Después de más de dos semanas desde que el rey emérito abandonara el país por la puerta de atrás, la crisis de la monarquía había salido de la primera plana hasta el día 17 de agosto, cuando se informó que Juan Carlos se encuentra en Emiratos Árabes Unidos. Antes de esta noticia, el centro de la información era otra vez el enésimo escándalo fabricado para tratar de erosionar a Podemos con la colaboración de la prensa mercenaria y del poder judicial reaccionario.
Por supuesto, a nivel de la calle, el escándalo por la huida del Borbón ha permanecido, aunque de momento no haya dado lugar a movilizaciones significativas aparte de las que han tenido lugar en Madrid y Mallorca, pero hasta el lunes había desaparecido prácticamente de los medios de comunicación. Esto debe atribuirse, por supuesto, a la actitud cortesana de la prensa del régimen pero también, y no en menor medida, a la pasividad y tibieza de los dirigentes de Unidos Podemos (UP).
Los dirigentes de Unidos Podemos insisten en que la “correlación de fuerzas” actual no es propicia para la proclamación de la república, pero lo cierto es que el rechazo a la monarquía y el apoyo a un referéndum sobre la forma de Estado nunca han sido tan grandes desde la Transición, y no solo entre la juventud. El panel de la web Electomanía indica que entre julio y agosto el apoyo a la república se ha disparado en el conjunto del Estado hasta el 55%, siendo mayoritario en Galicia, Asturias, País Vasco, Navarra, Aragón, Cataluña, Baleares, Comunidad Valenciana, Extremadura y Andalucía. El apoyo a la república entre la juventud es de un abrumador 62%. La situación no ha sido tan favorable en décadas; el derecho a decidir sobre la forma del Estado es un clamor popular. Una gran parte de los votantes del PSOE, incluso gente de derechas, estaría a favor de la república.
Sin embargo, cuando sólo se mira al parlamento, la correlación de fuerzas siempre será desfavorable. Es una perspectiva tramposa por parte de Iglesias. Al fin y al cabo, las Cortes es un parlamento burgués, que en última instancia defiende al régimen del 78 como sostén del capitalismo español: por activa y por pasiva, los políticos y burócratas harán todo lo que puedan para defender el statu quo. Por consiguiente, y como ya ha demostrado la historia de nuestro país, la república sólo es posible mediante métodos revolucionarios, con la participación activa de la clase trabajadora. Jamás nos la regalarán. Si los dirigentes de UP fueran honestos en esto, o si lo entendieran correctamente, ahora estarían agitando y movilizando la calle en vez de mostrar una actitud lastimera y de inoperancia, velada por frases elegantes pero totalmente vacías de contenido. El cretinismo parlamentario nunca ha ayudado a la población oprimida a mejorar sus condiciones de vida.
Pablo Iglesias asegura que se necesitan dos tercios de la Cámara para llevar a cabo este procedimiento. Iglesias debería explicar que precisamente el régimen del 78, su Constitución y sus leyes están hechas para perpetuar la monarquía por encima de los deseos del pueblo: los Borbones, y el rey como personificación de la institución, son los bastiones de defensa del capitalismo español. Además, Iglesias deja el legado de la república a los jóvenes. “Yo soy ya demasiado viejo (o estoy demasiado enfangado). Soy republicano pero luchad por la República vosotros”. En efecto, el sentimiento republicano es mayoritario entre la juventud (y está indisolublemente unido a un creciente sentimiento anticapitalista), pero esto, en lugar de ser un argumento para retrasar la perspectiva de la república, debe ser todo lo contrario. La juventud es la capa de la clase trabajadora en la que primero se expresan los cambios de tendencia en la misma, y una movilización consistente basada en ella puede acabar arrastrando al resto, tanto a los batallones pesados de la clase obrera como al resto de capas.
La correlación de fuerzas de clase, un proceso vivo
Uno de los elementos decisivos que emplea la dirección de UP para justificar su sometimiento al régimen, a regañadientes con protestas secundarias, es la cuestión de la correlación de fuerzas. Iglesias ha dicho que “En esta década podría ser perfectamente plausible que se produjese este referéndum, si hubiese otra correlación de fuerzas”.
Detengámonos un momento en esta cuestión. ¿Qué es la correlación de fuerzas? La sociedad capitalista está dividida en clases, fundamentalmente en dos: la burguesía, que posee los medios de producción y controla las palancas fundamentales de la sociedad, y la clase obrera, quien produce y reproduce toda la riqueza que nos rodea. Estas dos clases dependen una de la otra, pero a la vez se enfrentan de manera antagónica para apropiarse de la plusvalía, la riqueza generada por la clase trabajadora por encima de los valores que cubren sus necesidades básicas. La lucha constante entre estas dos clases, y el grado de ventaja o desventaja, de oportunidades para la ofensiva, de victorias o derrotas de una sobre la otra es lo que se llama correlación de fuerzas. Como vemos, esta correlación no es un fenómeno estático; al contrario, es un proceso de constante cambio. En este sentido, no sólo son las clases las que juegan un papel activo en el cambio en la correlación de fuerzas, sino que dentro de estas los partidos y sobretodo sus direcciones juegan un papel crucial. Trotsky, analizando esta cuestión en su artículo “Clase, Partido y Dirección” dice:
“Rechazar estos elementos de sus cálculos, es simplemente ignorar la revolución viva, sustituirla por una abstracción, “la relación de fuerzas”, ya que el desarrollo de las fuerzas no cesa de modificarse rápidamente bajo el impacto de los cambios de la conciencia del proletariado, de tal manera que las capas avanzadas atraen a las más atrasadas, y la clase adquiere confianza en sus propias fuerzas.”
He aquí el meollo de la cuestión. Refugiarse bajo la fórmula de que la correlación de fuerzas no es favorable es, en el caso de Iglesias, una abstracción (además falsa, como ya hemos dicho) para desentenderse de sus responsabilidades como dirigente del partido más grande a la izquierda del PSOE. Si en vez de estas fórmulas vacías, Iglesias y los demás dirigentes de UP se pusieran a la cabeza de forma valiente de la lucha por la república, agitando y organizando en la calle, la situación podría avanzar enormemente en poco tiempo. Sin embargo, esta perspectiva es muy improbable, ya que los dirigentes de UP han virado hacia la derecha de manera peligrosa en el último periodo, apareciendo cada vez más incrustados en el régimen. La fuga de Juan Carlos y la lamentable respuesta de Iglesias y compañía es tan solo el episodio más destacado de este proceso. En pocas palabras, los dirigentes cada vez más prefieren ser “responsables” (mantener sus sillones), antes que enfrentarse decididamente al régimen del 78.
Organizar la lucha en la calle y desde abajo
Nos encontramos en un momento decisivo de la ya larga crisis del régimen del 78. En una década, han saltado todas las costuras de la Transición y han resurgido con fuerza todos los viejos problemas irresueltos del Estado español, en especial la cuestión nacional y la cuestión de la monarquía. La crisis de régimen apareció impulsada por la anterior crisis económica de 2008 y llega irresuelta y profundizada con una crisis económica aún más agravada en 2020. En estas condiciones, con un aumento dramático del paro y la pobreza, con la perspectiva de nuevos recortes en servicios sociales, con todas las estructuras del Estado en el más absoluto descrédito, desde el poder judicial a la Corona, y una extrema derecha cada vez más agresiva y desafiante, envalentonada por la única razón de que las direcciones de la izquierda se han negado hasta ahora a organizar un movimiento de masas en la calle para hacerle frente, la consigna de la república va a ir adquiriendo cada vez más importancia en el proceso de luchas que se abre.
Sin embargo, para poder hacer realidad la república, y como nos ha mostrado claramente la historia de nuestro país, en primer lugar es necesario que se desarrolle un movimiento revolucionario, con la participación activa de la clase obrera organizada. En este sentido, como paso hacia dicho movimiento, es necesario canalizar la rabia, frustración y ganas de cambiar la sociedad mediante la organización decidida de un referéndum sobre la monarquía, con o sin el sello parlamentario.
Por eso, iniciativas como la de Anticapitalistas y otros grupos, apelando a la formación de un frente único con todas las demás fuerzas republicanas del Estado para organizar un referéndum, es un paso adelante. En dicho frente único deberían participar tanto los partidos republicanos como los movimientos sociales y los sindicatos. Este referéndum, como ya venían organizando los compañeros de la Plataforma por el Referéndum sobre monarquía o república, se debería llevar a cabo en cada barrio y puesto de trabajo, impulsando de esta manera la máxima participación posible.
La organización desde abajo de dicho referéndum no solo golpearía duramente a la monarquía y por consiguiente al régimen, sino que también inyectaría a las masas confianza en sus propias fuerzas, además de una experiencia política importante de cara a las grandes batallas sociales que se avecinan. Pero debemos ser claros. La lucha por la república está íntimamente ligada a la lucha por la transformación de la sociedad; una no se puede separar de la otra. Esto es así porque la monarquía borbónica es la encarnación del Estado capitalista, el pivote alrededor del cual gira todo el aparato represivo y judicial para la defensa de los intereses del gran capital, de su propiedad privada y de los privilegios que emanan de esta. De forma concreta: el trabajador republicano no sólo se enfrenta a su empresario por cuestiones económicas, sino que también por acabar con la monarquía que protege los intereses del empresario.
En conclusión, la demanda por la república, en nuestra opinión, debe ir ligada a la demanda por el socialismo, por una sociedad sin clases en donde se produzca para cubrir las necesidades de la mayoría y no para llenar groseramente los bolsillos de unos pocos. Una república que permita a los pueblos del Estado español progresar material y culturalmente, en una federación voluntaria de repúblicas socialistas ibéricas. En este sentido, es esencial desarrollar una corriente marxista en el seno del movimiento obrero que plantee sin tapujos un programa revolucionario para acabar con todas las lacras de este sistema podrido.
*Lucha de Clases es la sección española de la Corriente Marxista Internacional
El 21 de agosto, el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela (TSJ) resolvió deponer la actual dirección de Patria Para Todos (PPT), otorgándole el control legal del partido a una facción minoritaria. Este es otro caso escandaloso de intervención estatal en los asuntos de las organizaciones de izquierda, que solo puede interpretarse como una respuesta a la formación de la Alternativa Popular Revolucionaria, una alianza de izquierda para las elecciones de diciembre a la Asamblea Nacional.
A principios de agosto, una serie de partidos y organizaciones de izquierda anunciaron la creación de la Alternativa Popular Revolucionaria, entre ellos se encontraban el Partido Comunista (PCV), Patria Para Todos (PPT), el Partido Revolucionario del Trabajo (PRT), la sección venezolana de la CMI Lucha de Clases y otros. El objetivo era disputar las elecciones a la Asamblea Nacional del 6 de diciembre independientemente del PSUV y sobre la base de un programa de defensa de los intereses de los trabajadores y campesinos y contra el imperialismo. Tanto el PCV como el PPT habían estado previamente en alianza (GPP) con el PSUV y se presentaron conjuntamente a este en las elecciones, incluyendo en las presidenciales de 2018.
La decisión de lanzar la APR contaba con la oposición del ala de derechas del PPT, adaptada por completo a las políticas de la dirección del PSUV y el gobierno. Después de que ya el PPT había tomado la decisión de lanzar la APR, a finales de julio, este sector, liderado por Ileana Medina y William Rodríguez, mantuvo una reunión secreta con Jorge Rodríguez, de la cúpula del PSUV, para discutir un posible apoyo del PPT al PSUV en las elecciones de diciembre. La reunión fue un caso escandaloso de negociación por cargos. Cuando Jorge Rodríguez les preguntó qué pedían a cambio, los dos representantes de la derecha del PPT respondieron que ¡querían 18 postulaciones a diputado a la Asamblea Nacional con sus suplentes! Jorge Rodríguez respondió que eso significaba el 7% de los diputados bolivarianos de la AN y que eso era “mucho”. Pero luego, en una llamada posterior, Rodríguez le pidió a Ileana Medina “que enviara una lista de postulantes”. La discusión no era sobre política sino sobre diputados en la asamblea.
Posteriormente, el jueves 20 de agosto, la derecha del PPT presentó una denuncia ante el Tribunal Supremo de Justicia. La alegación era que se había roto el proceso interno de toma de decisiones en el partido, dónde se supone que la dirección debe tomar decisiones por consenso, pero en este caso lo hicieron por mayoría. Lo cierto del caso es que esta oposición de derecha interna es minoría en la dirección nacional y en las filas del partido en su conjunto, que celebrará su asamblea nacional dentro de un mes.
Increíblemente, el TSJ dictaminó en 24 horas la suspensión de la Dirección Nacional del PPT y nombró una Junta Directiva Ad Hoc para hacerse cargo del partido. La Directiva ad hoc está integrada exclusivamente por quienes interpusieron la denuncia y tiene control de “la tarjeta electoral, el logo, símbolos, emblemas, colores” del PPT. Ésta es la cuestión crucial. Para poder inscribir candidatos para las elecciones de diciembre, los partidos deben tener su tarjeta electoral vigente. Ahora los candidatos del PPT que se habían inscrito provisionalmente serán declarados nulos, impidiendo así que el PPT forme parte oficialmente de la Alternativa Popular Revolucionaria. Además, si no se revierte la situación, la derecha del PPT, ahora al mando, llegará auna alianza con el PSUV, y así todos los que voten por el PPT en las elecciones estarán dando sus votos a esa alianza y no a la dirección legítima del partido.
Además de esto, en otros dos partidos de izquierda se han dado golpes a favor de fracciones minoritarias a través de la intervención del TSJ. El 18 de agosto, el TSJ destituyó a la dirección electa de Tupamaros (MRT), partido que forma parte del gobierno, y nombró una junta directiva ad-hoc bajo el control de un grupo rival.
#18Ago| Pronunciamiento de #TUPAMARO ante la consumación del asalto de nuestra Organización rojinegro por poderosos factores económicos disfrazados de revolucionarios. Basta de ataques contra partidos de izquierda y movimientos populares.#RespetoALaAutonomíaDeTupamaropic.twitter.com/4xgnFAAIlL
El conflicto en los Tupamaros se da entre los simpatizantes de Hipólito Abreu (ministro de Transportes) que favorecen una alianza más estrecha con el PSUV y apoyan las políticas del gobierno, y quienes tener una línea más crítica. La Dirección Nacional del partido en enero derrotó a los partidarios de Abreu. El TSJ ha depuesto ahora esa dirección y entregado el partido a Williams Benavides, diputado de la asamblea nacional por el PSUV y partidario del ministro Abreu. También ha habido intervención estatal en el caso de la UPV (el partido de la fallecida Lina Ron). En ambos casos, la dirección de estos partidos ha perdido el control de su tarjeta electoral. La UPV (ahora bajo el nombre de Somos Lina) se ha sumado a la APR, mientras que Tupamaros hasta ahora ha declinado pero estaba considerando presentar sus propios candidatos independientes.
Luego de que se tomaron estas decisiones judiciales, el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció que posponía el plazo del 19 de agosto para la inscripción de candidatos a las elecciones de diciembre hasta el 26 de agosto. Esto, por supuesto, permitirá a las Juntas Ad Hoc recién impuestas tanto del PPT y Tupamaros, inscribir a sus propios candidatos y llegar a acuerdos con el PSUV.
