Por: Bloque Popular Juvenil (CMI-El Salvador) y La Izquierda Socialista (CMI-México)
Los militares han entrado en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) para de forma brutal reprimir a los estudiantes que protestaron contra el ilegitimo gobierno de Juan Orlando Hernández. Al menos 8 estudiantes han sido heridos. Este ataque se da a pocos días de que un grupo de Marines estadounidenses han ingresado al país centroamericano, evidenciando el apoyo del imperialismo estadounidense a este gobierno golpista. Las autoridades de la universidad, de igual forma, han sido cómplices del gobierno golpista, pero la represión se ha dado de forma tan bestial que incluso el Consejo Universitario ha tenido que condenarla.
En Honduras gobierna una camarilla ilegitima que el pueblo no ha elegido, ellos defienden los intereses de los oligarcas y son perros fieles de los imperialistas. La falta de apoyo entre el pueblo a los partidos oligarcas, sumado a su férrea oposición a los cambios democráticos, llevaron a hacerle un golpe de Estado al gobierno de Mel Zelaya. El gobienro de Mel puso una quinta urna donde consultaba al pueblo si estaba a favor de hacer una asamblea constituyente. Desde entonces las elecciones han sido una burla y en especial la del año 2017, donde se hizo un vergonzoso fraude, lo que provocó un levantamiento popular que puso en jaque al régimen.
En estos 10 años de gobiernos golpistas el pueblo ha vivido constantemente en carne propia la violencia, el aumento de la miseria y ha obligado a miles emigrar en condiciones penosas, esta es la causa fundamental de las caravanas migrantes. Los ataques contra el pueblo trabajador no se frenan, el último ejemplo son las recientes reformas privatizadoras a la salud y a la educación.
El pueblo de Honduras está agotado de esta vida a lo que se suma que cuando protestan se enfrentan a la represión. Los asesinatos del gobierno de JOH contra la población que protesta no se detienen. El pueblo ya no quiere más muertos, más golpeados, más baleados ni seguir oliendo a gas pimienta y lacrimógeno. El ataque a los universitarios del 24 de junio, es un reflejo de la falta de apoyo que tiene el gobierno, la única forma que tiene para sostenerse por la fuerza.
La propia universidad es un ejemplo claro del ambiente social. No hay semana en que haya clases regulares, pues de manera combativa, los universitarios salen una y otra vez a luchar. La dirección de Libre y el propio Mel Zelaya han llamado de forma correcta a protestar, aunque realmente han ido a la zaga del pueblo, quienes con su lucha siempre les llevan la delantera. No es suficiente con luchar, el pueblo de Honduras ya ha tomado las calles muchas veces, se necesita una estrategia y tácticas revolucionarias claras, algo que no ha ofrecido Libre ni Mel Zelaya.
Nosotros nos preguntamos ¿Los maestros y médicos no tienen razones para luchar? ¿Los transportistas no tienen razones para luchar? ¿Los estudiantes no tienen razones para luchar? ¿Los obreros y campesinos no tienen razones para luchar? ¿Las amas de casa y los desempleados no tienen razones para luchar? ¿Los hondureños que han emigrado no tienen razones para luchar? Por supuesto que sí y lo primero es echar abajo al régimen golpista. Debemos pegar todos unidos como un solo puño para acabar con el régimen y así tomar las riendas de la sociedad en beneficio de los oprimidos, necesitamos un cambio revolucionario estableciendo una auténtica democracia que emane del pueblo trabajador acabando con la farsa de democracia burguesa en la que hemos vivido y ha derivado en lo que tenemos ahora.
Salir a luchar de forma aislada sólo facilitará la represión del régimen. No basta bloquear carreteras, hay que parar la producción en su conjunto. Si el pueblo de Honduras es capaz de hacer una huelga general asfixiaría a este régimen golpista, dividiría a sus fuerzas represivas y les daría el último empujón que precipitaría su caída.
Pensamos que en cada centro de trabajo, en cada universidad, en cada barrio popular y en cada pueblo se deben hacer asambleas que preparen y organicen la lucha, eligiendo representantes que se reúnan regional y nacionalmente con el objetivo inmediato de organizar la huelga general acompañada de cierres de vías públicas y el llamado a una jornada mundial de solidaridad con el pueblo hondureño. Se deben rescatar las mejores tradiciones revolucionarias de Honduras como la de 1954. La combinación de la experiencia histórica con la audacia de la joven clase obrera es la clave principal para vencer el régimen de JOH.
El pueblo de Honduras tiene derecho a vivir dignamente, no bastará con echar a los golpistas. Ese hermoso país se ha convertido en un infierno bajo la dirección de los oligarcas e imperialistas. Es momento de que los obreros, los campesinos y el resto del pueblo pobre de Honduras, tome el poder en sus manos y también la producción para poner a la economía en beneficio del conjunto del pueblo y así erradicar la violencia, el desempleo y el hambre de forma definitiva.
El pueblo Hondureño pasaría de ser pisoteado a ser el gran ejemplo a seguir para los pobres del mundo, quienes les imitaríamos. El problema es que el capitalismo es un sistema decadente e irreformable, en Honduras se muestra la barbarie a la que conduce a la humanidad. A 10 años del golpe de Estado, es momento de enterrar a la dictadura y a su sistema capitalista. Así la represión y nuestros muertos no habrán sido en vano.
Desde México y El Salvador nos solidarizamos con nuestros hermanos universitarios reprimidos, rechazamos enérgicamente la represión en la UNAH. Enviamos nuestra solidaridad con la lucha del pueblo hondureño. Confiamos en que estarán a la altura de las tareas que la historia les ha puesto en su camino. Esta es una lucha literal de vida o muerte y sabemos que podrán vencer.
¡Alto a la represión del pueblo hondureño, fuera oligarcas del país!
¡Huelga general para botar a la dictadura de JOH!
¡Fuera los imperialistas de Centroamérica!
¡Por la confederación de repúblicas socialistas de Centroamérica!
La lucha contra barbarie que ha instaurado el Partido Nacional en Honduras cada día se agudiza más, el país tiene una larga trayectoria de lucha desde que la oligarquía hondureña perpetúo en el poder a JOH contra toda voluntad del pueblo, los estudiantes han estado firmes contra las nefastas políticas de quienes tienen desangrado al país, hoy, 24 de junio, han recibido un horroroso y cobarde golpe.
El lunes 24 de Junio de 2019 es una fecha para no olvidar; otra vez, los militares con todas sus fuerzas han levantado sus armas al pueblo y han disparado, por increíble que suene, dentro del campus universitario, violando así, la autonomía de la universidad y atentado contra la vida de los estudiantes.
La situación en la universidad por la tarde parecía una escena de guerra pero con la gran diferencia de que un bando tiene armas y el otro solo libros. Según informes preliminares resultaron heridos de bala más de cuatro estudiantes (de los que está en proceso su identificación) que el único delito que han cometido es repudiar la asquerosa situación a la que llevado al país políticos que representan intereses burgueses e imperialistas que privatizan la salud y la educación, que asesinan y desaparecen a quien sea necesario.
Toda la crisis que sacude al país tiene nombre de Partido Nacional. El pueblo se manifiesta contra esta repugnante situación y en vez de soluciones sólo tienen balas para ofrecer, la violencia contra los derechos humanos está normalizada, como todo gobierno de derecha y fiel a intereses oligarcas, el Partido Nacional ha desplazado la policía militar y los intentos por mermar la lucha estudiantil que se manifestaba en una toma, terminaron en una desagradable escena llena de sangre de estudiantes.
Es hora de correr la voz internacional, Honduras es un estado fallido donde se dispara a la bala viva a quienes luchan por sus derechos. Los estudiantes hoy más que nunca deben sostener la lucha, más enérgica, más organizada; el Partido Nacional que está encabezado por JOH debe salir inmediatamente.
Todas las exigencias de la clase oprimida sólo podrán ganarse cuando se expulse al régimen capitalista de JOH.
Cuando nos referimos a la dictadura a veces resulta difícil comprender que se trata de toda un estructura política que sostienen grupos de poder que por cientos de años han puesto y quitado presidentes a su gusto, no solamente se trata de personajes que llegaron a la silla presidencial por meras aspiraciones. En Honduras no hay lugar en el que no se escuche el tradicional “Fuera JOH” esto como una exigencia inmediata ante la crisis que desangra al país pero, desde un punto de vista más objetivo: ¿realmente basta sólo con sacar a JOH?
Muchos discursos están encaminados a la salida de JOH como una solución a tantas problemáticas que azotan al país, lo cierto es que el poder político en Honduras no se manifiesta solamente a través de la cámara presidencial, en Honduras, como en la mayoría de países, el Estado resulta de la fusión de tres poderes:
• Legislativo: se encarga de elaborar leyes en supuesto beneficio del pueblo, claramente eso no es así, la historia ha demostrado que en el congreso los diputados, que son quienes conforman este poder, solo se encargan de legislar para las clases dominantes, la burguesía, no financia campañas políticas a los partidos tradicionales por gusto, los diputados son en primera instancia hombres y mujeres al servicio de la clase dominante; todas las concesiones sobre la privatización de la energía eléctrica, la salud, la educación, la ley de condena de terrorismo por manifestarse, todo y mucho más, son producto de decisiones tomadas en el congreso por los partidos de la burguesía: el Partido Nacional, el Partido Liberal y otras minorías.
• Judicial: Se supone que administra la justicia en la sociedad, es ejercido por jueces y tribunales, su papel históricamente ha sido proteger a los burgueses y juzgar a los pobres, en las cárceles de Honduras, por muy increíble e indígnate que suene, se han privado de libertad a personas por robarse una gallina como el caso de José Álvarez, un labrador de 25 años de la zona sur del país que fue presentado a la policía y su caso correspondía a una pena de entre 2 a 5 años, como ese caso existen muchos y lo que llama la atención es como ellos (que diseñan la “justicia”) crean la escenario (la pobreza) y son los mismo que castigan a los pobres, a los estudiantes por manifestarse por querer tener una mejor universidad, a los desempleados por querer oportunidades para comer, a las mujeres por decidir sobre su cuerpo etc., no pasa lo mismo con los ricos que han hecho de país, con todo el sentido de la palabra, un estercolero donde las arcas del Estado son ultra saqueadas sin que haya quien los juzgue, tenemos en caso del IHSS, donde muchos quedaron en la impunidad y los pocos que fueron jugados están en batallones con camas ortopédicas, plasmas, buenas comidas y cualquier lujo que se les ocurra. Existen infinidades de casos nefastos de impunidad con los ricos e injusticia con los pobres, es obligatorio comprender que el sistema judicial en Honduras tiene que ser totalmente depurado.
• Ejecutivo: aquí se encuentra el gobierno presidencial, que en la actualidad es liderado por JOH. Ningún gobierno en la historia, a excepción del período de Manuel Zelaya (que culminó por un golpe de Estado imperialista) y el de Francisco Morazán, ha mostrado deseos genuinos por la prosperidad del país, todo lo contrario, cada gobierno casi siempre ha resultado más nefasto que el anterior y justamente por eso es que tenemos que comprender que el marco de este sistema es imposible acabar con todos los males, porque simplemente no está diseñado para que haya justicia y prosperidad para todos.
