguiente:
La cuartatrasformación y el sindicalismo
Hace unos meses un grupo de compañeros electricistas asistieron a la casa de campaña AMLO, en a la colonia Roma, para proponerle cuatro puntos. En uno de sus puntos, se colocaba en términos muy generales, la idea de democratizar los sindicatos.2 La respuesta a los puntos, y en especial al que se está mencionando, no ha sido contestadade manera directa, sólo se ha mencionado por parte de AMLO de manera indirecta en sus discursos; en reiteradas ocasiones AMLO ha declarado que él no va meter las manos en los sindicatos, incluso en el discurso del Zócalo capitalino el primero de diciembre declaró que: “la única línea es que no hay línea.” Que respetará la “autonomía sindical” y que habrá “democracia en los sindicatos”. Que se traduce en un “yo no voy a meter las manos, eso estarea de los trabajadores”.
Esta “cuarta transformación” debe incluir al mundo del sindicalismo en México.3 Si se plantea un cambio de régimen debe involucrar el tema de los sindicatos, el de su autonomía y el de su democracia. El régimen autoritario del México post-revolucionario incluía, y sigue incluyendo, aunque con menor fuerza producto de la reconfiguración laboral en el modelo neoliberal, al sindicalismo corporativo como unos de sus pilares, que estableció las relaciones de control y subordinación de la clase trabajadora. Una complicidad de favores – líderes sindicales y gobernantes- tutelados por el Estado. En ese sentido, es importante señalar la democracia y la autonomía sindical como elemento clave en un proceso transformador, incluso como un elemento democrático si es que se quiere cambiar el régimen en este país.
Pero no puede existir un sindicalismo democrático decretado desde arriba. Eso incluso sería un contrasentido. Para que exista sindicalismo democrático, se requiere trabajadores democráticos. Trabajadores organizados desde sus centros de trabajo luchando para que sus organizaciones defiendan sus derechos. Que sean estructuras realmente representativas. No basta la NO intervención del Estado en los procesos internos. Porque en el microcosmos del sindicalismose va seguir reproduciendo las mismas prácticas autoritarias de los líderestradicionales amparadas en el concepto de “autonomía sindical, (que se traducirá en feudos intocables) y la “democracia sindical” se convertirá en una ficción, en una simulación donde los mismos siempre ganen. Por eso, se requiere romperlo con la participación de los propios trabajadores, con la politización de los sindicalistas, hacer emerger las discusiones más ricas del sindicalismo reivindicativo. Aunque eso nos implique más paciencia para la construcción de cuadros sindicales al servicio de los trabajadores. Para que haga estallar el “charrísimo sindical”, “el sindicalismo corporativo”, o la ficción de los “sindicatos blancos”. Eso sería aprovechando el contexto de “cuarta transformación”, pero también más allá de la coyuntura de la “cuarta transformación”.
Claro que no podemos obviar la estrecha relación entre líderes charros y el Estado. Y mucho menos de los líderes charros y los empresarios. Los cuales construyeron todas las condiciones para domesticar cualquier elemento reivindicativo de los trabajadores en sus sindicatos, dejándolos –en el mejor de los casos- como simples gestores de los derechos de los trabajadores. Por ello, lo mínimo que se le pide a esta “cuarta transformación”; es que se deje de proteger a líderes charros. Y que se castigue cualquier acto de corrupción. Si se castiga la corrupción, no se protege a ningún líder sindical y se dan condiciones legales para una vida democrática en el sindicalismo, se creara un contexto favorable para organización de los trabajadores. Sin embargo, la tarea más importante para democratizar a los sindicatos recae en las espaldas de los propios trabajadores sindicalizados.
Pero los trabajadores necesitan construir sus herramientas políticas para lograr una transformación en sus sindicatos. Sería importante que los trabajadores de base –impulsados por este nuevo contexto- fueran capaces de construir una plataforma política que ponga en el centro de la discusión la democratización real de sus sindicatos. Una especie de encuentro inter-sindical de las disidencias democráticas de todo el país. Donde los trabajadores sean capaces de compartir y fortalecer sus experiencias. Y que encuentren en una plataforma, esa herramienta que les permita visibilizar su lucha y amplificar su voz. Un esfuerzo organizativo, para construir los cimientos de un sindicalismo democrático y combativo de gran peso en la vida política de este país.
Todos los que han tenido la experiencia de luchar contra mafias sindicales o estructuras burocráticas saben las difíciles condiciones en las que se hace el trabajo político: no solo por la persecución, el hostigamiento, el aislamiento, sino por lo complicado que es hacer escuchar su voz. Bajo la lógica de una plataforma, se permitiría, por un lado, romper esa lógica tan gremialista que existe en la lucha sindical, pero por otro lado, el de fortalecer los procesos de lucha a lo interno de los sindicatos, aunado de un reforzamiento ideológico.