Además, el Partido Comunista emitió un comunicado público denunciando que el 18 de agosto la policía secreta SEBIN acudió a la sede del Partido Comunista en Puerto Cabello, en un operativo que calificó de «rutina». El PCV advirtió que “no se dejarían intimidar”.
#Alerta Informamos a la opinión pública sobre la presencia este #18Ago del SEBIN en la sede del #PCV en Puerto Cabello, alegando procedimiento de rutina. ¿Acaso se trata de una medida de intimidación del Ejecutivo Nacional y Regional? ¡Sepan que no lo lograrán! #ResistirYVencerpic.twitter.com/s4LJxlrEoQ
— Partido Comunista de Venezuela CC-PCV (@PcvVenezuela) August 19, 2020
El 19 de agosto Rafael Uzcátegui, secretario general del PPT, había sido invitado a una entrevista en el canal de televisión Globovisión. La entrevista fue cancelada en el último minuto sin ninguna explicación.
Es difícil no sacar la conclusión de todo esto que el aparato estatal está actuando para evitar o dificultar que la APR se presente a las elecciones y que lo haga en pie de igualdad. Este es un escándalo total y una violación de las reglas democráticas básicas. En primer lugar, las organizaciones de izquierda y de la clase trabajadora deberían estar libres de la intervención estatal en sus asuntos internos. En segundo lugar, la intervención es completamente antidemocrática ya que depone a un liderazgo electo a favor de un grupo minoritario. Finalmente, la intervención tiene una clara motivación política, pues depone a quienes favorecen una línea crítica e independiente del PSUV y del gobierno.
La dirección nacional del PPT ha emitido un comunicado pidiendo el apoyo y la solidaridad de los partidos y organizaciones de izquierda a nivel internacional.
A las organizaciones revolucionarias y de izquierda, de Venezuela y el mundo
La Corriente Marxista Internacional desea expresar nuestra más enérgica condena a las acciones del TSJ y exigimos la revocación inmediata de esta decisión antidemocrática. Enviamos un saludo solidario y revolucionario a la dirección nacional electa del PPT y a su secretario general Rafael Uzcátegui.
La lucha por construir una alternativa revolucionaria en Venezuela, para luchar en defensa de los derechos de los trabajadores, por la reforma agraria, por el socialismo y contra el imperialismo continúa, independientemente de las amenazas y la intervención estatal.
Publicamos aquí la transcripción de la charla sobre la crisis mundial del capitalismo y las perspectivas para la revolución que Alan Woods dio en la Universidad Marxista Internacional el 25 de julio de 2020.
Hay momentos en la historia del mundo que son momentos de cambios fundamentales. Actualmente estamos viviendo en un momento así. Siempre ocurre en esos momentos que la gente tiende a buscar paralelismos y analogías históricas. Ya sabes, es como en 1929, o es como en la Gran Depresión, o es como en 1917, o lo que sea. Sentimos una especie de confort psicológico cuando establecemos tales paralelismos. Sentimos que de alguna manera estamos parados sobre tierra firme. Desafortunadamente, ahora no estamos parados sobre bases sólidas en absoluto, porque no hay absolutamente nada en la historia de los últimos siglos que tenga el más mínimo parecido con la situación a la que ahora nos enfrentamos a escala mundial.
El Banco de Inglaterra dijo recientemente que esta es la crisis más profunda de los últimos trescientos años; eso es decir bastante. Tres siglos, es un tiempo bastante largo, se podría pensar. Pero incluso este es un paralelo insuficiente. Si buscas un paralelo histórico a la situación actual, tendrías que volver, en mi opinión, al siglo XIV, a la Peste Negra, que causó la muerte de casi la mitad de la población de Europa.
En ese momento, la gente debió creer que estaba viviendo una pesadilla. Era una pesadilla. Y mucha gente creía fervientemente que el fin del mundo había llegado, que el fin del mundo se acercaba. Creyeron esto. Ahora, en retrospectiva histórica, podemos decir que no era el fin del mundo lo que se acercaba. Era el colapso de un sistema socioeconómico particular llamado feudalismo. Y en realidad, la Peste Negra, no te puedes dar cuenta, pero la Peste Negra jugó un papel relevante en la aceleración de este proceso. Eso es perfectamente cierto.
Así que podemos decir que hay un cierto paralelismo, creo, aunque es cierto que no nos hemos acercado aún, al menos no todavía, a las cifras de muertos que parecidas a esas espantosas cifras de la Peste Negra, eso es cierto. Pero la pandemia de coronavirus supera a la Peste Negra, para empezar, por su colosal alcance global. Y en realidad, nadie sabe cuánta gente ha muerto de esta terrible enfermedad hasta ahora. Los gobiernos sistemáticamente mienten e interpretan las cifras y las distorsionan. Pero podemos estar seguros de que las cifras de muertes llegarán a más de un millón a finales de año. Eso es absolutamente cierto. Y la pandemia sigue virulenta y fuera de control, especialmente en África, Asia y América Latina, pero también en los Estados Unidos, que después de todo es el país más rico del mundo.
Ahora es importante señalar una cosa, que generalmente no se entiende. La pandemia de coronavirus no es la causa de la actual crisis económica, aunque sin duda ha complicado toda la situación y ha profundizado enormemente la crisis, y eso es correcto. Pero el sistema capitalista, si se observan las cifras, ya estaba en estado de crisis antes de que esta enfermedad se apoderara de él.
La desaceleración en China ya existía mucho antes de esto y en general había una disminución en todo tipo de índices económicos. Eso era bastante claro. La guerra comercial entre China y EE.UU. ya existía y estaba empeorando, así que el capitalismo ya se dirigía hacia una crisis, una crisis seria, mucho antes de esto. Pero por supuesto, la pandemia ahora se suma a esto de una manera muy importante.
Dialécticamente hablando, la causa se convierte en efecto y el efecto se convierte en causa, y eso es lo que ves. Ahora se está produciendo una enorme espiral descendente, que no pueden controlar. Y esta situación, como digo, es bastante única. No encontrarán nada como esto, nunca.
La primera diferencia con el pasado, que yo destacaría, es la enorme… la impresionante velocidad de los acontecimientos, la impresionante velocidad del colapso económico. Por ejemplo, después del colapso financiero de Wall Street en 1929, pasaron varios años para que el desempleo masivo se apoderara realmente de los Estados Unidos. Ahora, sólo se necesitaron 15 días para que el mercado de valores de EE.UU. cayera un 20%, lo que es el descenso más rápido jamás visto en la historia. Y en cuestión de meses o incluso semanas, el desempleo en los EE.UU. ya alcanzó la asombrosa cifra de cuarenta millones. Cuarenta millones de personas desempleadas en los Estados Unidos. Esta situación ha tomado a los estrategas del capital, empezando por los economistas burgueses, completamente por sorpresa. Están aturdidos. Los economistas han mostrado una completa -una vez más, no la primera ni la segunda vez, una vez más- han mostrado una completa incapacidad para entender lo que está ocurriendo, y mucho menos para dar una solución a la crisis. Los pronósticos económicos, así llamados, del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial son completamente inútiles por la simple razón de que nadie puede predecir el resultado de la actual pandemia de coronavirus. Lo único que podemos predecir con absoluta confianza es que la situación irá de mal en peor. Eso es cierto.
En 1938, el gran marxista León Trotsky, se refirió a la clase dirigente del mundo, y cito “que se deslizan hacia el desastre con los ojos cerrados”, y esta es precisamente la posición que vemos en la actualidad. Y esto es algo diferente, si lo piensan, es algo bastante diferente. Es una situación diferente ahora.
En el pasado, incluso en momentos de profunda crisis, como las depresiones económicas o guerras, la gente sentía, al menos, que el gobierno si no controlaba exactamente la situación, al menos tenía algún tipo de plan para salir de la crisis. Ahora bien, hoy en día, es evidente que no es el caso. Sabes, hay un viejo dicho que está en inglés, de todos modos, no sé si existe en otros idiomas…: “La gente tiene el gobierno que se merece”. Eso no es correcto, pero lo que es perfectamente cierto es que en la actualidad, definitivamente, la clase dirigente del mundo tiene el gobierno que se merece.
Tenemos la Santa Trinidad, o la profana trinidad debería decir, de Donald Trump en los EE.UU., Boris Johnson en Gran Bretaña, y Bolsonaro en Brasil. ¿Qué representan estas personas? Son la personificación de la completa bancarrota intelectual y moral de la burguesía en esta etapa de su decadencia senil, eso es lo que representan. Es un cuadro muy pesimista al que se enfrenta la burguesía, pero para consolarse de alguna manera, los economistas predicen ahora que “no se preocupen porque después de que esta crisis termine, va a haber una poderosa recuperación, un rebote”, dicen. Esto es una completa ilusión. Es un sueño.
Veamos los hechos. Para evitar un colapso inmediato del sistema capitalista, los gobiernos han vertido billones de dólares en la economía sólo para mantenerla viva. Esto, por supuesto, ha tenido éxito, tenemos que admitir, en la prevención de un colapso inmediato, sí. ¿Pero a qué costo? ¿Y cuáles son los costos para el futuro? El efecto de esto es bastante claro. Están acumulando una montaña de deudas, y las deudas, lo creas o no, tarde o temprano deben ser pagadas. Y la pregunta es muy simple, ¿quién va a pagar? Esa es la pregunta que nadie quiere hacer, pero es la cuestión fundamental. Por cierto, es la misma cuestión, para hacer una analogía histórica, es la misma cuestión que inició la Revolución Francesa y la Revolución Inglesa. Enormes deudas públicas y la cuestión de quién va a pagar, cuando la nobleza y el clero se negaban a pagar. Los peces gordos se negaron a pagar entonces y estén seguros de que se negarán a pagar también ahora. Y así comenzó la revolución en Inglaterra y en Francia. Está bastante claro lo que va a pasar. Todo el peso de la crisis recaerá sobre los hombros de los menos capaces de pagar – los pobres, los viejos, los enfermos, los desempleados, la clase obrera y la clase media también serán golpeados. Y esta es una receta acabada para la lucha de clases, para la lucha de clases revolucionaria, para todos los países, para todos los países del mundo sin duda. Esa es la verdadera perspectiva. Es una perspectiva de la revolución mundial, sí.
¿Crees que estoy exagerando? Bueno, déjame llamar a un testigo de la defensa. Los representantes más pensantes de la clase dirigente ya están llegando a la misma conclusión que los marxistas. Podría dar muchos ejemplos. Llamemos a uno por falta de tiempo. Por favor, anoten esto. Hace un par de meses, el Financial Times escribió lo siguiente, y cito: “El regreso a la austeridad sería una locura, una invitación a la agitación social generalizada, si no a la revolución”. Repito: “si no a la revolución”. Lo tienen claro, y una bendición para los “populistas”, un regalo para los “populistas”. “Populista” es la palabra que usan para cualquiera que no les guste. En otras palabras, los representantes serios del capitalismo entienden que la revolución está implícita en toda la situación, y no se equivocan.
Karl Marx dijo, “el ser social determina la conciencia”, eso fue lo que dijo. Lo que vemos ahora es muy interesante, la velocidad de cambio de la conciencia. Esto se aplica a todas las clases de la sociedad, por cierto, empezando por arriba. Crisis de la burguesía, pesimismo negro de los estrategas del capital. Pesimismo también de la pequeña burguesía, expresado en esa otra pandemia, que tiene un efecto terrible en las universidades, que ha matado a todas las universidades del mundo. Es una enfermedad terrible. Nunca se encontrará una vacuna para esto. Se llama postmodernismo, pero dejaremos eso a un lado. Creo que se tratará en otras sesiones de esta escuela. Pero para los marxistas, por supuesto, el cambio de conciencia más importante es la conciencia de la clase obrera. Y esto, por supuesto, no ocurre en línea recta.
Durante mucho tiempo, se queda atrás de la situación objetiva que conocemos. Pero tarde o temprano, se pone al día, y se pone al día con una explosión. Y eso es precisamente lo que es una revolución y vemos que se está llevando a cabo ahora, al menos el inicio de la misma. Dondequiera que se mire, se ve un creciente descontento, ira, furia y odio a la orden del día. Dondequiera que se mire. Cuando digo todos los países, me refiero a todos los países y tenemos un ejemplo muy sorprendente que está teniendo lugar ahora mismo con las manifestaciones masivas que tienen lugar en las calles de Israel, y en todos los países.
Pero por supuesto, la expresión más gráfica es el movimiento que tuvo lugar y sigue teniendo lugar en los Estados Unidos de América. Y parece como si este movimiento viniera de la nada, como un rayo en un cielo azul claro, pero este movimiento no vino de la nada. Como dicen, nada viene de la nada. Fue el resultado de décadas y generaciones de explotación, opresión, pobreza, mala vivienda, racismo, violencia policial, etc. Fue desencadenado, como saben, por el brutal asesinato policial de George Floyd. Pero esa es una explicación que no explica nada. Hubo muchos asesinatos como ese que tuvieron lugar durante muchas décadas sin provocar ninguna protesta similar, pero la dialéctica nos enseña que hay un cierto punto en el que la cantidad se transforma en calidad. Para millones de pobres en los EE.UU., el asesinato de George Floyd fue la gota que colmó el vaso. El punto de inflexión, si se quiere usar esa expresión. Y lo que es absolutamente asombroso de la situación en los Estados Unidos es la velocidad del rayo con la que se desarrollaron los acontecimientos. Hubo una erupción, una reacción inmediata.
En Minneapolis, por ejemplo, donde todo comenzó, la policía se vio obligada a huir de una multitud de manifestantes furiosos que procedieron a quemar el recinto, la comisaría de la policía. No creo que haya habido nada remotamente parecido a esa escala en toda la historia norteamericana reciente. No lo creo. Y es casi como si hubiera una mano invisible gigante que de repente moviera manifestaciones similares por todo EEUU; simultáneamente, tal vez.
Esta es una prueba concreta de la dialéctica en acción, y es la respuesta final a todos esos miserables escépticos, pesimistas, cobardes y renegados, hay demasiados de ellos, que argumentan que la clase obrera nunca se movería, y menos aún, por supuesto, en los Estados Unidos. Tenemos el espectáculo del hombre más poderoso del mundo, Donald Trump, acurrucado en los sótanos de la Casa Blanca por miedo a los manifestantes. Pensó que entrarían en su escondite. Ahora, cree que puede controlar el movimiento enviando tropas, a pesar de que todos sus asesores, incluyendo el Pentágono, han advertido contra esto. Miren lo que está pasando ahora mismo en las calles de Portland. Manifestaciones violentas, enfrentamientos violentos con la policía. Es casi como una guerra civil en las calles. A veces pienso que deberíamos enviar un telegrama de felicitación a Donald Trump y agradecerle muy sinceramente por hacer nuestro trabajo con tanta eficacia. Para tranquilizarlos, eso es sólo una broma, por cierto, pero sigue siendo un hecho que Donald Trump ahora, le guste o no, inconscientemente está sirviendo como un agente que promueve la revolución muy eficazmente en los Estados Unidos. Ahora, no debemos exagerar. Nunca debemos exagerar, camaradas. Debemos mantener – siempre- la cabeza fría.