Botemos a la burguesía parásita
El partido LIBRE, que es la fuerza política más grande Honduras pero en el congreso es minoría respecto al Partido Nacional, que ha colado más diputados por el robo a las elecciones, no debe limitar su lucha en la cámara legislativa o luchar solamente por las elecciones, tiene que estar presente y organizando en la calles un combate contra la estructura misma, hombro a hombro con el pueblo y no solamente con sacos y corbatas desde sus modestas sillas en el congreso.
La democracia representativa de la burguesía se basa en ideología falsa, representa intereses particulares de millonarios, no hay representación de los pobres, debe existir un Estado controlado por los trabajadores, donde la economía del país esté planificada y dirigida por los obreros.
Marx y Engels en el manifiesto comunista decían:
“El gobierno del Estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa.”
JOH sólo es la cara de la burguesía que domina sobre los hondureños desde hace cientos de años, no podemos seguir jugando en su terreno, hace falta una revolución por la toma de los medios de producción, o sea, la toma de las maquinarias, transportes, herramientas, que ahora son propiedad de la grupos muy pequeños pero que reprime a todo un país de 9 millones de habitantes, no es justo que grupitos de poder hagan del país un potrero donde se destruye cuanto sea necesario, es hora de encaminar la lucha a una trasformación de raíz que rompa las viejas relaciones entre ricos y pobres, un gobierno de la oposición bajo este mismo sistema sólo puede garantizar unas pequeñas mejoras, pero en el fondo si no se expropia a la burguesía de lo que le pertenece a la clase trabajadora pero que se le ha negado, el país no puede cambiar.
La lucha se agudiza a un ritmo acelerado, en toda Honduras se vociferan los gritos de la clase oprimida por la emancipación del yugo del sistema; el agitado movimiento de la clase oprimida aglutinado en la plataforma por la no privatización de la salud y la educación ha sido muy efervescente y digno de ser catalogado como unos de los movimientos de masa más extraordinarios desde la sangrienta usurpación del poder por parte de la institución política más asesina de Honduras: el Partido Nacional. Todas las luchas por modestas que parezcan se insertan en una lucha general contra la dictadura burguesa que el capitalismo internacional fortalece. Nuestro papel es integrar todos esos combates a la lucha de clases.
Desde el golpe de Estado imperialista de 2009 al gobierno de Manuel Zelaya, las luchas en las calles por la democracia han sido realmente consecutivas. La instauración de la dictadura ha arrastrado centenares de muertes que al mismo tiempo han levantado de la sumisión a miles que se han puesto de pie alzando su voz contra este sistema rapaz de las viejas políticas que nunca se preocuparon por el bienestar de los pobres.
A casi año y medio de la segunda toma ilegitima de JOH, la lucha por una trasformación revolucionaria de la sociedad ha cobrado más fuerzas, las acciones de la clase oprimida están directamente relacionada a las condiciones de miseria a las que el Estado burgués hondureño, dirigido por Washington, ha orillado a la ciudadanía. Hoy el país cuenta con un deficiente sistema de energía eléctrica, agua potable, alimentos, salud y educación; las circunstancias avalan el gran anhelo revolucionario de la mayoría y el sectores gremiales como el magisterial y medico han dicho presente en la lucha contra los duros golpes de las privatizaciones que pretenden imponer en el sector salud y educación (cabe recalcar que ya privatizaron la ENEE, que era la empresa estatal encargada de la distribución y administración de la energía eléctrica y hoy por hoy no hay quien no se queje de los cobros mensuales que mas que facturas, son balas).
El paro general
Para el día 30 y 31 de mayo, y luego de suspensiones de clases, consultas médicas y de múltiples marchas en las calles (donde se recalca la agitada marcha desde la Universidad Nacional Autónoma de Honduras [UNAH] y la de los obreros el 1 de Mayo) el gremio médico y magisterial convoca a paro nacional, naturalmente esto fue el conato de un nuevo periodo de lucha en las calles. Desde entonces mas de veinte días de lucha han trascurrido por no aceptar los llamados decretos por la «reestructuración» del sistema de salud y educación y desde entonces las movilizaciones han sido muy recurrentes.
El ambiente está más que agitado para comenzar una trasformación radical de la situación deplorable de muchas instituciones que han sido saqueadas por políticos y que por la lógica destructiva del neoliberalismo se terminan privatizando.
Los métodos de lucha
Ingenuos los empresarios asesinos quisieron dar otro golpe, pero no imaginaron todas las acciones de los desangrados y valientes hombres y mujeres que ya no soportan otro golpe. Los métodos de lucha se han enfocado en las tomas y movilizaciones, después del llamado a paro los gremios no han mermado las movilizaciones, unas veces mas combativa que otras pero siempre con mucha indignación. Los estudiantes siempre destacan por su presencia en las manifestaciones, han clamado justicia y lo seguirán haciendo hasta que la dictadura caiga, desde el auge del movimiento universitario en 2016 las tomas no han parado a pesar de tener que hacer algunos sacrificio; cada gota de sangre de nuestros mártires recorre las venas de los estudiantes, desde que comenzó el segundo periodo (23 de mayo) no se ha recibido una tan sola semana completa de clases, de hecho según la normativa universitaria el periodo debería ser cancelado.
El 19 de junio se vivió algo sorprendente, toda Honduras salió a tomarse las carreteras y calles de barrios y colonias, la policía no salió a reprimir como en ocasiones anteriores, pero si hay registro de heridos de balas y muertes, no con exactitud pero según algunos diarios más de veinte personas ingresaron al hospital. Esto de que los policías hayan «mermado» la represión al menos en algunos sectores, hay que dejar bastante claro, tiene que ver con un conflicto interno en sus instituciones, ya ocurrió una vez en 2017, pero volvieron a inclinarse ante la bota del verdugo por intereses particulares, también hay que aclarar que la oposición no supo plantear una buena estrategia para sacar ventaja del momento; como sea, la población ahora los ve con escepticismo. Hay que sacar una conclusión importante de todo esto y es que los policías luego de periodos largos de represión terminan «cediendo», esto en parte está relacionado al agotamiento, es evidente, si las acciones de lucha continúan en las calles los días de la dictadura están contados.
hay muchos sectores que a lo largo de la lucha se han sumando a las acciones y se pueden mencionar muchos, los transportistas de cargamento pesado que hicieron múltiples paros en la costa norte, El sindicato del Seguro Social (SITRAIHSS), El Sindicato de Trabajadores de la UNAH, médicos y enfermeras de entes públicos, algunas unidades importantes de trasporte publico, colegios de secundaria, personas desempleadas que ya no aguantan no poder llevar comida sus hogares, vendedores independientes, entre muchos más. Al ver como se aglutinan tantos sectores debemos plantear una estrategia para vincular a todos los gremios y sectores en la lucha por un cambio de sistema ya que en definitiva es lo único que nos puede sacar de tanta destrucción, la lucha no debe estar enfocada solamente en la salida de JOH, falta sacudir a toda la estructura política que ha implantado el capitalismo; no basta acabar con los síntomas, hay que acabar con la enfermedad.
No es una lucha solamente gremial, es una lucha de clases
Bajo la lógica de «dividir es vencer» la dictadura ha usado lo que tiene a su alcance para desmoralizar al pueblo y que éste se paralice, las estrategias han sido enfocadas en que las luchas por la no privatización no es asunto de estudiantes, desempleados o la demás población como tal; no hace falta decir que esto es completamente un disparate absurdo y hasta un insulto a la inteligencia del pueblo, ya que la clase explotada es, en primera instancia, la mas afectada. Son los pobres quienes ocupan el Hospital, San Felipe, Mario Catarino Rivas; los políticos y señores burgueses van al Hospital San Jorge, Clínicas privadas e incluso a Seguros Extranjeros. No se mueren por falta de antídotos o ambulancias, como le pasó a un niño que lo mordió una serpiente en Choluteca, y que pudo haber sobrevivido, de no ser porque la ambulancia que lo podía trasladar estaba en mal estado y porque el hospital no tenía el antídoto. Son los pobres que matriculan a sus hijos en Escuelas, colegios y Jardines de niños públicos, los ricos no, ellos tienen a sus hijos en guarderías en colonias seguras donde no corren el riesgo de que los secuestren porque viajan en «rapiditos», ellos van con niñeras que velan su cuidado; los hijos de la clase trabajadora se enfrentan a la violencia de sus barrios y no solo ha sucedido una vez en la que los chicos de escuelas son prácticamente obligados a formar parte de maras y pandillas desde tempranas edades, los niños de las escuelas publicas en Honduras sufren precariedades inimaginables; a los hijos de la burguesía no les cae el techo en la cabeza como le sucedió a dos niños en Choluteca que resultaron heridos al desprenderse el techo de su aula. ¡Claro que es una lucha de clases! una lucha de los explotados contra los explotadores.
Luchemos contra el capitalismo
Corre por la venas de los explotados la sangre de los que una vez fueron silenciados con las frías balas de los fusiles militares. La sociedad hondureña, a diferencia de etapas anteriores donde la manipulación mediática sobre confundía la conciencia, cada día adquiere mas experiencia; es innegable que los agitados movimientos giran en torno a los anhelos de un cambio radical. Nada ofrece soluciones tan reales y genuinas como el triunfo de una revolución socialista, que los obreros se apropien de los que le ha pertenecido siempre y que les ha sido negado. En el marco de este muy podrido sistema pocas soluciones existen, no se pueden llegar a triunfos reales si la estructura es la misma. Ahora es el momento de instaurar un sistema donde los que hoy no tienen voz la puedan tener, por un sistema de salud amplio con educación de calidad, la dictadura no un personaje, es una mega estructura y es hora de sacudirla hasta derrumbarla.
Después del fraude, dijimos que JOH se imponía pero que era una dictadura débil y que más temprano que tarde se enfrentaría a las movilizaciones de masas. Esta perspectiva se ha cumplido. La profundización de la crisis del régimen se ha agravado, pero el movimiento no debe cometer los mismos errores que en la lucha contra el fraude. Se deben conformar asambleas populares que permitan organizar la lucha pero, que puedan convertirse en órganos, que incluso cuando el movimiento baje puedan mantener la lucha. La otra cuestión es abogar por una huelga general. El paro de transporte estaba teniendo grandes afectaciones económicas y eso avanzaba en debilitar al gobierno, pero se levantó. Si el paro fuera del conjunto de la economía, los días o las horas de JOH estarían contadas. Si la lucha se focaliza solo en tomas barriales, difícilmente avanzará en derrumbar por la vía revolucionaria a la dictadura. Por eso debemos abogar por convertir la lucha en una huelga general.
El imperialismo puede valorar que es más costoso sostener a JOH que dejarlo caer, aunque eso no es del todo seguro. Pero si fuese así, ellos buscarán primero derrotar al movimiento de masas o contener mientras puedan el movimiento y cuando entre en reflujo podría buscar una salida legal como un gobierno interino y nuevas elecciones. Cambiar para que nada de fondo cambie. La única esperanza está en la organización de los obreros, campesinos y estudiantes de Honduras, que solo pueden confiar en sus propias fuerzas.
El 25 de abril el Partido Nacional y sus aliados aprobaban en el congreso un decreto de ley que vendría a afectar severamente el sector de salud y educación, en el juicio de ellos, esto vendrá a mejorar la condición de ambas secretarías, pero como nada que venga del Partido Nacional es bueno, el pueblo ha entendido que dicho decreto, al que han catalogado de Reestructuración y Transformación, es una vil patraña que como único fin tiene privatizar estos dos sectores que le pertenecen a las clases oprimidas.
