Despidos en la Secretaria del Bienestar ante exigencias de mejoras laborales
Se ha iniciado un proceso muy tenso dentro de las filas de la Cuarta Transformación, hay un interés por usar todos los recursos de que disponen algunas secretarías de Estado y el Partido para establecer una agenda de depuración y consolidación de una sola estructura en varios espacios. Se empiezan a configurar ciertos grupos y tribus en el proyecto de cara a los próximos procesos electorales en 2024 y esa es una reflexión obligada para hablar de los despidos injustificados en Bienestar.
El pasado 1° de julio de 2022, más de un centenar de Servidores de la Nación y personal de las Unidades Básicas Administrativas (UBAs) en todo el país fueron despedidos, empezando por la Ciudad de México. Ahí, la delegada Estefany Correa García, encargada de los Programas para el Bienestar en la Ciudad ‘’le dio las gracias’’ a más de una treintena de trabajadores y, de forma simultánea, más de 40 personas fueron dadas de baja en el estado de Oaxaca. En Nayarit fueron despedidas 13 Servidoras de la Nación y en algunos Estados de la Republica también hay reportes masivos de despidos.
Inmediatamente después de los despidos, en la Ciudad de México se organizaron acciones firmes para exigir la reinstalación, ya que la mayor cantidad de despidos han sido sin un motivo y sin ningún documento escrito, simplemente se notificó que ‘’no hubo renovación de nombramiento’’. Vivimos despidos masivos en todo el país de compañeras y compañeros que han operado desde hace más de 3 años los trabajos de la Secretaría de Bienestar y hoy se empieza a depurar y a generar un ambiente hostil, de miedo, incertidumbre e inestabilidad para las personas que aún siguen activas, que ya tenían ciertamente condiciones de trabajo precarias, sin ningún tipo de mejorías.
¿Por qué se despiden a tantas personas?
Hay muchas preguntas alrededor de lo que parece una depuración, sin embargo, tenemos una serie de elementos que apuntan a la infiltración de la derecha en el proyecto del Presidente. Desde que cambiaron los altos mandos en la Secretaría de Bienestar, al inicio de este año, hay fuertes cambios. Por ejemplo, la Unidad de Coordinación de Delegaciones de la Secretaría de Bienestar está a cargo de Oscar Navarro Garate, viejo funcionario del régimen pasado (originario de Hidalgo, ligado al grupo Universidad y al régimen priista que ha imperado en esa entidad desde hace mucho tiempo), quien está encargado de autorizar las bajas y las altas, los cambios de “súper delegados”, los cambios de estructuras y el control total de los casi 20 mil servidores de la nación en todo el país. Por su lado, la delegada Estatal de la Ciudad de México, Estefany Correa, ha incorporado a más de 300 personas a los trabajos de los programas, que ha significado también 300 despidos y cambios de direcciones. Lo mismo pasa en todas y cada una de las Delegaciones de todo el país.
Ha habido una falta de respuesta oportuna a las demandas, se ha separado la visión del pueblo en el gobierno, se ha burocratizado la estructura y se han polarizado los altos mandos de los trabajadores y trabajadoras de las bases. Se ha optado por un camino fácil al control, a la demagogia, a la indiferencia y la falta de solución a las denuncias por acoso laboral, verbal, psicológico, violencia, explotación física y precarización, ambiente hostil derivado de las prácticas gansteriles de muchos delegados estatales, que han usado a la estructura como si fuera un trapo viejo, para maltratar menoscabar la integridad física y psicológica de los Servidores. Se ha girado a la derecha desde las entrañas de la Secretaría de Bienestar, ya que los militantes que fuimos alguna vez firmes luchadores sociales (y muchos lo seguimos siendo), que trabajamos para construir el triunfo del 2018, hoy hemos sido despedidos por reconfiguraciones políticas.
Es importante mencionar que cada persona que se ha atrevido a denunciar públicamente, en redes sociales o interponer una queja en las instancias correspondientes, se ha encontrado con el despido inmediato, con el aislamiento y la represión directa por órdenes de sus superiores, cosa que ha incrementado el miedo a ser despedido.