Si me preguntan, “¿Hay una revolución en los Estados Unidos hoy?”, respondo que no; por supuesto, no hay una revolución. Pero si me preguntan si algo fundamental está cambiando en los EE.UU., respondo enfáticamente que sí; oh, sí.
Este es un punto de inflexión. Un punto de inflexión en la historia de los Estados Unidos. Un punto de inflexión en la historia del mundo porque los EE.UU., amigos míos, no es un país cualquiera, ¿verdad? Es un país clave en el mundo. ¿Y qué muestran estos eventos en los EE.UU.? Les diré algo. Muestra el enorme poder de la clase trabajadora una vez que comienza a moverse. El poder de las masas, si quieren, porque no son sólo los trabajadores. Muchos sectores están involucrados. Por cierto, no sólo los negros, sino también los blancos. Y lo que esto muestra, lo que esto nos muestra, es que hay un poder en la sociedad que es más poderoso que el ejército o la fuerza policial estatal más poderosa.
Y por cierto, hay serias divisiones en la clase dirigente como resultado de esto. Escisiones serias; incluso con el ejército, serias divisiones. Y Lenin explicó que las escisiones en la clase dominante son la primera condición para una revolución, en realidad. Eso es cierto, pero hay un problema aquí, no sólo en los EE.UU., pero hay un problema general, y es un tema central que debe ocupar la mente de todos los camaradas que asisten a esta escuela hoy.
Por un lado, se ve el tremendo poder del movimiento espontáneo de las masas, eso es perfectamente cierto, y esa es la condición previa para todas las revoluciones, en realidad. El movimiento de las masas. Sí, pero por sí mismo el movimiento espontáneo de las masas no es suficiente para garantizar el éxito de la revolución. Nunca es suficiente. Lo que se necesita es una organización y una dirección capaz de mostrar el camino a seguir, y desgraciadamente, eso es precisamente lo que falta en los EE.UU., en Israel, en Gran Bretaña, en Francia; dondequiera que se mire, es la misma historia; en la India, etc., por supuesto. Sin embargo, la crisis es una profunda crisis global. Afecta a todos los países del mundo.
Tomemos a China como ejemplo. Hasta hace poco, China era una de las principales fuerzas motrices de la economía mundial en el último período, pero dialécticamente, las cosas se convierten en su contrario. China ya no es vista como parte de la solución, es una gran parte del problema. China ha construido una industria formidable con una gran capacidad productiva. Sí, pero la demanda interna de China no es suficiente para absorber esta colosal capacidad productiva. China debe exportar para sobrevivir, pero su éxito en el campo de las exportaciones, por ejemplo, empresas como Huawei, han provocado una respuesta furiosa, en particular de los EE.UU., donde Trump sigue su política de “América primero”. Su lema es “hagamos grande a América de nuevo”, pero se le olvidó añadir la segunda parte de la frase: “a expensas del resto del mundo”. Ahora ha impuesto severos aranceles contra China, contra Huawei, sí, pero también está en guerra, en ese sentido, con Europa. Y el nacionalismo económico, es ahora el nombre del juego. Esa es la tendencia predominante ahora. La guerra comercial entre EE.UU. y China es un síntoma de este fenómeno. Y este proteccionismo amenaza todo el delicado y frágil tejido del comercio mundial que fue dolorosamente armado en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Esto amenaza al sistema capitalista con una completa catástrofe. Una profunda caída mucho, mucho más grave que la depresión de los años 30. Esa es la verdadera perspectiva.
La consecuencia de esto, por supuesto, es muy grave para todos los países, incluso para los llamados países “más ricos”, pero para los países pobres de África, Asia y América Latina, es una absoluta pesadilla. Lenin dijo una vez que el capitalismo es “horror sin fin”. La veracidad de esa afirmación quedó demostrada recientemente en una declaración de la Organización Mundial de la Salud, en la que se advertía que más de 600 -perdón- 265 millones de personas se verán amenazadas de muerte por inanición a finales de este año, y eso es indudablemente cierto. Esa es la realidad de nuestro mundo en 2020.
La pandemia, por supuesto, tiene los efectos más terribles en estos países. América Latina es ahora uno de los puntos centrales. Se está extendiendo rápidamente en África y también en la India, donde hay una situación terrible. En la India, con una fuerza laboral de 471 millones, sólo el 19% está cubierto por la seguridad social; dos tercios no tienen empleo formal y al menos 100 millones son trabajadores migrantes. Y este reaccionario feroz Modi intenta resolver la pandemia expulsando a millones de personas que viven en las calles de Delhi, Mumbai y otras ciudades, enviándolas a sus pueblos natales y, por lo tanto, extendiendo la pandemia a los lugares menos capaces de resistirla. Nadie sabe cuántas personas han muerto en la India, pero la cifra real será absolutamente horrenda. No ha habido nada como esto desde la partición en 1947. Y en general, se ve la apestosa hipocresía de los burgueses llamados “expertos”. Tienen una solución muy simple, por supuesto: mantener el distanciamiento social, lavarse las manos regularmente. Lavarse las manos regularmente en países donde a veces 250 personas comparten un solo grifo. ¿Y cómo se mantiene el distanciamiento social en las favelas de Río de Janeiro, o de Mumbai, o de Karachi, o en cualquiera de esos lugares, pueblos de Sudáfrica, etc.? Es imposible. Y, por lo tanto, toda la situación es absolutamente imposible. Es imposible que las masas vivan.
Digámoslo de forma muy simple. Para que la gente viva, el capitalismo debe morir.
Y las masas están dispuestas a luchar. Lo han demostrado en un país tras otro; lo están mostrando en un país tras otro. El problema es de dirección, camaradas, es una cuestión muy simple.
A veces la gente dice, la gente inteligente me dice: “Oh, eres muy simplista. Es una solución simplista. No se puede reducir todo a la dirección”. Bueno, soy un hombre muy simple. Me gustan las ideas simples y las soluciones sencillas, y creo que es correcto lo que dijo Trotsky en 1938 cuando escribió que la crisis de la humanidad puede reducirse en última instancia a la crisis de dirección del proletariado.
Eso es un hecho. Y ahora se ve la completa bancarrota de todas las tendencias del reformismo, incluyendo a los antiguos estalinistas que son la peor clase de reformistas y traidores. Estas damas y caballeros, durante generaciones, han controlado a las masas, en la India en particular, pero también en otros países, en Italia, Francia, tenían el control; en Gran Bretaña, también. El Partido Laborista lo tienen bajo control, bien. Pero tengo noticias para los reformistas. La crisis del capitalismo es también inevitablemente su crisis, la crisis del reformismo. En todas partes se ve la misma tendencia.
Las masas están buscando desesperadamente una salida a esta crisis. ¡Claro! Y por lo tanto, en esta búsqueda de una salida, recurrirán a todo tipo de opciones. Una de las características de esta situación – se puede ver esto con bastante claridad, y debemos estar preparados para esto, debemos entender lo que significa – son los violentos cambios en el plano electoral a izquierda y a derecha, oh sí, oh sí. Es una expresión de los intentos de la gente de encontrar una salida a la crisis. No se les puede culpar por eso. Pero todas las tendencias y líderes políticos van a ser puestos a prueba, y eso se aplica especialmente a los reformistas, tanto de izquierda como de derecha.
Los reformistas de izquierda en particular han mostrado una completa bancarrota. A veces, bajo la presión de las masas, pueden adoptar una demagogia y retórica muy izquierdista. No debemos dejarnos engañar por esto, aunque les daremos un apoyo crítico contra la derecha, eso es evidente, pero debemos mantener la cabeza fría. Y lo que deben entender es que estos tipos, tienen mucho en común con la derecha, por supuesto. Ambos – ninguno de ellos, digamos, tiene ninguna perspectiva de abolir el capitalismo. Creen que el capitalismo puede ser reformado y hacerse más humano. Ya sabes, el capitalismo de rostro humano, y todo eso. Sí, y estos tipos tienen la desfachatez, la desfachatez de acusarnos de ser utópicos.
Mis queridos amigos, los marxistas son la única tendencia realista del mundo, la única tendencia que mira los hechos a la cara y dice la verdad. Los reformistas, particularmente de izquierda, en realidad, se han engañado a sí mismos y han tratado de engañar a los demás. Pero estas ilusiones serán expuestas claramente por el curso de los acontecimientos, como ya hemos visto en el caso de Tsipras en Grecia, o podría añadir incluso el caso de Jeremy Corbyn en Gran Bretaña y Sanders en los Estados Unidos.
Ahora, si miras la situación mundial, sólo mírala a través de los ojos de una persona ordinaria que no es marxista y ¿qué es lo que ves? En todas partes se ve una imagen de horror absoluto: desempleo masivo, hambre, inanición, enfermedad, guerras, sufrimiento, enfermedad y muerte. Y la gente que carece de una comprensión marxista científica de la historia podría ser excusada por sacar conclusiones pesimistas, y la mayoría de la gente saca conclusiones pesimistas. Pero ya ves, lo que estamos viendo aquí son síntomas. Son simplemente las manifestaciones externas de una enfermedad subyacente. No sirve de nada llorar y quejarse de los síntomas.
Imagínese si va al médico con síntomas particulares. No esperarás que el médico saque un pañuelo y empiece a llorar. No sería muy buen médico, ¿verdad? Y como un buen médico, debemos ser capaces de analizar los síntomas para explicar la causa subyacente.
Y aquí creo que sí, podrías buscar paralelismos históricos. Sí, creo que sí. Hemos visto los mismos síntomas antes. Por ejemplo, en la decadencia del Imperio Romano, que tuvo lugar durante un período de varios siglos, dos o tres siglos, y fue acompañado por la más espantosa degeneración económica, social, moral y filosófica. Oh, sí. En cambio, ese largo período de decadencia no se desarrolló en línea recta. Nunca lo hace, ya sabes, nunca lo hace. Hubo períodos de recuperación, así como un hombre moribundo a veces muestra los síntomas de recuperación, que son sólo el preludio de un nuevo e irrevocable colapso. Como la sociedad esclavista en el pasado, como el feudalismo también, el sistema capitalista ahora ha alcanzado un punto de declive irreversible. Ha sobrevivido a su papel histórico. Ya no es capaz de nada parecido al progreso.
Por eso, por cierto, los posmodernistas niegan la existencia del progreso en general. Sí, son incapaces de entender que el capitalismo es incapaz de progresar, eso es lo que no entienden, y por lo tanto niegan la existencia del progreso en general, lo cual es una suposición infantil. Y en el estado de su decadencia senil, el capitalismo presenta una seria amenaza, no sólo para la civilización, sino incluso para la existencia de la propia raza humana. Está envenenando el aire que respiramos, el agua que bebemos, los mares y los océanos, y por lo tanto, están poniendo en peligro el futuro de la vida en la Tierra, de hecho.
Sí, es un cuadro aterrador, y uno puede entender el pesimismo de la gente de clase media que se queja de esto o aquello, los Verdes, y así sucesivamente. Pero estas personas son todas pesimistas, ya sabes, completamente pesimistas, porque no pueden ver más allá de los síntomas. No entienden que debajo de los síntomas, los espantosos síntomas de la decadencia terminal, un nuevo mundo está luchando por nacer.
Y es nuestro deber, el deber de los revolucionarios, ¿hacer qué?, hacer que esta agonía mortal del capitalismo sea lo más corta posible, para lograr el nacimiento de un nuevo sistema, un nuevo mundo. Y, por lo tanto, ayudar a que el nacimiento ocurra lo antes posible y con el menor dolor y sufrimiento posible.
Verán, camaradas, los hechos hablan por sí mismos. Realmente no se necesita mucha más explicación que esa. El sistema capitalista, si se quiere, está en soporte vital. Está en un respirador. Depende del oxígeno, ¿en forma de qué?, de los billones de dólares entregados de dinero público, del Estado. Sí, pero un momento, por favor; sólo un minuto. Según todas las teorías de los economistas burgueses, de la economía de mercado, el Estado no debe jugar ningún papel en la vida económica, ese era el lema, ¿no? de todos estos economistas, Hayek y el resto de la banda, particularmente después de la caída de la Unión Soviética, que supuestamente mostraba la muerte del socialismo, según ellos, el fin de la historia, como afirmaba Francis Fukuyama, aunque observo que el Sr. Fukuyama ahora cambió su tono, ahora dice que no, que no es el fin de la historia en absoluto y que el capitalismo está ahora en crisis. Vaya, vaya; muchas gracias, Sr. Fukuyama.
Verán, la pregunta es muy concreta, ¿no? Es muy concreta y muy simple. Si el sistema capitalista no puede sobrevivir a menos que se apoye en las muletas del Estado, ¿por qué no abolirlo por completo y dejar que el Estado tome el control total de la economía para salvarla de caer en una bancarrota completa y absoluta? ¿Y por qué la clase obrera no puede tomar el control del Estado, si es que llega a eso, y arrebata el control de las manos de estos burócratas corruptos e inútiles que lo controlan ahora?
Ahora, parte de esta escuela, y creo que una gran parte de ella, se dirigirá contra esta miserable tontería del posmodernismo, que sostiene que no se puede entender la historia, que no hay leyes para la historia, que no hay ninguna lógica. Es simplemente una serie de acciones, eso es todo. Una idea mística, que rechazamos totalmente.
Por cierto, ni siquiera tiene sentido lógico. Parece que todo el universo está gobernado por leyes, desde las mayores galaxias hasta la más pequeña partícula subatómica. Según ellos, lo único que no está gobernado por leyes somos nosotros mismos. Un niño de seis años podría ver que es una afirmación absurda. La historia tiene sus propias leyes, que es nuestro deber entender. Sin esa comprensión, nunca alcanzaremos el nivel que exige la historia. La historia tiene una causalidad. La historia tiene sus propias leyes, su propia causalidad. Y en ese sentido, sí, somos deterministas históricos, oh sí, somos deterministas históricos. En el sentido de que entendemos que los procesos generales de la historia funcionan según leyes definidas.
A veces hay alguna confusión sobre esto, así que déjenme explicarles. El determinismo no es en absoluto lo mismo que el fatalismo. Es totalmente diferente. Marx explicó muchas veces que los hombres y las mujeres hacen su propia historia. Pero, sin embargo, cuando un sistema socioeconómico entra en una etapa de decadencia, las condiciones objetivas para la revolución social se ponen al orden del día. Pero si esa revolución tendrá éxito o fracasará no es una cuestión automática. Depende de la participación activa del factor subjetivo. En otras palabras, el partido revolucionario y su dirección.
Algunos de ustedes sabrán que he estado trabajando en una obra sobre la Revolución Inglesa. Estoy produciendo un libro. He hecho una serie de podcasts sobre ella. Es una cuestión muy interesante. Y en el siglo XVII, esa revolución, la primera revolución burguesa, si excluimos a Holanda, se luchó bajo la bandera de la religión, aunque fundamentalmente era una cuestión de clase, como he explicado.
Los puritanos creían que el fin del mundo se acercaba, y que el reino de Dios estaba próximo, algo que consideraban inevitable. Los calvinistas realmente creían en la predestinación, que todo estaba ordenado por la voluntad de Dios, que no podía ser cambiada. Sí. Pero esta convicción, que era una firme convicción, no redujo en ningún sentido su fervor revolucionario y su determinación de crear este nuevo mundo lo más rápido posible. Por el contrario, los impulsó a grandes hazañas de valentía y audacia revolucionarias.