Cada día Honduras se hunde en la podredumbre neoliberal que perpetua el Partido Nacional y la burguesía nacional, la idea de la no intervención en los asuntos públicos por parte del Estado cada vez es una realidad que se fortalece y azota más al país, lo que pasó una vez con la empresa nacional de energía eléctrica (ENEE), se está repitiendo con las secretarías de salud y educación. La ley de “reestructuración y transformación” es una puñalada a los hondureños. El Congreso señaló que las resoluciones fueron aprobadas con el apoyo de los representantes del sector obrero, representantes de entes pseudo sindicalistas y organizaciones alineadas que solo sirven de instrumentos en defensa de los intereses de la burguesía, estas organizaciones son:
Central General de Trabajadores (CGT)
Confederación de Trabajadores de Honduras (CTH)
Federación Unitaria de Trabajadores de la Salud de Honduras (Futsh)
Sindicato de Trabajadores de la Medicina y Similares (Sitramedys)
Asociación Nacional de Empleados Públicos (Andeph).
El decreto sobre la secretaría de salud autoriza cumplir con los compromisos salariales adquiridos y pendientes de pago; a primera vista párese algo bueno pero solo es un chivo expiatorio para hacer sus artimañas privatizadoras, en dicho decreto también autoriza realizar cualquier otra acción para lograr mejorar el sector salud, obviamente es un vil plan que traerá consigo la entrega de nuestros derechos a manos empresariales que causarán masivos despidos y un colapso (mayor del que ya se encuentra) en el sistema de salud.
El decreto sobre la educación va sobre lo mismo, faculta a la secretaría, en conjunto a una comisión especial, de tomar las prontas medidas para la trasformación de la misma, contarán con el apoyo de la secretaría de finanzas, quien hará una reasignación presupuestaria con el objetivo de “mejorar” el sistema educativo en el país.
El doctor Samuel Santos, que es el vicepresidente del Colegio Médico, declaró un total reproche a las medidas diciendo que la aprobación de la ley significaría una precarización de la educación y salud, así como lo han hecho con instituciones como Hondutel y la ENEE.
Todas estas medidas se originan debido a la alta corrupción de las autoridades estatales, la dictadura que cada día azota más al país, es en todos los sentidos la culpable de los males que padecemos, ellos fabrican la enfermedad y pretenden vendernos la medicina, que por cierto no tiene como objetivo curarnos. Ante toda esta barbarie, quienes sentirán este duro golpe de manera más inmediata se han manifestado y han mostrado las energías suficientes para frenar este gran terremoto, todas las acciones reivindican la salida inmediata del gobierno de Juan Orlando Hernández (que se perpetua de manera ilegal) ya que es el principal responsable de la deplorable situación de estos dos sectores.
¿Qué debemos hacer?
Es claro que nuestra lucha debe estar encaminada en acciones concretas que reivindique la pronta salida del gobierno de JOH, ya intentamos derrocarlo vía elecciones pero, como controlan el sistema electoral en Honduras, fueron capaces de montar el fraude electoral más descarado en la historia del país. Hay que encender las calles, tener en cuenta que si no frenamos esta ola de corrupción, ellos lo seguirán haciendo. El partido LIBRE demostró su rotundo rechazo pero siendo minoría en el congreso no llegó a más, los diputados de LIBRE deben combinar la lucha parlamentaria con la lucha de masas en las calles. Hay que salir y frenar al país, porque están secuestrando nuestro futuro, privándonos la vida y la educación, a ellos no les importa el bienestar del pueblo; si se enferman tienen hospitales caros, no sufren por un medicamento, no tiene miedo de consumir pastillas hechas con harina como las de Lena Gutiérrez en el Seguro Social, sus mujeres paren en las mejores clínicas, las de la clase obrera hasta en los pasillos del hospital, sus hijos estudian en centros bilingües donde la mensualidad es más cara que el salario de un obrero y los hijos del proletariado y el campesinado en el suelo y en escuelas cuyas paredes ya se caen. Esta lucha es nuestra, es la clase oprimida que se necesita de la educación y la salud pública, es hora de frenar esta bestia privatizadora que tiene nombre de Partido Nacional.
¡A las calles! ¡No a la privatización! ¡Fuera JOH!
Escrito por: Bloque Popular Juvenil (El Salvador), Izquierda Marxista (Honduras), La Izquierda Socialista (México)
Miles de centroamericanos, principalmente hondureños, se han venido sumando en la caravana migrante, fueron recibidos el día de ayer, 19 de octubre, en la frontera sur de México con gases lacrimógenos, con cientos de policías militares y aviones volando sobre sus cabezas causando ruidos ensordecedores. Esta es la política migratoria que el imperialismo americano ha forzado a implementar al gobierno mexicano desde hace años. No es incorrecto decir que la frontera americana comienza en el Río Suchiate y no en el Río Bravo. El gobierno y la burguesía de Estados Unidos considera a México su patio trasero el cual tiene que implementar y defender todas sus políticas de “seguridad”.
Los cientos de migrantes centroamericanos, que comenzaron la caravana en Honduras hace una semana rumbo a Estados Unidos, están poniendo sobre la mesa una serie de consideraciones que regularmente se omiten conscientemente por parte de los diferentes gobiernos de la región y en la política imperialista de los EEUU. Comenzó con 150 personas, cansadas de no encontrar una salida digna a su realidad, hicieron un llamado para cruzar de manera abierta los diferentes países donde se arriesgan a ser extorsionados por las policías, a que las mujeres sean violadas y ultrajadas, a ser extorsionados por las pandillas y grupos del narcotráfico. Así, marchando en caravana buscan hacer visible su paso y evitar todas las agresiones. El llamado no cayó en oídos sordos, por el contrario, conforme fue avanzando se sumaron cientos, a la frontera mexicana han llegado más de cuatro mil.
Nuestros camaradas, hermanos centroamericanos, o de cualquier otro país, que emprende la marcha para buscar oportunidades en otros países, alejados de sus familias y amigos, no viven una cosa grata. Muchas mujeres y hombres dejan a sus hijos, familiares enfermos, lo poco con que cuentan. De ninguna manera es un recorrido por placer o aventura, como muchas veces lo quieren hacer ver los medios de comunicación, los cuales nos dicen que “van a la aventura en busca del sueño americano”. Son hombres, mujeres y niños expulsados de su tierra por la violencia, la falta de oportunidades; para buscar trabajo, educación y una vida digna.
Muchos critican en México el hecho de que cientos o miles de centroamericanos estén parados en la frontera del sur y que intenten cruzar el país. Afloran los sentimientos más reaccionarios entre la clase media, la burguesía y algunos sectores desclasados, llaman a nuestros hermanos centroamericanos delincuentes, asesinos, mugrosos, etc. Es parte de la ideología dominante que se extiende de manera sistemática, la cual nos enseña a ser humilde y servil con el poderoso (con la burguesía y el imperialismo); y altanero, prepotente y nada solidario con los más pobres. Es una política que plantea la división entre los de abajo, explotados, para aplaudirles a los de arriba, explotadores.
Es claro que estos sentimientos de racismo no están extendidos en toda la población mexicana, por el contrario, hay una fuerte solidaridad, empatía y apoyo hacia todos los que vienen en la caravana. No es extraño, somos hermanos de sangre, historia, cultura y dolor. Somos los mismos, los pobres, hijos de la violencia, víctimas de un sistema capitalista depredador que fue instaurado brutalmente para arrasar nuestros recursos naturales y explotar al máximo nuestras fuerzas.
Fue hasta 1823, cuando por pugnas entre las castas criollas separaron este territorio entre México y Centroamérica, después los diferentes intereses de los terratenientes y burguesías locales, mantuvieron esas fronteras artificiales. También Centroamérica es una sola tierra y fue un crimen dividirla, las intenciones siempre fueron poder controlar y saquear el territorio.
Las burguesías criollas han sido históricamente cobardes e incapaces para poder desarrollar las fuerzas productivas y llevar adelante las consignas de la revolución democrática nacional, han nacido atada de pies y manos al imperialismo. Son fieles servidores a las políticas rapaces de las élites internacionales que dominan el mundo. Estos son los que verdaderamente han expulsado a nuestra gente y a nosotros mismos de nuestras tierras provocando la violencia y la pobreza, la imposibilidad de que una persona pueda vivir dignamente sus países.
Ellos mismos son los que se asombran al vernos pasar por los diferentes países, los que levantan prejuicios y tratan de decir que los pobres son asesinos y delincuentes. en realidad los verdaderos saqueadores y asesinos que se han quedado con todas las riquezas naturales de nuestras tierras, son esos que hoy valientemente avientan por delante a los ejércitos, a las televisoras y a todos esos incautos que tratan de aferrarse aun a su nacionalismo trasnochado.
Solo recordemos que fue el imperialismo americano y la oligarquía hondureña quienes implementaron un golpe de Estado contra el expresidente hondureño Manuel Zelaya, por el simple hecho de ofrecer mejores condiciones salariales a los trabajadores y bajar los precios de la gasolina, etc. La política que se estableció después del golpe ha empobrecido al pueblo, la derecha ha gobernado militarizando el país y hundiéndolo en sangre, el año pasado apoyaron la entronización del derechista Juan Orlando Hernández en la presidencia mediante un descarado fraude electoral, lo que ha agravado aún más la situación de miseria y explotación. Está es la historia de toda la región, solo hace falta cambiar los nombres de los personajes.
La oligarquía golpista hondureña se mantuvo en el gobierno acosada por un movimiento de masas insurreccional surgido tras el fraude de 2017. En realidad es débil, no cuenta con una base social sólida. El pueblo hondureño votó masivamente por un cambio en esas elecciones que le robaron y por el contrario, con la imposición de los golpistas, ha visto cómo la pobreza y miseria se profundiza aún más bajo el gobierno de JOH. En su avance, la caravana se ha nutrido con migrantes de otros países de la región, pero no deja de retumbar el grito de: ¡Fuera JOH! Hay incertidumbre en el futuro, pero les anima salir de ese bello país hoy convertido en un infierno.
La caravana migrante está poniendo sobre la mesa la podredumbre del sistema capitalista en Centroamérica y en México, también las políticas reaccionarias y totalmente acopladas a la política del imperialismo en la región.
Nosotros como jóvenes, trabajadores, mujeres de la clase obrera, estamos en contra de cualquier política que divida a nuestra clase, ya sea de tipo nacional, religiosa, racial y de género. Nosotros somos internacionalistas porque la clase obrera no puede organizarse de manera nacional para vencer a un enemigo internacional, por lo tanto, no solo estamos apoyando a nuestros compañeros migrantes, que buscan lo que el imperialismo les ha negado en sus países de origen, estamos por abolir todas las fronteras que solo sirven para debilitarnos para enfrentar nuestros verdaderos enemigos, la oligarquía que está en nuestros países y en el imperialismo americano.
México no es un país que pueda ofrecer a los migrantes centroamericanos el paraíso en la tierra, es un país que está siendo arrasado por la violencia más brutal, pobreza que ahora vive nuestro pueblo es resultado de la misma política que avasalló los pueblos centroamericanos en décadas atrás. Los mexicanos más que nadie saben perfectamente bien que significa emigrar para encontrar mejores condiciones de vida, porque en el país hay más de 900,000 desplazados de guerra por la violencia contra el narcotráfico -hay más de 20 millones de mexicanos viviendo en EEUU de forma ilegal-; entienden perfectamente bien lo que es la violencia porque México tiene 30 mil desaparecidos y más de 300 mil muertos en los últimos 12 años. La clase trabajadora mexicana no se come el cuento de que los centroamericanos vienen a quitar el trabajo porque ahora mismo no hay trabajo para los mismos mexicanos, nosotros estamos unidos porque sus demandas son nuestras demandas, porque sus pasos son nuestros pasos, porque su vida es nuestra vida.