La respuesta ante los despidos: Organización y lucha
Lo que mejor sabemos hacer, desde hace años, es luchar por las causas sociales, la justicia popular y la democracia. Nosotras y nosotros, como servidores públicos, hemos sido militantes del Partido, también hemos sido activistas y entendemos que la lucha que se tiene que dar hoy es contra la derecha infiltrada en el proyecto, es decir, contra viejos y rancios priistas que siguen enquistados en las filas de la Cuarta Transformación, quienes propician las practicas más cancerígenas.
Desde hace bastante tiempo, aún siendo Servidores de la Nación activos, ante los abusos y las agresiones de nuestros nuevos delegados, iniciamos una serie de denuncias públicas e institucionales, sin tener respuesta, primero del Órgano Interno de Control en la propia Secretaría, después, en la Secretaría de la Función Pública y el Comité de Ética y Prevención de Conflictos de Interés, igual, sin tener ninguna respuesta. Empezamos a hacer públicas las agresiones con videos, fotografías y audios donde se documentan amenazas de despidos, actas administrativas, consignas de que —en efecto— se va a depurar la estructura y violencia verbal y física. Y justo así fue como empezamos a organizarnos en torno a la Unión de Servidores de la Nación y UBAs de todo el país, empezamos reuniones a puerta cerrada con otros compañeros y compañeras de toda la Ciudad, primeramente, y nos dimos cuenta que todas las alcaldías eran iguales. En nuestras reuniones y asambleas íbamos denunciando y trazando un plan de trabajo, un programa de lucha y algunas actividades públicas para que los demás fueran integrándose.
El pasado 2 de mayo fuimos a la mañanera y nuestro pliego petitorio fue recibido por el secretario de Gobernación Adán Augusto López Hernández, quien desde ese día no ha dado ninguna respuesta. Empezamos a generar talleres de formación política y sindical, también hemos buscado apoyo con expertos en materia laboral, porque sacamos la conclusión de que el perfil contractual es precario y no ofrece una oportunidad solida de crecer, o al menos mejorar las condiciones laborales y de vida de la mayor parte de las personas que trabajamos en la estructura de Servidores de la Nación.
Justo ahí es donde empezamos a ser molestos para las autoridades, cuando establecimos vínculos directos con personas en las mismas condiciones en otros Estados. En Puebla, Hidalgo, Jalisco, Guerrero, Veracruz, Tlaxcala, Querétaro, Ciudad de México y el Estado de México, empezamos a crear grupos de trabajo y de actividades organizativas que plantearan una alternativa para hacerle frente a nuestras problemáticas. Así es como surgió el primer Encuentro Regional del Centro de Servidores de la Nación y UBAs, donde refrendamos compromisos, establecimos una agenda de lucha y un programa serio para hacerle frente a los despidos injustificados. La Unión de Servidores de la Nación ha estado firme en actividades de vinculación y lucha para la reinstalación de los despedidos.
La unión con otros sectores de lucha
Estos burócratas que se han incrustado en la 4T quieren atomizar nuestra lucha y desmoralizarnos. Se ha luchado por un cambio que no puede ser profundo si no se mejora y se está claramente a favor de los trabajadores. Nuestra arma es la unidad como Servidores de la Nación y trabajadores de las UBAs, pero también con el conjunto de nuestra clase.
Creemos que la única forma de que esta lucha de denuncia y recuperación del proyecto de nación sea victoriosa es vinculándonos con otros sectores de la vida pública como sindicatos, trabajadores del sector privado y movimientos sociales de izquierda. Porque no podemos ir de forma separada y aislada, debemos estar juntos en una misma consigna. Un frente nacional de defensa de los derechos laborales, donde participemos todas y todos en la Ciudad de México, donde reprobamos el grupo antimotines que se ha desplegado para desactivar las movilizaciones y los plantones.
¡Agrupémonos todas y todos en un Frente Único en Defensa de los Derechos Laborales!
¡Reinstalación inmediata!
¡No más precarización en un gobierno de izquierda!