Y lo mismo ocurre con nosotros hoy en día. Y debemos abordar la tarea de la revolución socialista con exactamente el mismo espíritu de determinación revolucionaria. La razón por la que digo estas palabras es que algunas personas dicen, “Ah bueno, ¿es inevitable el socialismo?”. Yo digo que sí, es históricamente inevitable. Bueno, en ese caso, ¿por qué no nos sentamos y esperamos a que suceda? Bueno, por supuesto, no funciona así. El sistema capitalista se está muriendo de pie. Me recuerda a esos monstruos, que recuerdan, en las viejas películas de terror. Está muerto, sí, está muerto, pero se niega a morir. Se aferra desesperadamente a la vida y al prolongar su vida en estas circunstancias, está condenando a millones de personas a un horrible destino.
El problema es que el sistema capitalista no se va a derrumbar bajo el peso de sus propias contradicciones, eso no va a suceder. Lenin explicó que no hay tal cosa como una crisis final del capitalismo. El sistema capitalista puede emerger incluso de la crisis más profunda, oh sí. ¿Puede salir de la crisis actual? Bueno, podría. Podría. Si no es derrocado, puede, oh, sí. Pero ese no es el punto. Si sale de esta crisis, ¿cuál será el resultado? Ya he dicho cuál será el resultado: décadas de sufrimiento, de austeridad, de opresión, etcétera, etcétera.
Los economistas hace unos años lo expresaron bastante bien, pensé. Decían, “la gente quiere volver a la normalidad”. Esto fue después de la crisis de 2008. Sí, la gente quiere desesperadamente volver a la normalidad. Ese es el caso ahora, ¿no? La gente quiere volver a la normalidad. Esa es en realidad la base principal de apoyo al reformismo. Es por eso que la mayoría de la gente aún no es revolucionaria, porque todavía esperan desesperadamente el regreso a ¿qué? Un retorno a la normalidad. Tienes que entender la psicología de las masas.
Pero los economistas dan una muy buena respuesta a eso. Dicen que sí, que tarde o temprano volveremos a la normalidad. Sí, pero se dice que será una “nueva normalidad”. Una nueva normalidad. Una terrible perspectiva de degeneración, decadencia, deterioro, muerte por inanición de millones de personas, destrucción de las conquistas de la clase obrera, y aun así, tarde o temprano, eso sólo provocará una caída aún más profunda, una depresión aún más profunda. Eso es todo.
Entonces, ¿qué conclusión podemos sacar? La línea de la historia ahora está entrando en – es una línea en declive. Puede haber esta o aquella recuperación temporal. Debemos estar preparados para eso también. Pero una recuperación seria, un serio repunte económico, está totalmente descartado. Está absolutamente descartado. Y, por lo tanto, debemos sacar conclusiones.
Si dices A, debes decir B, C y D. La tarea de esta escuela es explicar las ideas básicas del marxismo a la nueva generación en particular. Observo con enorme placer y orgullo que más de 6000 personas de más de 100 países se han inscrito en esta escuela, lo cual es un logro maravilloso, y les doy la bienvenida a todos, camaradas. Todos ustedes son nuestros camaradas y amigos. Ustedes son el futuro.
Y debemos usar esta escuela ¿para qué? Para afilar nuestras armas. Las armas que finalmente destruirán el sistema capitalista. ¿Cuáles son esas armas, en este momento? En este preciso momento, no lo hacemos con ametralladoras o granadas de mano. No estamos hablando de ese tipo de armas. No, hay un arma más poderosa que estas: el arma de las ideas.
Y Marx dijo que las ideas se convierten en una fuerza material cuando se apoderan de la mente de las masas. Camaradas, debemos utilizar esta escuela. Cada minuto de ella debe ser aprovechado al máximo para estudiar a fondo las maravillosas ideas del marxismo, el arsenal teórico del marxismo, para armar a la nueva generación de combatientes con las armas necesarias para garantizar la victoria de la clase obrera. Sólo así se podrá poner fin a esta pesadilla del capitalismo y preparar el nacimiento del nuevo mundo, que abrirá una nueva página, una gloriosa página de la civilización humana, utilizando toda la maravillosa maquinaria y tecnología que existe bajo el capitalismo, en un sistema económico genuinamente racional, democrático y científico, que suprimirá los males del desempleo, la falta de vivienda, la explotación y la opresión de la mujer, y abrirá una nueva y gloriosa fase en la historia de la humanidad.
Camaradas y amigos, esa es nuestra tarea. Es la única cosa por la que vale la pena luchar y sacrificarse en el siglo XXI.
Días pasados en cadena nacional, el presidente Nicolás Maduro hizo referencia a la reciente alianza constituida por partidos y movimientos de izquierda que encabezan el Partido Patria para Todos (PPT), el Partido Comunista de Venezuela (PCV), Izquierda Unida y Lucha de Clases -Corriente Marxista Internacional- afirmando que la única Alternativa Popular Revolucionaria era la unidad.
Quienes hemos sido partícipes en la construcción de la Alternativa Popular Revolucionaria (APR) comprendemos perfectamente qué intentan referir estas palabras (que estamos dividiendo las fuerzas revolucionarias) Si bien, en primera instancia, esto solo pareció ser una simple insinuación, en los días posteriores se ha confirmado que Nicolás entiende perfectamente que es lo que se está gestando en este espacio y la potencialidad que el mismo recoge.
Si algo han demostrado las últimas declaraciones del presidente, que gozan de subestimación y menosprecio a las fuerzas políticas que emergen como una alternativa al PSUV, es el temor que le produce la posibilidad de que surja una verdadera oposición de izquierda. Si algo tienen de sobra las bases del pensamiento revolucionario y chavista, es el profundo compromiso ético y moral con el socialismo, algo que a la dirigencia del gobierno le falta, y esto sí que no se compra ni con todos los recursos estatales que han sido desviados.
De esta manera, observamos una vez más como el presidente recibe a la oposición de derecha de modo más complaciente, llamándola al diálogo y a la carrera democrática electoral, contrario a como ha recibido la iniciativa de otras organizaciones políticas de izquierda de rescatar el socialismo.
Alternativa Popular Revolucionaria
Algo que es necesario destacar, es que la APR no ha sido pensada como una alianza organizada únicamente para abordar las elecciones parlamentarias pautadas para el próximo 6 de diciembre. La misma, apunta a mantenerse en el juego político después de estas elecciones, referenciando las distintas luchas obreras, campesinas y populares existentes.
Esta es una alianza de fuerzas políticas con claros principios ideológicos, que se enmarcan en el antiimperialismo y en el rechazo a las sanciones económicas impuestas a nuestro país, de la misma manera que se asume socialista y en repudio de la posibilidad de que la derecha apátrida retome el poder en Venezuela.
La APR, nació en el seno de las discusiones que se fueron generando en el Frente Popular Antifascista y Antiimperialista (FPAA), por lo que la mayor parte de estas organizaciones que integran este espacio fueron las fundadoras de dicha propuesta, hablamos del Partido Comunista de Venezuela (PCV), el partido Patria para Todos (PPT), Lucha de Clases (LdC) e Izquierda Unida (IU), quiénes luego de profundos debates y contradicciones, alcanzaron la síntesis y el consenso y han invocado a las demás fuerzas revolucionarias a construir esta alternativa.
Los llamados a la construcción del espacio han sido hacia las organizaciones de tradición revolucionaria, por lo cual se han sumado agrupaciones como el Partido Revolucionario del Trabajo (PRT) y el MBR-200, entre otras. Como no podía ser de otra manera, no fueron invocados ni partidos, ni organizaciones de derecha. Sin embargo, no habría de sorprendernos que diferentes organizaciones, personalidades y partidos oportunistas, quieran acercarse al espacio con fines políticos partidarios e individualistas.
Por esto, es necesario dejar claro el carácter socialista de esta iniciativa, y dar el debate para la construcción de un programa revolucionario, como propuesta política de la alianza. He allí una de las razones por las cuales aún no sé ha dado el lanzamiento formal de la alternativa, porque el fin de la misma no es únicamente electoral, sino el de erigirse como un referente político que vaya más allá de la próxima contienda electoral parlamentaria.
¿A dónde nos quieren llevar?
Nuestros objetivos deben quedar claros, y hacia eso es a lo que debemos dedicar nuestro esfuerzo, a impulsar nuestro proyecto político.
La dirigencia del PSUV va a querer que nos rebajemos a su nivel y que entremos en una disputa absurda y sin sentido de si somos traidores o no, si somos divisionistas o no, y en un toma y dame que realmente solo puede desgastarnos. Nuestra tarea no es convencer a la dirección del PSUV de quiénes somos y cuáles son nuestras intenciones, nuestra tarea es llegar a las masas trabajadoras, a los obreros, a los campesinos, a los comuneros y a los sectores populares –incluyendo también a las bases honestas del PSUV- rescatando las banderas del socialismo que tanto han ensuciado aquellos quienes se arrogaron el título de “los hijos de Chávez”, pero que si el Comandante estuviese entre nosotros, hasta él mismo los habría repudiado.
La estrategia del gobierno será la tergiversación y la desvirtuación de nuestras verdaderas motivaciones, pero este será un intento desesperado de mantener su hegemonía en torno al ideario revolucionario y chavista. El asunto es que ellos mismos se han deslindado de la idea del socialismo, que es el verdadero legado del Comandante.
En ese sentido, debemos aprovechar que hablen de nosotros, que continúen despotricando, que nosotros lo usaremos a nuestro favor.
¿Quién ha dividido?
Algo relativamente reciente a destacar, es como el gobierno por medio de diferentes artimañas y triquiñuelas leguleyas, logró dividir los partidos de derecha a lo interno, e incluso, intervenir en las disputas dentro de partidos de izquierda que integran el Gran Polo Patriótico (GPP), como en el caso de UPV y más recientemente el de Tupamaros, en aras de fortalecer las alas más complacientes con el PSUV.
Ante esto, solo debemos advertir que no debería sorprendernos que la dirigencia del gobierno intente frenar a la APR de cualquier forma. En este sentido, es posible que intenten dirimir las diferencias que existen en el seno de la dirección del PPT a favor del ala de amigos del PSUV, hoy en clara y absoluta minoría.
Pero más allá de lo anterior, lo notorio es como se pretende erigir un discurso de “unidad”, como si esta no contemplara el trasfondo político y programático implícito. El gobierno ha sido quien se deslindó de los ideales revolucionarios, obligando a un creciente número de militantes y activistas de base, y tras de ellos, a varias organizaciones políticas de izquierda, a tener que marcar un camino separado del PSUV -por lo menos en las primeras de cambio-.
¿Quiénes se han apartado del socialismo?
Durante años, hemos sido testigos de cómo el gobierno ha virado a la derecha, llevando a cabo políticas anti-obreras, anti-populares y regresivas de las conquistas alcanzadas por las masas durante los gobiernos del presidente Chávez. Las privatizaciones, el desalojo de campesinos de sus tierras, e incluso el de estudiantes de sus residencias, es parte de ello.
Entonces, ¿realmente quiénes nos han traicionado? ¿Quiénes son los que manipulan, los que mienten, los que persiguen, los que judicializan y criminalizan las luchas y usan la fuerza pública en detrimento del pueblo? E incluso ¿Quiénes han sido los que abiertamente han emprendido una política de conciliación de clases con la burguesía y dejan la puerta abierta a negociaciones con el imperialismo estadounidense que aspira derrocarlos?
Lo hemos mencionado en otras ocasiones, algo que debemos agradecer es que la propia dirigencia del gobierno se ha desmarcado del proyecto revolucionario, dejando tiradas en el suelo las banderas del socialismo. Nosotros estamos decididos a recuperar estas banderas y el legado histórico de la revolución socialista.
Con este instrumento, que se está erigiendo como una verdadera alianza patriótica y popular de gran potencial, debemos hacer frente a las demandas del pueblo humilde y trabajador, y estar a la altura del momento histórico que atravesamos. Nosotros no nos deslindamos de aquel proyecto político que incluso antecedió a Chávez, el gobierno es quien se ha apartado del proyecto político socialista. Nosotros a diferencia, sí estamos dispuestos a continuarlo.
Con más de 70 puntos de bloqueos en las rutas troncales, ha iniciado este lunes la huelga general indefinida que la burocracia de la Central Obrera Boliviana fue forzada a convocar bajo la presión de las bases.
La marcha y el cabildo del martes cambiaron los planes de Huarachi y compañía. La burocracia sindical planeaba dar un ultimátum de 72 horas al Tribunal Supremos Electoral para confirmar la fecha del 6 de septiembre para los comicios; sin embargo, quien esté dispuesto a luchar contra el diferimiento de las elecciones, no puede aceptar que se difiera la lucha. Así Huarachi no tuvo otra opción que decretar la huelga, entre griteríos y vítores.
La situación en Bolivia es dramática. El continuo y creciente levantamiento de cadáveres de domicilios particulares y vías públicas es solo una muestra más de la ineficiente y corrupta gestión de la pandemia por el gobierno transitorio. La parálisis institucional, debido al conflicto entre el gobierno y la Asamblea Legislativa controlada por el MAS resulta insostenible en estas circunstancia. Y mientras el contagio dilaga entre la clase trabajadora, gremialistas y barriadas populares, 122.000 empleos ya es han perdido, la pobreza amenaza al 70 por ciento de los trabajadores informales y el desempleo a más de la mitad de la clase obrera formal.
Cuando empezamos a proponer la huelga general indefinida no hicimos nada más que traducir en una consigna algo que ya estaba en el aire. Sin embargo el hecho que Huarachi y la burocracia de la COB se han finalmente decidido en convocarla, no significa que estén dispuestos a llevarla hasta las últimas consecuencia. Ni el propio MAS, por otro lado, asume la dirección de un movimiento al cual, muy pronto y aunque fuera solo por el pasar de los días, el tema de las elecciones quedará necesariamente corto.
Luis Arce y David Choquehuanca, los candidatos del MAS, callan; la bancada del MAS en la ALP también, pudiendo, por ejemplo, desafiar abiertamente al TSE aprobando una ley que ratifique las elecciones en septiembre. Evo y otros dirigentes del partido se apresuran a precisar que lo único que quieren es “elecciones en 2020”. Como ya comentamos, esto es inútil y contraproducente. La derecha no está pidiendo el permiso ni de Arce ni de Evo para acusarlos de atentar a la salud pública. La debilidad que el MAS está manifestando al tratar de demostrarse “responsable”, solo fortalece las presiones sobre el TSE para anular su personería jurídica y sacarlo de la carrera electoral.
Los mismos dirigentes de la COB están haciendo todo lo posible para desactivar una movilización en la cual no creían. Justo mientras escribimos la COB ha lanzado al TSE la propuesta de fijar las elecciones al 16 de septiembre. Es un claro mensaje que la COB busca una apertura por parte del TSE para negociar cualquier otra fecha que no sea el 18 de octubre y presentar esta como una victoria de la movilización. Difícil que el TSE caiga en esta trampa o que el gobierno y las demás oposiciones se lo permitan. Más difícil todavía sería que quien está bloqueando se sienta vencedor por haber acortado la distancia de las elecciones de una semana o dos, mientras lo esperan todavía meses de sufrimiento.