Solo en la unidad de los pueblos centroamericanos, el mexicano y pueblos latinoamericanos podrán derribar las condiciones que nos impide ser felices en nuestra tierra y eso tiene que ver directamente con terminar con el capitalismo. La clase obrera es una en cualquier parte del mundo, incluido los Estados Unidos, Canadá y otros países desarrollados. Nosotros somos internacionalistas porque creemos que tenemos más que ver con cualquier trabajador del mundo que con la burguesía rapaz de cualquier país centroamericano y mexicano. Nuestra lucha es la lucha de todos los explotados y con ellos vamos a estar.
Condiciones similares generan fenómenos similares. Las elecciones en Honduras deben ser estudiadas por todo trabajador y joven mexicano que aspire a transformar a profundidad la sociedad, sacando sus lecciones positivas y negativas.
Se puede decir, con toda razón, que las elecciones son una verdadera farsa para justificar que los oligarcas e imperialistas mantengan en el poder a gobiernos títeres que defienden sus intereses y Honduras es la muestra más palpable de esto. Pero no basta con repetir las primeras letras del alfabeto, si un niño no pasa de decir ABC no mostrará mucha inteligencia. En Honduras las elecciones, más allá de lo dicho, también abrieron un escenario de frontal e intensa lucha de clases que incluyó un movimiento insurreccional del pueblo en caseríos, barrios y ciudades de todos los departamentos del país que ha tenido la posibilidad real de acabar con el viejo régimen oligárquico. Esa experiencia debe tomarse en cuenta con toda seriedad sin hacer un traslado mecánico de lo que puede ocurrir en México, se tiene que analizar el desarrollo del proceso en cada paso. Queda claro que no podemos simplemente despreciar la próxima coyuntura electoral en México, incluso para quienes creemos que un cambio profundo es necesario más allá de la vía electoral.
En las últimas dos décadas las masas de explotados en América Latina han dado diversas luchas revolucionarias, ante la imposibilidad de que estas culminaran con la toma del poder de los trabajadores (algo que ha sido completamente posible pero que fue frustrado por la ausencia de direcciones revolucionarias) el proceso se expresó en las urnas y la creación de diversos gobiernos de carácter reformista e incluso centrista. Esto sacó presión a más de una hoya a punto de estallar y dio concesiones temporales a las masas que ahora se han puesto en entredicho después que el capitalismo global entró en crisis en el 2008. No es espacio aquí para analizar a fondo los límites de estos gobiernos reformistas que no han acabado con el capitalismo, pero cabe señalar que México es uno de los pocos países de América Latina que no ha pasado por la experiencia de un gobierno de izquierda reformista. Honduras tuvo un proceso peculiar. Manuel Zelaya, proveniente del Partido Liberal, de carácter burgués, siendo presidente fue impactado por la revolución latinoamericana y en particular por la revolución venezolana. Él quiso hacer algunas reformas democráticas y dio algunas pequeñas concesiones sociales como el aumento de salario mínimo. Si bien existió esta experiencia en Honduras, esta fue coartada apenas iniciada y se enquistó, gracias al golpe de estado, uno de los gobiernos más reaccionarios y derechistas de Latinoamérica. Esto ha provocado que las contradicciones se acumulen generando condiciones para intensas explosiones de la lucha de clases.
Lejos están Honduras y México de haber entrado en un proceso de calma en los últimos años. Hay una intensa y rica experiencia de lucha de clases. En el país centroamericano se vivió el proceso de la frustrada quinta urna en camino a la confirmación de una asamblea constituyente, la lucha contra el golpe de Estado que formó al FNRP y después al partido Libre, más recientemente la lucha de las antorchas contra el desmantelamiento del sistema de salud (con rechazo a los partidos y una acción semiespontanea de la masa sin direcciones claras), la huelga estudiantil de la universidad nacional, entre otras, que antecedieron a la elección y la presente lucha por la salida de JOH. En México podemos enumerar la lucha contra el desafuero, contra el fraude y posteriores que crearon a un nuevo partido llamado Morena. En este sexenio se dieron movimientos con características similares al de las antorchas en Honduras como lo fue el #YoSoy132, Ayotzinapa o Gasolinazo. Ha habido intensas luchas sindicales como la de los maestros y masivas huelgas estudiantiles como la del IPN. Ésta incompleta enumeración refleja un enorme malestar social pero también el carácter actual del capitalismo que arrebata toda conquista del pasado, que no da reformas sino ataques. En estos dos países la brecha económica, explotación, pobreza y violencia aumentan, así como el sentimiento entre las masas de que es necesario un cambio radical y profundo. A esto se suma que en estos países la decadencia capitalista se expresa barbáricamente con un fortalecimiento del narcotráfico que se infiltra en el Estado, incrementa la violencia y acentúa las contradicciones.
La búsqueda de un cambio en sus condiciones de vida de las masas está íntimamente vinculada a un creciente desprestigio de las viejas instituciones y partidos. Incluso los partidos de izquierda reformistas pueden verse afectados por esta crítica, lo cual es completamente justificable y normal, pero ante la ausencia de una alternativa de masas revolucionaria estos pueden seguir jugando un papel, incluso central en algunas coyunturas. Se han construido nuevas fuerzas políticas de masas en América Latina en estas dos décadas (como lo son Libre y Morena), las masas no les están dando un cheque en blanco sino que las están poniendo a prueba.
Libre hizo una alianza con otras fuerzas, incluso cedió mucho al conceder a estas el candidato presidencial y, más seriamente, cedió en su programa girando hacia la derecha. Las masas no miraron esas pequeñas letras del contrato sino que usaron las elecciones como una forma de deshacerse del odiado régimen de JOH votando pacífica y masivamente en contra de él.
En México y Honduras existen oligarquías sumisas al imperialismo que cuentan con un partido principal (Partido Nacional y PRI), son capaces de gobernar con sus partidos políticos secundarios (Liberales y PAN), aunque no toleran a gobiernos de izquierda, aunque sean moderados, y temen a las bases que siguen a estos políticos reformistas, pues estas han demostrado su clara disposición de luchar por transformar su realidad. En México y Honduras muy lejos se está de contar siquiera con una real democracia burguesa, aunque si existen mecanismos electorales que tienen la desventaja para la burguesía de que deben permitir a la gente votar y esta puede manifestar así masivamente su descontento.
La burguesía es consiente del malestar social entre los trabajadores y se prepara para los inevitables choques que se presentarán. En México se ha aprobado una Ley de Seguridad Interior que permite actuar con violencia a las fuerzas armadas en caso de amenazas internas. En Honduras ocurrió algo similar, antes de las elecciones se aprobó la Ley Antiterrorista. El pueblo de Honduras no quería violencia, salió a votar de forma completamente ordenada y en paz, pero al protestar frente al escandaloso fraude, el simple hecho de tomar una avenida fue considerado violencia y justificó la brutal represión policiaca, llevando al país al borde de la guerra civil. La aprobación de la Ley antiterrorista tuvo un costo pues justificó más atrocidades de las fuerzas armadas del Estado en contra del pueblo trabajador. Les han gaseado, golpeado y disparado a la población, muriendo más de 30 personas en las protestas. Esta ley no fue capaz de evitar el estallido de una lucha insurreccional a nivel nacional y, lejos de contenerla, las masas con su lucha fracturaron a las fuerzas armadas donde un sector se negó a reprimir al pueblo. Estas reaccionarias leyes son el reconocimiento de la clase gobernante de que existe un enorme descontento social que inevitablemente generará estallidos de masas de grandes magnitudes. Su aprobación no es capaz de contener ni, por sí mismo, de derrotar al movimiento de masas.
Las masas han demostrado su completa disposición de lucha al grado de sacrificar hasta su propia vida para cambiar la realidad. Su debilidad reside en su insuficiente organización y la ausencia de una dirección revolucionaria. En Honduras, en nuestra opinión, la dirección fue por detrás del movimiento revolucionario del pueblo, Nasralla al final confió en las instituciones burguesas internacionales más que en la fuerza del pueblo organizado mientras que la dirección de Libre no fue capaz de canalizar esa enorme fuerza del pueblo en lucha rumbo a la victoria. Si bien el movimiento continúa ha entrado a otra etapa y el punto más álgido en esta coyuntura ya ha pasado.
Los regímenes burgueses pueden ser decadentes y estar desprestigiados, pero esto no es suficiente para derrotarlos pues siguen teniendo el aparato estatal y el poder económico puesto en su defensa. El movimiento de masas puede derrotarlos pero no basta manifestar su descontento, debe organizar acciones que realmente los obligue a irse. Grandes marchas, instalación de barricadas en todo el país, incluso enfrentamientos y derrotas aisladas a fuerzas policiacas no es suficiente. En Honduras incluso sectores de las fuerzas armadas manifestaron rechazo a seguir defendiendo a JOH y confraternizaron con el pueblo en lucha, pero si estos sectores no se organizan internamente y junto al pueblo pueden ser purgados, replegados o adoctrinados nuevamente para la defensa del Estado y la oligarquía. Era completamente factible la realización de acciones encaminadas al triunfo como hacer una auténtica huelga general y establecer asambleas populares que inicialmente tomen, basándose en la movilización popular, control de gobiernos municipales y cuarteles policiacos, que elijan representantes que coordinen la lucha regional y nacionalmente. Con eso se estaría creando elementos de doble poder para sustituir al viejo estado burgués por otro estado de y para los trabajadores.
Si bien podemos criticar a la dirección de Libre, es de reconocer que Mel Zelaya planteó, después de las elecciones, que la lucha popular como el eje principal de cambio. Pero, sin embargo, toda la batalla anterior fue orientada a la lucha electoral. El FNRP nació con una de las más grandes luchas de los trabajadores de Honduras en su historia, se dejó a un lado esta tradición a favor de la lucha electoral, aun cuando al final lo decisivo fue la lucha en la calle. En el momento de la verdad el movimiento tan contundente de una masa popular dispuesta a ir hasta el final no pudo ser bien canalizado para dar golpes contundentes que acabaran con el régimen oligárquico y abrieran el camino para acabar con su sistema capitalista.
Por su parte, en México AMLO ha perdido autoridad no por haber llamado en el pasado a luchar, sino por no ir hasta el final. En las elecciones del 2017 en el Estado de México, que fueron ganadas por Morena pero robadas por un fraude, su batalla fue legal y solo se llamó a movilización hasta un mes después, cuando el ambiente había cambiado y la derecha concretaba su imposición. Algo similar pasó en la elección presidencial de 2012. AMLO manda señales a arriba para buscar mostrar que no es un peligro. En Honduras Mel Zelaya incluso dijo que él se hacía a un lado para que libremente gobernara Nasralla pero nada sirvió, la clase gobernante temé mucho más a las bases que a estos dirigentes y no es con esos discursos que se les derrotará, por el contrario esto genera desconfianza y dudas en los sectores más activos de los trabajadores y la juventud. El proceso puede ir más lejos de lo que AMLO mismo quiera, así como en Honduras la lucha fue más allá de lo que Zelaya o Nasralla imaginaban.