SME y la cuarta transformación
En el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) existe una legítima aspiración de parte de muchos trabajadores para que se castigue –desde arriba- a la actual dirección del SME, debido a la participación de diversas irregularidades existentes ya expuestas en los primeros escritos.4 Pero eso no va ser posible si no se construye una ruta política que implique la participación de los trabajadores para poder diseñar un proceso democrático que barra, de una vez por todas, con la mafia sindical que actualmente ocupa la secretaria general.
A Martin no le quitan la toma de nota AMLO, esa se la debe quitar la base, o no se la quita nadie.
En ese sentido, debemos prepáranos para dar una lucha por construir mayorías a lo interno del SME. Tendremos que luchar contra la lógica de fragmentación de sus agremiados. De un grupo son capaces de desprenderse tres. La atomización de sus fuerzas, producto de las circunstancias particulares que creo la extinción de Luz y Fuerza del Centro, permite que grupos poco representativos –como la que encabeza Martin Esparza- sean capaces de hacerse del control político, económico y simbólico de la organización. Que en el caso de Esparza los ha utilizado para sus espurios intereses, para enriquecerse y despedazar las mejores tradiciones del sindicato de los electricistas. Pero además, romper la lógica pragmática de sus agremiados.
Se ha avanzado mucho en la estrategia de la denuncia, que consiste en visibilizar toda una serie de atropellos a la base electricista del SME por la actual dirección. El grado de penetración de grupos de denuncia como “para todos, todo” o “Animal Dañero: la crítica del obrero” es cada vez mayor. Sin embargo, es hora de pasar a una nueva etapa de reconstrucción de las fuerzas, de organizar la alternativa política que sustituya a la corrompida dirección; que elabore un programa de reinserción laboral y que luche por la renacionalización de la industria eléctrica: y eso no lo va hacer AMLO.
Pero la tarea de construcción no es un proceso sencillo, nos encontrábamos ante un escenario de protección y colusión de la dirección del SME con el gobierno de Peña Nieto y donde se le suma una transnacional como lo es Mota Engil (una de las empresas preferidas del peñismo). Sin embargo hay posibilidades en este nuevo sexenio. Para ello necesitamos organizarnos y exigir que el nuevo gobierno no meta las manos. Pero sobre todo, tendremos democratizar nuestra mirada, tendremos que poner el acento en la organización desde abajo de los trabajadores, sumarnos a los ánimos transformadores, no se puede tener trabajadores pobres, dirigentes ricos. Tendremos que aprovechar esta coyuntura como electricistas, porque me atrevo a decir, es la última oportunidad. Porque no se va poder democratizar el país, sino se democratizan nuestros espacios cotidianos, y eso incluye, al Sindicato Mexicano de Electricistas.
Conclusión
Los tres artículos “SME: una ruta a la salvación”, intentan poner en la discusión una ruta que recupere al Sindicato Mexicano de Electricistas y que se ponga a disposición de sus agremiados. Los trabajadores electricistas del SME merecen justicia. Pero la justica requiere un esfuerzo político para que se concrete. Si un trabajador electricista está leyendo esto; sólo me quedaría decirle que luche por volver a regresar a trabajar con Contrato Colectivo de Trabajo, que luche por recuperar su organización sindical, que siga luchando por la industria eléctrica nacionalizada. Que se lo merece, que no se rinda, que no claudique. Ese tridente es parte de ideario político, de lo que lo constituye con “smeita”. Que la ruta a la salvación, es sólo eso, una ruta que debe ser construida y que en estos tiempos, que parecen nuevos, deben participar los electricistas del SME. Todo esto, por su hermoso lema: “Por el derecho y la justicia del trabajador”
Notas
1 La primera gran transformación para AMLO es la Independencia de México; la segunda, la lucha de Reforma; la tercera, la Revolución mexicana; dejando la cuarta transformación al periodo que él ha de inaugurar.
3El problema del sindicalismo en México tiene dimensiones estructurales, la tasa de afiliación es un muy baja, según cifras (que varían según la metodología) existen aproximadamente 4.5 millones de sindicalizados, que representaría el 8.23% de la población económicamente activa, ocupada. Lo que nos representaría una lucha paralela, no sólo por la “democratización de los sindicatos”, controlados en su mayoría por líderes charros, sino también por aumentar la tasa de sindicalización en México, sustituyendo los “arreglos informales”, por la contratación colectiva. https://www.sinembargo.mx/11-12-2018/3508970
4Aunado del reacomodo político que busca Martin Esparza con la actual administración. Que busca desesperadamente un acercamiento con AMLO después de haber apostado por un arreglo político en Peña Nieto. Que lo perdone y lo deje continuar. Para proteger sus intereses y los de sus socios como Mota Engil y poder hacer viable su proyecto político a lo interno del SME.