La radicalidad de las movilizaciones nace de la resistencia al golpe de noviembre y es exacerbada por los devastadores y rápidos efectos de la crisis. Esto demuestra que a la lucha contra la imposición del gobierno transitorio solo hacía falta una dirección resuelta al combate, misma que las masas no pudieron encontrar ni en el MAS ni en la COB. Quién está bloqueando quiere que Añez se vaya y cuando vea alejarse la posibilidad de que esto ocurra con el voto, como Huarachi y Arce aseguran, van a exigir su renuncia sin más condiciones. De hecho, a medida de que vayan pasando los días, la fecha del 6 de septiembre quedará objetivamente impracticable para la realización de los comicios.
En la derecha lo saben y, a pesar de las amenazas, están apostando a que el conflicto se dilate para provocar la exasperación de la población contra los bloqueadores. De hecho, ya se dieron enfrentamientos y el desbloqueo en algunos puntos de Santa Cruz, como Samaipata, mientras suman declaraciones de agroindustriales, la fracción burguesa más activa en el golpe de noviembre, exigiendo mano dura al gobierno y vislumbrando acciones de matonaje contra los bloqueadores.
En rueda de prensa Huarachi ha tratado de dar voz a todas las luchas contra este gobierno que se han suscitado a lo largo de estos meses, mencionando los despidos masivos, el cierre de empresas, las huelgas en salud etc. Acto seguido ha precisado que la lucha es por “recuperar la democracia”, para que el pueblo elija “quién lo gobernará los próximos cinco años” al que “plantear sus necesidades”. Huarachi entiende bien que su perspectiva como dirigente sindical, e incluso su defensa de las demandas penales que le ha interpuesto el gobierno, está colgando de un hilo, pero no es así como podrá defenderse.
Difícilmente se puede calificar estas movilizaciones de huelga general indefinida. Son bloqueos campesinos que se extienden a gran parte de las áreas rurales del país y en las villas periurbanas de algunas ciudades. No hay paro en ningún sector productivo. Las Centrales Obreras Departamentales de Potosí, Chuquisaca, Santa Cruz, Cochabamba, se han abiertamente manifestado en contra de las decisiones de la COB. De igual manera Federaciones departamentales de mineros, la Confederación Nacional de Fabriles y del magisterio urbano, los cuales últimos representan la mayoría relativa de los asalariados afiliados a la COB.
Esto es lo que explica el radicalismo de los bloqueos: solo la participación activa de la clase trabajadora podría dar al movimiento campesino la seguridad que el triunfo de su movilización no depende de su intransigencia en los puntos de bloqueos, donde se retienen incluso camiones de oxígeno y ambulancias. Por el otro, solo la dirección de la clase trabajadora y el paro de actividades, permitirían mantener la producción y la provisión de insumos médicos, doblegando al gobierno y la burguesía nacional.
Las críticas a Huarachi no significan que estos sectores estén de brazos cruzados en esta crisis. A pesar de su corrupta dirigencia, los fabriles se han declarado en emergencia por el respeto de la estabilidad laboral y crece en sus filas la idea de tomar el control de las empresas que están cerrando, bajo la forma de empresas sociales. El magisterio insiste en la renuncia de Cárdenas a pesar del cierre del año escolar, que asemeja este gobierno a las peores dictaduras de nuestra historia. Más allá de la oposición al MAS que ha crecido en años de gestión burocrática y estatizada de los sindicatos, es evidente que el grueso de la clase trabajadora no está, y en realidad nunca lo es, disponible a involucrarse en una lucha si los objetivos y las perspectivas de esta no le son claros.
Como ya escribimos antes de la marcha de la COB que convocó a la huelga, estas movilizaciones podrán concluir o con una capitulación del MAS y de la COB, que podría costarle caro al partido y a Huarachi, o tendrá necesariamente que trascender su fines iniciales y convertirse en lucha abierta por la renuncia de Añez. Nuestro deber como marxistas y revolucionarios es de armar a este movimiento de las herramientas para prepararlo a esta eventualidad latente y precaverse de la capitulación de sus dirigentes.
La ALP a mayoría masista debe proclamarse gobierno legítimo y legislar por la salud, la educación y el trabajo, llamando al pueblo a defenderla con métodos revolucionarios. La COB debe levantar abiertamente la consigna de la renuncia de Añez y prepararse a un gobierno obrero y campesino si el MAS sigue sin actuar. La dirección del movimiento debe formarse a partir de delegados democráticamente elegidos dentro de las movilizaciones mismas y revocables en todo momento por estas. Esto no es nada más de lo que sostiene, pide y estaría dispuesto a apoyar cualquiera que en este momento está bloqueando o cualquier trabajador empeñado en la defensa de su empleo y salario.
Si esto no ocurre, es sólo la enésima muestra de que el verdadero problema de la revolución boliviana es la ausencia de una dirección, un partido revolucionario. El MAS sigue aferrado a su ciega fe en el Estado, la democracia burguesa y los organismos internacionales que ya están denunciando la intransigencia de los bloqueos. La izquierda está repitiendo los mismos errores que en octubre, dividiéndose entre los que siguen acríticamente a la cola del MAS, a pesar de que la cabeza conduzca al desastre, y los que en todo caso buscan delimitarse del MAS cuando es este mismo partido que busca delimitarse de las movilizaciones en curso. No hay nada que salvar aquí. Debemos construir la organización que la clase trabajadora del campo y la ciudad de nuestro país necesitan.
*Lucha de Clases es la sección boliviana de la Corriente Marxista Internacional
Tras años de arduas y acaloradas discusiones, reordenamientos tácticos y ajustes en el accionar político de las organizaciones, finalmente ha nacido la Alternativa Popular Revolucionaria, una alianza de partidos y movimientos de izquierda que se muestran decididos a marcar un decisivo deslinde de las políticas anti-populares del gobierno nacional y ofrecer un nuevo referente obrero, campesino y popular al país, por una salida revolucionaria a la crisis del capitalismo.
Esta iniciativa viene siendo promovida por el Partido Comunista de Venezuela (PCV), Patria Para Todos (PPT), Izquierda Unida (IU) y Lucha de Clases -sección venezolana de la Corriente Marxista Internacional, 4 de las 6 organizaciones que forman parte del Frente Popular Anti-fascista y Anti-imperialista (FPAA), pero que para impulsar esta nueva instancia han determinado trascenderlo. En principio, a esta coalición se han sumado la Red Nacional de Comuneras y Comuneros, el MB200, Somos Lina, Movimiento LGTI, MPA, COMPA y el PRT.
La Alternativa Popular Revolucionaria es el fruto de la presión de las bases sociales de la izquierda en general por orientar un desmarque de la política gubernamental, que ha destruido las conquistas de la Revolución Bolivariana de forma sistemática, ha traicionado las aspiraciones de los trabajadores y el pueblo, ha asfixiado de manera burocrática todas las instancias de participación popular, que combina el ajuste económico anti-obrero con innumerables concesiones a la burguesía tradicional, toda vez que favorece el surgimiento de la llamada «burguesía revolucionaria» mediante la corrupción desmedida.
Esto tuvo un impacto en las direcciones de los partidos PCV y PPT, donde la primera tolda decidió en el XVII Pleno de su Comité Central del 2 y 3 de julio, impulsar la conformación de una alianza alternativa, que trascienda lo electoral y levante un programa por una salida revolucionaria de la crisis; mientras la segunda, por decisión mayoritaria, orientó avanzar hacia la conformación de una coalición con el PCV y los movimientos sociales de cara a las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre.
Desde hace varios años y de manera consecuente, la Corriente Marxista Lucha de Clases ha venido agitando sobre la necesidad de construir una nueva alternativa orgánica de izquierda, dotada de un programa revolucionario y resuelta a disputar las masas a la dirección del PSUV, para reivindicar e impulsar las diversas luchas obreras y populares, reconstruir la esperanza en una mejor sociedad y acelerar la maduración de las condiciones subjetivas para que un verdadero gobierno de los trabajadores y el pueblo pueda ser posible. Nuestra línea política ha demostrado ser acertada al calor de los hechos, lo cual nos ha mantenido firmes en todos los espacios de lucha donde participamos, codo a codo con quienes se niegan a rendirse ante la desesperanza, la crisis estructural del capitalismo venezolano y la política de austeridad burguesa impulsada por quienes desde el gobierno han manchado el nombre del socialismo.
Si bien, esta iniciativa ha surgido en el marco de la coyuntura electoral parlamentaria, busca ir más allá de la misma. A pesar de las diferencias programáticas y de tradiciones de cada una de las organizaciones, hasta el momento la voluntad mayoritaria ha expresado el imperativo de que esta alianza atienda las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre como el primer tramo de una carrera de largo aliento, en la cual debemos acumular fuerzas referenciando el sentir de los trabajadores, campesinos, comuneros y todos los sectores del pueblo que luchan por su dignidad. Para varias de las organizaciones que hoy se agrupan en la Alternativa Popular Revolucionaria, se están dando pasos inéditos en el necesario deslinde de las políticas gubernamentales, pero asentar tal desmarque requiere de un evento electoral propicio para presentar un posicionamiento y una propuesta distinta ante el país.
Desde Lucha de Clases entendemos los riesgos implícitos en la situación, donde el lanzamiento de la coalición para un evento electoral llamará a oportunistas y carreristas de toda índole, quienes tratarán de hacerse de candidaturas al margen de la política que se viene construyendo en el espacio. Por lo antes expuesto, debemos emplazar a las organizaciones que conforman la alianza a dar un férrea batalla contra el oportunismo corrosivo, avanzando de manera más acelerada en la clarificación y definición de principios políticos y programáticos rectores de toda decisión organizativa y coyuntural (incluyendo las candidaturas). A diferencia de la práctica política acostumbrada -donde el oportunismo y el carrerismo pululan a sus anchas, para los marxistas las ideas, las tradiciones y el programa están en primer lugar, sirviendo como base fundamental sobre lo cual debe definirse toda decisión organizativa o práctica. No puede ser al revés. La práctica ha demostrado con suficiente elocuencia el fracaso de la política de la unidad sin principios o programa, el famoso «vente tu» y sus nefastas consecuencias entre la izquierda.
Esto nos lleva a definir los límites de la alianza, que no puede permitirse ceder ante las fracasadas ideas reformistas o de centro, cuya bancarrota está a la vista de todos en Venezuela y el mundo. El reformismo nos trajo hasta el precipicio histórico en el que nos encontramos ahora, y por esta razón, no podemos tener ninguna contemplación con quienes intentarán cabalgar sobre las aspiraciones del pueblo trabajador, del esfuerzo revolucionario por defender los intereses de las mayorías pobres y oprimidas y asesinar la esperanza del renacer de la izquierda. Entendemos muy bien que los lapsos impuestos por el CNE para la inscripción de candidaturas -del 10 al 19 de agosto- exige celeridad en este asunto. Pero, si de verdad aspiramos construir una referencia que va a ir más allá de lo meramente electoral, la definición política y programática es urgente y necesaria, entendiendo que sobre los ejes que clarifiquemos tendremos que basar toda decisión unitaria.
En base a lo referido, Lucha de Clases propone al debate la consideración de los ejes: anti-imperialismo consecuente y lucha por el socialismo, como los principiospolíticos esenciales de la alianza. También, de cara al debate programático, planteamos sean asumidos los siguientes puntos:
1) Salario igual a la canasta básica.
2) Contra los despidos: inamovilidad laboral efectiva.
3) Salud y seguridad laboral.
4) Contra la especulación y el acaparamiento: control obrero y popular de la producción, distribución y comercialización de los bienes de primera necesidad.
5) Servicios públicos de calidad.
6) Salud y educación públicas, gratuitas y de calidad.
7) Respeto a la soberanía obrera y popular: ¡No más cercenamiento a los derechos sindicales y la organización de comunas y consejos comunales!
8) Respeto a los derechos fundamentales del pueblo: ¡No a la judicialización y criminalización de las luchas obreras, campesinas y populares!
9) Libertad a todos los trabajadores, campesinos y luchadores populares presos por luchar.
Consideramos que el alcance de todas estos puntos solo se puede lograr desmontando el Estado burgués y avanzando hacia una economía planificada socialista, en el marco de un Plan Económico de Emergencia Revolucionario:
10) Por una democracia directa: auto-organización obrera, campesina, comunera y popular.
11) Nacionalización -sin compensación- de los monopolios industriales, bajo control obrero.
12) Nacionalización -sin compensación- de todos los latifundios bajo control campesino.
13) Nacionalización -sin compensación- de la banca y las aseguradoras.
14) Creación de una Central Única de Importaciones.
15) Contra las privatizaciones: renacionalización de la economía.
Para Lucha de Clases todo candidato debe estar sujeto a una política conjunta, a un programa y a un compromiso de cumplimiento y no a su libre albedrío, o en otras palabras, al pragmatismo, la ideología burguesa y el oportunismo. Las candidaturas deben ser el resultado de una construcción política revolucionaria, que no puede asumir los curules como el fin de todo el esfuerzo. Todo candidato debe asumirse como un vehículo de difusión de las ideas y el programa definido, así como un portavoz de las diversas luchas sociales. Asimismo, de ser electos, estos compañeros deben buscar combinar la agitación revolucionaria en el parlamento, con la movilización de las masas fuera de este, entendiendo que su misión es develar las contradicciones y la inutilidad de este espacio para dar solución a los problemas del pueblo, empujando a la auto-organización obrera y popular, con el fin de que emerja un nuevo poder capaz de suplantar al Estado burgués, una vez maduren las condiciones para ello.
Entendiendo que las mieles corruptoras del Estado burgués se basan en prebendas y en la adquisición de condiciones de vida que alejan a los dirigentes de las clases que representan, proponemos que todo candidato asuma el compromiso de solo recibir un salario que le permita vivir dignamente, destinando el excedente a los distintos movimientos de lucha obrera, campesina y popular, de llegar a ser electo. Con un compromiso de este tipo, la Alternativa Popular Revolucionaria se podría proyectar como una alianza que exhibe con hechos y no con palabras su voluntad de luchar para evitar todas las desviaciones materiales e ideológicas del oportunismo, que tanto han asqueado a las masas de la política.
Lucha de Clases, como una de las organizaciones parteras de esta iniciativa, saluda el nacimiento de la Alternativa Popular Revolucionaria. A partir de ahora, el camino que debemos transitar estará lleno de retos, amenazas y riesgos, los cuales solo podremos combatir apelando a la convicción revolucionaria de que estamos en el lugar correcto de la historia.
Desde nuestra parte, el poder de las ideas revolucionarias que defendemos y nuestra voluntad de mantener nuestros pies en el barro de la lucha, nos confiere la responsabilidad de dar la batalla por lo que consideramos debe ser esta alianza. Ante cada debate y circunstancia, expondremos nuestra posición de manera compañera pero firme, empujando adelante al movimiento con todo nuestro modesto esfuerzo. Obviamente, no nos disolveremos en este frente de lucha, como seguramente ninguna organización lo hará, pero bajo la política de «marchar separados y golpear juntos» Lucha de Clases se esforzará en mostrarse como parte del sector más consecuente de cara a defender los ideales revolucionarios en esta alianza.