El capitalismo está en una etapa decadente que sólo nos ofrece ataques. Los trabajadores del campo y la ciudad ya no soportan un ataque más y buscan incesantemente un cambio profundo a nuestra realidad. El capitalismo es irreformable y necesitamos un cambio radical en la sociedad que creemos debe significar arrebatar las palancas de la economía en manos de la gran burguesía nacional y extranjera poniéndolas a funcionar democráticamente por los trabajadores, distribuyendo así las riquezas generadas entre el conjunto de la sociedad. Tenemos que analizar las cosas como son y no como quisiéramos que fueran, las fuerzas revolucionarias, y aún más las socialistas, somos aun minoritarias.
Las elecciones son un termómetro que mide el ambiente social y serán un escenario de choque donde las masas, de una forma u otra mostrarán su descontento. El proceso buscará un canal de expresión y lo puede encontrar en México en Morena y la candidatura de AMLO. Frente a su desprestigio los partidos de la burguesía están preparando un fraude electoral. AMLO, pese a todo, puede canalizar un gran espectro del descontento social y no es descartable, como ocurrió en Honduras, que el movimiento se manifieste más allá de la votación. La batalla definitiva estará en las calles y como lo ha dicho la vocera del CIG, Marichuy, es necesario desde ahora fortalecer la organización del pueblo.
Existe un malestar creciente entre la población trabajadora, la idea de que es necesario un cambio profundo se desarrolla en la mente de millones. La perspectiva del capitalismo no es de bonanza, sino de crisis y ataques contra los trabajadores. Esas enormes contradicciones buscarán un camino de expresión y es muy posible que se expresen de una forma y otra, como pasó en Honduras, a través de las elecciones. Es necesario, sin embargo, prepararnos desde antes fortaleciendo la organización de los trabajadores del campo y la ciudad, de los estudiantes y el pueblo en general. Es necesario además ir desarrollando dentro del movimiento de masas las fuerzas del marxismo revolucionario, pues las ideas desarrolladas por Carlos Marx y Federico Engels son las únicas que nos permiten comprender a cabalidad el capitalismo del día de hoy y como salir del callejón sin salida al que este sistema ha metido a la humanidad. Hay que hacer de estas ideas una fuerza material.
La lucha de las masas, abierta tras las elecciones en Honduras, solo es equiparable a la huelga de 1954 y al movimiento contra el golpe de Estado en 2009. Es uno de los más grandes acontecimientos de la lucha de clases en la historia del país. Esto solo puede explicarse debido a las grandes contradicciones concentradas en la sociedad que han colocado al país al borde de la revolución. Pese a todo ese impulso revolucionario, Juan Orlando Hernández, JOH, acaba de juramentarse como presidente aunque acosado por la protesta del pueblo que exige su salida. Este es un gobierno sumamente desprestigiado y débil que se verá sometido a la presión de los trabajadores que pueden hacer que no termine sus 4 años de gobierno.
Una noche antes, Salvador Nasralla, a quien le han robado la elección, realizó una caravana automovilística por las colonias populares de Honduras. La gente salía jubilosa a saludarlo y a gritar: ¡Fuera JOH! Este sábado 27 de enero, una marcha intentó llegar al Estadio Nacional para impedir la toma de posesión de JOH ―Es posible que hubiera más militares y policías custodiando que gente en el estadio. No estuvo presente ningún presidente de otro país―. La manifestación fue detenida por un bombardeo intensivo de gas lacrimógeno. La gente se reagrupó en el centro de Tegucigalpa para hacer una manifestación y se dieron intensos enfrentamientos en distintos puntos de la ciudad. La población de San Pedro Sula se auto convocó a una manifestación por la tarde con asistencia de pobladores de Choloma y Puerto Cortés.
Apoyo imperialista al gobierno de JOH
¿Por qué a pesar de tener un movimiento tan fuerte fue impuesto JOH? Es necesario recapitular lo ocurrido en las últimas semanas. Un punto de inflexión fue el reconocimiento del gobierno de Trump. La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, emitió un comunicado el 22 de diciembre que dice: “Felicitamos al presidente Juan Orlando Hernández por su victoria en las elecciones presidenciales del 26 de noviembre, según lo declarado por el Tribunal Supremo Electoral de Honduras (TSE)”.
El citado comunicado de Heather Nauert llama a que los hondureños se abstengan de la violencia y a que el Estado ―que ha asesinado a decenas de compañeros en dos meses― respete a los manifestantes pacíficos. ¿Si tomas una carretera eres violento y es justificable que te disparen? Los llamados que el gobierno de EEUU hace a revisar los derechos humanos o cualquier irregularidad en las elecciones son mera hipocresía. El gobierno de EE.UU. ha apoyado material y técnicamente a las fuerzas armadas represoras. Parecería que cierra los ojos frente al escandaloso fraude pero lo apoya abiertamente.
La única forma en que el imperialismo podía reconocer el triunfo de Nasralla era bajo el miedo de perderlo todo. El pueblo trabajador no necesita el reconocimiento de los capitalistas. El imperialismo tiene un enorme poder pero la historia nos ha dicho que los trabajadores organizados son capaces de decidir su destino.
¿Cómo se sacó a la dinastía de Somoza del poder en Nicaragua en 1979? Con una insurrección obrera y campesina acompañada de una huelga general. El odiado dictador salvadoreño, Maximiliano Hernández Martínez, verdugo de la revolución de 1932, también fue echado del poder por la huelga general insurreccional en mayo de 1944. Este movimiento animó a los trabajadores de la región y en Guatemala también vimos una huelga general. Al aferrarse Jorge Ubico al poder los obreros y estudiantes formaron milicias populares, con las armas empuñadas por las masas se le echó del gobierno. En estos casos no solo se sacó a un dictador, se dieron importantes transformaciones sociales. Se debe aprender de la historia revolucionaria de Centroamérica.
Titubeos y debilidad de la dirección
En toda la lucha post electoral, Salvador Nasralla, el candidato a presidente de la oposición, ha mostrado permanentemente titubeos y vacilaciones. Firmó una carta de la OCDE donde se comprometía a aceptar los resultados del TSE, cuando se dio cuenta que era una trampa se desdijo de ese documento; cuando la lucha estaba en su clímax fue a Washington buscando el reconocimiento de su triunfo, de nada sirvió, el gobierno de Trump pronto reconoció a JOH como ganador de las elecciones. Fue entonces que Nasralla dijo que se retiraba de la política, incluso señaló que su causa estaba perdida. La enorme presión desde abajo le ha impedido retirase a la vida privada. Esa actitud es lo opuesto que hemos visto del pueblo que no le ha importado sacrificar hasta su vida buscando cambiar profundamente la sociedad, pero esos titubeos sin duda que tienen un efecto inhibidor del movimiento al restar confianza.
El movimiento de masas llegó a alcanzar un carácter insurreccional a nivel nacional y fracturó a las fuerzas represivas estatales. La última decisión estaba en las calles. Era completamente posible derrocar al régimen golpista pero para ello había que ir a la ofensiva. El tiempo estaba en contra del movimiento. La lucha de masas no puede mantenerse en ebullición permanentemente. Si no se tiene conquistas tangibles, tarde o temprano la lucha de masas descenderá. Los capitalistas pueden esperar a que las masas se cansen para retomar el control. Por eso señalamos la necesidad de avanzar en acciones como una real huelga general, la toma de edificios gubernamentales acompañados del establecimiento de asambleas populares y la elección en las mismas de representantes que coordinaran la lucha regional y nacionalmente. Las masas han dado todo pero los dirigentes de Libre y los sindicatos no han sabido canalizar este potencial. Un partido auténticamente revolucionario es como un pistón que puede concentrar toda la fuerza del vapor en un punto, pero sin el pistón el vapor tenderá a disiparse.
Flujos y reflujos
Durante el periodo navideño en fiestas populares, familiares y barriales y en la final del partido de futbol nacional se escucharon canciones y gritos por la salida de JOH. Al iniciar el año, JOH hizo un llamado a un dialogo nacional, esto era una clara trampa para avanzar en su imposición. La Alianza contra la dictadura rechazó un dialogo directo con el dictador, pidió hacer justicia por los asesinados en estas protestas y la liberación de 100 presos políticos; llamó a conformar un bloque opositor ―algo correcto pero que en la práctica ha sido una alianza cupular y se ha traducido simplemente en un bloque parlamentario― y convocó a iniciar movilizaciones desde el 6 de enero y a un paro nacional del 20 al 27 de ese mes.
El 6 de enero hubo una marcha en San Pedro Sula. El día 12 hubo una enorme manifestación con acciones en varias partes del país y una gran participación en Tegucigalpa. Esto reflejaba que seguía existiendo una fuerza importante para continuar la lucha pero también fue claramente menor a las de diciembre, lo cual era una señal de alarma que reflejaba cansancio. En una clara búsqueda de replegar la lucha, el Estado ha actuado con mano dura. Incluso Mel Zelaya recibió gases lacrimógenos por parte de la policía, el diputado Jari Dixon fue golpeado y agredidos reporteros.
De cara a la instauración del congreso se adelantaron las protestas planeadas, el 16 de enero hubo manifestaciones simultaneas en muy diversas partes del país. Ese día otro compañero fue asesinado por la represión estatal. En vez de luchar contra la instauración del parlamento, Libre orientó la batalla a ganar su junta directiva. En los días previos se buscaron alianzas con los partidos opositores, principalmente con el Partido Liberal. El fraude operó más claramente en las diputaciones y alcaldías y la correlación en esta instancia burguesa es claramente a favor del oficialismo. El Partido Nacional (PN) se quedó con 61 diputados y la Alianza de la Oposición con 35 (Libre con 30, 4 de PINU y solo 1 del Partido Anti Corrupción de Nasralla). El Partido Liberal, con 30 parlamentarios, votó junto a la Alianza. El PN, aliado a otros pequeños partidos, obtuvo 67 votos y con eso se apoderó de la Junta Directiva del parlamento presidida nuevamente por Mauricio Oliva, fiel representante del régimen golpista.
La Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH) denunció que hay una red de corrupción entre los diputados en el que está involucrado Mauricio Oliva. Esta denuncia fue aplaudida por Luis Almagro de la OEA, quien cuando es conveniente denuncia a la dictadura pero no hace nada serio para evitar que se imponga. Además de esta denuncia de corrupción la agencia de noticias AP ha exhibido al jefe de policía, José Aguilar Moran, vinculándolo con el narcotráfico, diciendo que en 2003 ayudó al traslado de 780 kilogramos de cocaína. Ese es el nuevo gobierno de la dictadura.
Polarización
Las causas de esta lucha revolucionaria en Honduras no se han solucionado, por el contrario, se agravarán. El capitalismo mundial ha mostrado su inviabilidad, no han logrado salir completamente de la gran crisis de 2008 cuando se amenaza con nuevas recesiones. Honduras, además, tiene un capitalismo inviable y dependiente. La burguesía, local e imperialista, es incapaz de solucionar las contradicciones del sistema y los problemas de las masas, por el contrario las agrava. El régimen de JOH no tiene una sólida base social y pende de un hilo. Se sostiene solo gracias a la represión, al apoyo de los imperialistas y la debilidad de la dirección de los trabajadores. Pero si el movimiento no es capaz de tumbarlo este régimen puede recuperase. Frente a la imposición pueden desarrollarse elementos de resignación entre las masas.
Donald Trump es conocido por sus discursos xenofóbicos y políticas de carácter proteccionista que se reflejan en acciones salvajes contra los migrantes latinoamericanos. Eliminó de golpe la protección legal que cientos de miles de migrantes centroamericanos y haitianos tenían, para el caso de Honduras le extendió una vez más dicha protección generando incertidumbre sobre el futuro. Juan Orlando Hernández necesita del apoyo de los imperialistas y será fiel a sus amos, por eso Honduras apoya las locas políticas de Trump contra los palestinos en Israel. Juan Orlando Hernández es una especie de perro fiel de Trump, pero debe tener cuidado que este amo desquiciado puede en cualquier momento dar una patada a su despresiable mascota.
El régimen corrupto de JOH y la clase capitalista que representa, quieren el poder para seguir exprimiendo más a las familias trabajadoras del campo y la ciudad. Los trabajadores ya no soportan vivir como hasta ahora. La situación es inestable, cualquier accidente puede levantar otra tormenta. No soportarán 4 años más del gobierno de JOH. Es necesario prepararnos para las futuras batallas. La gran burguesía actuará más allá de la bota militar. Buscarán, de alguna u otra forma, desarticular y desactivar la organización y lucha de las masas.
Lenin, que sabía sobre revoluciones, dijo que los pecados del reformismo se pagan con ultraizquierdismo. Hay sectores del movimiento que siguen dando la lucha sin claudicar, siendo el ejemplo a seguir. Existe el peligro, de que sectores más consientes vayan demasiado lejos y terminen separándose del resto de las masas. También ante las limitantes de los dirigentes algunos compañeros pueden optar por otros caminos, impulsando acciones heroicas pero individuales que a nada bueno llevarán. La fuerza está en el movimiento de masas, eso es lo que ha hecho tambalear al régimen. La tarea fundamental es la organización de la clase obrera, los campesinos, estudiantes y el resto del pueblo. Para ello los sectores más activos y consientes deben articularse bajo una estrategia y programa revolucionario, que solo el marxismo puede dotar. Es necesario construir una organización de cuadros marxistas que rescaten la experiencia histórica del movimiento obrero y convierta las ideas de Marx, Engels, Lenin y Trotsky en una fuerza material. Eso es lo que buscamos construir como Corriente Marxista Internacional en Honduras e internacionalmente.
Los trabajadores de Honduras deben transformar su historia
Antes de la revolución de 1979, Nicaragua era el centro de la contrarrevolución centroamericana, desde donde los EE.UU. operaban y combatían la lucha de obreros y campesinos en la región. Una revolución acabó de tajo con esa dictadura y toda la enorme fuerza del imperialismo no pudo detener a las masas en acción. Los imperialistas tuvieron que resignarse a ver como su régimen títere era barrido por los trabajadores.
Honduras se convirtió en el centro de la contrarrevolución desde la década de los 80. Aunque hubo luchas importantes de los trabajadores estas fueron aplastadas. En esa década decisiva de la historia centroamericana, Honduras fue a la zaga mientras que en la mencionada Nicaragua se abrió un proceso revolucionario con todo el potencial de acabar con el capitalismo, en Guatemala se intensificaba la guerra civil y en El Salvador se dio un movimiento de masas revolucionario y una guerra civil.
La biblia dice que los últimos serán los primeros. Si echamos la vista atrás, en estos últimos 10 o 20 años, veremos luchas de masas de gran importancia. En El Salvador fue echado ARENA del poder y se formaron los primeros gobiernos de izquierda en su historia, aunque el programa reformista del FMLN ha mostrado sus limitaciones. Costa Rica, que había conseguido en el pasado gran estabilidad, contaba con estado de bienestar donde los trabajadores gozaban de logros sociales, hoy salvajemente los capitalistas los están eliminando. Las masas buscan defenderse. En Guatemala se dieron movilizaciones que echaron afuera a Otto Pérez, aquí se mostró que no es suficiente echar a un régimen podrido. En septiembre pasado vimos una huelga general contra Jimmy Morales y los diputados corruptos. Sin embargo, donde la lucha ha sido más intensa es justamente en Honduras, eso no es casualidad, es reflejo de que aquí las contradicciones de forma más intensa se han acumulado. Honduras tiene el potencial de jugar el papel que Nicaragua tuvo en el pasado, pero para ello debe conseguir triunfos revolucionarios que son completamente alcanzables con métodos revolucionarios.
Aun se siente el olor del gas que han hecho respirar al pueblo; aun chorrea la sangre de obreros, campesinos y estudiantes, es decir del pueblo asesinado en las protestas. Esto no se olvida fácilmente. JOH se impuso con un burdo fraude y está desacreditado. La constitución Hondureña, en su artículo 3° da el derecho al pueblo a actuar contra la dictadura.
“Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador ni a quienes asuman funciones o empleos públicos por la fuerza de las armas o usando medios o procedimientos que quebranten o desconozcan lo que esta Constitución y las leyes establecen. Los actos verificados por tales autoridades son nulos. El pueblo tiene derecho a recurrir a la insurrección en defensa del orden constitucional”.
Esta lucha ha sido una enorme escuela. Es necesario unificar a los sectores más conscientes de la clase obrera y la juventud en una izquierda marxista, vinculada firmemente a la lucha revolucionaria del pueblo que defienda una táctica, estrategia y programa auténticamente socialista para acabar con este Estado fraudulento y corrupto, y su podrido sistema capitalista. Con la imposición de JOH la perspectiva no es de calma, sino de guerra de clases. Debemos prepararnos para las futuras batallas.
Escrito por: Carlos Márquez, Corriente Marxista Internacional
Salvador Nasralla, el candidato de la oposición, viajó a Washington para reunirse este lunes 18 de diciembre con representantes de la OEA, del departamento de Estados Americanos y organismos de Derechos Humanos, para buscar una salida al conflicto post electoral en Honduras. En otra burda maniobra, el Tribunal Superior Electoral (TSE), en la tarde del domingo 17 de diciembre, declaró ganador al derechista Juan Orlando Hernández (JOH) del Partido Nacional y actual presidente. A todas luces ésta es una elección fraudulenta. La Alianza contra la dictadura ha llamado a movilizarse de inmediato en todas las plazas públicas del país (una acción que quedó rebasada por los acontecimientos), en la noche de este domingo se tomaron carreteras con fogatas encendidas, se pusieron barricadas y se prendió fuego a instalaciones bancarias y judiciales. Manuel Zelaya, coordinador de la Alianza Contra la Dictadura, llamó a Nasralla a regresar de Washington pues allá no se va a resolver nada. Es el pueblo el que va a decidir en las calles quien es el real ganador de las elecciones, dijo. Frente a la nueva contundente acción, Luis Almargo, secretario general de la OEA ha propuesto que se realicen nuevas elecciones como salida al conflicto en un claro intento de desactivar la lucha de los trabajadores. Nasralla dice que puede ganar nuevamente la elección pero JOH se niega a repetirla.
El TSE es un instrumento al servicio de JOH con una blanda oposición interna. Ellos declararon que JOH ganó con una diferencia de 50,446 votos (1.53%) supuestamente, obteniendo 1 millón 410 mil 888 votos (42.95%) frente a 1 millón 360 mil 442 votos (41.42%) de Salvador Nasralla. El conteo parece como si un corredor claramente rezagado, diera un tremendo sprint y ganara de último momento por una nariz. Pero un conteo electoral no se puede comportar de esa forma. La oposición ha denunciado la inexplicable caída del sistema cuando faltaban contabilizar poco más de 5 mil sabanas electorales de las 18 mil 129 mesas escrutadas. Al restablecerse el sistema de manera repentina ya daba ganador a JOH. La Alianza ha denunciado que muchas actas han sido manipuladas y cambiadas.
Después de las elecciones del 26 de noviembre, Honduras ha vivido un movimiento insurreccional del pueblo que se opone al fraude. El Estado ha respondido con represión (ya son 22 muertos en las protestas, incluyendo 3 menores de edad) y estableció un toque de queda que el pueblo desafió saliendo a las calles en las colonias populares y pueblos del país. El 3 de diciembre se realizó una de las manifestaciones más grandes de la historia de Honduras. Ha sido tal la determinación, que la policía se dividió. Todo ese esfuerzo y sacrificio se pueden venir abajo con la declaración del TSE. Estos son momentos decisivos, los trabajadores del campo y la ciudad comprendieron que sin su acción decisiva se impondrá a JOH y la pesadilla continuará.
¿Por qué no ha triunfado el movimiento?
Cabe preguntarnos ¿Por qué un movimiento tan contundente no ha podido triunfar hasta ahora? La respuesta está, en que no se ha tenido la suficiente organización y adecuada dirección para hacer avanzar en acciones más determinantes. La Alianza se encajonó en la lucha legal y se perdieron momentos decisivos, provocando un retroceso en la lucha. El paro nacional del 11 de diciembre fue un síntoma de debilidad, mostró, lo cual puede ser normal, cierto cansancio temporal. Muchas personas no pudieron participar en estas acciones debido a que tenían que ir a laborar, ya que en sus centros de trabajo no se estaban organizando acciones de protesta.
En todo este tiempo, el régimen ha realizado una campaña mediática, para tratar de manipular o desviar la atención de la gente. Por ejemplo, la Misión de Apoyo Contra la Corrupción e Impunidad (MACCIH) de la OEA, sacaron a la luz casos de corrupción de diputados. También se dio la noticia de un accidente aéreo, donde presuntamente murió un grupo de hondureños incluyendo la hermana de JOH. Nadie ha visto fotos de la difunta y la voz popular dice que es una mentira. También se ha dado una campaña para criminalizar a los dirigentes locales, por un lado, provocando con infiltrados, acciones de sabotaje y acusando a dirigentes locales para generar temor, buscando su repliegue.
Correctamente se trató de reorganizar una siguiente acción, convocando a un nuevo paro el 15 de diciembre, el resultado fue mejor, pero no del todo satisfactorio. Las tomas de calles fueron anunciadas de antemano y la policía se movilizó previamente para impedirlos y también reprimió las tomas, disolviendo varias de ellas. Al no ser acciones tan masivas, la represión se facilitó, al menos dos compañeros fueron asesinados por la policía. Pese a todo ello se establecieron cerca de 100 tomas carreteras ese día, aunque nada comparable con los momentos álgidos de lucha. Fue después de esas muestras de debilidad que el TSE se animó a declarar ganador a JOH. El reflujo temporal no significaba una derrota, la gente estaba a la expectativa y atenta para actuar en alguna acción que realmente valiera la pena.
El pueblo trabajador de Honduras tiene la experiencia reciente de la lucha contra el golpe militar en 2009. Ahí se formó el Frente Nacional de Resistencia Popular. Un error fue dejar de lado, en la vía de los hechos, a esta organización a favor de la creación de Libre. Este partido se formó por la base del FNRP pero integrando a elementos burocráticos y burgueses del Partido Liberal. Se priorizó la lucha electoral, dejando en segundo término la lucha popular. De tal forma, que ahora que el movimiento requiere realizar acciones más contundentes, no existe la organización suficiente para hacerlo.
Nuevos sectores se sumaron a la denuncia y lucha contra la imposición de JOH como Convergencia Contra el Continuismo, realizando una conferencia de prensa conjunta con miembros de la Alianza contra el fraude. En ella asistieron el reconocido líder sindical Carlos H. Reyes y Berta Oliva, fundadora de Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH).