*Lucha de Clases es la sección venezolana de la Corriente Marxista Internacional
Ayer, una enorme explosión causó una incalculable destrucción y derramamiento de sangre en la capital libanesa. Esta tragedia era un desastre que esperaba suceder, y provocará la ira de las masas contra la camarilla corrupta de la alta sociedad. Sólo la lucha de la clase obrera puede poner fin a esta situación intolerable, escribe Alan Woods.
Beirut ha despertado esta mañana para ser testigo de las sombrías secuelas de una catastrófica explosión que ha devastado el centro de la capital libanesa, demoliendo edificios, volcando coches y otros vehículos, y haciendo añicos las ventanas en una amplia zona.
Durante muchos años, Beirut ha visto muchas escenas horribles de destrucción, pero este fue quizás el acontecimiento más impactante que ha golpeado a la ciudad.
Los vídeos tomados en los teléfonos de la gente mostraban densas nubes de humo, seguidas rápidamente por una explosión que envió ondas expansivas que se propagaron por muchos kilómetros. A la primera explosión le siguió una nueva y mucho más grande, que se pudo escuchar hasta en Chipre.
Una enorme nube en forma de hongo, con un siniestro parecido al que sigue a una explosión nuclear, se elevó en el cielo sobre la ciudad. Se desató un auténtico infierno cuando los edificios se derrumbaron y cayeron toneladas de vidrio como una lluvia de metralla sobre la gente aterrorizada.
Cientos de personas aturdidas y salpicadas de sangre vagaban por las calles buscando ayuda. Pero los hospitales de Beirut, ya abarrotados por la pandemia de coronavirus, estaban saturados. Y mucha gente debe seguir enterrada bajo los escombros, a los que ha quedado reducido el centro de esta orgullosa ciudad.
El número exacto de muertos aún no se conoce, pero debe ser mucho mayor que los informes iniciales que hablaban de “docenas” de muertos. Era un momento del día en el que la gente solía pasear por las calles después de que el peor calor del día hubiera terminado. Y esto fue en el puerto, una zona llena de bares y restaurantes.
El jefe de la Cruz Roja libanesa dice que hay más de 4.000 heridos, algunos de ellos en grave estado, y que el número de muertos puede llegar a 100. Dada la magnitud de la devastación, incluso esa cifra parecería conservadora.
Muchas personas siguen desaparecidas. Algunas víctimas siguen atrapadas bajo los edificios derrumbados, mientras que los trabajadores de rescate siguen buscando entre los escombros del puerto, arriesgando sus propias vidas, ya que las estructuras dañadas son inestables y están en peligro de derrumbe.
La explosión destruyó los principales silos de grano del puerto. El país depende de las importaciones para aproximadamente el 80 por ciento de su suministro de trigo. Pero el puerto de Beirut estará fuera de servicio durante algún tiempo.
Esta es una tragedia humana a una escala verdaderamente apocalíptica. Y tendrá consecuencias muy graves para el Líbano.
La crisis en el Líbano
Esta horrible explosión ha sacudido a la sociedad libanesa hasta la médula. Llega en un momento en que el país ha sido desgarrado por crisis económicas, sociales y políticas.
La crisis económica ha reducido a la mayoría de la población a la pobreza. Los trabajadores libaneses se enfrentan a condiciones horribles, con una moneda que se derrumba, precios en alza y aumento del desempleo. Cada vez más los trabajadores son incapaces de alimentarse por sí mismos.
Políticos aterrorizados, temerosos de la reacción de una población enfurecida, están desesperados por salvar algo de su autoridad, que ya estaba reducida a cenizas incluso antes de la presente calamidad.
Ahora prometen todo: los culpables serán castigados, las casas serán reconstruidas, un millón o más de ventanas rotas por la explosión serán reparadas – y todo a expensas del gobierno.
El primer ministro libanés Hassan Diab prometió que los responsables de la masiva explosión en el puerto de Beirut “pagarán el costo”. Él ha culpado de la catástrofe de hoy a la explosión de 2.700 toneladas de nitrato de amonio, que puede ser utilizado para hacer fertilizantes y explosivos.
Pero sería mucho más fácil lograr los milagros prometidos que reparar la reputación destrozada de la camarilla gobernante. Ya nadie confía en este gobierno. Nadie cree nada de lo que dice. Ahora están exigiendo explicaciones por el desastre que ha ocurrido.
¿Quién es el responsable?
La primera idea que se le ocurrió a mucha gente fue la posibilidad de un ataque terrorista. Dada la extrema inestabilidad de la región y la situación especialmente vulnerable del Líbano, no se podía descartar esa posibilidad. Pero no parece ser la explicación más probable ahora.
Otra posibilidad era que se debía a alguna potencia extranjera. El Líbano ha sido durante mucho tiempo objeto de intromisión por parte de todo tipo de potencias extranjeras, por lo que esto también era tal vez una suposición lógica. El dedo de la culpa podría dirigirse a Washington, donde la actitud agresiva de Donald Trump hacia Irán haría del Líbano un objetivo probable.
Pero en esta explosiva parte del mundo, los norteamericanos han aprendido de la dura experiencia los peligros de involucrarse demasiado en los países de Oriente Medio. Si se involucraran en un gran acto terrorista como éste, recurrirían a los servicios de sus amigos en Israel.
Las relaciones entre el Líbano e Israel se han vuelto aún más tensas en el pasado reciente, con brotes violentos cada vez más comunes en la frontera entre los dos países. No hace mucho, un ataque israelí dentro de Siria mató a un soldado del Hezbolá libanés, que juró venganza. Entonces, ¿fueron los israelíes responsables?
Los israelíes negaron instantáneamente toda responsabilidad por la explosión en Beirut. Tales negaciones oficiales, por supuesto, pueden tomarse con mucho cuidado. Pero en este caso, pueden ser correctas.
Aparte de todo lo demás, una negación tan firme está en franca contradicción con la respuesta habitual de Israel a las acusaciones, que no es ni confirmar ni negar. Es extremadamente inusual que se aparten de este método, lo que nos inclina a creerles, al menos en esta ocasión.
Mucho más interesante fue la reacción del gobierno del Líbano. Su Jefe de Seguridad Interna dijo que la explosión ocurrió en un área donde se almacenaban materiales altamente explosivos. Eso puede ser así. Pero esta es una explicación que no explica precisamente nada.
Aunque la causa exacta de la explosión aún no está clara, es bastante evidente que tal monstruosidad nunca podría haber ocurrido a menos que estuviera conectada con la corrupción generalizada que caracteriza a la élite capitalista gobernante que ha saqueado y explotado el Líbano durante muchos años.
Sólo ahora, después de una terrible catástrofe, la mayoría de los libaneses se han enterado de la existencia de 2.750 toneladas de mortífero nitrato de amonio, que se han almacenado en un hangar del puerto de la ciudad y han permanecido allí durante los últimos seis años.
Pero los registros públicos y los documentos disponibles en línea muestran que altos funcionarios libaneses sabían durante este período que el nitrato de amonio estaba almacenado en el Hangar 12 del puerto de Beirut. Y eran muy conscientes de los peligros que representaba.
Un desastre anunciado
Al Jazeera ha arrojado algo de luz sobre los orígenes de este cargamento mortal:
“El cargamento de nitrato de amonio llegó al Líbano en septiembre de 2013, a bordo de un carguero de propiedad rusa con bandera de Moldavia. El Rhosus, según la información del sitio de rastreo de buques, Fleetmon, se dirigía de Georgia a Mozambique.
“Se vio obligado a atracar en Beirut después de enfrentarse a problemas técnicos en el mar, según los abogados (PDF) que representan a la tripulación del barco. Pero los funcionarios libaneses impidieron que el buque navegara y, finalmente, fue abandonado por sus propietarios y la tripulación, información parcialmente corroborada por Fleetmon.
“La peligrosa carga del barco fue descargada y colocada en el Hangar 12 del puerto de Beirut, una gran estructura gris que da a la principal autopista norte-sur del país en la entrada principal de la capital.
“Meses después, el 27 de junio de 2014, el entonces director de la Aduana libanesa Shafik Merhi envió una carta dirigida a un ‘juez de asuntos urgentes’ sin nombre, pidiendo una solución para la carga, según documentos compartidos en línea.
“Los funcionarios de aduanas enviaron al menos cinco cartas más en los siguientes tres años – el 5 de diciembre de 2014, 6 de mayo de 2015, 20 de mayo de 2016, 13 de octubre de 2016 y 27 de octubre de 2017 – pidiendo directrices. Propusieron tres opciones: Exportar el nitrato de amonio, entregarlo al ejército libanés o venderlo a la Compañía Libanesa de Explosivos de propiedad privada.
“Una carta enviada en 2016 señalaba que no había habido ‘respuesta’ de los jueces a las solicitudes anteriores.
“Se alegó:
“‘En vista del grave peligro de mantener estas mercancías en el hangar en condiciones climáticas inadecuadas, reafirmamos nuestra petición de pedir a la agencia marítima que reexporte inmediatamente estas mercancías para preservar la seguridad del puerto y de los que trabajan en él, o que estudie la posibilidad de aceptar la venta de esta cantidad’ a la Compañía Libanesa de Explosivos.
“Una vez más, no hubo respuesta.
“Un año después, Badri Daher, el nuevo director de la Administración de Aduanas del Líbano, escribió de nuevo a un juez.
“En la carta del 23 de octubre de 2017, Daher instó al juez a tomar una decisión al respecto en vista del ‘peligro… de dejar estas mercancías en el lugar en el que se encuentran, y para los que trabajan allí’.
“Casi tres años después, el nitrato de amonio seguía en el hangar.”
Un régimen capitalista corrupto
Los periodistas y observadores extranjeros, culpables de una extrema ingenuidad o de una extrema estupidez, se preguntan cómo es posible que grandes cantidades de material altamente explosivo se almacenen durante tanto tiempo (al parecer desde 2014) en medio de una zona densamente poblada en el centro mismo de la capital del país.
Pueden encontrar esas cosas sorprendentes. Y los más extrañados se enteran de que nadie hizo ninguna pregunta sobre este increíble estado de cosas. No se realizaron inspecciones. O, si lo fueron, nunca se dieron informes, no se hicieron arrestos, y este enorme barril de pólvora se dejó solo hasta que voló el puerto de Beirut por los aires.
Pero nadie en el Líbano sueña con hacer tales preguntas, por la buena razón de que la respuesta es bien conocida por ellos. Así es como se llevan a cabo los asuntos públicos en el Líbano. Así son las cosas. Así, siempre lo serán, mientras se permita que el actual sistema corroído continúe.
La mayoría de los libaneses tienen muy claro cuáles son las causas fundamentales: la omnipresente mala gestión en un Estado dirigido por una clase política capitalista corrupta. El puerto de Beirut es conocido por los habitantes como la “Cueva de Alí Babá y los 40 Ladrones”, un lugar donde se esconden grandes cantidades de fondos estatales malversados y donde se pagan fastuosos sobornos a los funcionarios para evitar la desagradable necesidad de pagar derechos de aduana.
Los políticos y burócratas se han salido con la suya con estos delitos durante décadas. Pero todas las cosas tienen su límite. Y los límites de la paciencia de las masas en el Líbano han sido alcanzados. La explosión de ayer fue sólo la última gota que colmó el vaso.
Al Jazeera informó las palabras de Rima Majed, una socióloga y activista política libanesa:
“Beirut se ha ido y los que gobernaron este país durante las últimas décadas no pueden salirse con la suya. Son criminales y este es probablemente el mayor de sus (demasiados) crímenes hasta ahora”.
Colapso económico
La banda de ladrones que dirige el país ha provocado un colapso económico sin precedentes. Esta gente es corrupta hasta la médula de los huesos. Ha habido un colapso virtual de la libra libanesa. La Lira ha perdido una gran parte de su valor.
Pero mientras que el tipo de cambio oficial es de un dólar por cada 1.500 liras libanesas, en el mercado negro se pueden comprar a 4.300 liras por dólar. Los ricos pueden hacer una rápida fortuna especulando con la apreciación de la moneda. Se hacen aún más ricos, mientras que la hiperinflación ha destruido el nivel de vida de los pobres y ha liquidado los ahorros de toda la vida de la clase media.
Un pequeño puñado de parásitos capitalistas súper ricos ha hecho grandes fortunas con la estafa, el robo y la corrupción. Han saqueado las finanzas públicas, enriqueciéndose alegremente mientras acumulan deuda pública hasta el punto de que, inevitablemente, el gobierno libanés tuvo que dejar de pagar su deuda en el mes de marzo. Han reducido literalmente al país a la bancarrota.
El gobierno está volcando sus esperanzas en el FMI y otros paquetes de préstamos internacionales. Pero a la burguesía internacional no le gustaba mucho entregar grandes cantidades de dinero a un montón de ladrones corruptos en Beirut.
No es que estuvieran particularmente preocupados por los aspectos morales de la corrupción, sino que simplemente temían (bastante correctamente) que los caballeros de Beirut se embolsaran el dinero y contrajeran nuevas deudas, que no estarían en condiciones de devolver.
En consecuencia, se retrasaron. Ahora, sin embargo, enfrentados a una tragedia humana de dimensiones espantosas, se verán obligados a dar al menos algo. Una vez más, no tanto por razones humanitarias sino por temor a las consecuencias de un colapso total del Líbano en toda la región.
Pero la llamada ayuda extranjera no resolverá los problemas del Líbano. El simple hecho de acumular más deudas no resolverá nada. Ni uno solo de los problemas básicos se habrá resuelto, y el pueblo del Líbano se presentó con la cuenta.
El brote de COVID-19, que ha golpeado al Líbano con más fuerza que en la mayoría de los países, ha añadido miseria general. Los trabajadores se enfrentan a la opción de morir de hambre en casa o arriesgarse a morir a manos del virus.
¡Echadlos a todos!
Mientras la vida en el Líbano esté controlada por un puñado de codiciosos multimillonarios y sus corruptos títeres políticos, nada cambiará sustancialmente.
Hezbollah, que dice defender a los pobres, ha liderado un gobierno de unidad nacional desde las elecciones de 2018. ¿Pero qué ha hecho para ayudar a los pobres y a la clase trabajadora? Ha llevado a cabo políticas de austeridad, que van en contra de los intereses del pueblo que lo votó.
El nuevo gobierno libanés, dirigido por Hassan Diab, ha fracasado por completo en la resolución de los problemas del país. Esto no debería sorprender a nadie, ya que nunca fue su intención hacerlo. El gobierno está respaldado y apoyado por Hezbollah, el Movimiento Amal y el Movimiento Patriótico Libre.
Estos mismos partidos y políticos estuvieron involucrados en el último gobierno, que dirigió el país durante más de dos años. Este no es un gobierno de cambio, sino un gobierno del status quo que llevó al Líbano al punto muerto al que se enfrenta hoy en día.
No se puede confiar más en las medias tintas de los políticos en el poder. Todos ellos deben ser eliminados. Las masas sólo pueden confiar en sus propias fuerzas
Se necesitan cambios fundamentales
El año pasado, el país fue sacudido por manifestaciones masivas, que unieron a todos los sectores del pueblo explotado contra el gobierno, superando todas las líneas de divisiones sectarias y religiosas.
En un pequeño país de seis millones, casi dos millones de manifestantes salieron a las calles exigiendo la caída del gobierno. Eso fue una verdadera inspiración para los trabajadores y la juventud de todo Oriente Medio –en todo el mundo, de hecho.
Ni siquiera la pandemia del coronavirus ha detenido la revolución. El 28 de abril, los trabajadores volvieron a las calles del Líbano en una abierta muestra de fuerza contra el gobierno.
¡Trabajadores y jóvenes del Líbano!
Ha llegado el momento de poner fin a esta situación intolerable.
Lo que se necesita no es esta o aquella reforma, sino un cambio fundamental, una revolución, de hecho.
En vuestras manos tenéis un enorme poder. Ni una lámpara brilla, ni una rueda gira, ni un teléfono suena sin el permiso de la clase obrera.
Es necesario movilizar esa fuerza para derrocar al régimen brutal, corrupto e injusto que ha llevado a vuestro país a su actual condición lamentable.
No escuchéis a los que intentan convenceros de que os mantengáis alejado de las calles, de que esperéis tiempos mejores, de que creáis que las mismas personas que os redujeron a la ruina harán ahora milagros en vuestro nombre.
Esta es una mentira, una descarada y escandalosa mentira, como todas las demás mentiras con las que os han alimentado durante tanto tiempo.
No podéis confiar en el gobierno, ni en los partidos y dirigentes que lo apoyan, directa o indirectamente.
Particularmente peligrosas y contrarrevolucionarias son aquellas fuerzas que buscan dividiros en líneas sectarias o religiosas. La única fuerza de la clase obrera reside en su unidad. No debemos permitir que nada ni nadie la socave.
Cristianos y musulmanes, sunitas y chiítas, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, todos los oprimidos y explotados de la sociedad deben unirse contra el enemigo común. ¡Unidos nos mantenemos, divididos caemos! ¡Que ese sea el lema de lucha de la revolución socialista libanesa!
Las masas sólo pueden confiar en sus propias fuerzas. Una vez que se movilicen para cambiar la sociedad, ¡ninguna fuerza en la tierra podrá derrotarlas!
El camarada Muhammad Amín, miembro activo de la Alianza de la Juventud Progresista (PYA) en Karachi, fue secuestrado de su domicilio en la Colonia Shah Faisal de Karachi por los Rangers (una fuerza paramilitar de Pakistán) el 14 de julio. Hasta el día de hoy nadie sabe su paradero, ni siquiera la policía y el Tribunal Supremo de Pakistán.
¿Qué ocurrió?
El 14 de julio a las 2 de la madrugada, su casa fue atacada por docenas de Rangers que entraron por la fuerza sin ninguna orden judicial o permiso legal. Amenazaron a su hermana Sairo Bano (también miembro del PYA) y a su madre con graves consecuencias, antes de secuestrarlo.
La familia preguntó sobre los cargos en su contra y cualquier otra razón para este ataque, pero no se les dio ninguna respuesta. Más bien, se registró toda la casa y se maltrató a la familia. Más tarde, la familia de Amin se acercó a la policía, pero la comisaría local se negó a registrar su queja, ni les informaron sobre el paradero de Amin. Debido a esta situación, su madre está en una condición crítica.
La familia también ha presentado una solicitud de hábeas corpus en el Tribunal Supremo después de cumplir con todos los requisitos, pero el tribunal también ha retrasado el asunto, generalmente considerado urgente en términos legales, y la fecha de la audiencia se ha establecido ahora para el 7 de agosto.
Ha habido muchas protestas en varias ciudades de todo el país a pesar de la intimidación de las autoridades para que se abstuvieran de estas protestas. También se realizó una gran protesta en Karachi el 21 de julio en la que participaron una gran cantidad de activistas políticos y trabajadores de derechos humanos y exigieron la liberación de Amin y otras personas que fueron secuestradas por los Rangers y otras fuerzas de seguridad en todo el país.
Ser torturado o morir
Las vidas de Amin y de muchos otros que han sido secuestrados en diferentes partes del país están en juego. En muchos casos antes de esto, las víctimas de los Rangers han sido severamente torturadas durante el confinamiento, mientras que muchas han perdido la vida. Muchos también se ven obligados a unirse a partidos políticos especiales apoyados por la clase dominante. Si se niegan, son amenazados con implicación en delitos penales graves, después de lo cual se pudren en la cárcel por el resto de sus vidas.
A medida que más personas caen en la pobreza extrema y las privaciones, la represión estatal está alcanzando nuevos niveles. Todo esto se hace para frenar todo tipo de procesos políticos, contra el saqueo y el robo por parte de la élite y para defender sus estilos de vida extremadamente lujosos. Estos secuestros se han convertido en una rutina común en Pakistán y, de hecho, se ha convertido en un negocio próspero para el personal de las fuerzas de seguridad. Por lo general, se denominan “personas desaparecidas” en Pakistán y su número ha llegado a miles en los últimos años.
Muchas víctimas son torturadas severamente y luego son obligadas a admitir delitos graves sin ser presentadas en ningún tribunal. Las familias de las víctimas son hostigadas continuamente y las mujeres son agredidas sexualmente en varios casos. También se exigen enormes sumas por sobornos a las familias para liberar a las víctimas y, en algunos casos, se les dice a las familias que si dan un soborno, la persona secuestrada de su familia no será torturada. Sin embargo, no se permite el contacto de la víctima con la familia ni por teléfono, ni se revela el paradero de la víctima. Según muchos informes, los cadáveres de las víctimas que murieron durante la tortura en el pasado solo fueron entregados a sus familias después de recibir grandes sumas de dinero como sobornos. Muchos miembros mayores de la familia también han muerto debido a ataques cardíacos después de enfrentarse a tal barbarie.
Jugar con vidas humanas es un negocio sucio
Los tribunales, los departamentos de cumplimiento de la ley y los partidos políticos están indefensos o son parte de este sucio negocio de jugar con la vida de las personas en todo el país, y Amin es uno de ellos. Quien alza la voz contra esta injusticia perpetrada por las fuerzas de seguridad es calificado de traidor y amenazado de sedición, o lo peor de todo, es secuestrado.
Las leyes en Pakistán ya son enormemente represivas como resultado del imperialismo británico, establecido para subyugar a las masas coloniales. Hoy en día, la represión estatal ha ido más allá de esos límites e hizo una farsa del sistema legal, que se ha convertido en una hoja de parra para cubrir sus crímenes.
La barbarie desnuda se ha convertido en el orden del día en todo el país. El Estado, los tribunales y otras instituciones se han vuelto tan podridas, corruptas y degeneradas que se han vuelto totalmente inútiles. El Estado utiliza el apoyo de las potencias imperialistas como los Estados Unidos y otros países occidentales para perpetuar esta barbarie. El apoyo financiero del FMI y del Banco Mundial también está contribuyendo a esta represión bárbara.
La crisis de todos los partidos políticos aquí también es muy profunda y la clase dominante hoy no tiene ningún partido político que tenga una apariencia de confianza en ningún sector de las masas, como tenían en el pasado. Además, los intentos de imponer nuevos partidos políticos desde arriba no son recibidos con entusiasmo como antes, especialmente después del fracaso dramático del PTI, que ahora se supone que gobierna el país. En todas estas circunstancias, la difícil situación de los activistas políticos contra toda esta injusticia empeora con la represión estatal que alcanza niveles sin precedentes.
Necesitamos solidaridad
Hacemos un llamamiento a los trabajadores del mundo y a nuestros compañeros de diferentes países para que realicen protestas contra estos crímenes bárbaros del Estado pakistaní. Tú también puedes:
– Escribe cartas y correos electrónicos a las embajadas de Pakistán en diferentes países a título personal o en nombre de tu organización
– Organiza protestas frente a ellas y publica los videos en las redes sociales con los hashtags específicos
– Publica comentarios y opiniones en las redes sociales al respecto mientras etiqueta al Primer Ministro de Pakistán, DG Rangers Sindh y al Ministro del Interior de Pakistán
– Organiza debates sobre esta barbarie en tu área local o centro de trabajo sobre los crímenes del Estado paquistaní.
Exigimos la liberación inmediata del camarada Muhammad Amin o, si hay algún cargo contra él, que comparezca ante el tribunal. También exigimos la liberación de todas las personas secuestradas por las fuerzas de seguridad de Pakistán o, en su defecto, que las presenten ante los tribunales de inmediato si hay cargos en su contra. Este es un derecho democrático básico de todo ser humano y debemos luchar por este derecho.
#ReleaseAmin
#StopStateAbductionsInPakistan
*Lal Salam es la sección pakistaní de la Corriente Marxista Internacional
A medida que la sociedad comienza a reabrirse, la clase dominante espera una vuelta a la “normalidad”. Pero el futuro no se parecerá en nada al pasado. Se avecina una profunda depresión que amenaza con lanzarnos atrás hacia la década de 1930. Debemos luchar por la revolución.
Con la relajación del encierro, estamos en un período de aparente calma. Pero es una calma antes de la tormenta.
En el barullo de los acontecimientos, especialmente en este momento, es posible desconcertarse. Los acontecimientos se mueven tan rápido que apenas hay tiempo para recuperar el aliento. Por lo tanto, es importante dar un paso atrás ocasionalmente para ver la imagen más grande.
El Banco de Inglaterra ha declarado que la crisis actual es más profunda que cualquier cosa que hayamos presenciado durante 300 años. La economía de los Estados Unidos, el país capitalista más poderoso del mundo, cayó un fenomenal 52,8% en el segundo trimestre de 2020, según la Reserva Federal de Atlanta. La economía de China se contrajo un 6,8% en los primeros tres meses de 2020, la primera contracción de ese tipo registrada en el país. La economía del Reino Unido cayó un 20,4% solo en abril, después de una caída del 5,8% en marzo, un récord anterior.
El sistema capitalista está hecho un desastre. Por pura desesperación, los gobiernos y los bancos centrales han invertido billones de dólares en la economía para apuntalarla. La Reserva Federal de los Estados Unidos está ampliando su hoja de balance en $12 billones, el doble del nivel de 2008. Otros han seguido su ejemplo. El aumento en la relación de la deuda del gobierno del Reino Unido con el ingreso nacional es el más alto en 57 años: casi el 100% del PIB, y sigue aumentando.
Esto no tiene ningún precedente, y es completamente catastrófico. Esto representa un punto de inflexión decisivo en el Reino Unido y el mundo. El anciano Henry Kissinger, estratega del capital, advirtió sobre un “mundo en llamas”.
Causa y efecto
La pandemia no fue la causa, sino el desencadenante de esta desaceleración. Sin embargo, la magnitud del brote ciertamente ha agravado la crisis.
“La pandemia fue solo el detonante de una recesión que ya se acercaba”, declaró el Financial Times (3 de junio), en una admisión inusualmente franca.
Sin embargo, hay indicios de que una segunda ola llegará en el próximo período. La causa se ha convertido en efecto, y el efecto se ha convertido en causa.
Marx explicó que tan pronto como un sistema social no es capaz de desarrollar las fuerzas productivas, es decir, su economía, entra en crisis y se abre la era de la revolución social. Este es precisamente el período en el que hemos entrado.
Esta no es una crisis ordinaria, sino una crisis endémica, que refleja el agotamiento total del sistema capitalista. Lo que hemos entrado es una nueva depresión mundial, peor que la de 1930. Esto durará años, sin un final a la vista. Una guerra comercial también parece muy probable, ya que los países intentan exportar unos contra otros para salir de la crisis. “A menos que instituciones como el FMI y el BID [Banco Interamericano de Desarrollo] intensifiquen drásticamente sus préstamos, una nueva ola de impagos de la deuda podría recrear la década de 1930”, declara el Financial Times. Pero, en realidad, cualquier cosa que hagan estará mal.
“Esta es una perspectiva profundamente aleccionadora, ya que es probable que la crisis deje cicatrices duraderas y plantee importantes desafíos mundiales”, dijo Ceyla Pazarbasioglu, del Grupo del Banco Mundial.
Guerra de clases
En la década de 1930, la Gran Depresión, como se la conocía, solo fue “resuelta” por la devastación de la Segunda Guerra Mundial.
Una nueva depresión, más profunda que cualquier cosa que hayamos conocido, no puede terminar esta vez en na guerra mundial. Tal guerra, en la época actual de las armas nucleares, está descartada, ya que destruiría el planeta. Siendo ese el caso, todas las contradicciones de la crisis capitalista serán internalizadas. Por lo tanto, no es la guerra entre países, sino la guerra de clases lo que está en el orden del día.
Esta depresión significa desempleo masivo permanente. Ya en los Estados Unidos, 45 millones de trabajadores han sido expulsados de las empresas, alrededor del 25% de la fuerza laboral. En Reino Unido, más de 9 millones de trabajadores han recibido ERTEs. Millones en todas partes se enfrentarán a la pesadilla del desempleo y la austeridad. Pero no se quedarán de brazos cruzados.
Con esta agonía mortal del capitalismo, la austeridad despiadada y la caída del nivel de vida están a la orden del día. A medida que se agotan los ERTEs, la situación real quedará cada vez más expuesta.
La conciencia se está transformando sobre la base de estos acontecimientos, especialmente cuando las personas se dan cuenta de que no habrá retorno a la “normalidad”, como antes. El movimiento de masas en los Estados Unidos es un buen ejemplo. Millones se van a radicalizar y sacarán incluso conclusiones revolucionarias.
Por lo tanto, esta crisis plantea cuestiones vitales ante el movimiento sindical y laborista. La ‘normalidad’ del pasado ha quedado completamente desfasada. Necesitamos sacar todas las conclusiones de esta situación sin precedentes.
La clase dominante está preparando una enorme ofensiva contra la clase trabajadora, con recortes masivos, pérdida de empleos y ataques a los salarios y las condiciones de vida. Esto significa una plena guerra de clases, que representa una amenaza para todas las conquistas del pasado.
La catástrofe del capitalismo
La elección es clara: o nos inclinamos y aceptamos el sistema capitalista; o debemos luchar para derrocarlo. No hay camino intermedio. Está descartado un regreso a los “buenos viejos tiempos”. Los sindicatos y las organizaciones obreras deben convertirse en “lugartenientes obreros del capital”, o transformarse en organizaciones revolucionarias.
Debemos decirles a los trabajadores la verdad: sobre una base capitalista, no habrá nada menos que una catástrofe para los trabajadores. Es esencial que el movimiento adopte una perspectiva revolucionaria, o será aplastado.
Ante este asalto, debemos resistir cada ataque. Ante los despidos masivos, debemos luchar por repartir el trabajo sin pérdida de salario. Ante los cierres, debe haber ocupaciones de empresas, con el fin de que sean nacionalizadas bajo el control de los trabajadores. Debemos oponernos a todos los recortes salariales y luchar por un salario digno real.
Frente a esta depresión sin precedentes, la economía debería ser arrancada de las manos de los capitalistas y puesta en manos de la clase trabajadora. De esta manera podemos planificar racionalmente la economía para nuestras necesidades, y no para las ganancias de los bancos y monopolios.
Aprovechar la ocasión
La lucha también debe continuar eliminando a los arribistas del Partido Laborista y luchar por un programa socialista valiente, no para remendar el capitalismo, sino para derrocarlo. Esto puede parecer poco realista para muchos, pero vivimos en tiempos sin precedentes. Las cosas que parecen irrealizables un día se vuelven realizables al siguiente. Sobre todo, estamos en un período de cambios bruscos y repentinos.