Sin embargo la entrada del movimiento obrero organizado es una limitante en esta lucha, aunque H. Reyes se pronuncia contra el golpe no vemos pronunciamientos ni acciones contundentes del movimiento sindical. El movimiento obrero organizado debe poner su huella en la lucha primeramente enarbolando la defensa de un claro programa de clase a favor de los trabajadores y en segundo término con sus métodos de lucha: formación de asambleas donde la base pueda opinar y realizar acciones como huelgas que permitan a los trabajadores de los sindicatos poder dejar de laborar para salir a luchar, además de que paralizando a la producción golpeamos realmente a la clase capitalista que soporta al Partido Nacional y a JOH.
El movimiento es muy profundo e inspirador, pero a mediano plazo si no logra organizarse, tenderá a dispersarse abriendo el camino a una derrota de la lucha. En 2009 se estableció una asamblea Popular Nacional en la lucha contra el Golpe de Estado. De igual forma hoy se deben establecer asambleas populares en cada centro de trabajo y estudio, barrió y pueblo, que elijan representantes y se conforme con ellos una nueva asamblea nacional, que dirija el movimiento en las calles y organice un plan nacional de lucha.
La OEA y la UE
Los dirigentes de la Alianza han declarado que les han intentado dividir, pero la unidad se mantiene firme. Sin embargo, se notan diferencias entre Nasralla y Mel Zelaya, el primero ha declarado públicamente que confía en la OEA y la Unión Europea, mientras el segundo hace declaraciones más duras contra el imperialismo. Pero Mel Zelaya ha dicho públicamente a los imperialistas, que él no gobernará, sino que lo hará Nasralla, que si él es el problema se hará a un lado.
La preocupación principal de la UE y la OEA es, que el movimiento de las masas no se desborde y su llamado permanente es a la calma. Poco después de que el TSE declaró ganador a JOH, José Antonio de Gabriel, observador de la Unión Europea en Honduras, dio una conferencia de prensa que a todas luces era un respaldo de este grupo de observadores de lo que dijo el TSE. Después del nuevo levantamiento popular, Marisa dos Santos Matías, eurodiputada del Bloque de Izquierda de Portugal y jefa del grupo de observadores de la UE desmintió que se reconociera el triunfo de JOH y se abalara el proceso.
Los observadores de la OEA sacaron un tibio informe de las elecciones pero: “considera que ha observado un proceso de baja calidad electoral y por ende no puede afirmar que las dudas sobre el mismo estén hoy esclarecidas” (http://www.oas.org/fpdb/press/Segundo-Informe-Preliminar-MOE-Honduras-18dic-FINAL.pdf).
La Secretaría General de la OEA sacó una declaración en la que llama al dialogo sin sectarismos, al respeto al Estado de derecho y a la paz. Pero donde debe reconocer que:
“Intrusiones humanas deliberadas en el sistema informático, eliminación intencional de rastros digitales, imposibilidad de conocer el número de oportunidades en que el sistema fue vulnerado, valijas de votos abiertas o sin actas, improbabilidad estadística extrema respecto a los niveles de participación dentro del mismo departamento, papeletas de voto en estado de reciente impresión e irregularidades adicionales, sumadas a la estrecha diferencia de votos entre los dos candidatos más votados, hacen imposible determinar con la necesaria certeza al ganador”.
A esto se le llama fraude pero la OEA se niega a usar esas palabras. Más adelante dice:
“Por todo lo explicado, y ante la imposibilidad de determinar un ganador, el único camino posible para que el vencedor sea el pueblo de Honduras es un nuevo llamado a elecciones generales, dentro del marco del más estricto respeto al Estado de Derecho, con las garantías de un TSE que goce de la capacidad técnica y de la confianza de la ciudadanía y los partidos políticos.” (www.oas.org/es/centro_noticias/comunicado_prensa.asp?sCodigo=C-092/17).
El llamado a una nueva elección busca encontrar una salida que implique desactivar el movimiento revolucionario de las masas. Correctamente los dirigentes de Libre, llaman a la gente a mantener la protesta social. Zelaya, aunque hace sus críticas, ha dado a Nasralla la decisión sobre aceptar o no esta propuesta a nuevas elecciones. Nasralla, después de su reunión con la OEA, ha aceptado la propuesta de la OEA de convocar a nuevas elecciones.
Intromisión imperialista
Heide Fulton, encargada de Negocios de la Embajada de EEUU en Honduras, ha tuiteado algunas declaraciones que el pueblo ha entendido como injerencia. El 3 d diciembre, en un claro intento de avalar el proceso, dijo: “Felicito al pueblo hondureño por las manifestaciones pacíficas de hoy, y al @TSEHonduras por un proceso ordenado ahora en curso”. “Como la OEA indicó, la participación amplia de la sociedad civil durante el escrutinio ayuda a asegurar que este proceso democrático permanezca en las manos del pueblo”. Mientras Fulton decía esto, Mel Zelaya decía a los manifestantes que eran los sectores más de derecha del imperialismo quienes impedían el triunfo de Nasralla.
El 10 de diciembre, bajo el pretexto del día internacional de los derechos humanos, Fulton sacó una declaración que dice:
“En Honduras, aplaudimos los pasos dados para fortalecer el Sistema Nacional de Protección para Defensores de Derechos Humanos, Periodistas, Comunicadores Sociales y Operadores de Justicia en el último año. Alentamos a las administraciones hondureñas actuales y futuras a continuar fortaleciendo los esfuerzos del Mecanismo de Protección para proteger a estas valientes personas cuando son amenazadas, y para investigar y llevar ante la justicia a los responsables de cualquier ataque en su contra.”
“Valoramos el compromiso de las autoridades hondureñas de investigar las denuncias de violaciones de derechos humanos relacionadas con el período postelectoral e instamos a que todas esas investigaciones sean oportunas, exhaustivas y transparentes.”
“También reiteramos nuestro llamado a todos los involucrados en el proceso electoral a apoyar una determinación transparente, imparcial, oportuna y pacífica del resultado de la elección, consistente con la ley hondureña, de una manera que maximice la participación ciudadana y represente la voluntad del pueblo hondureño expresada en las elecciones del 26 de noviembre”.
En la lujosa oficina de Fulton, no entra el gas lacrimógeno, ni las balas que han asesinado a decenas de hondureños en la violenta represión del gobierno de JOH. Los imperialistas lloran lágrimas de cocodrilo, pero no han dudado en apoyar a los gobiernos oligarcas y golpistas. Un ex coronel de JOH ha declarado que este gobierno, con el apoyo de los EEUU, han creado escuadrones de la muerte en este país, dijo:
“(La embajada de EE.UU.) no sólo suministraban armas a los escuadrones de la muerte, también pagaban las casas que servían como casa de seguridad, donde llevaban a las personas y torturaban y ejecutaban y todo esto pagado por la embajada norteamericana” (hispantv.com/noticias/honduras/362586/hernandez-eeuu-nasralla-fraude-elecciones-protesta).
La oligarquía hondureña tiene una larga tradición reaccionaria de colaboración con los EEUU. Honduras se volvió el centro de la contrarrevolución en Centroamérica, después de la caída de Somoza en Nicaragua. Cuando Micheletti dio el golpe de Estado, el estadio nacional se convirtió en centro de tortura contra el pueblo y se asesinaron más de 200 personas bajo el apoyo y silencio cómplice del imperialismo.
En la noche del 17 Dic, Mel Zelaya dijo en la conferencia de prensa, que recibía constantemente amenazas de muerte pero que uno podía dar su vida a favor de la casusa de trasformar la sociedad en Honduras. Instó a la gente a desafiar la represión y a tomar las calles.
El nuevo levantamiento popular
Manuel Zelaya llamó a tomar las calles desde esa noche del 17 y las plazas públicas para este lunes 18. Durante la noche, a lo largo y ancho del país se establecieron tomas de carreteras y barricadas, se quemaron oficinas bancarias y judiciales. Este lunes Honduras amaneció con sus principales carreteras tomadas. La policía ha atacado pero enfrentándose, ahora sí, a una dura resistencia.
Un ejemplo de la brutalidad represiva la vemos en la Salida Danli. La gente realizaba la toma de manera pacífica. Un enorme pelotón de la policía militar llegó y comenzó a disparar cientos de bombas de gases contra la población indefensa. No solo arremetieron contra los manifestantes, atacaron a gente que caminaba por el lugar e incluso a las casas. Lanzaron cientos de bombas y dos de ellas entraron al interior de una casa pobre, con una puerta hecha de palos de madera y muros de lámina. Ahí se encontraba una familia pobre con niños. Una adulta mayor y un bebé recién nacido fueron fuertemente afectados por el gas lacrimógeno y trasladados a un hospital.
En San Pedro Sula, un joven manifestante cayó muerto al ser herido en un pulmón. En esa ciudad se ha denunciado que policías privados de una empresa, dispararon contra manifestantes pacíficos. La gran parte de los asesinados en estas jornadas son jóvenes, que son los más dispuestos y determinados en la lucha.
Toda revolución digna de llamarse así, divide a las fuerzas represivas en líneas de clase. Las masas se enfrentan valientemente a las fuerzas estatales. Hay escenas de guerra civil pero también de gente del pueblo que reclama a los militares por estas acciones e indignadas, les dicen que no les importa perder la vida y que ellos no pueden seguir defendiendo a JOH, cuando viven en la miseria como ellos. Un policía herido fue capturado por la población, le insultaron y reclamaron duramente, pero al que no agredieron y dejaron en libertad.
La policía y el ejército son instrumentos represivos en defensa de los intereses del gran capital, pero en sus bases hay gente que vive en las mismas condiciones de pobreza que el resto de obreros y campesinos y sus familiares muchas veces están en las calles luchando. Los Cobras y otras corporaciones se negaron en días pasados a reprimir, en esta nueva jornada de lucha, distintos mandos policiacos han renunciado a sus corporaciones. Los policías rasos, estando en la calle, se contagian del ambiente revolucionario del pueblo. El movimiento debe organizar comités de autodefensa, a la vez que agita en las bases de las fuerzas armadas para dividirlas. Mel Zelaya hizo un llamado a las fuerzas armadas a ponerse bajo las órdenes del nuevo presidente. Los soldados y policías que se niegan a reprimir, deben formar comités en sus batallones, en asambleas destituir a los mandos represores y sustituirlos por elementos bajo control de la base, se debe aislar a los elementos más reaccionarios de la policía que continúan reprimiendo al pueblo y voltear las armas contra los explotadores y su representante Juan Orlando Hernández.
¿Qué sigue?
El movimiento popular hondureño es inspirador pero debe generar elementos de organización popular. El partido Libre será impactado desde su base y podría girar a la izquierda por presión de su base. Se requiere que en cada barrio, pueblo, centro de trabajo y centro de estudio se creen comités de lucha y asambleas generales que elijan representantes que coordinen la lucha regional y nacionalmente. No olvidemos la experiencia de 2009 y del FNRP. En las siguientes etapas, donde no siempre el movimiento tendrá el auge de hoy, se debe organizar de mejor forma las acciones para que no ocurra lo de los paros del 11 y 15 de diciembre.
Desde las bases se debe dejar en claro los intereses del pueblo trabajador. Se debe enarbolar un programa para que aumenten los salarios, haya pleno empleo, se invierta en la salud y educación publica, exista universidad para todo joven, etc. Para ello hay que acabar con los privilegios de los políticos y capitalistas corruptos. Se deben expropiar sus bienes, obtenidos por la vía del robo y la explotación hacia el pueblo, poniéndolos a funcionar con la economía bajo control democrático de los trabajadores. Para ello debe formarse desde las bases del Libre y del pueblo un fuerte polo de los trabajadores organizado.
El principal protagonista de esta lucha es el pueblo y si se triunfa, será gracias a él y solo a él. JOH se debe ir ya, sin esperar a otras elecciones. Se debe cambiar el régimen y a la sociedad desde la raíz. Nasralla está en Washington, mientras el pueblo está dando una batalla heroica, él ha cedido a que se hagan otras elecciones. Esta propuesta de la OEA fue su respuesta frente al nuevo levantamiento insurreccional del pueblo. La burguesía puede sacrificar a JOH y poner maquillaje al Estado, pero quieren mantener al sistema capitalista intacto. Por eso su llamado a la calma y a respetar la institucionalidad burguesa, por eso el llamado a nuevas elecciones busca que la gente regrese a sus casas. La decisión de aceptar o no una nueva elección, no debe decidirla individualmente Nasralla, se debería convocar a una asamblea con representantes de la base de los partidos de la Alianza y sectores en lucha para tomar o rechazar esta determinación y decidir un plan nacional de lucha.
El pueblo lo que quiere es que salga JOH pero también una vida digna. Desde las cúpulas Nasralla y la dirección de Libre van a ser presionados. Podrían llegar a acuerdos en que se desconozca a JOH, a cambio de atar las manos al nuevo gobierno. Nasralla será presionado por arriba, es deber de los trabajadores que le han votado, impedir que ceda y que aplique un programa a favor de obreros y campesinos.
El régimen de JOH no quiere ceder el poder. Quieren proteger sus privilegios y saben de sus crímenes cometidos que el pueblo exigirá sean pagados. El secretario de gobierno, Ebal Díaz, dijo en su twiter:
“Sr. @Almagro_OEA2015 ud ha violado los procedimientos de OEA y MOE, fomentando más violencia. Ud ha sido (sic) irresponsible, permitiendo a un funcionario de su equipo confabularse con @SalvadorAlianza en intentar robar la elección”.
El imperialismo estadounidense y la OEA, en un caso hipotético de que quieran sacrificar a JOH buscando salvar al sistema, presionarán y no le darán reconocimiento internacional. Pero eso solo ocurrirá bajo el miedo de perderlo todo.
El movimiento de masas ha realizado maravillas y mostrado su determinación y tiene todo el potencial de avanzar y desarrollarse. Para ello se debe fortalecer el movimiento popular basado en las asambleas desde la base. Son inspiradoras las acciones de tomas carreteras y la defensa del pueblo frente a la agresión policiaca, pero no se puede simplemente resistir pues el desgaste y el reflujo inevitablemente vendrá. ¿Cómo se puede avanzar? Nosotros creemos que además de paralizar los caminos, hay que paralizar la economía con la huelga general. En los lugares donde el movimiento tenga la suficiente fuerza se deben tomar los palacios municipales y administrarlos por comités electos en asambleas populares.
Son horas y días decisivos para la historia de Honduras y de América, porque esta batalla impactará a otros países de la región. La clase obrera, el campesinado y los jóvenes en lucha sólo pueden confiar en sus propias fuerzas y en nadie más. La burguesía le teme al pueblo hondureño, porque les ha perdido el miedo, porque no quiere conformarse con migajas y se debe obtener, de una vez por todas, la vida digna que los catrachos se merecen.
Escrito por: Fabio Aguilar, Corriente Marxista Internacional
El día de ayer, domingo 17 de diciembre, el Tribunal Supremo Electoral dio el resultado oficial de las elecciones presidenciales del pasado 26 de noviembre en Honduras, el cual dictaba como presidente reelecto al candidato del partido Nacional: Juan Orlando Hernández (JOH). La lucha de las masas en las calles del país desde que se realizaron las elecciones ha sido masiva y combativa, la gente ha montado barricadas, tomado carreteras, se ha movilizado de manera decidida como el pasado 3 de diciembre, exigiendo un resultado justo que beneficie a Salvador Nasralla y a las fuerzas progresistas de la política hondureña, exigencia que se expresa en la consigna generalizada, incluso a nivel internacional: ¡Fuera JOH!
Pero los oligarcas de Honduras, apoyados por el imperialismo norteamericano, y expresados de manera caricaturesca en la figura de Juan Orlando Hernández representan un sistema capitalista decadente, que para defenderse y seguir reproduciendo ha creado en Honduras, como en los demás países, un aparato político tramposo para salvaguardar los intereses de la burguesía, sistema que no permite siquiera la menor concesión democrática para el pueblo hondureño, por consiguiente, todo derecho democrático, es decir en este caso la defensa de los verdaderos resultados de las elecciones, que en primer momento daban ganador a Nasralla, debe ser arrebatado de la burguesía por los hondureños con la lucha de calles.
En los últimos días, una serie de acontecimientos han ocurrido, creando un clima de convulsión social muy agudo, en el que el papel dirigente de la izquierda hondureña ha sido muy tímido, contando con grandes fuerzas. El amotinamiento de las unidades COBRAS, y de otros elementos de la policía hondureña, junto a su negativa de reprimir las manifestaciones del pueblo, de la mano con las constantes movilizaciones, tomas de calle, enfrentamientos en las barricadas con la Policía Militar, el aguerrido convencimiento de la gente para salir a defender los resultados electorales, incluso con su vida, por un cambio tan necesitado en el gobierno hondureño, han poblado el escenario de la lucha de clases en Honduras en las últimas tres semanas. Mientras tanto, muchos dirigentes de alto mando de las filas de la Alianza de la Oposición, negociaban con el Tribunal Supremo Electoral, un conteo justo de los votos y la verificación de actas no firmadas que habían sido incluidas en el conteo, que como “resultado preliminar” le daba una ventaja considerable a JOH sobre Nasralla.
Esta presión por recontar los votos era una necesidad inmediata que las masas aclamaban, pero Libre y la Alianza deben tener claro que las instancias burguesas del Estado capitalista ―la democracia burguesa―, no resolverán a su favor, nunca lo han hecho, y Zelaya más que nadie lo sabe, pues el imperialismo estadounidense utilizó esas instancias en un inicio, y luego se sobrepuso militarmente sobre estas para darle golpe de Estado en el 2009. La solución la ha tenido el pueblo hondureño en sus manos en las últimas semanas, la lucha de calles lo define todo, el gane de Nasralla ha legitimado las fuerzas del pueblo, algo que no ha sabido aprovechar la dirección en los momentos álgidos de lucha.
El imperialismo estadounidense, por medio de instancias como la OEA, creo todo un plan paras engañar y presionar a la Alianza de la Oposición, y específicamente a Nasralla de romper relaciones con Libre y con Zelaya, pues “estos agitan por un socialismo democrático”, le concedió una negociación a Nasralla con la OEA en Washington. Mientras Nasralla viajaba a EEUU, los resultados que imponía a JOH y toda la violación hacia los derechos humanos que representa fueron emitidos.
Al imperialismo yanqui no le conviene que fuerzas progresistas tomen el poder en Honduras, el cual es un bastión suyo político y militar en Centroamérica, y ha hecho todo lo posible porque esto no suceda. En la noche de ayer y el día de se ha agudizado la protesta pero también la represión al pueblo con el objetivo de mantener a JOH en el poder y hasta ahora lo está logrando, el pueblo hondureño organizado y no organizado no debe permitir esto.
Zelaya ha declarado públicamente que la lucha en la calles debe definir quién será el nuevo presidente de Honduras y está en lo correcto. No obstante, en los día anteriores las masas presentan cierta desmoralización y los que atienden el llamado a movilizarse habían bajado en número, pues después de tantos días en las calles, tanta represión, tantos heridos y algunos cuantos muertos, sin un resultado significativo más que puras y largas negociaciones para el reconteo, las masas se crearon la idea de que “de nada servirá seguir luchando si todo se resolverá como siempre”. Esta desmoralización y falta a las convocatorias centrales bien organizadas, es la explicación de por qué el pasado lunes 11 y viernes 15 de diciembre, el llamado a paro nacional no fue atendido como se esperaba, sumado a la filtración de información que llego hasta la Policía Militar sobre los cierres de carreteras y les dio un margen de maniobra más ventajoso para reprimir y dispersar a tiempo todas estas acciones.
Ahora, en estos momentos, en que el imperialismo y la burguesía hondureña han maniobrado y hecho que la democracia que tanto promulgan sea pisoteada para que responda a sus intereses, las masas hondureñas pueden cobrar nuevos ánimos para luchar, y lo han hecho, desde la noche de ayer una serie de tomas de calles, carreteras, barrios, etc., se han llevado a cabo. La chispa de la lucha se vuelve a encender.
La OEA ha declarado y presiona por nuevas elecciones, los dirigentes de la Alianza de Oposición consideran esta propuesta, pero la lucha en las calles ha resurgido, y sería nefasto detenerla con decisiones tibias, cuando recalcamos que la democracia burguesa no favorecerá a la izquierda hondureña.
Ante esto, consideramos pertinente que las bases de Libre y de toda la Alianza de Oposición, así como el conjunto del pueblo, presionen por mantener la unidad en la medida de lo posible, esa unidad que se expresa en todas acciones de calle que se han llevado a cabo en el último periodo. Pero esta unidad, debe transformarse en acciones más decididas y masivas, esto solo es posible con un plan de explicación de amplio y conciso de estrategia y objetivos de la lucha en todas las instancias del pueblo organizado y no organizado. Es decir en las estructuras de Libre y la oposición, pero también en los barrios, centros de trabajo, escuelas, universidades, etc., donde se creen asambleas democráticas que representen el poder popular que yacen en ellas, agitar en estos espacios es tarea de la Oposición, pues solo así reafirmará su papel dirigente de esta lucha.
Dicha discusión nos permitirá reagrupar fuerzas y golpear más fuerte, por ello, debe estar basada en la idea de organizar una Huelga General que derroque a JOH y ponga a Nasralla en el poder, acompañado de un plan de transformación de la política y economía hondureña, que contemple al poder popular como una piedra angular del nuevo régimen, que contemple la garantía de buena salud, trabajo seguro, programas de atención social, educación gratuita, etc., para todo el pueblo trabajador hondureño. Con algunos elementos de la policía y de las fuerzas armadas amotinado es necesario en estos momentos llevarles a los barrios obreros y adonde se encuentra el pueblo en lucha, involucrarles en las asambleas populares para la creación de autodefensas obreras que garanticen la seguridad del pueblo en lucha y representen una ofensiva contra JOH. Los empresarios y funcionarios de Honduras harán muchas maniobras para apaciguar la lucha, pero el pueblo debe confiar solo en sí mismo y avanzar hacia la conquista de sus intereses por los medios que hemos explicado. Solo de esta manera, se lanzará fuera de Honduras a la dictadura golpista y al imperialismo estadounidense, como demanda más sentida, y a su vez, se garantizará una vida digna a los hondureños que tanto lo ameritan.
Si la izquierda llega al poder en Honduras por medio de una lucha audaz, combativa y decidida, imprimiría ánimos tremendos para los países centroamericanos que lucha por su autodeterminación respecto al imperialismo de los EEUU y México que en pocos meses se presenta a un nuevo proceso electoral fraudulento.