En 1992, Ted Grant, quien ayudó a fundar Socialist Appeal, explicó que el colapso de la Unión Soviética fue un evento histórico importante. Pero afirmó que no sería nada comparado con el colapso del capitalismo. Esta predicción está realizándose ahora frente a nuestros propios ojos.
El llamamiento a rearmar el movimiento obrero debe ir de la mano con la construcción de las fuerzas del marxismo en el Reino Unido e internacionalmente. Como guía para la acción, las ideas del marxismo nunca han sido más relevantes.
El mundo está en llamas. Necesitamos aprovechar la ocasión y luchar para cambiar la sociedad.
En el contexto de un fuerte incremento del contagio del COVID-19 y de una crisis económica y social sin precedentes, los sectores más rancios de la gran burguesía argentina y sus representantes políticos juegan un partido fuerte contra el gobierno de Fernández & Fernández con un claro objetivo de lastimar y desgastar.
En la editorial anterior señalamos el oportunismo del macrismo y sus satélites que al comienzo de la pandemia “aceptaron” el frente en común “liderado” por Alberto Fernández por las medidas implementadas contra el COIVID-19.
Más luego fue el comienzo sin retorno de una serie de comportamientos políticos que muestran a toda luz la conducta cínica e hipócrita de la burguesía y del conjunto del empresariado. No solo fue la ruptura del confinamiento social con la voz de orden del empresariado argentino que impuso despidos y suspensiones, potenciando la debacle de la economía que se asemeja a un barco a la deriva a pesar de las medias implementadas por el gobierno nacional.
En uno de los comunicados nacionales, el presidente Fernández junto al Jefe de Gobierno de CABA Horacio Rodríguez Larreta y el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires Axel Kicillof, daban cuenta de esta realidad cuando describieron el aumento de la circulación de miles de trabajadores empujados a salir por el plato de comida ante la presión de los grandes patrones.
Luces y sombras de un gobierno débil
Las intenciones del gobierno nacional se muestran impotentes para contener una situación de extrema complejidad social potenciada por el COVID-19 -sobre todo en zonas calientes como Chaco, Neuquén, Córdoba, Río Negro y AMBA-, entrelazada con la crisis mundial capitalista que azota la región y sobre todo a la Argentina, sumado al endeudamiento dejado por el gobierno de Mauricio Macri, que ha desbastado la economía y el mercado interno, pauperizando el salario y los convenios colectivos a la baja. El Proyecto de Ley del impuesto (por única vez) a las grandes fortunas que grava entre el 2% y el 3,5% a las 12.000 fortunas más importantes del país, y que generaría una recaudación aprox. de u$s3.600 millones, tuvo reparos en el propio equipo económico del gobierno, en el espacio del Frente de
Todos –Sergio Massa- y en los partidos satélites como el de Roberto Lavagna, aunque a mediados de mayo esperaban lograr los 129 votos para que pase al Senado, a la fecha no se ha tratado.
Al mismo tiempo, Lavagna puja por el cierre de un acuerdo de la deuda con los acreedores privados ya que lo considera como un punto de inflexión para la “recuperación” de la economía ante el derrumbe en puertas del 75,6% de la construcción en abril y del resto de las industrias una caída del 33,5% según los datos del Indec; y para esto hay que generar un clima favorable para el crecimiento y el desarrollo. O la ambivalencia de Sergio Massa en un intento de quedar bien con el empresariado y el kirchnerismo, siempre y cuando el proyecto de ley del impuesto a las grandes fortunas se enmarque en un paquete de reformas impositivas mucho más grande, algo que solo podría digerirse (acordar) con un Macrismo que renunciase al Macrismo.
El Proyecto de expropiación de la planta agroexportadora Vicentín, es otro de los casos de ambigüedad, que se deriva del intento de reconciliar lo irreconciliable, del Frente de Todos. Los malos augurios de Roberto Lavagna nuevamente se hicieron escuchar, cuando señaló de manera clara que el “proyecto de Expropiación de Vicentín será un verdadero fracaso en el Congreso”. Por cierto, un proyecto que comenzó con la idea de Alberto Fernández de expropiación con el acuerdo y ante la diligencia del Gobernador de Santa Fe Omar Perotti, se congeló la iniciativa de enviar al Congreso un proyecto de ley para declarar a la cerealera de “utilidad pública” y pedir la expropiación. Entonces, se pidió «la intervención judicial de Vicentín S.A.I.C. y la conformación de un Órgano de “Intervención” al considerar que la compañía tiene un «entramado societario que requiere control» y «los actuales integrantes del directorio no resultan idóneos para conducir la compleja situación». (BAE Negocios 22/06/2020)
Estas son las “ambivalencias” y “contradicciones “del Frente de Todos. En épocas de auge económico es más fácil para las opciones policlasistas llevar adelante una política de garantizar las ganancias por arriba y atender las demandas por abajo, como vimos en el ciclo 2003/2014-15, pero en épocas de crisis esto se hace imposible tensionando por las contradicciones entre los intereses de los empresarios, banqueros y terratenientes y de los trabajadores ya que estos son antagónicos e irreconciliables. Las contradicciones del Frente de Todos son producto de intentar cuadrar el círculo y expresan un límite de clase.
Como en todo movimiento hay centro, izquierda y derecha. El surgimiento de Alberto Fernández es el corolario de diversos sectores para “poner fin” a los cuatro años de entrega del país de manos de “Juntos por el Cambio”. Podríamos suponer entonces, que los sectores de izquierda del Frente de Todos son los que plantean el impuesto a las grandes fortunas y el Proyecto de Ley de expropiación de Vicentín. Además, podríamos presumir que estos sectores son los más avanzados del movimiento y que por lo tanto debemos “esperar” una convocatoria de masas para imponer estas ideas al centro y derecha del Frente de Todos. En definitiva, tal conjetura es pedirle peras al olmo. No hay radicalización posible de la dirigencia “más audaz” del Kirchnerismo. No solo que se encargaron de cerrar un ciclo de lucha en el 2018 con arreglos a la baja, sino que en el 2019 apostaban solo a las elecciones “cerrando” la tendencia a la independencia de clase de los trabajadores impelidos por la crisis en ciernes económica y social. “No queremos un 2001 necesitamos un 2003” se escuchaba en los actos callejeros.
El Frente de Todos es lo que es. Un abanico, un matrimonio “forjado” tan solo en un principio: salvar la gobernabilidad del régimen capitalista preservando sus instituciones y mecanismos de funcionamiento. Forjemos la Independencia política, la Independencia de clase
“Queremos la abolición de las clases. ¿Cuál es el medio para alcanzarla? La dominación política del proletariado. Y cuando en todas partes se han puesto de acuerdo sobre ello, ¡se nos pide que no nos mezclemos en la política! Todos los abstencionistas se llaman revolucionarios y hasta revolucionarios por excelencia. Pero la revolución es el acto supremo de la política; el que la quiere, debe querer el medio, la acción política que la prepara, que proporciona a los obreros la educación para la revolución y sin la cual los obreros, al día siguiente de la lucha, serán siempre engañados por los Favre y los Pyat. Pero la política a que tiene que dedicarse es la política obrera; el partido obrero no debe constituirse como un apéndice de cualquier partido burgués, sino como un partido independiente, que tiene su objetivo propio, su política propia.” (Sobre la acción política de la Clase Obrera – Federico Engels 21/9/1871)
Alberto Fernández intenta salvar el barco -que se encuentra a la deriva-, y colocar a los y las trabajadoras como furgón de cola a una salida política y económica de la burguesía, generando un relato hacia los trabajadores con los proyectos de prohibición de los despidos, el impuesto a las grandes fortunas y la expropiación de Vicentín. Por otra parte, en el caso de Vicentín si fuera expropiada, los trabajadores no tienen participación real en la conducción y control. Como sucede en otras empresas estatales, Aerolíneas Argentinas o YPF que tampoco los obreros están dirigiéndolas.
La clase obrera puede y debe defender sus conquistas sin embanderarse políticamente detrás de una corriente burguesa o burocrática estatista.
La política de la izquierda parlamentaria no ofrece ninguna salida de independencia de la clase.
¿Qué tiene esto de progresivo para la clase obrera? Nada, en la medida en que se combinan dos fenómenos.
Por un lado, se muestra como salida al Parlamento burgués, es decir, invierten la ecuación de la táctica revolucionaria de la intervención en el parlamento: los diputados deben estar subordinados y al servicio de las luchas y movilizaciones obreras ayudando a generar y desarrollar el poder obrero en las barriadas y fábricas. Por el contrario, la actividad del FIT – Unidad gira alrededor de los diputados de izquierda, sus proyectos, los discursos en la TV y sobre todo el trabajo político en un ambiente totalmente hostil a la clase: el Parlamento.
Por el otro, que se relaciona dialécticamente con el trabajo que sostienen en el Parlamento los Diputados del FIT -Unidad, es la sustitución de un verdadero desarrollo de la clase en tanto que el programa revolucionario pueda materializarse en fuerza real. Algo que supone una actitud diferente en cuanto a la táctica de Frente Único concebido por los viejos revolucionarios.
Ya Marx y Engels en el Manifiesto Comunista señalaban
“¿Qué relación guardan los comunistas con los proletarios en general? Los comunistas no forman un partido aparte de los demás partidos obreros. No tienen intereses propios que se distingan de los intereses generales del proletariado. No profesan principios especiales con los que aspiren a modelar el movimiento proletario.”
Podemos afirmar que el peronismo en sus diferentes fases históricas se reivindica como un movimiento policlasista y el lugar que le toca a la clase obrera es subsumida a la estrategia burguesa. Lo que queda en claro es que es un movimiento de masas obrero y popular con una dirección burguesa. Por ello, es imprescindible, preservar las banderas de independencia de clase en relación a los partidos burgueses y a su Estado, pero esto no supone independencia de los trabajadores; la táctica de Frente Único, la unidad de acción, son fundamentales para mantener una política revolucionaria hacia la base de estos movimientos incluso hacia sus cuadros medios de dirección en las fábricas, hasta que vayan definiéndose en líneas de clase.
La táctica del marxismo es “golpear en unidad de acción por demandas concretas, mantener banderas separadas”. Incluso desde un punto de vista “práctico”, la autonomía de clase potencia la capacidad de defensa de las libertades democráticas o reivindicaciones económicas de la clase obrera.
De todas formas, de lo que se trata es de mantener una política de independencia de la clase en términos políticos y programáticos.
La ausencia casi absoluta de una respuesta de clase, independiente, revolucionaria a la crisis y al desquicio de la economía, respuesta que permitiría atraer a sectores medios, incluso a muchos estudiantes, que hoy están bajo la influencia de la derecha y no ven salida, como aliados de la clase obrera. Esta afirmación hace que se recicle una y otra vez el peronismo como movimiento que mantiene una tutela política e ideológica sobre los trabajadores.
Construir una alternativa revolucionaria Construir el partido de trabajadores
Creemos que es importante mantener el debate fraternal con los compañeros del FIT – Unidad.
El desarrollo del punto anterior supone abordar de manera seria la necesidad de construir nuestro partido de trabajadores.
El FIT – Unidad apenas es una tendencia en el movimiento de masas, y podemos afirmar que no se visualiza como una alternativa seria para el conjunto de los trabajadores.
Hay otro tipo de obstáculos cuando los compañeros señalan que hay que construir la izquierda, esto se combina con algunas de las apreciaciones políticas que rezan que el partido revolucionario es el FIT -Unidad o algunos de sus integrantes.
La pregunta es cómo ayudamos a la ruptura definitiva con el policlasismo a los enormes sectores de masas que aún siguen viendo a Fernández y Fernández como una alternativa válida.
Consideramos que esto supone en primer lugar atraer a los sectores de base más descontentos con la política de Alberto Fernández de ceder a las presiones de los sectores más rancios de la burguesía.
Ese malestar en una parte del activismo obrero y de cuadros medios es un buen comienzo.
Ahora bien, la historia en política, pesa y en general, la dirección peronista se ha encargado de señalar a la izquierda como gorila.
Si tan solo vemos como en 2008 el MST marchaba juntos a los chacareros o dejaban sus banderas rojas en Recoleta, tenemos un problema entre manos.
O en las movilizaciones del 24 de marzo cuando se marcha por separado o se hacen actos por afuera de la inmensa marea de asistentes, se renuncia a la lucha política con prensa, volantes y en una actitud fraterna con la base obrera y popular de los movimientos y organizaciones que se referencian en el Kirchnerismo.
Lo que decimos no supone diluirse o no hacer una columna propia, pero sí obliga a los revolucionarios a mantener un trabajo sistemático en todos los planos, propaganda, agitación, teoría y organización hacia la vanguardia. En definitiva, se trata de disputar la tutela de la clase al peronismo y esto supone en primer lugar levantar la construcción de un partido de trabajadores que debe ligarse a la construcción del Partido Revolucionario para la Argentina.
Preparemos el futuro
La crisis mundial capitalista no encuentra precedentes en la historia mundial. Los propios voceros del establishment definen con asombro que es peor que la crisis del’29.
La única salida que ofrecen ante la crisis del COVID -19 que se entrelaza con la crisis económica y social es la expansión cuantitativa, tan solo en Europa se espera una inyección de €500.000 millones.
Las predicciones de crecimiento no son alentadoras para nada. El FMI empeora las previsiones mundiales y augura un impacto catastrófico en el empleo, además prevé una recesión mundial más profunda de lo esperado en 2020 y una recuperación más lenta en 2021. La economía española se contraerá un 12,8 % este año por la pandemia del coronavirus.
“De las grandes economías, solo China se mantendrá en tasas positivas, con un crecimiento del 1 %, aun así, dos décimas menos de lo previsto en abril, mientras que Estados Unidos caerá un 8% este año, casi dos puntos más que el 6,1 % previsto hace tres meses; Japón sufrirá un retroceso del 5,8 %, frente a la contracción del 5,2 % pronosticada en abril y el Reino Unido se contraerá un 10,2 %, en comparación con el 6,5 % estimado hace tres meses.” 24/06/2020 eitv.eus
El sistema se ha agotado. Las fuerzas productivas -la industria, la técnica y la ciencia- han superado los límites de las relaciones de producción restrictivas de la propiedad privada de los medios de producción. El mercado es demasiado estrecho para la capacidad productiva que ha creado el capitalismo.
Sabemos que la situación política en Argentina no escapa de lo que sucede en el resto del mundo, pero contamos con la certeza del método científico del marxismo.
“Las proposiciones teóricas de los comunistas no descansan ni mucho menos en las ideas, en los principios forjados o descubiertos por ningún redentor de la humanidad. Son todas expresión generalizada de las condiciones materiales de una lucha de clases real y vívida, de un movimiento histórico que se está desarrollando a la vista de todos. La abolición del régimen vigente de la propiedad no es tampoco ninguna característica peculiar del comunismo.” (Manifiesto Comunista Marx y Engels)
Nos encontramos en una fase preparatoria. Sabemos que en algún momento se darán las explosiones sociales, debemos aprovechar el tiempo que nos queda para mejor prepararnos en la construcción de una alternativa política para darle un triunfo definitivo a la Revolución. Manos en la obra.